RELACIÓN ENTRE CULTURA Y RELIGIÓN Con este artículo sólo pretendo plantear una síntesis personal y clara, de lo que considero debe entenderse por cultura y religión, y la relación entre ambas. Al ser una síntesis-personal, no voy a citar autores ni teorías que apoyen lo que digo, así mismo tampoco pretendo rebatir conclusiones distintas a las aquí expresadas. Las reflexiones están realizadas en función del modelo simbólico sobre el que trabajo, y en este caso concreto enfocado hacia la interpretación histórica del individuo y la sociedad. Primero exponer, ¿qué entiendo por cultura de una sociedad cualquiera?, toda cultura estaría formada por un conjunto de normas de convivencia, expresiones artísticas, folklóricas, religiosas, comerciales etc, que establecerían un consenso valorativo del entorno en que se mueve la sociedad en cuestión, y que han sido adquiridas a lo largo del tiempo. Del concepto de religión, que luego utilizaré para su comprensión en relación con la idea de cultura, debo decir en primer lugar que proviene de “religare=reunir”, y por tanto, toda religión busca el conformar lo común a la “especie”, además toda religión trata de explicar la relación del hombre y su trascendencia. De lo dicho hasta el momento, podemos establecer que la cultura se encuentra en consonancia con el microcosmos del individuo, y la religión buscaría más la naturaleza macrocósmica del hombre, siendo micro y macro dos aspectos del universo íntimamente conectados, tendremos igualmente relacionados e influyéndose mutuamente a religión y a cultura. Un ejemplo lo vemos claramente en el nacimientote una nueva religión, al final la religión tiene que adaptarse en parte de sus creencias originales a la cultura donde se va a instalar, paso con el budismo (creencia que en su origen sólo se centraba en el hombre y su liberación), en su adaptación en la India adopta la idea de Dios. El cristianismo al desembarcar en Sudamérica o en culturas africanas, adopta igualmente patrones sincréticos, ajenos al mismo. En la decadente Roma en la que fue asumida como religión del estado, supuso el grito de un imperio que agonizaba y acogía los principios de sacrificio, austeridad, y por último caridad (aspecto distributivo de la riqueza generada, que en el caso de Roma tenía por objeto buscar la colaboración de las clases más desfavorecidas), con el fin de alcanzar una nueva vitalidad. El judaísmo igualmente se adaptó a las circunstancias sociales de un pueblo esclavizado, el cual al no tener tierra que les permitiese su identificación como pueblo, adoptaron la nueva religión como forma de suplir la carencia de un territorio que les diese la identidad. Posteriormente los continuos exilios fortaleció el sentido de identidad como pueblo en base a la religión, el resultado de esta situación es que la idea de los dos Mesías que aparecen en el Antiguo Testamento (uno corporal y otro espiritual), y que posteriormente no es desarrollada y del que al final sólo conservan la idea del Mesías corporal-espacio-liberador, y por lo tanto, no ha lugar a la figura de Cristo como Ungido y salvador espiritual. Podría seguir con el análisis del otro monoteísmo que queda, pero por razones de prudencia es mejor dejarlo. Hasta ahora lo único que he pretendido es establecer como la religión y la cultura, sean del signo que sean, siempre actúan bajo unos parámetros adaptativos equivalentes, y con ello no establezco juicios de valor de cual religión es mejor o peor y el por qué. Para completar lo expuesto, y remitiéndonos a aspectos concretos del hombre, el fenómeno religioso obedece a dos necesidades una es la de trascendencia del hombre, y la otra la búsqueda de la unidad con el otro de su misma especie, y estas necesidades tienen su origen en el mundo de las ideas o lo que es lo mismo en la mente, podemos por tanto, comprender que si lo que nos diferencia del resto de las especies animales, es nuestra mente y, la religión es producto de la misma, esto nos permite comprender la importancia del lo religioso en el hombre. Por su parte la cultura a buscado la manera de organizar la vida instintiva del hombre para así poder hacerle un ser social. El problema surge cuando entre lo instintivo y lo ideal existe un gran abismo (recuérdese el mito del Quijote), o lo que es lo mismo, cuando la religión apunta hacia un ideal maravilloso (la caridad), y la cultura que es la que organiza la parte instintiva (egoísta), tiene que convivir con esa cultura, entonces surgen las reformas religiosas para facilitar el acercamiento de la parte institinva y cultural, o bien cuando estas reformas no se producen la cultura adopta formas hipócritas, que permiten al individuo realizar el salto en su personalidad, sin sufrir una recesión hacia su parte más primitiva, o bien caer en una esquizofrenia delirante que termina en nacionalismos o guetos separatistas, sin sentido y suicidas. En definitiva de lo que se trata, es de establecer una comunicación entre lo que nos hace diferentes como especie -el pensamiento-, y el mundo que nos pone en contacto con lo instintivo, y ambos aspectos se encarga por un lado la religión y por otro la cultura. Habrá algunos que objeten que del pensamiento se encarga la filosofía y la ciencia, pero a estos les diré que el pensamiento humano no se puede desarrollar sin que al final se aborde la idea de trascendencia, y en definitiva nos veamos avocados hacia un planteamiento de la existencia en base a unas creencias-fe, entrando de nuevo en el campo de los religioso, aunque en este caso se trataría de una religión personal, que es en definitiva hacia lo que nos ira conduciendo la Era de Acuario. La nueva religión, que como digo será personal, estará basada por un lado, en las antiguas creencias religiosas, y por otro incorporará la ciencia como forma de pulir dichas creencias, este casamiento sólo es posible en la manera que el hombre retorne a la comprensión simbólica de las creencias, y se aleje de todo fanatismo literal. El símbolo relativiza y da perspectiva, mientras que el fanatismo surge de la aplicación literal de los textos considerados como sagrados. Acuario pone al individuo como eje de su propio desarrollo mental y aunque esto implique múltiples juicios equivocados, es imposible detener la libertad de información y de comunicación entre individuos, estamos pues ante una nueva forma de hacer religión y cultura, en ambos casos cada uno de nosotros decidimos qué es verdad y qué no lo es. Luis Velasco