Actualidad por Iñaki Markinez Perros potencialmente peligrosos: normativas potencialmente incoherentes. La normativa de perros potencialmente peligrosos es una injusticia más de entre la multitidud de incoherencias de la sociedad actual. G egenerada por algunos dueños potencialmente irresponsables, alimentada y retroalimentada por ciertos medios de comunicación potencialmente sensacionalistas, y aprobada por legisladores potencialmente ignorantes, la normativa de perros potencialmente peligrosos de nuestro país es una flagrante injusticia. Una injusta normativa estructurada y diseñada por personas que deben de saber muy poco o nada de nuestros compañeros de cuatro patas, ya que no es más que una ley para acallar “psicosis” sociales, creadas y reconducidas por determinados medios en funcion de los acontecimientos del momento. 26 Es sorprendente que se criminalice a determinadas razas, las cuales se podrán salvar de la criba (algunas de ellas) en funcion de la comunidad autónoma en que residan sus dueños. Este apartheid canino no es más que el resultado de normativas hechas sin ningun tipo de criterio ni conocimiento. Es totalmente injusto hablar de “razas potencialmente peligrosas”: hablemos mejor de individuos o ejemplares potencialmente peligrosos, ya que ni que decir tiene que esa potencialidad ha sido generada y retroalimentada, de una manera consciente o inconsciente, por los propietarios o dueños. Este tipo de problemas se solucionarían con menos restricción y más educación y sensibilización de toda normativas la sociedad. Resulta cuando menos paradójico que la legislación no vaya enfocada a la educación y conocimiento de las diferentes necesidades de la especie canina. En vez de exigir unos mínimos en el control y manejo de cada individuo como garantia ante futuros problemas de conducta, se actua directamente contra unas razas determinadas. Pero la realidad es que su potencial de peligrosidad puede ser semejante al de cualquier congénere que reúna unos requisitos semejantes, tanto temperamentales como físicos, independientemente de su raza. Los trágicos acontecimientos protagonizados por perros son desencadenados por la irresponsabilidad de dueños que carecen de conocimientos y control de sus mascotas. Igual que se requieren unos mínimos teóricos y prácticos para la capacitación de determinadas actividades (como conducir un vehículo motorizado, por ejemplo), que sin esa adecuada formación podrían, en un futuro, acarrear un peligro para la sociedad, se debería aplicar exactamente el mismo criterio en el ámbito canino: es más, debería ser una premisa fundamental. Sería una forma de garantizar dueños responsables y concienciados, capaces de tomar decisiones mucho más meditadas en cuanto a la adquisición de una determinada raza que un simple “calentón” del momento, o por influencia de modas pasajeras. Es un hecho que la normativa actual no ataja la raíz del problema; lo único que consigue es criminalizar a determinadas razas inmerecidamente, que de este modo no dejan de ser víctimas de la ignorancia de la especie humana. Ni que decir tiene que los indeseables que usan a determinados ejemplares para un uso aberrante, seguirán haciendo de las suyas por mucha restriccion que haya. Y, por todo ello, por culpa de unos pocos, seguirán pagando justos por pecadores. Apoyo, gratitud y admiración. D esde aquí quiero enviar mi más sincero apoyo, agradecimiento y admiración a toda esa gente que, aun teniendo que aguantar el terremoto mediático y social, condicionado por una osada ignorancia, sigue luchando contra viento y marea por estas fantásticas razas. Esto es sólo la opinión de un cinófilo potencialmente apasionado de la especie canina y potencialmente crítico con las injusticias. 27