Filosofia

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EPÍGRAFES DE SELECTIVIDAD
1) El humanismo de Marx. Teoría de la alienación y sus tipos.
2) Materialismo histórico y materialismo dialéctico. Modos de producción,
relaciones de producción. Infraestructura, estructura y superestructura
1. CONTEXTO HISTÓRICO-FILOSÓFICO DE KARL MARX.
El contexto histórico en el que se desenvuelve la filosofía marxiana se caracteriza, desde el
punto de vista político, por el auge de determinados movimientos revolucionarios liberales
que van a ir minando y acabando con las viejas y obsoletas estructuras políticas del Antiguo
Régimen y que colocan en su lugar modelos políticos liberales, todo ello debido en gran parte
a la importancia social y política de la burguesía como clase social (Revoluciones de 1830 y
1848). A estos movimientos hay que sumar los movimientos sociales que van a ir
reivindicando mejoras laborales y económicas para el proletariado en el contexto de la
expansión de la revolución industrial, la cual está aportando grandes avances económicos y
tecnológicos, pero manteniendo al proletariado en condiciones indignas, de explotación y de
miseria.
El contexto filosófico en el que se desarrolla su filosofía está marcado por la presencia del
filósofo alemán Hegel y sus herederos. No obstante, también conviene hacer alguna referencia
a algunos pensadores que poco o nada tienen de hegelianos pero que también han dejado su
huella e impronta en el ambiente intelectual del siglo XIX: en primer lugar, los economistas
defensores del liberalismo económico, y en segundo lugar, los socialistas utópicos y los
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anarquistas.
Ø HEGEL
Sin duda alguna, la figura filosófica más importante del primer cuarto del siglo XIX fue
G.W.F.Hegel (1770-1831). En esos años, incluso en años posteriores, casi toda la actividad
filosófica gira en torno a este filósofo, ya sea para defender su sistema filosófico, ya sea para
criticarlo.
El sistema filosófico hegeliano, llamado Idealismo Dialéctico, es muy complejo, pero puede
ser resumido diciendo que, para Hegel, la realidad en sus múltiples manifestaciones (políticas,
artísticas, religiosas, filosóficas) está presidida por algo que él llama Razón o Espíritu
Universal (Dios secularizado).
Esta realidad presidida por la Razón Universal está en un constante devenir (similitud de Hegel
con Heráclito). Ahora bien, ¿cómo podemos explicar ese movimiento y ese devenir? Según
Hegel, el devenir y el movimiento incesante al que está sometida la realidad en sus múltiples
manifestaciones puede ser entendido como un proceso dialéctico cuya base es la oposición de
contrarios y el enfrentamiento (siguiendo a Heráclito "la guerra, lucha de contrarios, es el
padre de todas las cosas"). Este proceso dialéctico de oposición y enfrentamiento se
desarrolla en tres momentos:
1. Momento de la afirmación (Tesis): una realidad concreta aparece como lo que es.
2. Momento de la negación o contraposición (Antítesis): es el contrario, la negación
que cualquier realidad conlleva en sí misma (una realidad concreta no consiste sólo
en lo que "es" sino también en lo que "no es").
3. Momento de la superación (síntesis): en esta fase la lucha de contrarios (tesisantítesis) que toda realidad conlleva, se supera, se soluciona con la reconciliación
de los dos momentos anteriores en una realidad más perfecta, superior. Este
momento de la síntesis, a su vez, se convertirá en tesis, iniciándose de nuevo el
proceso dialéctico, y así sucesivamente.
Veamos un ejemplo de cómo es el transcurrir dialéctico: la evolución en la explicación del
conocer humano en la Filosofía Moderna: el momento de la Tesis lo representa el
Racionalismo; el momento de la antítesis lo representa el Empirismo; el momento de la
superación o reconciliación lo representa Kant con su famosas síntesis (aceptación de algunas
cosas del racionalismo y del empirismo y rechazo de otras); la explicación kantiana del
conocimiento se nos muestra como una explicación mejor, superior que las dos anteriores.
Aplicado al análisis de la sociedad, Marx dirá que la aparición de la burguesía es la tesis; ésta
lleva consigo su antítesis, la aparición del proletariado. La síntesis estará representada por el
comunismo, como superación de las clases sociales.
A la muerte de Hegel en 1831 sus discípulos se agruparon en dos bandos que fueron designados
como el bando de la derecha hegeliana y el bando de la izquierda hegeliana. La derecha
hegeliana representa la continuación, casi sin variaciones, del idealismo dialéctico hegeliano.
La izquierda hegeliana, representada entre otros por Feuerbach e incluso el propio K. Marx,
es una reforma radical del hegelianismo a la vez que una crítica de sus afirmaciones
fundamentales.
Ø FEUERBACH
En la izquierda hegeliana se encuentra Ludwing Feuerbach (1804-1872). De Feuerbach nos
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interesa destacar dos cosas:
a) El Materialismo: a diferencia de su maestro Hegel, Feuerbach reconoce que el hombre es,
antes que nada, un ser material. Para Hegel, el hombre ante todo se caracteriza por ser un ser
espiritual, esto es, un ser pensante, un ser con razón capaz de entender el devenir de la
Razón o Espíritu Universal . Para Feuerbach, y como veremos también para Marx, el hombre
es, antes que cualquier otra cosa, un ser material con unas necesidades básicas que satisfacer.
b) La crítica de la religión: según Feuerbach, el hombre es quien ha inventado a los dioses.
