Agricultura Industrial, Ganadería y Cambio Climático Impactos globales de una Industria Insostenible sobre la Sociedad, la Cultura, la Ecología y la Ética Elaborado por Brighter Green y Global Forest Coalition (GFC) en colaboración con Biofuelwatch Fotografía: Brighter Green 1. La Producción Ganadera Moderna: Ganadería Intensiva y Cambio Climático Para muchos, la imagen de un granjero que está atendiendo sus cosechas y ganado, con un telón de fondo de campos ondulantes y un envejecido pero robusto granero en la distancia, sigue siendo lo que viene a la mente cuando nos hacemos una pregunta que no nos planteamos con tanta frecuencia como deberíamos: ¿De dónde viene nuestra comida? Sin embargo, esta imagen ya no corresponde con el sistema de alimentación industrial moderno, el cual ya ha dominado la producción de alimentos en el hemisferio Norte y que también se expande en el hemisferio Sur. Debido al creciente control corporativo sobre la producción de alimentos, el pequeño agricultor a cargo de una granja familiar está dando paso rápidamente a granjas industriales de gran escala. Esto es particularmente frecuente en la industria ganadera, donde miles, a veces millones de animales, son criados en condiciones poco higiénicas e infrahumanas. Estas operaciones, junto con los recursos que son necesarios para fabricar el grano y otras oleaginosas (principalmente soja y maíz) para alimentar a estos animales ejercen gran presión sobre el medio ambiente. Estos hechos están afectando a algunos de los ecosistemas más vulnerables del mundo así como a comunidades humanas. Las presiones creadas por la expansión de la ganadería industrializada son amplias y diversas-­‐ notándose en el ámbito ecológico, social y ético. Estas presiones se ven agravadas por la falta de concientización pública y la resistencia de los políticos por buscar soluciones sostenibles, especialmente dada la creciente influencia que las corporaciones globales están ejerciendo sobre los sistemas alimentarios del mundo y sobre lo que termina en los platos de la gente. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de los Estados Unidos estima que el 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales pueden atribuirse al sector ganadero global.i Cada año, más de sesenta mil millones de animales son criados para consumo humano. Para la producción de carne y productos lácteos se emplea el 30 por ciento de la superficie total terrestre, el 70 por ciento de las tierras agrícolas y se consume el ocho por ciento del agua destinada a usos humanos, sobre todo para el riego de cultivos para alimentación animal. La industria ganadera mundial es, según la FAO, " probablemente la mayor fuente de contaminación del agua", y uno de los agentes principales de deforestación.ii 2. El Crecimiento Exponencial de una Industria Insostenible Algunas estimaciones apuntan a que la producción mundial de carne se duplicará en el año 2050, lo que podría implicar un aumento de 120 millones en el número de animales utilizados cada año en la industria alimentaria.iii Esta predicción tiene serias implicaciones para los continuos -­‐y crecientes-­‐ impactos que la ganadería industrializada tiene sobre la Tierra. El aumento en la producción de ganado está teniendo lugar, casi en su totalidad, dentro del sistema industrial y no entre pequeñas explotaciones o granjas locales. Estos hechos han llevado a una concentración geográfica notable de las operaciones ganaderas a gran escala, lo que ha resultado en una desconexión entre los animales que son criados para alimento y el pienso necesario para alimentar a estos animales, para que esta industria siga funcionando. El pienso se compra en el mercado internacional, siendo los bajos costos la prioridad principal y sin importar los impactos ecológicos. Estos impactos incluyen el desmonte de tierras para cultivos y el uso de pesticidas y fertilizantes basados en combustibles fósiles y a menudo tóxicos, que representan riesgos tanto para la salud humana como para la vida silvestre. El aumento en la demanda por cereales y aceite y harinas de pescado para sostener la creciente población mundial de