aLEXaNDrE VEIga, “Co-pretérito” e - Estudios Hispánicos

Anuncio
Alexandre Veiga, “Co-pretérito” e “irreal” / “imperfecto” o “inactual”. El doble valor
de la forma cantaba en el sistema verbal español y algunos problemas conexos, Lugo,
Axac, 2008, 165 pp.
Como apunta modesta y elegantemente Alexandre Veiga en la presentación
(p. 7), “Lo peor de este libro es, al menos en opinión de su autor, el título; en
cuanto a lo mejor, será el lector quien lo decida, siempre y cuando, claro está,
halle efectivamente algo bueno en él”. Sin entrar en cuestiones relacionadas con
el título, señalemos que éste, sin duda alguna, refleja la esencia del problema
que se plantea con respecto al estatus gramatical de la forma cantaba.
En primer lugar cabe poner de relieve que se trata de un estudio científicamente muy original, interesante y sólido. Alexandre Veiga, catedrático de la
Facultad de Humanidades del Campus de Lugo de la Universidad de Santiago
de Compostela, partiendo, básica pero no únicamente, de dos estudios anteriores
(Veiga, 2004a, 2004b), aborda en su monografía una de las cuestiones más polémicas de la morfosintaxis verbal del castellano actual, es decir, la del valor gramatical de la forma cantaba. En este sentido, el empleo en el título de los términos “co-pretérito” vs. “imperfecto” e “irreal” vs. “inactual” es muy significativo.
Al referirse a los motivos de la aparición del libro, advierte el autor (p. 8)
que “pesa también en dicha decisión el hecho de que sigamos con la impresión
de que tantas insistencias en señalar una oposición de base aspectual entre
los contenidos expresados en castellano por las formas verbales canté y cantaba radican en análisis deficientes de sus respectivos valores temporales,
que diversos autores —digno más de uno del mayor respeto— han querido
identificar en uno mismo”. A este respecto señala Alexandre Veiga el olvido por parte de los autores contemporáneos de las valiosas aportaciones de
Bello y Coseriu, sustituidas las propuestas del primero en varias ocasiones
por el planteamiento de Reichenbach, basado en la realidad de un sistema
verbal muy distinto, es decir, en la del inglés. En opinión de Veiga (p. 9), esas
“explicaciones aspectualistas” parten de “la propuesta de integración teórica
de una categoría que a la lingüística románica llegó «prestada», y a través de
su paralelamente más que dudosa aplicación al verbo latino, de los estudios
sobre el griego y, tal vez de manera especialmente relevante, de determinadas
impresiones divulgadas desde la observación de ciertos hechos de las conjugaciones eslavas que poco o nada tienen que ver con la diferenciación entre
los contenidos representados en los sistemas romances por los «imperfectos»
y los «indefinidos», para que nos vayamos entendiendo”.
Estudios Hispánicos 18, 2010
© for this edition by CNS
estudios_18-II wyd.indb 165
2011-11-07 13:56:44
166 Reseñas y notas de lectura
Los capítulos del estudio se distribuyen en tres grandes campos temáticos:
1) Cuestiones teórico-terminológicas generales (capítulos 1–6; pp. 11–39).
2) El valor modal de cantaba (capítulo 7; pp. 41–63).
3) El valor temporal de cantaba y la oposición cantaba / canté: ¿tiempo
o aspecto? (capítulos 8–13; pp. 65–146).
El capítulo 14 (“Recapitulación y últimas consideraciones”, pp. 147–153)
contiene conclusiones y observaciones finales. Las referencias bibliográficas,
que se encuentran en las páginas 155–165, presentan un amplio panorama de
aproximadamente 250 estudios sobre el tema en cuestión y sobre la morfosintaxis verbal en general.
Señalemos, de entrada, que, a nuestro juicio, la parte más importante del
libro es la que se refiere al tercer campo temático, presentado éste en los capítulos 8–13 que constituyen, de hecho, la mitad del estudio.
