ESTUDIO G E O L Ó G I C O DE LA COMARCA (25) DE SABADELL 207 del flanco invertido con laminación del Trías, y un d o c u m e n t o a favor de que se trata d e un flanco invertido lo tenemos con la existencia de las pizarras satinadas que o c u p a n las c u m b r e s de los cerros por encima de las pizarras arenosas, que, c o m o h e m o s dicho antes, t e n e m o s serios motivos para considerarlas más modernas. Por salir del límite asignado a nuestro estudio no h e m o s s e g u i d o este contacto normal más allá d e Las Pedrixas; pero t o d o hace s u p o n e r que continúe, y es probable que hacia el suroeste p u e d a hallarse la clave de si se trata de una simple inversión o si h a y v e r d a d e r o corrimiento. El detalle del c o n t a c t o del Primario con el Numulítico muestra q u e éste está en posición normal; . , pero el recubri- , , , , n • miento es indudable, pues el P n mario o c u p a la cresta de la cima Fig. ' 4 - — C o r t es g e o l ó g i c o de las a l t o n e n t e | e l a F o n Predixas t de L a s P e d r i x a s , que se prolonga hacia el norte, mientras en a m b o s flanc o s existe el N u m u l í t i c o . Sería interesante recorrer las crestas al norte a fin de ver si existe algún testigo de Primario sobre el Numulítico a semejanza con los que h a y en las estribaciones de San L l o r é n s del Munt. Pero repito que me hace mejor el efecto de un simple «déversement» del Primario sobre el N u m u l í t i c o . Hacia el sur, este Primario ocupa una gran extensión relativamente, extensión que no h e m o s recorrido y en la cual Palet, que tanto c o n o c e estas montañas, no indica nada que haga sospechar la presencia d e ventanas. L a línea de contacto anormal del Numulítico y el Primario va ascendiendo d e s d e la cota 7 50 en la cima de L a s Pedrixas y , no obtante este a b o m b a m i e n t o del eje, no vuelve a verse nada absolutamente del Trías del sinclinal; este h e c h o , unido a la existencia del contacto en línea horizontal d e d i c h o Numulítico con todos los terrenos del sinclinal, hace sospechar que pudiera haber el fenómeno que los franceses c o n o c e n con el n o m b r e d e « d é c r o c h e m e n t > , que pudiéramos traducir literalmente p o r d e s e n g a n c h e del pliegue. El corte g e o l ó g i c o (fig. 14) y las fotografías (lámina I V , fig. 2, y lám. V ) dan idea d e esta estructura. L o s a c c i d e n t e s q u e a c a b a m o s de descubrir tienen su continuación hacia el este, en las colinas d e C a ' n Prat y en el Pujol, que muestran en su parte sur la sucesión normal de los diversos tramos del Trías, y en la colina del sur del Pujol, verdadera prolongación de éste, tenemos sobre las pizarras arenosas la p u d i n g a de base del Trías, prueba de encontrarnos en un flanco normal; pero si atravesamos estas colinas, por ejemplo por el Mem. de la S o c . Esp. de Hist. Nat., t. x i v , 1931.