RESTAURACIÓN TAPICES DEL COLEGIO DEL PATRIARCA Un tesoro desconocido en el corazón de Valencia PRIMERA RESTAURACION DE LOS TAPICES COLEGIO DEL PATRIARCA DE VALENCIA DEL Descripción El conjunto de tapicería que posee el Real Colegio del Patriarca está integrado por seis grandes tapices de colgadura de grandes dimensiones de 4,20 x 6,50 metros. De fabricación flamenca, están fechados a comienzos del siglo XVI. Tal y como refleja la documentación, los tapices fueron donados al Colegio del Patriarca por San Juan de Ribera, quien los heredó de su padre, Pedro Enríquez Afán de Ribera, duque de Alcalá de los Gazules y marqués de Tarifa. Juan de Ribera fue el fundador del Colegio que lleva su nombre, inaugurado en 1604 por Felipe III y Margarita de Austria. En su interior está la Capilla del Monumento, que fue terminada dos años después y que fue llamada así porque estuvo desde sus orígenes destinada a la exposición del Monumento del Jueves Santo y a la celebración litúrgica de la Semana Santa. Éste ha sido el espacio al que se han destinado principalmente los tapices del Patriarca, que pasaron a tener un papel fundamental en las solemnidades eucarísticas. Los paños también sirvieron para las procesiones del Corpus, lo que explica el grado de deterioro constatable en los mismos. Breve historia Los tapices del Patriarca pertenecen a una época de oro de la historia de la tapicería. Están fechados entre 1500 y 1530, período de esplendor de las manufacturas flamencas. La serie de La Parábola de la Viña corresponde al momento pre renacentista y la forman los paños de El pago del denario y La Llamada de los obreros. Son los de fabricación más antigua, en torno a 1500-1510. Los tapices titulados La Gracia pública y Exhortación a las virtudes hay que ponerlos en relación a las tres magníficas colgaduras que integran Las Moralidades de Patrimonio Nacional, una serie tejida en Bruselas en 1528. Los tapices de Valencia y los de la Corona obedecen a los mismos cartones y constituyen una especie de síntesis de una de las series más complejas jamás tejidas en la capital brabanzona: Los Honores. Respecto a una serie dedicada a Los Vicios y a Las Virtudes, la colección del Patriarca conserva los titulados La Guía de la Lujuria y La Ira y la Pereza, de manufactura bruselense. La colección de tapices del Colegio del Patriarca es aún desconocida para gran parte de los ciudadano. Tal y como decía Adolfo Cámara hace ya más de medio siglo, “es un tesoro desconocido en el corazón de Valencia”. Los tapices pertenecen a una época de esplendor de la tapicería flamenca y se fabricaron en los mejores talleres de Bruselas. A su calidad y estética habría que añadir el interés iconográfico de estos paños, con un gran paralelismo con los que se encuentran en la catedral de Zamora o a la exquisita serie de Patrimonio Nacional adquirida por Isabel La Católica. Su interés histórico, pues, es de un valor inestimable. Estado de conservación El estado general de conservación de los tapices que componen la colección perteneciente al Real Colegio del Patriarca requiere de una intervención de conservación-restauración que permita paliar su deterioro actual y favorecer su conservación en el futuro. Además de la suciedad general provocada por el paso del tiempo y la contaminación, que han causado numerosos daños en los paños, se han observado restos de cal traspasados desde las paredes donde han estado colgados. Y también existen zonas extensas de quemaduras diseminadas que han provocado la rotura de las tramas. Todo ello está unido a la cantidad y diversidad de antiguas restauraciones, lo que provoca un color discordante en los bordados. Actuaciones El examen preliminar nos permite establecer una secuencia general de los trabajos que sería necesario realizar para estabilizar y conservar los tapices y recoger la información necesaria para llevar a cabo un estudio científico. Una vez recopilada toda la documentación técnica sobre el estado de conservación, La Real Fábrica de Tapices ha comenzado los trabajos de restauración