En los capítulos teóricos Alexandre Veiga aborda tanto cuestiones terminológicas (cap. 1) y relacionadas con el empleo del cantaba (cap. 2) como
problemas más generales referentes, por ejemplo, al principio de la funcionalidad (cap. 3) y a los planos de expresión y contenido (cap. 4), por un lado,
y a las oposiciones modales existentes en el sistema verbal del español actual
(cap. 5), por otro. Subrayemos que la presentación teórica se lleva a cabo sin
perder de vista el funcionamiento de la forma cantaba y cuestiones vinculadas
con su estatus gramatical. Quizá a los lectores polacos, acostumbrados más
bien a los términos “pretérito imperfecto” y “pretérito indefinido”, les suene
un tanto rara la propia denominación “co-pretérito” utilizada por el Autor.
No obstante, el nombre de la forma cantaba, utilizado por Veiga desde hace
muchos años, no es casual y se remonta a la propuesta terminológica formulada por Andrés Bello ya a mediados del siglo XIX (dicho sea de paso, es ésta
la nomenclatura utilizada en los países hispanoamericanos, también a nivel de
primaria y secundaria). Cabe subrayar que los términos propuestos por Bello
y mantenidos por Veiga (también por Rojo y algunos otros autores), en nuestra
opinión, son más adecuados tanto para la organización del sistema verbal del
castellano como para las oposiciones que establecen los tiempos españoles
y para los valores gramaticales básicos de estos últimos. Ya los primeros ejemplos citados por Alexandre Veiga (cap. 2, pp. 15) demuestran que cantaba con
frecuencia no es ni “imperfecto” ni “pretérito”. Por ejemplo, resulta difícil
percibir “imperfectividad” o “duratividad” en Transcurrido el tiempo reglamentario, el partido finalizaba con el resultado inicial (ej. 4b) o considerar
como “pretérito” Mañana iba con vosotros de buena gana (ej. 5b).
Al final de la parte teórica (cap. 6, pp. 39) se encuentra el cuadro que, por un
lado, presenta relaciones temporales expresadas por las formas verbales y, por
otro, expone funciones modales propias de los llamados tiempos que se agrupan
en modos. Señalemos, con este motivo, que la tabla más detallada con las fórmulas temporales de cada uno de los tiempos se encuentra en el subcapítulo 10
(p. 90). La fórmula de cantaba es (O‑V)oV, es decir, el valor de sistema de dicha
forma consiste en la expresión de simultaneidad con respecto a un momento
Estudios Hispánicos 18, 2010
© for this edition by CNS
estudios_18-II wyd.indb 166
2011-11-07 13:56:44
Reseñas y notas de lectura 167
anterior al origen (marcado éste, por ejemplo, por canté cuya fórmula es O‑V,
o sea, la expresión de una acción anterior al origen). No obstante, es imposible
explicar todas las nociones desde sus inicios y es obvio que la lectura del libro
de Veiga exige cierta preparación teórica. De ahí que aconsejemos a las personas
interesadas leer algunos de sus trabajos1 y, entre ellos, el respectivo capítulo de
la autoría de Rojo y Veiga (1999) que forma parte de la consabida Gramática
descriptiva de la lengua española coordinada por Bosque y Demonte.
Con respecto a los contenidos modales, establece Veiga (presentación,
p. 9) “dos conjuntos independientes y combinables de valores funcionales de
contenido modal” comentados en el capítulo 5. Recordemos que se trata de la
teoría original del Autor, presentada en sus trabajos anteriores (Veiga, 1988,
1991; Rojo & Veiga, 1999; Veiga & Mosteiro Louzao, 2006), de acuerdo con
la cual se distinguen dos conjuntos de contenidos modales basados en características 1º objetivo / subjetivo y 2º irreal / no irreal e incierto / no incierto. Dichos contenidos corresponden a determinadas formas verbales, siendo
relevantes para el establecimiento de oposiciones sistemáticas entre ellas. El
conjunto 1º constituye la base de contenido de los modos Indicativo [objetivo]
y Subjuntivo [subjetivo]. En cambio, a partir de las características del conjunto 2º se oponen los tiempos del mismo modo (irreal / no irreal para IND
y SUBJ e incierto / no incierto para IND). Sin entrar en detalles, recordemos
uno de los ejemplos manejados con frecuencia por Veiga (cap. 5, pp. 31):
a) Los amigos que en estos momentos están encantados escuchándome
b) Los amigos que en estos momentos estarán encantados escuchándome
c) Los amigos que en estos momentos estarían encantados escuchándome
d) Los amigos que en estos momentos estén encantados escuchándome
e) Los amigos que en estos momentos estuvieran / estuviesen encantados
escuchándome.