¿Por qué tiene lugar esta creación divina? Esta creación de Dios por parte del hombre se
explica, según Feuerbach, teniendo en cuenta el fenómeno de la alienación religiosa: el
hombre proyecta fuera de sí todas sus potencialidades y los anhelos pertenecientes a su
propia esencia humana y los coloca en un ser al cual llama Dios y ante el que se arrodilla y al
que adora con esmerada devoción. Dicho de otra manera, no ha sido Dios quien ha creado al
hombre a su imagen y semejanza sino que ha sido el hombre quien ha creado a Dios a su
imagen y semejanza ya que lo que es Dios (sus propiedades y sus perfecciones) es lo que el
hombre quiere ser. Por eso, cuando el hombre se arrodilla ante Dios se está arrodillando
frente a un espejo cuya imagen es el propio hombre pero divinizado y convertido en un Ser
Extraño, Sobrenatural y Sobrehumano al que hay que respetar y adorar. Lo que hay que hacer
según Feuerbach es suprimir esa alienación religiosa y esto es posible si el hombre se impone
como tarea intentar desarrollar aquí abajo, en la tierra todas las propiedades que ha atribuido
a Dios: justicia, perfección, omnisciencia, etc.
El ser humano
Proyecta sus cualidades elevadas al infinito
Conocimiento
Poder
Bondad
Dios
Omnisciencia
Omnipotencia
Suprema bondad
Ø ECONOMISTAS LIBERALES
Además de a Hegel y a Feuerbach, conviene hacer referencia, en primer lugar, a una serie de
pensadores representantes de lo que se ha llamado Liberalismo Económico. Entre estos
pensadores destacan dos: Adam Smith (1723-1790), amigo de Hume, autor de una obra ya
clásica dentro del pensamiento económico, La riqueza de las naciones; y David Ricardo
(1722-1823), autor de Principios de Economía Política. Ambos autores, no sólo hacen los
primeros análisis teóricos de la moderna sociedad industrial basada en el sistema económico
capitalista, sino que lo defienden considerándolo como el mejor de los sistemas económicos
posibles. Más concretamente, defienden la libertad de comercio, la ley de la oferta y la
demanda, la primacía del mercado y la no intervención del Estado en los asuntos económicos
(laissez faire, laissez passer).
Marx se enfrentará a ambos autores. Según Marx el capitalismo ni mucho menos es el mejor
de los sistemas económicos y de ahí que apueste por su desaparición y su sustitución por un
sistema económico comunista.
Ø SOCIALISTAS UTÓPICOS Y ANARQUISTAS
Los socialistas utópicos (Saint-Simon (1760-1825), Robert Owen (1722-1858), Charles Fourier
(1772-1837)) hacen una dura crítica de la moderna sociedad industrial. En concreto, critican la
injusticia de un sistema económico capitalista salvaje que, a costa de la riqueza y bienestar
de unos pocos, supone la pobreza de los muchos. De lo que se trata es de acabar
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progresivamente con esa sociedad industrial capitalista para instaurar un modelo de sociedad
que haga compatibles los logros y avances de la ciencia y de la técnica con el progreso moral
de los hombres para alcanzar la justicia y la igualdad. Como medio para alcanzar estos
propósitos los socialistas utópicos proponen la educación de los hombres.
El anarquismo se caracteriza fundamentalmente por la lucha contra el Estado y toda forma
centralizada de poder. Los anarquistas colectivistas son, al igual que los socialistas utópicos,
unos feroces críticos del sistema económico capitalista y de las estructuras estatales y
gubernativas. Proponen como solución el rechazo de la propiedad privada y, como alternativa,
la colectivización de los medios de producción (fábricas, tierras, etc.); el rechazo de las
estructuras políticas vigentes (partidos políticos, parlamento, etc.), y la defensa de un modelo
autogestionario de vida en sociedad en la cual son los individuos mismos quienes, a través de
la participación directa, deciden las leyes y normas por las cuales se van a regir.
Mijail Bakunin (1814-1876.)
Nacido en el seno de una familia aristocrática
rusa fue desterrado por sus ideas a Siberia. Se
escapó de allí y se exilió en Suiza. Llegó a ser
el principal representante del anarquismo
europeo. Sus diferencias con Marx fueron tan
profundas
que
sus
enfrentamientos
condujeron a la crisis de la 1ª Internacional. Es
el principal representante del anarcocolectivismo.
Marxismo
Anarquismo
Gobierno
Estado
proletario
Destrucción
del Estado
Propiedad Sociedad
Estatal
Colectivismo
Comunal
Libertad
individual
Administración Política
Centralismo
Participación
política
Federalismo
No
participación
2. DATOS BIOGRÁFICOS Y OBRAS DE KARL MARX.
Karl Marx nació en Tréveris (Alemania) en 1818. Estudió la carrera de Derecho en Bonn y
Berlín, pero su gran pasión fue la Historia y la Filosofía. Finalizados sus estudios universitarios
empezó a trabajar en el año 1842 como redactor del periódico La Gaceta del Rhin. En este
diario escribió artículos en los cuales hacía una denuncia de la situación social y laboral de los
trabajadores asalariados. Esta denuncia motivó el que el periódico fuese cerrado por las
autoridades gubernativas. En 1843 se marcha a París y entra en contacto con corrientes de
pensamiento socialista y comunista; conoce a Proudhon, a Bakunin... y a quien sería su gran
amigo y colaborador Federico Engels (1820-1895). Después de ser expulsado en repetidas
ocasiones de diferentes ciudades (de París, de Bruselas) y de pasar por una calamitosa
situación económica, se traslada en 1850 a Londres donde se establece de manera definitiva.
Desempeñó un papel fundamental en la fundación de la Primera Internacional. Murió en
Londres en el año 1883.
Entre sus obras destacan las siguientes: Crítica de la Filosofía del Estado de Hegel, publicada
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en 1843 (su primera obra); Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel,
publicada en 1844 (de la cual habla Marx en el texto objeto del comentario); Manuscristos de
Economía y Filosofía, escrita en 1844 pero publicada después de su muerte; La Sagrada
Familia (1845); La Ideología Alemana (1846); El manifiesto comunista (1848); Contribución a
la Crítica de la Economía Política (1859), cuyo prólogo es el texto que hay que comentar; El
Capital, cuyo primer tomo se publicó en 1867 (los tomos segundo y tercero fueron redactados
por Engels siguiendo las notas dejadas por Marx y publicados respectivamente en 1885 y
1894).