ganado significa que una mayor superficie del planeta tendrá que ser convertida en tierras agrícolas para producir alimentos para animales de granja, no para la gente.iv Además según un informe de La Vía Campesina, “la agricultura industrial especialmente los monocultivos para pienso y combustibles, están destruyendo los procesos naturales del suelo que permiten la acumulación de carbono en la materia orgánica y evitan que sea liberado en la atmósfera. Como resultado del uso de fertilizantes químicos, la agricultura y ganadería intensivas basadas en los monocultivos producen una importante cantidad de óxido nitroso (NO2), gas que ocupa el tercer lugar como fuente responsable del calentamiento global”.v La deforestación como resultado del crecimiento de la ganadería industrial constituye un problema complejo ya que reduce el hábitat disponible para la fauna, disminuye la calidad del agua en arroyos y ríos, reduce la resilencia de los ecosistemas frente a los efectos del cambio climático, y amenaza sustentos y derechos de pueblos indígenas así como de otras comunidades dependientes de los bosques. A nivel mundial, se estima que la agricultura es directamente responsable del 80% de la deforestación.vi En América Latina, el aumento de la cría intensiva de ganado a gran escala es el principal causante de la pérdida de bosques, amenazando a comunidades indígenas, incluidas las comunidades que viven en aislamiento voluntario en la selva amazónica, el Gran Chaco y otros grandes bosques. Más de la mitad de toda la vida en la tierra se encuentra en los bosques tropicales, que ahora cubren sólo el 7% de la superficie terrestre mundial.vii Esta situación dibuja un panorama futuro sombrío para las especies de la Tierra, tanto para la especie humana como para las especies animales. Ganadería Industrial y Agrocombustibles Se han forjado fuertes sinergias entre la agroindustria, la ganadería intensiva y la bioenergía. Alianzas entre corporaciones energéticas, agroindustria y grandes empresas ganaderas han contribuido a impulsar la expansión de agrocombustibles. Mandatos y subvenciones para bioenergía están contribuyendo a una nueva y enorme demanda por maíz, caña de azúcar, soja, aceite de palma, trigo y otros cultivos utilizados para producir etanol y biodiesel así como madera y otros tipos de biomasa para ambos, combustibles líquidos y combustión para calor y energía. La expansión de estos cultivos está impulsada tanto por una mayor demanda de alimentos para animales como por el aumento de la demanda de biocombustibles. Por ejemplo, la expansión de los cultivos de soja está siendo impulsada por una combinación entre la creciente demanda por harina de soja para alimentación animal y un aumento en la demanda por aceite de soja así como de su precio para su uso en la producción de biocombustibles (directa o indirectamente). En América del Norte y Europa, se está legitimando la expansión del etanol basado en maíz y trigo. También se está haciendo mucho más rentable debido al uso de residuos (granos secos solubles de destilería o DDGS, por sus siglas en Inglés) procedentes del proceso de producción de etanol para la alimentación del ganado. Esto a su vez tiene graves consecuencias para el bienestar animal y la salud pública, por ejemplo, a través de un aumento del riesgo de epidemias de E. coli debido a que las vacas son alimentadas con dietas viii inadecuadas. En los EE.UU., así como en otras partes, el etanol y la industria ganadera están íntimamente ligados. Empresas agroindustriales, como Cargill, ADM y Monsanto tienen distintos intereses en todos los niveles del proceso de producción, desde los cultivos, semillas y agroquímicos hasta infraestructuras para transporte, procesamiento de carne y refinerías. Con los mandatos federales para biocombustibles, y la economía ajustada de las refinerías, los productores de etanol en los EE.UU. han buscado mercados rentables para los DDGS, que constituyen grandes cantidades de subproductos procedentes de la producción de etanol. Esto ha llevado a la sustitución de los DDGS de maíz y soja en la alimentación para ganado y aves de corral, ix que ahora