Al aplicar el principio de funcionalidad y al comparar ejemplos de este
tipo, Alexandre Veiga distingue “cinco funciones modales” (cap. 5, pp. 36),
cuyos contenidos corresponden a las formas verbales de los ejemplos a), b),
c) d), y e):
1 Rojo G., Veiga A. (1999), “El tiempo verbal. Las formas simples”, en: I. Bosque, V. Demonte
(eds.), Gramática descriptiva de la lengua española, Real Academia Española / Espasa Calpe,
Madrid, vol. 2, 2867–2934; Veiga A. (1988), “Planteamientos básicos para un análisis funcional
de las categorías verbales en español”, en: G. Wotjak, A. Veiga (eds.), La descripción del verbo
español, Universidade de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela, “Verba”, Anejo 32,
237–257; Veiga A. (1991), Condicionales, concesivas y modo verbal en español, “Verba”, Anejo 34,
Universidade de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela; Veiga A. (2004a), “La forma
verbal cantaba y la estructura modo-temporal del sistema verbal español”, en: L. García Fernández,
B. Camus Bergareche (eds.), El pretérito imperfecto, Gredos, Madrid, 96–193; Veiga A. (2004b),
“Cantaba y canté. Sobre una hipótesis temporal y alguna de sus repercusiones”, en: J.L. Cifuentes
Honrubia, C. Marimón Lorca (eds.), Estudios de Lingüística: El verbo, Universidad de Alicante,
Alicante, 599–614; Veiga A., Mosteiro Louzao M. (2006), El modo verbal en cláusulas condicionales, causales, consecutivas, concesivas, finales y adverbiales de lugar, tiempo y modo, Universidad
de Salamanca, Salamanca.
Estudios Hispánicos 18, 2010
© for this edition by CNS
estudios_18-II wyd.indb 167
2011-11-07 13:56:44
168 Reseñas y notas de lectura
/Indicativo 0/ (IND 0):
/Indicativo 1/ (IND 1):
/Indicativo 2/ (IND 2):
/Subjuntivo 0/ (SUBJ 0)
/Subjuntivo 2/ (SUBJ 2)
objetivo + no irreal + no incierto
objetivo + no irreal + incierto
objetivo + irreal subjetivo + no irreal
subjetivo + irreal
(están)
(estarán)
(estarían)
(estén)
(estuvieran, -sen)
Como hemos señalado supra, el cuadro sinóptico de funciones modales
y relaciones temporales se encuentra en la pág. 39. Al revisarlo, el lector se
dará cuenta de que las mismas formas se encuentran simultáneamente en 2
o 3 “casillas” (por ejemplo, cantaré y cantaría). Esto se debe, grosso modo,
al hecho de que las formas posean valores temporales de dos tipos: rectos
y dislocados. Por ejemplo, en Mañana iremos de excursión se expresa posterioridad con relación al origen siendo la forma del futuro al mismo tiempo
exponente de modalidad objetiva, mientras que en ¿Cuántos años tiene Juan?
– Tendrá treinta la forma temporal señalada es portadora de simultaneidad al
origen, expresando, desde el punto de vista modal, incertidumbre. Es obvio
que en el primer caso se trata del valor temporal recto (futuro de indicativo
expresa posterioridad). En cambio, en el segundo, tenemos que ver con el
valor temporal dislocado (simultaneidad al origen) acompañado éste de un
cambio modal importante: al contenido de objetividad se le añade el de incertidumbre. De modo que cantaré desempeña dos funciones modales distintas:
IND 0 (1er ejemplo) e IND 1 (2º ejemplo). Este hecho explica en parte la
“dualidad” temporal y modal de cantaba (cfr. cap. 7) cuyas funciones son
IND 0 (La radio anunció que llovía en todo el Cantábrico, p. 41) e IND 2
(De buena gana estaba ahora en la playa, p. 43). Cabe señalar que es en el
capítulo 7 donde el Autor escribe expresa y detalladamente sobre el contenido
gramatical de irrealidad al indicar que éste se ve dotado de valor funcional en
el sistema verbal del castellano actual (v. gr., p. 57 y las págs. siguientes donde
se encuentran comentarios sobre el llamado empleo lúdico, sobre los usos en
la prótasis condicional, etc.).