ü Caracterización general de su filosofía.
La filosofía de Karl Marx puede ser considerada como una filosofía de protesta ante un
contexto histórico que, desde el punto de vista socioeconómico, es considerado injusto
(pobreza, explotación…), y como una filosofía de reacción al ambiente intelectual y filosófico
del siglo XIX dominado por el sistema filosófico hegeliano y sus derivados. De hecho, sólo es
posible una comprensión de los propósitos filosóficos de Marx si se tienen en cuenta ese
contexto histórico y ese ambiente intelectual. Pero Marx no quiere que su filosofía sea una
mera protesta, sino que sea el punto de partida para su transformación: "Hasta el momento
los filósofos han interpretado el mundo y de lo que se trata es de transformarlo".
3. EL HUMANISMO DE MARX. TEORÍA DE LA ALIENACIÓN Y SUS TIPOS.
ü CONCEPCIÓN MATERIALISTA DEL HOMBRE.
Marx concibe al ser humano como un ser vivo que, al igual que otros seres vivos, tiene una
serie de necesidades materiales básicas relacionadas con su supervivencia no sólo como
individuo sino también como especie (comida, protección, vestido, sexualidad...). A
diferencia de los animales el hombre satisface esas necesidades transformando la Naturaleza a
través de su trabajo. Al hacer esto, el hombre lo que hace es humanizar la Naturaleza.
Conviene señalar que esta actividad transformadora de la Naturaleza no la realiza el hombre
en solitario sino junto a otros hombres, es decir, en sociedad: en el trabajo se unen y se
vinculan los hombres unos con otros. Es a esto a lo que Marx llama producción social de la
vida: el hombre se relaciona con otros hombres para producir aquellos medios que permiten
satisfacer sus necesidades materiales (comida, vivienda, vestido, etc.). En este sentido Marx
considera que el hombre se constituye como individuo en la sociedad, de ahí que diga que el
hombre es el conjunto de sus relaciones sociales. El hombre es el resultado de la sociedad y
de la época histórica que le ha tocado vivir.
Sin embargo, a pesar de que el trabajo es una actividad esencial en la vida del ser humano,
se ha desarrollado históricamente en unas condiciones que lo han convertido en una auténtica
maldición, en el peor de los castigos. Marx criticó duramente las condiciones de trabajo de los
obreros al considerar que eran alienantes. Veamos qué es eso de la alienación.
ü LA ALIENACIÓN
El concepto de alienación (enajenación o extrañamiento) fue utilizado por L. Feuerbach para
hacer referencia al hecho de que los hombres consideraran a Dios como un Ser Ajeno a ellos
mismos al que hay que adorar y respetar y ante el que hay que arrodillarse, y no como una
creación suya, una imagen de la propia esencia humana pero situada en un plano divino y
sobrenatural. La religión, por tanto, es la esfera en la cual, según Feuerbach, transcurre este
fenómeno de la alienación.
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En la obra titulada Manuscritos de Economía y Filosofía Karl Marx hizo un análisis minucioso
del fenómeno de la alienación. Esta palabra y sus sinónimas (“enajenación”, “extrañamiento”)
hacen referencia al hecho de que “algo se vuelve extraño y ajeno al hombre al separarse
de él”. En este sentido, el término “alienación” hace referencia al hecho de que tanto la
actividad humana como sus resultados se convierten en “algo extraño” para el ser humano.
Marx distingue los siguientes tipos de alienación:
•
Alienación laboral. El fenómeno de la alienación es un fenómeno que se produce en el
desarrollo de la actividad laboral. Teóricamente, el trabajo es una actividad productiva que le
debe servir al ser humano no sólo para conseguir los bienes que le permiten satisfacer sus
necesidades más básicas sino que es también una actividad que le debe permitir realizarse
como se humano ya que es en el desarrollo de esa actividad laboral donde el hombre
despliega todas sus capacidades. Ahora bien, en la práctica, en la realidad histórica concreta,
el trabajador, especialmente el trabajador que desarrolla su actividad laboral según las
pautas del modo de producción burgués-capitalista, se siente “extraño” ante su propia
actividad laboral. Son dos las razones básicas que explican el que el hombre se sienta
alienado al ejercer su actividad laboral:
-
En primer lugar, el trabajador se siente alienado con respecto al producto de su
trabajo. El producto debería ser visto por el trabajador como la objetivación de su
actividad laboral. Sin embargo, en el mismo momento en que este producto laboral no
le pertenece a él sino a otros (el señor, el burgués), este producto aparece ante el
trabajador como algo “extraño y ajeno”. A cambio le dan un salario mísero que le va a
servir simplemente para subsistir. La parte más importante del beneficio del trabajo se
la queda el capitalista y es denominada por Marx la plusvalía, y constituye según Marx
un auténtico robo y explotación, aunque estén legitimados por las leyes.
-
● En segundo lugar, el trabajador se siente alienado con respecto a la propia
actividad laboral. El trabajador se encuentra “extraño” desarrollando su trabajo
mientras que se siente a gusto y satisfecho “fuera del trabajo”. Como consecuencia se
produce una paradoja: para Marx, lo más propiamente humano es el trabajo, y sin
embargo se encuentra “extraño” en él y lo considera como una “actividad inhumana”
mientras que “se siente satisfecho” haciendo aquello que es propiamente “animal”
(comer, dormir, procrear…). La causa principal de esta situación paradójica respecto a
la actividad laboral está en el hecho de que el trabajador no es considerado “una
persona” sino “un mero instrumento” para producir cosas (mercancías), y en este
sentido, el trabajo es una mercancía más.
La alienación laboral del trabajador promueve la aparición de otras alienaciones. Las
principales son la alienación social, la alienación jurídica y política, y la alienación religiosa.
● La alienación social consiste en el hecho de que “el trabajador se ve a sí mismo y ve a los
demás hombres” no como miembros pertenecientes a la especie humana sino como miembros
pertenecientes a clases sociales antagónicas y opuestas. Esto significa que el trabajador se ve
a sí mismo, antes que como “ser humano”, como “un explotado laboralmente” y miembro de
una clase social enfrentada a la clase social explotadora (“los otros”).