constituyen un 20% de los ingresos de algunas refinerías. El sector del etanol / agro-­‐industria promueve esto como una solución donde "todos ganan” (“win-­‐win"), alegando que de este modo se reduce la demanda global por maíz en el sector ganadero. Incluso sostienen que en los análisis del ciclo de vida de gases de efecto invernadero para el etanol procedente del maíz se deberían descontar emisiones debido al desplazamiento de la demanda para la alimentación del ganado. (Sin embargo, el estiércol de las vacas alimentadas con DDGS contiene niveles muy altos de nitrógeno y fósforo, lo que contribuye a las emisiones de óxido nitroso). Por desgracia, se ha encontrado que los DDGS son difíciles de digerir para las vacas así como para otros animales y las resultantes enfermedades gastrointestinales están vinculadas a un aumento importante en la incidencia de una enfermedad humana que se produce a raíz de la presencia de E. coli en carne contaminada. Además, el alto contenido de azufre típico de los DDGS causa enfermedades neurológicas en el ganado. Para las plantas de procesamiento de etanol y operaciones ganaderas resulta ventajoso situarse juntas. Por ejemplo, algunas refinerías utilizan el estiércol para generar energía, y luego con los DDGS, los cuales su transporte resulta difícil y costoso, alimentan al ganado que se encuentra cerca. La producción de etanol implica el uso de una variedad de productos químicos cuyos residuos pueden acabar en los DDGS. Estos incluyen medicamentos antimicrobianos, antiespumantes y productos químicos para las calderas que favorecen la generación de vapor. Es especialmente preocupante que los antibióticos que se utilizan para controlar las bacterias no deseadas en las cubas de fermentación, pueden y alcanzan los DDGS. La industria ganadera ya está contribuyendo a una proliferación desastrosa de bacterias resistentes a antibióticos y el x consumo de DDGS como alimento para el ganado agrava aún más este problema. Más recientemente, la industria está explorando el consumo humano de DDGS. Un artículo recientemente publicado en el Wall Street Journal apunta que: "Los productores de etanol en EE.UU. están tratando de encontrar maneras más creativas de ganar más dinero ya que la demanda de sus productos estrella se está estancando. Estas empresas utilizan el maíz no sólo para la producción de etanol, sino también para ingredientes que se emplean en productos horneados, barras nutritivas y hasta en los recubrimientos industriales para comida para peces". Los sectores de la bioenergía y la ganadería industrial han encontrado también nuevas sinergias en las subvenciones de biogás procedente de la digestión anaeróbica de estiércol. Esta práctica ha generado la preocupación de que el proceso puede que no sea efectivo en la erradicación de los priones responsables de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB o enfermedad de las "vacas locas"). Esto es especialmente preocupante dado que los cadáveres de las vacas "caídas" (es decir, las vacas que han caído como resultado de una enfermedad o lesión) son a veces utilizados. 3. Malnutrición, Falta de Seguridad Alimentaria, OGMs y Otros Efectos sobre la Salud Humana A medida que el mundo cambia hacia este sistema agrícola más industrial, los productores y consumidores de alimentos están social y culturalmente cada vez más desconectados de sus tierras, del mundo natural, y del propio sistema de alimentación. ¿Puede esta transición ser sostenible? Y ¿cómo nos aseguramos de que los estilos de vida tradicionales se mantienen para garantizar la seguridad alimentaria mundial y evitar la pérdida de valiosas culturas y sociedades? Las comunidades indígenas han utilizado los recursos que se encuentran cerca de sus hogares para satisfacer sus necesidades básicas durante miles de años. Campesinos y agricultores de todo el mundo han demostrado que la agricultura sostenible es posible y que realmente puede contribuir al enfriamiento del planeta.xi Hoy en día la gente se está alejando de las culturas y formas de vida tradicionales así como del uso de fuentes de sustento locales, y hacia un mayor consumo de