patrocinados por la Fundación Iberdrola. La limpieza de los tapices del Patriarca, además de por estética, es una necesidad primordial para detener los procesos de deterioro y sanear el tejido. Además, la remoción de las antiguas restauraciones redundará en una mejor conservación de los paños. Los trabajos permitirán recuperar los colores que permanecen ocultos bajo una espesa capa de suciedad y acumulación de humos, mientras que la eliminación de los recosidos y la posterior restauración consolidará la recuperación estructural de los tapices y la reintegración visual de los elementos decorativos. PROCESO DE LAVADO DE LOS TAPICES DEL COLEGIO DEL PATRIARCA Trabajos preparatorios Una vez elaborada la documentación sobre el estado de conservación del tapiz, se procede a realizar la siguiente secuencia de procesos previos al lavado del mismo: Limpieza mecánica por aspirado y eliminación del forro: Se procede a eliminar el forro de lino que cubría la parte posterior del tapiz, al cual se había fijado gran cantidad de antiguas restauraciones, al tiempo que se realiza un microaspirado de la superficie del mismo, tanto por el anverso como por el reverso de la pieza para eliminar la suciedad superficial y restos de fibras depositados en superficie. Eliminación de antiguas restauraciones: Tras quitar el forro, se eliminan aquellas antiguas restauraciones en forma de parches de otros tapices, cosidos por el reverso como refuerzo Se eliminan, asimismo, aquellas restauraciones que generan tensión en las urdimbres y arrugan y deforman la superficie del tapiz. En muchos casos estas restauraciones no sólo suponen un agente potencial de deterioro de los hilos de urdimbre y trama por la tensión puntual que ejercen sobre el tapiz, también desfiguran o desvirtúan el aspecto original de la pieza, ya que se han empleado alterando no solo la textura y calidad de la tejeduría, sino incluso el color, por lo que su eliminación supone un enorme avance en la recuperación del aspecto original de la pieza Protección de zonas frágiles previo al lavado: Al eliminar el forro y toda la costura que fijaba el tapiz al soporte, la fragilidad de la pieza se acentúa enormemente. Por esta razón es esencial proteger las zonas más frágiles de manera temporal, con el fin de evitar daños derivados de la manipulación durante el traslado del tapiz hasta la mesa de lavado. Para protegerlo se emplean tules o costura en función del tipo de deterioro y estabilidad estructural de la zona en cuestión. Lavado El proceso de lavado consta de varias fases que se detallan a continuación: 1. Tras la colocación del tapiz en plano y por el anverso sobre la cubeta de lavado, se procede a la humectación del tejido mediante la aspersión de agua desmineralizada, en forma de lluvia muy fina, por toda la superficie del tapiz. 2. A continuación, se rocía con una mezcla de agua desmineralizada y saponina, que se deja actuar en la superficie del tapiz durante un tiempo adecuado para que el tensoactivo realice su cometido, atrayendo las partículas de suciedad y eliminándolas de las fibras del tapiz. 3. Para favorecer el desprendimiento de la suciedad incrustada en las fibras de seda y lana, se realiza un suave masaje mediante esponjas naturales. 4. Después se realizan sucesivos aclarados hasta que el tapiz queda completamente libre de jabón y listo para el secado. Se desagua la batea y se procede al secado. 5. Se realiza un secado previo succionando manualmente el exceso de agua que hincha las fibras de lana y seda. Para llevar a cabo este proceso, los técnicos se ayudan con esponjas naturales que absorben esa agua. El beneficio de esta acción es notable, ya que ayuda a extraer junto con el agua, una gran cantidad de suciedad residual. 6. Por último, se elimina la mayor cantidad posible de agua, empleando para esta operación papel de celulosa absorbente. Una vez terminado este proceso, se deja el tapiz depositado en plano sobre la batea para que seque a temperatura ambiente. Resultado final del lavado Tapiz antes del lavado Tapiz después del lavado