● La alienación jurídica y política consiste en el hecho de que el trabajador concibe las leyes
y las instituciones políticas como “algo ajeno y extraño” que no representa sus intereses sino
sólo los de la clase dominante. La casta política y las leyes que aprueban favorecen a los que
son auténticamente poderosos: los capitalistas.
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● La alienación religiosa consiste en el hecho de “inventar la religión” como consuelo para
hacer frente a los sufrimientos que padece el hombre en este mundo de explotación
económica. Según Marx, la miseria económica que padecen los miembros de la clase social
dominada y oprimida hace que “inventen un mundo imaginario o sueño dorado”, que es el
mundo que nos ofrece la religión, y que les sirve de consuelo. Como dice Marx, “el hombre
oprimido económicamente suspira por una ilusoria felicidad celeste que adormezca sus
desgracias y pesares presentes”. En este sentido, “la religión es el opio del pueblo” ya que es
como un calmante, un narcótico, una droga que adormece y sirve de consuelo a aquellas
personas que sufren la miseria económica. Además, al adormecer al pueblo y consolarlo de
sus pesares y sufrimientos, la religión disminuye la capacidad revolucionaria para transformar
la realidad socioeconómica y destruir la auténtica causa de esos sufrimientos: la explotación
económica de unos hombres por otros.
4. MATERIALISMO HISTÓRICO Y MATERIALISMO DIALÉCTICO. MODOS DE PRODUCCIÓN Y
RELACIONES
DE
PRODUCCIÓN.
INFRAESTRUCTURA,
ESTRUCTURA
Y
SUPERESTRUCTURA.
Marx defiende una concepción materialista de la realidad, en el sentido de que considera la
materia como lo único real. De la materia surgió la vida y de ésta el ser humano. Esta realidad
está sometida a un proceso de transformación dialéctico gobernado por la lucha de contrarios
y que sigue los tres momentos que expusiera Hegel. Esta concepción se designa con el nombre
de materialismo dialéctico (opuesto principalmente al idealismo hegeliano) y fue
desarrollada principalmente por Engels.
El materialismo histórico es la explicación marxista de la historia. Encuentra su primera
formulación en la obra titulada La Sagrada Familia y de forma resumida aparece en el prólogo
de la obra Contribución a la crítica de la economía política (1859), texto que vamos a leer.
Las tesis principales del Materialismo histórico como “filosofía de la historia” son las
siguientes:
a) La Historia de la Humanidad es una sucesión de épocas a las que Marx llama
“sociedades” o “formaciones sociales”.
Según Marx, la Historia de la Humanidad puede dividirse en cuatro etapas o épocas a las que
él llama “sociedades” o “formaciones sociales”. Estas cuatro “formaciones sociales” son la
formación social asiática (civilizaciones egipcia y mesopotámica), la formación social antigua
(civilizaciones griega y romana), formación social medieval (Edad Media), y la formación social
burguesa (Edad Moderna, desde el siglo XV en adelante).
b) La característica principal que define a cada época histórica es el “modo de
producción de la vida material”
En opinión de Marx, lo que caracteriza y define a cada época o formación social histórica es
la manera o forma peculiar de organización de la actividad productiva mediante la que los
hombres de una determinada etapa producen socialmente los bienes de consumo que les
permiten satisfacer sus necesidades básicas. A esta manera de organizar la actividad
productiva es a lo que Marx llama “modo de producción de la vida material”. Dentro de un
“modo de producción de la vida material” se pueden diferenciar dos elementos: las fuerzas
productivas materiales, y las relaciones de producción.
● Las fuerzas productivas materiales son el conjunto de los “medios de producción”
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(materias primas; instrumentos de trabajo: herramientas y máquinas; conocimientos
científicos y técnicos) y de los hombres que emplean dichos medios de producción mediante
su “fuerza de trabajo” para producir determinados bienes materiales (productos agrícolas o
productos manufacturados, por ejemplo).
● Las relaciones de producción son las relaciones sociales que se establecen entre los
diferentes hombres que participan, de una u otra manera, en el proceso de producción,
distribución y reparto de los bienes materiales . Básicamente, estas relaciones de producción
son las relaciones que se establecen entre los propietarios de los medios de producción y los
productores directos en el proceso de producción. La esclavitud, la servidumbre o el trabajo
asalariado son ejemplos de lo que Marx llama “relaciones de producción”.
Las relaciones de producción dan origen a la formación de clases sociales antagónicas y
opuestas: la clase social dominante o explotadora (propietarios de los medios de producción),
y la clase social dominada o explotada (los desposeídos).
Clase social
Dominante
Dominada
Modo de producción
Antiguo esclavista
Feudal
Amos
Señores
Esclavos
Siervos
Moderno burgués
Burguesía
Proletariado
c) El modo de producción existente en una época o sociedad determinada condiciona el
entramado jurídico, político y cultural de esa época o sociedad
Según Marx en la estructura social de una determinada época histórica o formación social se
puede establecer una distinción entre dos elementos: la estructura económica de la sociedad
o infraestructura, y la estructura jurídica, política e ideológica o superestructura.
● La estructura económica de la sociedad o infraestructura es el modo de producción de la
vida material vigente en una época o sociedad, por ejemplo, el modo de producción
esclavista, el feudal o el burgués.
● La estructura jurídica, política e ideológica o superestructura incluye el entramado
político, jurídico, ideológico y cultural vigente en una época o sociedad. La superestructura
jurídica y política se refiere a las leyes y a las instituciones políticas vigentes en un momento
dado. La superestructura ideológica, espiritual o “formas de conciencia social” hace
referencia a las ideas (filosóficas, artísticas), creencias religiosas y costumbres vigentes en una
época o sociedad histórica determinada.