carne y alimentos procesados. Por ejemplo, hace sólo una generación, la mayoría de pollos en la India eran criados en patios, a menudo por las mujeres. Ahora, el 90 por ciento de los más de 2 mil millones de pollos que llegan al mercado cada año, han vivido toda su vida en instalaciones de tipo industrial y la India es el quinto mayor productor de carne de aves de corral del mundo.xii Además de la pérdida de conexión con la naturaleza y del distamciamiento de las culturas tradicionales, la industrialización del sector cárnico está amplificando los problemas de salud pública en todo el mundo. En China, el mayor productor y consumidor mundial de productos de origen animal, las enfermedades crónicas relacionadas con la dieta es la causa más común de muerte. xiii Los cultivos genéticamente modificados que se basan en un modelo agrícola industrial, ya que tienen altos niveles de producción y son resistentes a muchas plagas y condiciones climáticas adversas, presentan riesgos para la salud humana que son en gran medida desconocidos. China también compra casi el 50% de la soja mundial que se vende en los mercados globales para la alimentación de animales domésticos. xiv Esta soja procede en gran parte de los EE.UU. y Brasil así come de otros países de América.xv Según la FAO, la intensificación de la producción ganadera significa que “el ganado compite directamente por las escasas tierras, el agua y otros recursos naturales”. Esto, por supuesto, tiene un impacto significativo en las expectativas de asegurar la equidad y sostenibilidad a nivel global, junto con la prosperidad de la población mundial. "Se podría incluso alimentar a 8 billones de personas, tal vez a 9 billiones," señala Michael Herrmann, asesor del Fondo de Población de las Naciones Unidas sobre el actual sistema alimentario global, y añade que "una gran parte de los alimentos que producimos en realidad no terminan como comida en nuestros platos, sino que es utilizado como alimento para animales”. A nivel global, alrededor del 98% de la harina de soja (que es creada al aplastar la soja) se utiliza para la alimentación de animales de granja.xvi La producción de soja para forraje causando deforestación en Paraguay. Foto: Simone Lovera El alto consumo de carne también pone en riesgo la salud humana, contribuyendo a un incremento de los índices de diabetes, enfermedades del corazón y al aumento en la incidencia de algunos tipos de cáncer. La producción de carne es sí misma un importante motor de crueldad hacia los animales en todo el mundo, poniendo en peligro tanto el bienestar animal como la salud pública. Los pollos para producción de carne son criados para crecer tan rápido que sus cuerpos no pueden soportar su propio peso y muchos de ellos pasan la vida con dolores crónicos e incapaces de caminar o moverse.xvii Muchos de ellos también reciben regularmente antibióticos y hormonas que favorecen un crecimiento rápido, hecho que contribuye a la resistencia a los antibióticos y el cual es una preocupación cada vez mayor entre los profesionales de la salud a nivel mundial.xviii xxii Ejemplos de los impactos de la ganadería industrial de todo el mundo En Paraguay, tanto la ganadería extensiva como la producción de soja a gran escala que se emplea para alimentar a la ganadería intensiva, tienen efectos significativos en las vidas, medios de subsistencia y los bosques de los pueblos indígenas y pequeños agricultores. En particular, los monocultivos de soja genéticamente modificados son una de las principales causas del desplazamiento de las poblaciones rurales. También causan la reducción de la biodiversidad y el deterioro del suelo así como otros problemas sociales y ambientales. Estos incluyen problemas de salud en las poblaciones locales debido a la utilización común de agro-­‐ tóxicos. En Argentina, los bosques del Chaco fueron eliminados para exportar soja a China. Sin embargo todavía hay una tendencia, incluso entre algunas ONGs, de llamar a la producción de soja genéticamente modificada "pro-­‐clima o climáticamente inteligente" ya que no es necesario labrar y reemplaza a la ganadería. También hay una pérdida