El Mega Canal de Nicaragua podría convertirse en un Mega

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El Mega Canal de Nicaragua podría convertirse en un Mega desastre, sin un
estudio científico riguroso.
Kimberly Williams-Guillén, Paso Pacífico, kim@pasopacifico.org
Pedro Álvarez, Civil and Environmental Engineering, Rice University, alvarez@rice.edu
Alan Covich, Odum School of Ecology, University of Georgia, alanc@uga.edu
Jorge Huete-Pérez, Centro de Biología Molecular, Universidad Centroamericana,
jorgehuete@uca-cbm.org
Todd Crowl, Florida International University, Southeast Environmental Research Center,
tcrowl@fiu.edu
Ryan Stoa, FIU Law, Florida International University, rstoa@fiu.edu
Henry Briceño, Florida International University, bricenoh@fiu.edu
Paulo C Olivas, Florida International University, poliv001@fiu.edu
En diciembre del año pasado, el gobierno de Nicaragua comenzó las obras del muy debatido
canal interoceánico. El proyecto propuesto cortaría a Nicaragua en dos y fragmentaría sus
bosques de rica biodiversidad, sus arrecifes y el emblemático Lago de Nicaragua. Aunque la
construcción no ha procedido más allá del despeje y la pavimentación de una vía de acceso, el
31 de Mayo de este año, el proyecto se acercó un paso más a su concreción cuando la
consultora ERM presentó en 14 volúmenes y 11.000 páginas, el estudio de Evaluación de
Impacto Ambiental y Social (EIAS) a la empresa de construcción china Hong Kong-Nicaragua
Development (HKND) y al gobierno de Nicaragua. Es una práctica común el requerir un EIAS
antes de aprobar cualquier proyecto de esta magnitud, ya que proporciona información crítica
sobre posibles impactos y las oportunidades de mitigación. Lamentablemente, aparte de
algunos informes optimistas en los medios de comunicación patrocinados por el gobierno
alegando que el proyecto es "viable", el contenido del ESIA sigue siendo una incógnita para el
pueblo de Nicaragua y la comunidad internacional.
Como miembros de un panel de revisión independiente convocado por el ERM para revisar un
primer borrador del estudio de impacto ambiental, hemos revisado parte de la información
contenida en el EIAS. Hemos planteado serios cuestionamientos a la escasa evidencia científica
que subyace a la evaluación de ERM: los datos sobre la biodiversidad se restringieron al
estrecho corredor a lo largo de los 278 kilómetros del área prevista para el canal, mientras que
el impacto del proyecto se extenderá inevitablemente a una extensa franja de los bosques
tropicales de Nicaragua. El documento presentado contiene escasa información sobre la
geología del área propuesta para el canal. Se espera que el volumen de suelo a movilizar sea
suficiente para llenar 53 millones de camiones de remolque. Lo más inquietante es que se
proporcionaron muy pocos datos sobre posibles impactos a la calidad del agua, el flujo y las
corrientes para un canal que pasaría por el Lago de Nicaragua, es decir, la mayor fuente de agua
dulce de Centroamérica. La respuesta de ERM a nuestras críticas, solo menciona la necesidad
de realizar estudios adicionales para responder a nuestras preguntas, pero seguimos en la
oscuridad, como el resto del mundo, en cuanto a las conclusiones finales del EIAS.
ERM pudo compilar una cantidad impresionante de datos en el marco del limitado tiempo que
se les dio- menos de dos años para un proyecto que se espera cueste más de $ 50 millardos.
Por lo general, los proyectos de esta magnitud requieren de varios años de análisis y
planificación para la evaluación apropiada de la viabilidad y de la mitigación. Por ejemplo, un
canal interoceánico propuesto en la década de 1970 a través del Darién, Panamá, requirió de 10
años de estudio antes de ser abandonado por inviable. La construcción de la presa de las Tres
Gargantas en China se inició basado en un EIAS de alcance y tiempo de preparación similar al
informe presentado por ERM, y se ha convertido en un claro ejemplo de lo oneroso que
resultan los costos ambientales no previstos en los megaproyectos, a causa de deslizamientos
frecuentes, la contaminación del agua, e incluso el aumento de la actividad sísmica.
HKND pregona esto como el mayor proyecto de infraestructura jamás realizado, que costaría
dos veces lo que costó el de Tres Gargantas y que removería 44 veces más tierra. Proceder sin
una evaluación adecuada de los impactos ambientales, sociales y económicos del canal
resultará desastroso para el pueblo de Nicaragua y los ecosistemas de la región. El 3 de Junio
pasado, miembros destacados de la comunidad científica de Nicaragua presentaron una
petición formal solicitando la divulgación de la evaluación de impacto ambiental - una solicitud
que a la fecha solo ha encontrado silencio, incluso a pesar de las masivas protestas contra el
canal de este fin de semana pasado. Es hora de que el gobierno de Nicaragua revele
públicamente la evaluación de ERM, incluyendo los costos ambientales y sociales del canal.
Mantener el EIAS en secreto no sólo socava el poder de la ciudadanía nicaragüense para
evaluar el proyecto, sino que pone en duda la legitimidad de todo el proceso de EIAS. Si este
canal fuese una causa justa, debería existir transparencia y apertura al debate público sobre su
sostenibilidad y consecuencias imprevistas como los impactos ambientales y sociales.
En las palabras de Mahatma Gandhi,…" La verdad nunca daña una causa que es justa. "
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