Marx utiliza el concepto de “ideología” para hacer referencia al sistema de ideas mediante
el cual los seres humanos de una determinada época se representan el mundo: la
filosofía, el arte, la religión, el derecho, la moral son las más importantes representaciones
ideológicas. Aparentemente, estos sistemas ideológicos pretenden reflejar objetivamente lo
que la realidad es, pero en realidad lo que hacen es reflejarla y describirla de una manera
falsa y deformada, y ello es así porque en el fondo disfrazan y ocultan las relaciones de
dominación económica existentes y son un instrumento utilizado por la clase dominante para
justificar su situación de dominio. En opinión de Marx, la clase dominante no sólo dispone de
los medios de producción material sino también de los medios de control y producción de las
ideas y de la cultura, por lo que las ideas que en una época determinada dominen serán las
que la clase dominante quiera que dominen.
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La relación existente entre estos dos elementos de la estructura social es una relación de
condicionamiento. Dicha relación consiste en que la estructura económica de la sociedad o
infraestructura condiciona la superestructura y explica el tipo de leyes(las leyes favorecen a
los ricos), instituciones políticas (el gobierno está al servicio de los capitalistas) y formas de
conciencia social (la cultura legitima el status quo) que están vigentes en un momento dado.
La existencia de esta relación de condicionamiento hace que la superestructura sea un reflejo
de la organización económica vigente. En resumidas cuentas, de cada época o sociedad
podríamos decir lo siguiente: “Dime qué modo de producción está vigente en una sociedad y
te diré qué superestructura tiene”.
La relación entre estructura y superestructura ideológica se ha prestado a numerosos
malentendidos. Según Engels, Marx y él consideran que el condicionamiento más fuerte lo
ejerce la estructura económica, pero no han dicho que la superestructura no condicione a su
vez la estructura económica. Sin embargo, Engels reconoce en la misma carta que él y Marx
son los responsables de que se conceda más peso de los debido al factor económico, ya que
tuvieron necesidad de acentuarlo de cara a los que lo querían ignorar, sin que luego tuvieran
ocasión de señalar la importancia de los demás factores que participan en la acción recíproca.
d) La transición de una época histórica o formación social a la siguiente tiene su
explicación en el hecho de que el modo de producción vigente entra en crisis.
Según Marx, el devenir de la Historia de la Humanidad (el paso de una época o formación
social a la siguiente) se explica por la existencia de una crisis en el modo de producción
vigente. El modo de producción vigente en una época o formación social histórica entra en
crisis (y acaba rompiéndose) cuando se produce un desajuste o contradicción entre sus dos
elementos componentes: las fuerzas productivas materiales y las relaciones de producción.
Según Marx, las fuerzas productivas están continuamente desarrollándose dentro del sistema
de relaciones de producción existente. Pero llega un momento en el que estas relaciones de
producción impiden, obstaculizan o limitan el desarrollo de las fuerzas productivas que se
estaban creando. Esto desembocará en una época o periodo de revolución social que
acabará por dinamitar el modo de producción vigente sustituyéndolo por otro nuevo con unas
relaciones de producción más adecuadas a las nuevas fuerzas productivas.
El cambio de modo de producción trae consigo un cambio, más o menos rápido, de toda la
superestructura vigente y la aparición de una nueva superestructura jurídica, política e
ideológica. Un ejemplo de cómo tiene lugar la ruptura de un modo de producción y su
sustitución por un nuevo modo de producción: la transición del modo de producción feudal al
modo de producción moderno burgués.
En el modo de producción feudal el sector económico fundamental es el sector agrícola. Las
fuerzas productivas son, básicamente, las tierras de cultivo, que son propiedad de los nobles,
mientras que los siervos o vasallos las trabajan a cambio de ciertas prestaciones. Las relaciones
de producción son, pues, las relaciones entre la nobleza y la servidumbre y son relaciones de
vasallaje. La estabilidad social existente en el sistema feudal permitió el desarrollo de las
ciudades, de la artesanía y del comercio (nuevas fuerzas productivas). Esta aparición de nuevas
fuerzas productivas fue el germen de la burguesía, clase social emergente que continuará
desarrollando las nuevas fuerzas productivas hasta el punto de que el sistema de relaciones de
producción existente en el sistema feudal se convierte en una atadura para continuar
progresando. Llegado este momento se abre una época revolucionaria en la que la burguesía va
a reclamar la sustitución del sistema de relaciones de producción feudales por un nuevo sistema
de relaciones de producción más ajustado a las nuevas fuerzas productivas: el sistema moderno
burgués.
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e) El motor de la historia es la contradicción entre las fuerzas productivas materiales y las
relaciones de producción y esta contradicción se manifiesta en la lucha de clases.
Para Marx, “la historia de todas las sociedades existentes hasta el presente es la historia de
luchas de clases” (El Manifiesto comunista, capítulo 1). Por “clase” entiende Marx el grupo
social formado por todos aquellos hombres que están en una situación análoga dentro de un
modo de producción. Los esclavos, los vasallos, la burguesía, la nobleza o el proletariado son
clases.
Cuando entra en crisis un modo de producción la “nueva clase social” (por ejemplo, la
burguesía) entra en conflicto abierto con la clase dominante, con la clase que más se
beneficia de las relaciones de producción existentes (por ejemplo, la nobleza). En ese
conflicto abierto, tarde o temprano, la nueva clase social acabará imponiéndose,
transformando las relaciones de producción y alumbrando un nuevo sistema económico en el
que la clase emergente se convierte en “clase dominante”. Ahora bien, la clase social
emergente solamente se convierte en clase social realmente efectiva en su lucha cuando
“toma conciencia” de su propia situación (“conciencia de clase”).
f) La llegada del comunismo.
Marx concibe la Historia de la Humanidad de una manera progresiva. En esta concepción
marca una distinción entre lo que ha sido “la prehistoria de la sociedad humana” y “el
comienzo de la historia de la sociedad humana”.
