Comentario de los climogramas El climograma es un gráfico que representa las temperaturas medias mensuales (mediante una línea) y las precipitaciones (mediante barras) de una zona a lo largo del año. (Nota: este análisis del tipo de gráfico que se va a comentar debe encabezar el comentario de cada climograma). Climograma nº.1 (A Coruña) Las precipitaciones, 995 mm, presentan un total abundante (superior a 800 mm). Su distribución presenta dos meses secos en verano con precipitación inferior a 30 mm y un máximo en otoño-invierno. Dadas las temperaturas de los meses invernales, caerán principalmente en forma de lluvia. El total y el régimen de precipitaciones es propio del clima oceánico de transición. La temperatura media anual es moderada (14 ºC) y la amplitud térmica baja (8,6 ºC). El verano es fresco (ningún mes tiene temperatura media igual o superior a 22 ºC) y el invierno suave (la temperatura media del mes más frío no baja de 10 ºC). Estas características térmicas son propias de la zona costera gallega. La relación entre temperaturas y precipitaciones indica que existen dos meses áridos, julio y agosto (se cumple el índice de Gaussen y en el climograma la curva de las temperaturas supera la barra de las precipitaciones). El índice de aridez de De Martonne, es de 41,45 (superior a 30) por lo que el clima puede considerarse húmedo. Las características analizadas corresponden a un tipo de clima oceánico de transición, situado en la costa gallega de la Península. La abundancia de las precipitaciones se debe a que esta zona se encuentra todo el año bajo la influencia de las borrascas atlánticas. El mínimo estival se explica por la influencia del anticiclón de las Azores, que en esta estación asciende en latitud y se sitúa frente a las costas gallegas, reduciendo las precipitaciones. La baja amplitud térmica se debe a la acción reguladora del mar, que en invierno se comporta como una masa cálida respecto a la tierra, templando la temperatura, mientras que en verano actúa a la inversa, suavizando el calor. Este clima lleva asociada una vegetación de bosque caducifolio (hayas y robles), landas (matorral denso de brezo, tojo y retama) y abundantes prados; ríos caudalosos, de régimen bastante regular y suelos del tipo tierra parda y ranker. Climograma n.° 2 (León) Las precipitaciones, 528 mm, presentan un total moderado (entre 800 y 300 mm, pero superior a 500 mm). Su distribución es irregular a lo largo del año: dos meses de sequía en verano con precipitaciones inferiores a 30 mm (julio y agosto); máximo principal en otoño-invierno y máximo secundario en primavera, y un mínimo relativo en el mes de febrero. Dadas las temperaturas del invierno podrán caer en ocasiones en forma de nieve. El total y el régimen de precipitaciones es característico del clima mediterráneo. La temperatura media anual es fresca (11 ºC) y la amplitud térmica alta (17,2 ºC). El verano es fresco (ningún mes alcanza o supera los 22 ºC) y el invierno frío (la temperatura del mes más frío baja de 6 ºC). Estas características son propias de un clima con una posición interior y septentrional en la Península. La relación entre temperaturas y precipitaciones indica que existe aridez en dos meses, julio y agosto (se cumple el índice de Gaussen y la curva de las temperaturas se sitúa por encima de la barra de las precipitaciones). El índice de aridez de De Martonne, es de 25,14 (entre 20 y 30,5) por lo que el clima puede considerarse semihúmedo. Las características analizadas corresponden a un tipo de clima mediterráneo continentalizado, situado en la submeseta norte. El moderado volumen anual de precipitaciones se debe a la continentalidad, reforzada por el encerramiento de la zona entre relieves montañosos, que hace que las precipitaciones descarguen sobre los relieves periféricos La sequía estival se explica por la influencia del anticiclón de las Azores, desplazado hacia el norte en esta época del año. Las precipitaciones se producen en otoño, cuando el anticiclón de las Azores se retira hacia