significativa de diversidad genética entre el ganado ya que la industria ganadera intensiva solo está interesada en unas pocas variedades de animales. En los Estados Unidos, más del 95% de las gallinas productoras de huevos son criadas en "jaulas en batería", que se apilan unas sobre otras en filas y se encuentran en bodegas. Cada gallina tiene un espacio más pequeño que el del tamaño de una hoja de papel, lo que les impide expresar sus comportamientos naturales e incluso extender sus alas. Mientras que en EE.UU. se han prohibido estas jaulas, en el hemisferio Sur se están convirtiendo en un método xix cada vez más común, donde se está exportando el modelo cría de los EE.UU. En Indonesia, el gobierno está promoviendo la introducción de cultivos modificados genéticamente por Monsanto como un medio para intensificar la agricultura en el país. El gobierno está promoviendo la trasformación de Indonesia en un “estado agroalimentario” (como Tailandia), con grandes plantaciones de soja y arroz entre otros cultivos. Sin embargo, xx esta estrategia sólo beneficia a las empresas y no a los pequeños agricultores. Hay compañías en la India y en otras partes de Asia, que gestionan contratos con los agricultores, obligándoles a cultivar un determinado tipo de semilla para producir maíz para el alimento de pollos y las gallinas mismas. La compañía también proporciona vacunas, hormonas de crecimiento y / o antibióticos y todos los demás insumos como parte del contrato. Los pollos pertenecen básicamente a la compañía, lo que deja a los agricultores con muy poco o ningún control sobre la producción. Además, la grasa de pollo también se usa para alimentar al ganado, causando importantes riesgos en la cadena alimentaria. En Benín, los granjeros de subsistencia están luchando contra el "acaparamiento de tierras" por parte de gobiernos extranjeros (incluyendo Kuwait, China y Arabia Saudí), que están cultivando grano y criando ganado para alimentar a los ciudadanos de sus propios países. Esta es una grave amenaza para la soberanía alimentaria de Benín y otros países de África occidental que se enfrentan a las mismas intrusiones. En el Chad, la comunidad Bororo, que sigue siendo 100% nómada, está luchando para mantener su cultura y forma de vida tradicional. En este país, una quinta parte de la economía se basa en la ganadería. Ahora, los conflictos entre los pastores de subsistencia y los agricultores industriales están aumentando ya que los agricultores industriales están comprando grandes extensiones de tierra. Los recursos de estas tierras son agotados rápidamente siendo incapaces de sustentar a un gran número de vacas. En Kenya, los pastores Borona compiten con la agricultura industrial a gran escala por la tierra y los recursos. Los Borona no quieren cambiar su estilo de vida o perder sus sustentos pero el gobierno está importando ganado, lo cual hace disminuir el valor del ganado doméstico. Las sequías ocurren cada vez con mayor frecuencia y durante la última gran sequía, el 80% del ganado murió. La minería, otro de los causantes globales del cambio climático-­‐también acarrea problemas para la gente Borona, ya que reduce su territorio y limita su capacidad para guiar a los animales de un lugar a otro en busca de comida y agua. En Camerún, los pastores se enfrentan a un clima impredecible que amenaza su modo de vida tradicional. El ganado es incapaz de resistir las prolongadas sequías que se están experimentando y que pueden durar hasta seis meses. Esto los obliga a emigrar a las ciudades para buscar empleo y los que consiguen un trabajo suelen acabar como sirvientes, criadas, u otras posiciones que típicamente tienen salarios bajos. Conclusiones y Caminos a Seguir La agricultura industrial está teniendo impactos devastadores sobre las vidas, salud, tierras, territorios y ecosistemas de campesinos, pueblos indígenas y otros productores y consumidores de alimentos de todo el mundo, así como sobre la vida misma y el hábitat de otras especies. La ganadería intensiva y otras formas de producción de ganado a gran escala también presentan una amenaza significativa para la seguridad alimentaria ya