La “prehistoria de la sociedad humana” es una sucesión de diferentes “épocas de progreso”
caracterizadas cada una de ellas por un determinado modo de producción: el modo de
producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués (lucha entre señores y
esclavos, nobles y siervos, burgueses y proletarios). La última de estas “formas antagónicas” es
el modo de producción capitalista, y, por tanto, con él se cierra la “prehistoria de la sociedad
humana”.
“El comienzo de la historia de la sociedad humana” se producirá en el momento en que las
propias contradicciones del modo de producción burgués-capitalista traigan consigo una
“revolución social” que desemboque en la desaparición de dicho modo de producción y en su
sustitución por un nuevo modo de producción, el comunista o socialista. Inmediatamente
después de la revolución social, protagonizada por el proletariado como clase social oprimida,
se establecerá, antes de llegar a la auténtica sociedad comunista, una etapa histórica de
carácter provisional y transitorio que él llama Dictadura del proletariado en la cual el
proletariado se constituye en clase social dominante y controla todo el poder político. La
dictadura del proletariado tiene como finalidad preparar la llegada de la auténtica sociedad
comunista caracterizada por la desaparición de la propiedad privada, la colectivización de los
medios de producción, la desaparición de las clases sociales y en un futuro del propio Estado.
Mapa conceptual
MODO DE PRODUCCIÓN
Fuerzas productivas
CRISIS
(Desajuste)
Relaciones de producción
Medios de producción
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Clase dominante
11
Fuerza de trabajo
LUCHA DE CLASES
Clase dominada
Determina
SUPERESTRUCTURA
Jurídico-política
Derecho
Estado
Ideológica
Filosofía
Religión
5. OTRAS REFLEXIONES
a) Reflexiones sobre la mujer
“¡Pero vosotros los comunistas, nos grita a coro toda la burguesía, queréis implantar la
comunidad de mujeres! El burgués ve en su mujer un simple instrumento de producción y
como ha oído que los instrumentos de trabajo deben ser explotados en común, no puede
menos de pensar que también a las mujeres les aguarda el destino de la colectivización. No
puede ni imaginarse que de lo que se trata precisamente es de suprimir la situación de la
mujer como mero instrumento de producción. Por lo demás, ¿hay algo más ridículo que ese
espanto de nuestros burgueses, con estridencias de alta moral, ante la pretendida
colectivización oficial de las mujeres por parte de los comunistas? Los comunistas no
necesitan implantar la comunidad de mujeres ya que ésta se ha dado casi siempre.
Nuestros burgueses no se contentan con el hecho de tener a su disposición las mujeres e hijas
de sus proletarios, dejando aparte la prostitución oficial, sino que hallan el mayor de los
placeres en la recíproca seducción de sus propias mujeres.
En realidad, el matrimonio burgués equivale ya a la comunidad de las esposas. A lo sumo, se
podría reprochar a los comunistas el querer implantar una comunidad de mujeres oficial y sin
tapujos en lugar de la que ahora se da con velada hipocresía. Ni que decir tiene, por lo
demás, que con la supresión de las relaciones de producción ahora vigentes, ha de
desaparecer también la comunidad de mujeres que de ella deriva, es decir, tanto la
prostitución oficial como la inoficial.”
6. RELACIÓN DE KARL MARX CON OTROS FILÓSOFOS
• SAN AGUSTÍN Y LAS CONCEPCIONES PROVIDENCIALISTAS DE LA HISTORIA: la relación de
Marx con este filósofo medieval se establece en el tema de la concepción de la historia:
frente a la concepción de la historia agustiniana, según la cual la historia es un proceso
temporal progresivo dirigido por Dios (los hombres son meras marionetas movidas por Dios
hacia el fin que Él ha establecido), para Marx la Historia es también progresiva (se producen
en ella un avance), pero los verdaderos y únicos protagonistas son los seres humanos. Según
Marx, la sucesión de etapas históricas no es el resultado de una decisión divina sino el
resultado de un cambio en el modo de producción, es decir, el resultado de un cambio
económico. Las concepciones de la historia anteriores a Marx son mayoritariamente
providencialistas.
• G.W.F.HEGEL (1770-1831) fue el filósofo más importante del primer cuarto del siglo XIX. Las
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referencias de Marx sobre él son constantes en sus escritos. Aunque los sistemas filosóficos de
Hegel y Marx son muy distintos, entre ellos existen algunas semejanzas. La principal
semejanza radica en la concepción de la realidad como algo que está en permanente devenir
o cambio y que es la oposición entre contrarios el motor de dicho cambio siguiendo un
proceso dialéctico. A pesar de esta semejanza, lo que más sobresale en la relación Hegel-Marx
son las diferencias: En primer lugar, Hegel y Marx se diferencian en la concepción que tienen
del hombre: para Hegel, el Hombre es ante todo un ser que tiene razón y que, gracias a ello,
su misión fundamental es contemplar la realidad y ofrecer una explicación racional de su
devenir o cambio; para Marx, en cambio, el hombre, antes que un ser racional, es un ser
material que tiene unas necesidades vitales que satisfacer. En segundo lugar, se diferencian
en la concepción que tienen de la filosofía: para Hegel, la Filosofía es un saber puramente
teórico cuya tarea fundamental es ofrecer una explicación racional de la realidad; para Marx,
en cambio, la Filosofía es un saber teórico-práctico cuya tarea fundamental es analizar la
realidad para poderla transformar. En tercer lugar, se diferencian en su concepción de la
historia : Hegel tiene una concepción idealista de la historia, según la cual ésta es dirigida por
una Razón Universal, una especie de Dios cristiano secularizado; mientras que Marx tiene una
concepción materialista, según la cual, la historia está determinada por el desarrollo de los
medios de producción económicos de una sociedad. Además, en el desarrollo histórico Hegel
concede especial protagonismo al Estado, ya que es el instrumento principal del que se vale la
Razón para alcanzar el fin de la historia: la realización de la libertad. Sin embargo Marx
considera que el factor determinante del transcurrir histórico lo constituye la economía, y que
el Estado y las leyes favorecen los intereses de la clase dominante.
