El principal enemigo de hierro es la 'corrosión'. El proceso de oxidación es muy rápido y obliga a la inexcusable protección de las estructuras. Causas de la corrosión Este fenómeno se produce bajo la acción simultanea de tres factores: la humedad, siempre presente en el aire y en los suelos el oxígeno, componente principal del aire y disuelto en casi todas las aguas la acción de los pares galvánicos, nacidos del contacto de dos metales y también de difrencias locales en las propiedades fisicoquímicas del propio material. Protección contra la corrosión Cierto es que para eliminar un efecto, lo natural es operar sobre la causa: no pueden suprimirse, sin embargo el oxígeno y la humedad. Pero sí se puede aislar el metal del contacto con el aire o el agua mediante una capa protectora que impide toda relación con el ambiente agresivo. El mejor resultado es envolver completamente el hierro en una masa de hormigón [al hacerlo el hierro deberá estar libre de pinturas o sustancias que dificulten la adherencia], sobre todo en piezas enterradas o hundidas en el agua. El método es inaplicable - por razones de peso, costo y estética - a las superestructuras; para éstas, la protección adecuada es la pintura. Mencionaremos además el sopleteo con mortero de cemento portland y arena fina y la aplicación a pincel de lechada espesa de cemento, cuyo efecto protector es tan eficaz como el del hormigón, y de menor volumen. El efecto galvánico, agente de la corrosión, se aprovecha también como medida protectora: en la cupla eléctrica, el cátodo resulta protegido a expensas del ánodo, que se destruye. Con respecto al hierro, el cinc se comporta como ánodo; si de alguna manera [baño caliente o depósito electrolítico] una pieza de hierro se reviste de cinc, queda protegida contra la oxidación de un modo sumamente eficaz. Este es el principio del galvanizado de chapas, caños y piezas menores, desgraciadamente no aplicable en escala mayor. Pintura El fenómeno de la corrosión comienza de inmediato y es ininterrumpido: por tal motivo, el constructor debe obligar al proveedor de la estructura a entregarla con una mano de protección antióxida, dada en taller. La pintura usada en esta mano será de la misma naturaleza de la de terminación. De no ser así, habrá que extraer toda la mano de taller antes de comenzar con las de la obra. Antes de aplicar cualquier película, la base debe ser sometida a una rigurosa operación de limpieza.Toda partícula suelta, todo resto de polvo adherido, toda humedad, residuos grasosos, etc, será eliminado para no comprometer la eficacia protectora del acabado. Eliminar todo lo graso es la primera de todas las operaciones. En ella pueden usarse productos acuosos [como agua jabonosa], siempre que se haga su rápido secado después. Cualquier detergente alcalino o cualquier disolvente volátil [como el aguarrás] sirve para el desengrase. Estos últimos pueden darse con soplete; tienen una acción más enérgica y no requerirán fricción con trapos. Los vapores de los disolventes pueden formar con el aire mezclas explosivas: ventilar bien los locales. Con la llama del soplete oxiacetilénico también pueden quemarse completamente las grasas; la rápida dilatación del hierro hará saltar, además, la herrumbe superficial y las escamas de laminación [y elimina totalmente la humedad]. www.hospitecnia.com Estas escamas de laminación se quitan [si no habido sopleteo] en una segunda etapa, que quita también la herrumbe. Los procedimientos usados son: la percución con cinceles; el lijado con abrasivos adecuados y el chorro de arena. El cepillado con cerdas de acero es el complemento de todas estas operaciones. Hay también productos químicos para ser aplicados por inmersión o brocha, y son de un resultado más completo que los medios mecánicos. La limpieza mecánica desnuda completamente la superficie, la que debe ser pintada dentro de las tres horas, a lo sumo; el tratamiento con ácido fosfórico, en cambio, la modifica químicamente, recubriendola con una película estable. La remoción de pintura vieja se hace por rasqueteado, con auxilio de medios mecánicos, térmicos y químicos similares a los descriptos anteriormente [percusión, lijado, chorro de arena, o de vapor, llama, removedores alcalinos u otros para aplicar a pincel o espátula]. Ningún resto de los productos usados en operaciones de limpieza debe quedar adherido a la superficie. Todo trabajo de pintura en este caso debe comenzar con el fondo antióxido, aplicado a soplete o pincel. La primera mano se da como primera operación, para que toda la superficie del metal esté en contacto directo con la sección inhibidora del fondo. Aplicado éste se procede al masillado, con el que se rellenarán las depresiones superficiales, pequeños agujeros. Recién entonces se completará la aplicación del antióxido con las manos siguientes. Cuando las manos de antióxido por aplicar sean varias, cada una de ellas se da con un tono ligeramente diferente, para poder reconocerlas. En trabajos de calidad viene luego el enduido, aplicado a espátula, cuyo objeto es suministrar una superficie completamente uniforme. Juega un papel semejante al masillado, refiriéndose el relleno a imperfeccciones más pequeñas; mientras el masillado es una operación generalmente local, el enduído es general sobre toda la superficie. Viene luego la impresión, un producto similar al enduído, pero aplicado a pincel; empareja la superficie dándole una perfección superior a la del enduído. Finalmente viene el fongo mate, una capa intermedia para recibir las pinturas de acabado. Estas últimas se dan con la cantidad de manos que la calidad de la terminación necesite. Toda mano, sea en el apresto o en el acabado, va seguida de un lijado cuidadoso. Hecho en la forma anteriormente descripta, el trabajo resulta de calidad superior; en orden de calidad las pinturas disponibles son las siguientes: al óleo [al aceite], al esmalte, al esmalte sintético, a la nitrocelulosa. Todas las manos deben ser compatibles entre sí: si la terminación es la indicada en último término, tanto el antióxido, como la masilla, la impresión, el enduido y el fondo mate, serán del tipo especial para nitrocelulosa. Las estructuras metálicas de soporte o de cerramiento no necesitarán un trabajo tan cuidadoso; las simplificaciones son muchas y se considera un trabajo correcto el que comprende las siguientes etapas: Remoción del antióxido de taller Primera mano de fondo antióxido Masillado Segunda y tercera mano de antióxido, si corresponde Fondo mate Manos de acabado en la cantidad especificada www.hospitecnia.com