que requieren grandes cantidades de tierra para la producción de forraje o alimento para animales, que a menudo son muy mal tratados, en lugar de producir alimentos para los seres humanos. Sistemas de pequeña escala integrados, cultivos agro-­‐ecológicos y el pastoreo tradicional, no sólo representan alternativas que son mucho mejores para el planeta, sino que también promueven valores sociales y culturales, y respetan el papel de la mujer en la producción de alimentos. Por otra parte, la agricultura y el pastoreo agroecológico juegan un papel importante en la mitigación y adaptación al cambio climático basadas en ecosistemas. Por esta razón, el respeto de los territorios y derechos sobre la tierra de los pastores, campesinos y otros pueblos indígenas así como apoyar activamente sus sistemas de producción es una de las respuestas al cambio climático que se necesitan con más urgencia. Los subsidios del gobierno, que ahora apoyan la expansión de la ganadería industrial y producción de piensos y forraje deben terminar así como las "externalidades" que la producción animal genera – tales como la contaminación fluvial y marina, la contaminación de suelos y aguas subterráneas, la degradación del suelo y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)-­‐ deben ser pagadas en su totalidad, por la industria y / o las específicas instalaciones que las causan. También es necesario cambiar los patrones de consumo y producción que "promueven el despilfarro y el consumo innecesario por parte de una minoría de la humanidad, mientras que cientos de millones de personas aún sufren hambre y miseria." xxi También se requieren sistemas de energía que no dañen el medio ambiente o acaparen tierras para la producción de alimentos; algunos de ellos pueden basarse en recursos y tecnologías locales. La apertura política, especialmente en la formulación de políticas, debe ser fomentada para que las voces que cuestionan la ganadería intensiva y promueven la sostenibilidad y equidad puedan ser escuchadas. Más información sobre los temas que se han tratado está disponible en: Biofuelwatch: http://www.biofuelwatch.org.uk/ Brighter Green: http://www.brightergreen.org/ Econexus: http://www.econexus.info/ Global Forest Coalition: http://globalforestcoalition.org/ Indigenous Peoples of Africa Coordinating Committee (IPACC): http://www.ipacc.org.za/eng/default.asp La Via Campesina: http://viacampesina.org World Alliance of Mobile Indigenous Peoples and Nomadic Pastoralists (WAMIP): http://www.rtfn-­‐ watch.org/ Para comentarios o correcciones, por favor póngase en contacto con simone.lovera @ globalforestcoalition.org La Coalición Mundial por los Bosques (GFC) La misión de la Coalición Mundial por los Bosques entre otras cosas es reducir la pobreza, y evitar el mayor empobrecimiento de los Pueblos Indígenas y otros pueblos que dependen de los bosques, a través de la defensa de los derechos de estos pueblos como base para la política forestal y enfrentando las causas directas y subyacentes de la deforestación y la degradación de los bosques. GFC es una coalición mundial de 54 organizaciones ambientales y organizaciones de los pueblos indígenas de más de 39 países diferentes. GFC implementa campañas conjuntas para promover políticas forestales socialmente justas a nivel internacional, nacional y local. La Coalición Mundial por los Bosques fue fundada en el año 2000 por 19 ONG y Organizaciones de Pueblos Indígenas (OPI) de todo el mundo preocupadas por el impacto de las políticas de conservación forestal en los derechos y necesidades de los pueblos indígenas y las comunidades locales. GFC tiene ONGs como puntos focales de coordinación en cada continente, y puntos focales indígenas en África, América Latina y Asia así como dos modestas oficinas en Paraguay y los Países Bajos. Brighter Green Por su parte, y en colaboración con otras organizaciones e individuos, Brighter Green genera e incuba iniciativas de investigación y proyectos que son tanto visionarios como prácticos. Produce publicaciones, sitios web, documentales y programas para iluminar el debate público entre los responsables