• LUDWING FEUERBACH (1804-1872) es otro filósofo con el que hay que relacionar a Marx.
Entre ellos existe una semejanza fundamental: el materialismo. Ambos conciben al hombre
como un ser material, aunque Marx hace hincapié en la necesidad que tiene de trabajar para
satisfacer sus necesidades y en la transformación dialéctica de la materia, es decir, de la
naturaleza. También coinciden en hablar del fenómeno de la alienación, aunque en este
punto Marx es mucho más concreto y rico que Feuerbach pues éste solo habló de la alienación
religiosa y Marx habla de otras formas de alienación, considerando la alienación económica
como la causa y origen de todas las demás, incluida la religiosa, por lo que la liberación del
ser humano ha de empezar por ella, y la alienación religiosa desaparecerá una vez que
desaparezca la económica.
SOCIALISTAS UTÓPICOS Y ANARQUISTAS: Marx y Engels diferenciaron entre el socialismo
científico que ellos propugnaban y el socialismo utópico de autores como Saint-Simon,
Fourier, Owen… Les califican de utópicos porque consideran que sus propuestas para cambiar
la sociedad son ingenuas e irrealizables, y porque su análisis de la sociedad no tiene una base
científica. Debido a estas razones, su crítica a la economía capitalista, su rechazo de la
propiedad privada, su denuncia de la explotación de los trabajadores, y sus propuestas
humanitarias no son eficaces, ni realistas. Frente a este socialismo contraponen su socialismo
científico que supone un diagnóstico certero de la situación histórica y que muestra el camino
que tienen que tomar los obreros para anticipar el advenimiento de la sociedad comunista.
Con los anarquistas coincide en su crítica a la sociedad capitalista y en el rechazo a la
propiedad privada, pero pronto se producirá un distanciamiento entre ambas corrientes que
se concretará en su crítica a Proudhon y en su enfrentamiento con Bakunin en la Primera
Internacional Socialista que llevará a la clausura de la misma. Los anarquistas no aceptarán
que el Estado juegue un papel esencial en el periodo de transición a la sociedad comunista (la
dictadura del proletariado), rechazarán una economía centralizada y se opondrán a que el
movimiento obrero esté organizado desde un partido bien disciplinado y jerarquizado.
Consideran que estas posiciones conducen inevitablemente a la constitución de una autoridad
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con un poder inmenso, por lo que su oposición es radical.
ECONOMISTAS LIBERALES: después de estudiar concienzudamente las teorías de los
economistas liberales, Marx se opone a sus principios fundamentales e intentará elaborar un
modelo económico alternativo. Se opone a la propiedad privada de los medios de producción,
a la economía de mercado (laissez faire, laissez passer), a la creencia que una mano invisible
hará posible que los hombres alcancen el bien general, a pesar que sus decisiones las tomen
teniendo en cuenta su interés personal. Criticará que consideren la propiedad privada o la ley
de la oferta y la demanda como leyes naturales, invariables, en vez de explicar su origen, e
identificar a quiénes benefician. Considera que el capitalismo se ve abocado a su desaparición
ya que llevará a una miseria cada vez mayor de la clase obrera, a que las clases medias se
vuelvan proletarias, se agudizarán los conflictos de clases y habrá una revolución que
conducirá a la sociedad comunista.
• F. NIETZSCHE: para Nietzsche cualquier forma de socialismo, incluido el socialismo
marxista, es una ejemplificación de lo que él llama moral del rebaño o moral de los débiles, y
Nietzsche es contrario a este tipo de moral ya que representa la anulación de la vida, del
individuo, la decadencia, la mediocridad. En este sentido, Nietzsche sería un crítico de todo
lo que representa el marxismo como teoría social y política.
7. VALORACIÓN CRÍTICA.
El marxismo ha sido una teoría clave para explicar la historia y la cultura del siglo XX. A lo largo
del siglo pasado son muchos los pensadores que han interpretado la obra de Marx, lo que ha dado
lugar a que se hable de marxismos en plural. En lo que se refiere a su vertiente de práctica
política, después de la muerte de Marx el marxismo se dividió en dos tendencias:
• Marxismo ortodoxo. Esta corriente, la más radical, seguía las tesis de Marx acerca de la
necesidad de la revolución del proletariado. Fue la corriente adoptada por Lenin, líder de la
Revolución soviética de 1917, que se extendió a la Europa oriental y propició la creación de
partidos revolucionarios en todas partes del mundo. Estos regímenes comunistas desembocaron
en dictaduras totalitarias.
• Revisionismo. Esta tendencia renunció a la vía revolucionaria, ya que consideraba que era
posible llegar al socialismo por la vía democrática, sin cuestionar la propiedad privada de los
medios de producción e intentando conseguir mejoras parciales por la vía parlamentaria.
El marxismo inspiró las reivindicaciones de los movimientos obreros. Hay que tenerle en cuenta
para explicar las transformaciones económicas y sociales producidas en los propios sistemas
capitalistas, que hicieron concesiones a los movimientos obreros para evitar una revolución
semejante a la que se había producido en Rusia. La tendencia revisionista desembocaría en la
socialdemocracia que hoy domina en los países de la Europa occidental, y que ha combinado la
economía capitalista con el aumento de la intervención del Estado.
Marx escribía en el Prefacio a la primera edición de El Capital “Daré la bienvenida a todos los juicios
de crítica científica”. Por esto, se equivocan aquellos que, en lugar de estudiar y de efectuar una
crítica de Marx, se limitan a lanzar imprecaciones contra él, pero se equivocan también aquellos
marxistas que consideran las obras de Marx como textos religiosos que hay que venerar, proclamar y
defender a cualquier precio. Respecto a la obra de Marx podemos realizar las siguientes afirmaciones:
ü Marx nos presenta una concepción historicista de la sociedad, que ha sido duramente criticada por
otros autores, y en especial por Popper. Según Popper el historicismo se caracteriza por defender
que existen ciertas leyes que rigen la sociedad. Precisamente por ello es posible realizar ciertas
profecías históricas sobre cuál va a ser el decurso de los acontecimientos y en virtud de ello
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suministrarnos consejos prácticos acerca de las decisiones políticas que pueden tener éxito o que
pueden llevar al fracaso. Para Popper este método historicista además de que es defectuoso, poco
útil y nada científico para analizar la sociedad y la historia, en este caso como en otros, ha servido
de fundamento intelectual de los totalitarismos contemporáneos, que han anulado la libertad y han
quitado a los hombres la posibilidad de organizarse democráticamente para inventar el futuro que
quisieran alcanzar.