Pasemos ahora al campo temático más importante del estudio, es decir, al
valor temporal de cantaba, a la oposición cantaba / canté y a las cuestiones
relacionadas con las categorías de tiempo y aspecto (recordemos que dicha
problemática ocupa la mitad del libro: capítulos 8–13; pp. 65–146). En primer
lugar señalemos que llama la atención el hecho de que casi la mitad de los
comentarios sobre ese tercer campo temático haya sido dedicada a la oposición cantaba / canté (cap. 11, pp. 91–127). En cambio, en los capítulos 8–10
(pp. 65–90) el autor se centra en la problemática relacionada con el valor temporal de cantaba explicando las características de su fórmula básica (O‑V)oV
(véase supra) en contextos de subordinación temporalmente correlativa y no
correlativa. Con este motivo señala acertadamente Veiga que la simultaneidad
con respecto al momento anterior al origen no significa que ésta se establezca
siempre con referencia al verbo subordinante en forma de pretérito que se
encuentra en cláusula regente. Por ejemplo, es evidente que cantaba no es
simultáneo a canté en El profesor nos explicó que la reina Juana estaba loca
Estudios Hispánicos 18, 2010
© for this edition by CNS
estudios_18-II wyd.indb 168
2011-11-07 13:56:44
Reseñas y notas de lectura 169
(ej. 77, p. 85) y habría que buscar otro punto de referencia anterior al origen
para la forma estaba. No obstante, la no simultaneidad de la forma en cuestión
con respecto a explicó emana de la realidad histórica y de nuestro conocimiento del mundo, es decir, es efecto de factores extralingüísticos. Como advierte
el Autor (p. 87), al prescindir de localizadores temporales o de conocimientos
extralingüísticos, la interpretación espontánea de ejemplos tales como Juan
nos contó que María estaba triste “es la de simultaneidad de estaba a contó”.
Sin embargo, a juicio de Alexandre Veiga (p. 92), “la cuestión más debatida en la historia de la gramática española en lo que se refiere, concretamente,
a la interrelación de ambas unidades verbales” es la naturaleza de la oposición
entre cantaba y canté, considerada por unos como temporal y por otros, como
aspectual. Según hemos apuntado supra, Veiga es partidario de la “solución
temporal” (dicho sea de paso, igual que el autor de esta reseña). Como se trata
de un problema muy vasto, nos limitamos, sin entrar en argumentaciones más
detalladas, a tres observaciones.
Primero, con toda la razón señala Veiga (p. 107) que el hecho de que las
formas del pretérito también sean capaces de denotar acciones simultáneas
a las del mismo tiempo se debe al significado perceptivo de verbos tales como
ver, que exigen que los dos procesos sean simultáneos, por ejemplo, Vio cómo
asesinaron a su primo, lo que no significa que la segunda acción se establezca
respecto a la primera siendo esta última su punto de orientación más importante. La simultaneidad es en este caso un hecho ontológico-cronológico teniendo ambas acciones su punto de referencia en un supuesto origen. De modo que
el comentado hecho no puede cuestionar la simultaneidad a un punto anterior
al origen como rasgo pertinente del co-pretérito.
Segundo, hay un caso bastante evidente cuando resulta muy difícil reconocer acciones denotadas por las formas del co-pretérito como aspectualmente imperfectivas desde el punto de vista de su conclusión. Son ejemplos tales
como
a) Nacía Vincent van Gogh, hijo de un pastor protestante, el 30 de marzo
de 1853 en Zunder (p. 113).
b) En el minuto veintiocho se producía el primer gol (p. 120).
c) Observaron horrorizados que la bomba hacía la explosión dos minutos antes de lo previsto (pp. 126, 144).
d) Llegamos a Washington el 22 por la mañana. Esa misma tarde asesinaban a Kennedy en Dallas. La noticia nos dejó anonadados (p. 144).
