Caracterización de los tiburones capturados en faenas de pesca costera y pelágica en el Pacífico de Costa Rica Por Andrés M. López Garro El Pacífico de Costa Rica se caracteriza por ser una costa con diferentes accidentes geográficos, tales como penínsulas, golfos, bahías, manglares, islas, etc (Quirós, 1995). Cuenta con alrededor de 560.000 km2, debido a la presencia de islas oceánicas como Isla del Coco, que extienden el área de su Zona Económica Exclusiva (ZEE). Tanto su irregular línea costera, como su gran área marina han promovido el desarrollo de infraestructuras portuarias y turísticas, convirtiendo a esta costa en la principal fuente de recursos pesqueros del país (Gonzáles et al., 1993). De hecho más del 95% de todas las capturas comerciales provienen de la costa pacífica, donde muchas comunidades dependen de la pesca históricamente como único modo de subsistencia. Comunidades en el Pacífico como Puntarenas, Playas del Coco, Tárcoles, Golfito entre otras, figuran como importantes centros de descargas pesqueras. En estos sitios la economía local depende totalmente de la extracción y comercialización de productos marinos. De esta manera existen distintas flotas pesqueras, que dirigen sus esfuerzos a la captura de diferentes recursos. Cerca de la costa los esfuerzos se dirigen hacia la captura de peces principalmente demersales como pargos, corvinas y tiburones. Mientras que en aguas pelágicas las especies objetivo son el dorado, el atún, los picudos y tiburones (Villareal 2001). Factores antropogénicos (como la contaminación, la sobrepesca, la acuicultura y sobrepoblación) sumados a factores ambientales (como calentamiento global y fenómeno del niño), han ocasionado la desaparición y reducción de especies de la geografía mundial; repercutiendo directamente en las capturas, esfuerzos pesqueros y en los ecosistemas en general. Al bajar las tasas de captura de las especies de mayor interés comercial, otras poblaciones han debido soportar el esfuerzo pesquero (López, 2004). Tal es el caso de los tiburones que se han convertido en un importante recurso económico, debido a la alta demanda de sus aletas en el mercado asiático y al aumento del consumo de carne en el mercado nacional e internacional (Musik et al. 2000). A nivel local e internacional la demanda de carne de tiburón aumenta día con día, pues los precios de las especies de mayor demanda tradicional, como pargo, corvinas, dorado, atún, se han elevado. Los tiburones son comercializados en diferentes presentaciones o categorías, sobresalen el filete de Bollillo, Bolilllón, Cazón, Chuleta entre otros. Los tiburones son capturados en aguas costeras y pelágicas de la ZEE del Pacífico de Costa Rica, por diferentes pesquerías comerciales (INCOPESCA 2005): A) Pequeña escala: Pesca artesanal con o sin embarcación con una autonomía máxima de 3 millas náuticas. Incluye a pescadores que utilizan trasmallo, línea planera y la cuerda de mano para realizar sus faenas en busca de pargos (Lutjanus guttatus y L. colorado), róbalos (Centropomus sp.) y corvinas (Cynoscion sp.). Sin embargo se capturan “incidentalmente” tiburones de las familias Triakidae, Carcharhinidae y Sphyrnidae, principalmente. Los pescadores artesanales realizan faenas diarias en lugares cercanos a la costa. Predominan embarcaciones pequeñas entre los 6 y 8 m de largo x 2 de ancho, así como el uso de artes de pesca manuales. Se capturan alrededor de 10 especies de tiburones costeros en diferentes épocas, sobresalen los mamones (Mustelus henlei y M. lunulatus.), los picudos (Rhizoprionodon longurio y Nasolamia. velox) y el tiburón martillo (Sphyrna lewini). B) Media escala: Pesca a bordo de embarcaciones con autonomía para faenar un máximo de 40 millas. Estas embarcaciones practican la pesca con palangre (manual) de dorado, marlin, y tiburones en zonas relativamente cerca de la costa. Se capturan principalmente tiburones sedosos (Carcharhinus faliciformis) y martilllos (Sphyrna sp.) de tallas bajas. C) Avanzada: Pesca realizada con medios mecánicos a bordo de embarcaciones con autonomía superior a las 40 millas naúticas, orientada