políticos, activistas, comunidades, líderes influyentes y medios de comunicación, con el objetivo de una transformación social a nivel local e internacional. Brighter Green pretende avanzar en los compromisos básicos de sostenibilidad, equidad y derechos a través de tres áreas: Cambio Climático, Modos de vida, y los derechos, la sostenibilidad y de la Comunidad, y Política y Equidad de Alimentos. Brighter Green ha producido un conjunto único de investigación multimedia sobre el cambio climático y la intensificación de la ganadería en la llave cuatro países-­‐ China, Brasil, Etiopía e India, y está siendo utilizado por los formuladores de políticas en varios países, las organizaciones de la sociedad civil, académicos, abogados, medios de comunicación y otros, para entender mejor los problemas y las posibles soluciones. Biofuelwatch se encuentra en el Reino Unido y en los EEUU y trabaja en la concientización acerca de los impactos negativos de los biocombustibles y la bioenergía sobre la biodiversidad, los derechos humanos, la soberanía alimentaria y el cambio climático. i United Nations Food and Agriculture Organization (FAO), Livestock Impacts on the Environment, Spotlight, 2006. http://www.fao.org/ag/magazine/0612sp1.htm. iiUnited Nations Food and Agriculture Organization (FAO), Livestock’s Long Shadow: Environmental Issues and Options, 2006. iii Compassion in World Farming, Beyond Factory Farming: Sustainable Solutions for Animals, People, and the Planet, 2009. http://www.ciwf.org.uk/includes/documents/cm_docs/2010/b/beyond_factory_farming_report_2009_exec_main_ final.pdf. ivNaylor, R., et. al, Globalized Factory Farms a Major Threat to Public Health & Environment, Science, Vol. 310, No. 5754, 2005. http://www.organicconsumers.org/ofgu/factoryfarm120905.cfm. vLa Via Campesina, Small Scale Farmers Are Cooling Down the Earth, 2009. vi Agriculture is the Direct Driver for Worldwide Deforestation, 2012. http://www.sciencedaily.com/releases/2012/09/120925091608.htm. viiDeforestation: The Hidden Cause of Global Warming, 2007. http://www.commondreams.org/archive/2007/05/14/1175. viiihttp://www.foodfirst.org/en/node/2079 ix Moen M. The Whole Kernel: Building a market for a byproduct of corn-­‐based ethanol. Solutions. 2009. http://www.cfans.umn.edu/solutions/kernel.htm. x Institute for Agriculture and Trade Policy, Fueling Resistance? Antibiotics in Ethanol Production, July 2009. xi La Via Campesina, Small Scale Farmers Are Cooling Down the Earth, 2009. xii Brighter Green, Veg or Non Veg: India at the Crossroads, 2011. http://www.brightergreen.org/files/india_bg_pp_2011.pdf. xiii Brighter Green, Skillful Means: The Challenges of China’s Encounter with Factory Farming, 2011. http://www.brightergreen.org/files/china_bg_pp_2011.pdf. xiv http://www.earth-­‐policy.org/plan_b_updates/2012/update102. xv http://www.bloomberg.com/news/2012-­‐10-­‐31/brazil-­‐seen-­‐beating-­‐u-­‐s-­‐in-­‐soybean-­‐trade-­‐as-­‐china-­‐demand-­‐ surges.html xvi http://www.soyatech.com/soy_facts.htm xvii An HSUS Report: The Welfare of Animals in the Meat, Egg, and Dairy Industries, Humane Society of the U.S., n.d. http://www.humanesociety.org/assets/pdfs/farm/welfare_overview.pdf xviii Zhu, Yong-­‐Guan, “Diverse and abundant antibiotic resistance genes in Chinese swine farms,” Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) of the United States of America, February 2013. http://www.pnas.org/content/early/2013/02/05/1222743110 xix An HSUS Report: The Welfare of Animals in the Meat, Egg, and Dairy Industries, n.d. xx GRAIN, Land Grabbing and Food Sovereignty in West and Central Africa, 2012. http://www.grain.org/article/entries/4575-­‐land-­‐grabbing-­‐and-­‐food-­‐sovereignty-­‐in-­‐west-­‐and-­‐central-­‐africa. xxi La Via Campesina, Small Scale Farmers Are Cooling Down the Earth, 2009. xxii Estos ejemplos de los impactos de la ganadería industrial se han elaborado a partir de dos consultas informales celebradas sobre este tema en el marco de las últimas reuniones de la ONU en Hyderabad (COP 11 del Convenio sobre la Diversidad Biológica / CBD) y Qatar (COP 18 de la Convención Marco sobre Cambio Climático / CMNUCC).