Es obvio que las formas de co-pretérito en cuestión no podrían ser consideradas como cursivas, durativas o inconclusas, puesto que la realización de
las respectivas acciones exigiría llevarlas a su conclusión completa (cfr. pp.
126, 145). De ahí que la razón del empleo de cantaba no sea la inconclusión
de la acción sino el carácter simultáneo de ésta respecto a un punto de referencia, explícito o no. En otro orden de cosas, señalemos que en los cuatro ejemplos a las formas del co-pretérito en la traducción polaca les corresponderían
las de pasado de aspecto perfectivo (¡y no imperfectivo!).
Estudios Hispánicos 18, 2010
© for this edition by CNS
estudios_18-II wyd.indb 169
2011-11-07 13:56:44
170 Reseñas y notas de lectura
La tercera observación se refiere justamente a las lenguas eslavas y su
comparación con el castellano y con los idiomas romances en general. Cabe
subrayar que Alexandre Veiga es uno de pocos especialistas en lingüística
española quien en práctica (¡y no en teoría!) recurre a ejemplos de lenguas
eslavas (en este caso se trata, básicamente, del polaco) para analizar problemas relacionados con el aspecto en estas últimas y compararlos con las
cuestiones conectadas con la descripción de los tiempos en el castellano
actual. A partir de lo presentado en el subcapítulo 11.6. (pp. 121–127) nos
damos cuenta de varias distribuciones donde los empleos de los tiempos
pretérito y co-pretérito en español y de los aspectos perfectivo e imperfectivo en polaco no coinciden: por ejemplo, Escuché [pretérito] música hasta
las dos de la mañana vs. Słuchałem [aspecto imperfectivo, tiempo pasado]
muzyki do drugiej w nocy (cfr. también los ejemplos a), b), c), d) citados
supra donde al co-pretérito le correspondería en la traducción al polaco el
aspecto perfectivo, v. gr. En el minuto veintiocho se producía [co-pretérito]
el primer gol vs. W 28-j minucie padła [aspecto perfectivo, tiempo pasado]
pierwsza bramka). Al citar uno de los trabajos del autor de esta reseña,
señala Veiga (p. 124) que la coincidencia entre el pretérito y co-pretérito
españoles y aspectos perfectivo e imperfectivo polacos, siendo de carácter
nocional, no es más que parcial: una acción concluida en términos procesales, lógicamente, tiene límite temporal (es el caso del aspecto perfectivo
polaco: Zjadłem paellę significa comí todo y el plato está vacío), pero una
acción limitada en el tiempo no tiene que ser conclusa en términos reales
(éste es el caso del pretérito castellano: Comí paella no significa que se haya
comido todo y que el plato esté vacío).
En resumen, en opinión del autor del libro (p. 148), “Desde el momento
en que los contenidos temporales expresados por canté y cantaba no coinciden, no existe la base común imprescindible en este sentido para poder postular una oposición funcionalmente independiente de carácter aspectual”. De
ahí, como apunta Veiga (pp. 148–149), “Seguimos sin hallar en la estructura
nuclear del sistema verbal español, por tanto, el necesario fundamento para
poder hablar del aspecto como categoría independiente de la temporalidad;
ello aun a pesar de las tan visibles manifestaciones de tipo aspectual en determinados empleos de unas y otras formas verbales”.
Al concluir, subrayemos una vez más que en el libro de Alexandre Veiga se
lleva a cabo un análisis pormenorizado y profundo, tanto desde el punto de vista
teórico como factográfico, de uno de los problemas más polémicos e importantes de la morfosintaxis del verbo español. Animamos, pues, a los especialistas
de lingüística hispánica a que se familiaricen con este excelente estudio.
Wiaczesław Nowikow
(Łódź)
Estudios Hispánicos 18, 2010
© for this edition by CNS
estudios_18-II wyd.indb 170
2011-11-07 13:56:44
Descargar