a la captura de especies pelágicas con palagre. En las pesquerías pelágicas, los esfuerzos son dirigidos a especies migratorias, como dorado (Coryphaena. hippurus), marlin (Makaira sp.), espada (Xiphias gladius). Sus faenas se realizan entre las 40-200 millas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE). En este tipo de pesca se capturan tiburones que migran por la ZEE del Pacífico, sobresalen los tibunes sedosos (Carcharhinus faliciformis), zorros (Alopias pelagicus), martillos (Sphyrna sp). D) Semiindustrial: Pesca orientada a la captura de camarón con red de arrastre, además de la pesca de sardina y atún con red de cerco. En la pesca de arrastre, se capturan incidentalmente tiburones de hábitos principalmente bentónicos como los mamones (Mustelus sp.) y juveniles de martillos (S. lewini), entre otros. Sin embargo estas embarcaciones desechan el tiburón, pues no lo almacenan por su bajo valor comercial. En Costa Rica, como en muchas otras partes del mundo, los tiburones han sido sobreexplotados a causa de la práctica del “aleteo”, la cual es insostenible. Debido a esto, se presionó a el Gobierno para crear leyes que castigaran esta práctica; de hecho, según la nueva Ley de Pesca del 2005 todas las embarcaciones deben descargar los tiburones con las aletas adheridas al vástago en forma natural. Sin embargo, actualmente se está forzando al Gobierno para que la Ley se cumpla de manera eficiente tanto para las embarcaciones nacionales como las internacionales que todavía desembarcan en muelles privados. La sobrepesca afecta directamente a las pesquerías de tiburones, debido a que sus poblaciones poseen bajas tasas de reproducción y crecimiento (Musick et al., 2000), haciéndolas muy susceptibles a la sobreexplotación. Además, la pesquería intensiva de tiburones puede fácilmente ocasionar desequilibrios ecológicos (Tavares, 2005). Por esto se debe generar información actualizada sobre las principales especies capturadas por las pesquerías que operan en la ZEE del Pacífico de Costa Rica, a fin de conocer parámetros pesqueros como la composición de especies, proporción de sexos, tallas, dieta alimenticia y épocas de reproducción, entre otros. Esto facilitará la definición de prioridades de investigación, conservación, manejo de los tiburones y sus ecosistemas. Actualmente, en la región del Pacífico Oriental se promueve la conservación de los recursos marinos, en particular de especies pelágicas migratorias. Dado es el caso de la iniciativa “Corredor Marino de Conservación del Pacífico Este Tropical”, en el cual se espera enlazar grandes extensiones marítimas compartidas entre Costa Rica, Colombia, Panamá y Ecuador, resguardando alrededor de 211 millones de hectáreas. Esta iniciativa refleja la importancia de realizar esfuerzos científicos no solo a nivel nacional sino internacional, cuyos resultados mostrarían mejor la realidad de las poblaciones en estudio, permitiendo elaborar estrategias de manejo y conservación más eficientes. BIBLIOGRAFIA González, L., A. Herrera, L. Villalobos, Y. Breton, E, López, E. Breton, E. Houde, D. Roy y C. Benazera. 1993. Comunidades pesquero-artesanales en Costa Rica. Heredia. Costa Rica. Universidad Nacional. 181p. López, A. 2004. Determinación In vitro de la potencia del extracto de pituitaria del pargo manchado (Lutjanus guttatus) Tesis de Licenciatura, en Biología Marina. Escuela de Ciencias Biológicas, Universidad Nacional. 62p. Musik, J., G. Burgess, G. Cailliet, M. Camhi y S. Fordham. 2000. Management of Sharks and Their Relatives (Elasmobranchii). Fisheries AFS POLICY STATEMENT 27 (3): 1-11. Quirós, G. 1995. Causas de la riqueza pesquera costarricense. UNA-CONICIT. Heredia, Costa Rica. 32 p. Villareal, A. 2001. La composición de especies en la pesca artesanal con línea de fondo en la parte externa del Golfo de Nicoya, Costa Rica. Tesis de Licenciatura, Escuela de Ciencias Biológicas, Universidad Nacional. 75p. Tavares, R. 2005. Abundancia y distribución de tiburones en el Parque Nacional Archipiélago de Los Roques y otras islas oceánicas venezolanas, 1997–1998. Ciencias Marinas. 31(2): 441-454.