Eso sí, después de Marx se hace imposible un retorno a la ciencia social premarxista. Marx ofreció
una nueva visión, que sirve para leer de manera distinta el mundo y la historia de los hombres,
dando una gran importancia al factor económico. Sin embargo, resulta inaceptable la teoría del
materialismo histórico tal como fue formulada por Marx. Al estudiar cada acontecimiento histórico
habrá que valorar la importancia que han tenido tanto el factor económico como los factores
políticos, culturales, religiosos, filosóficos, y no partir del a priori de que el factor económico
determina a todos los restantes (determinismo económico).
Las previsiones de la teoría marxista no se cumplieron: que el capitalismo llevaría a una miseria
cada vez mayor de la clase obrera, que las clases medias se proletizarían, que se agudizarían los
conflictos de clases, que se produciría un hundimiento inevitable del capitalismo, que habría una
revolución que llevaría al socialismo, y que ocurriría, antes que nada, en los países industrialmente
avanzados,... Han sido demasiadas equivocaciones.
Por otra parte, los resultados de la puesta en práctica de las ideas marxistas han sido
calamitosos: las cadenas que se iban a romper cada vez se vuelven más sólidas y más cortas; el
aparato estatal que tenía que desaparecer cada vez se vuelve más gigantesco, y a menudo se ha
hecho pedazos la libertad del individuo; la abolición de las clases y del Estado ha sido postergada
hasta un futuro impreciso. Según un estudio de varios historiadores franceses a lo largo del siglo XX
han fallecido cerca de 90 millones de personas víctimas de regímenes comunistas (URSS, China,
Corea, Vietnam, Camboya,...). Los efectos “colaterales” han sido terribles e inadmisibles para una
doctrina que intentaba la liberación de los seres humanos.
La concepción marxista de que el Estado es una institución opresora (valoración que coincide
totalmente con las ideas anarquistas), no refleja toda la realidad. Naturalmente que el Estado
puede ser una institución opresora que explote a sus súbditos y anule su libertad, pero también es
cierto que un Estado liberal y democrático, con poderes limitados y controlado por el pueblo,
puede convertirse en un factor de prosperidad y de justicia.
Marx elevó a la máxima categoría la idea de revolución, pensando que en ella reside la esperanza
de un mundo mejor y más justo. No tuvo en cuenta aquella afirmación de Hume: “Sabemos que los
tiranos producen rebeldes, y toda la historia nos informa que los rebeldes, cuando prevalecen,
son aptos para llegar a ser tiranos en su momento”; o aquella otra de Ortega: “¡La revolución
devora sus propios hijos! La revolución comienza por un partido mesurado, pasa en seguida a
los extremistas y comienza muy pronto a retroceder hacia una restauración”. Hoy en día
muchos consideran que las vías reformistas son mejores y más eficaces para ir cambiando el
semblante del mundo en el que vivimos, sin tener que ir sembrando la tierra de cadáveres y
destrucción.
Por último, la teoría económica de Marx ha sido considerada por la mayoría de los economistas
como un instrumento casi inservible. Por ejemplo, considerar que el valor de un producto procede
fundamentalmente del factor trabajo es un error de bulto.
De lo dicho podemos afirmar que el pretendido “socialismo científico” de Marx y Engels, tenía
muy poco de científico, de realista y de liberador, y que el tiempo ha mostrado que el socialismo
reformista y democrático (la socialdemocracia) ha sido un instrumento mucho más eficaz para la
consecución de una sociedad más justa y libre.
8. TEXTOS KARL MARX. CONTRIBUCIÓN A LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA. “PRÓLOGO”
El texto de Marx que hay que analizar es el prólogo de la obra Contribución a la Crítica de la
Economía Política, publicada en 1859. Se trata de un texto célebre pues en este prólogo aparecen
expuestas, de manera clara y abreviada, las tesis principales del Materialismo Histórico. Antes de
escribir este libro, Marx dedicó quince años de su vida a realizar investigaciones para elaborar los
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fundamentos de su teoría económica y criticar los de la teoría económica burguesa o capitalista.
Hechas estas investigaciones, Marx decidió publicar el libro por partes o fascículos.
ü PREGUNTAS DE SELECTIVIDAD.
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El materialismo histórico en Marx (2003- S)
Estructura social, ideología y alienación en C. Marx. (2004-J)
Teoría de la historia en Marx (2007-J) (2009-J)
ü TEXTOS SELECTIVIDAD
Texto Selectividad 2003
El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y
espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario,
el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las
fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes,
o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las
cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas
relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre una época de revolución social. Al cambiar la
base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida
sobre ella. Karl Marx. Contribución a la crítica de la economía política. “Prólogo”
En 2009 ha caído el mismo texto con los siguientes conceptos: conciencia, ser social, fuerzas
productivas, relaciones de producción y superestructura.
Texto Selectividad 2004
Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales
ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud
propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas,
en una palabra, las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y
luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa
de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de revolución por su conciencia sino que, por el
contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el
conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Karl
Marx. Contribución a la crítica de la economía política. “Prólogo”
Septiembre 2002
Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas
que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de
que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propiedad
sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede
alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se
dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes
rasgos podemos designar como otras tantas épocas de progreso, en la formación económica de la
sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Karl Marx.
Contribución a la crítica de la economía política. “Prólogo”
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