latitudes más meridionales y deja penetrar las borrascas atlánticas y en primavera, cuando se debilitan los anticiclones que se forman en invierno el interior peninsular por el frío del suelo. El mínimo relativo del invierno está ocasionado porque el frío del interior favorece o consolida las situaciones anticiclónicas, que pueden prolongarse durante días y dar lugar a heladas y nieblas de irradiación. La elevada amplitud térmica se explica por la ausencia de influencia marina que extrema los valores térmicos. A la frialdad del invierno contribuyen la latitud septentrional, la elevada altitud media (926 m) y la presencia de anticiclones fríos, y al verano fresco, la latitud septentrional. Este clima lleva asociada una vegetación de bosque perennifolio y matorral mediterráneo (maquia, garriga); ríos con caudal escaso y estiaje en verano; y suelos pardo calizos y tierra parda meridional. Climograma n.° 3 (Cáceres) Las precipitaciones, 487 mm, presentan un total escaso (entre 800 y 300 mm, pero por debajo de 500mm). Su distribución es irregular a lo largo del año: tres meses de sequía en verano con precipitaciones inferiores a 30 mm (junio, julio y agosto); máximo principal en otoño-invierno; y mínimo relativo en el mes de febrero. Dadas las temperaturas del invierno caerán principalmente en forma de lluvia. El total y el régimen de precipitaciones es característicodel clima mediterráneo. La temperatura media anual es cálida (16 ºC) y la amplitud térmica alta (17,4 ºC). El verano es caluroso (tres meses superan los 22 ºC) y el invierno moderado (la temperatura del mes más frío está entre 6 ºC y 10 ºC). Estas características son propias de un clima con una posición interior y no demasiado septentrional en la Península. La relación entre temperaturas y precipitaciones indica que existe aridez en cuatro meses, desde junio a septiembre (se cumple el índice de Gaussen y la curva de las temperaturas se sitúa por encima de la barra de las precipitaciones). El índice de aridez de De Martonne, es de 18,73 (entre 10 y 20) por lo que el clima puede considerarse semiárido. Las características analizadas corresponden a un tipo de clima mediterráneo continentalizado, situado en la submeseta sur. La sequía en verano se debe a la influencia del anticiclón de las Azores, desplazado hacia el norte en esta época del año. Las precipitaciones se producen en otoño-invierno, cuando el anticiclón de las Azores se retira hacia latitudes más meridionales y deja penetrar las borrascas atlánticas. Los valores pluviométricos relativamente abundantes de esta época indican una posición occidental dentro de la submeseta sur que permite una influencia más destacada de las borrascas del frente polar. El mínimo relativo del invierno está ocasionado porque el frío del interior favorece o consolida las situaciones anticiclónicas. La elevada amplitud térmica se explica por la ausencia de influencia marina; los valores moderados del invierno por la latitud meridional y la altitud moderada (460 m) y el calor estival por la latitud. Este clima lleva asociada una vegetación de bosque perennifolio, maquia y garriga, y ríos de caudal poco abundante e irregular. Climograma n.° 4 (Valencia) Las precipitaciones, 436 mm, presentan un total escaso (entre 800 y 300 mm, pero por debajo de 500 mm). Su distribución es irregular a lo largo del año: tres meses de sequía en verano con precipitaciones inferiores a 30 mm (junio, julio y agosto); mínimo secundario en invierno (diciembre, enero); y máximos equinocciales, el principal en otoño (octubre) y el secundario en primavera (mayo). Dadas las suaves temperaturas del invierno caerán principalmente en forma de lluvia. El total y el régimen de precipitaciones, marcado por la sequía estival, es característico del clima mediterráneo. La temperatura media anual es cálida (17 ºC) y la amplitud térmica moderada (14,8 ºC). El verano es caluroso (cuatro meses con temperatura media igual o superior a 22 ºC) y el invierno suave (la temperatura media del mes más frío no baja de 10 ºC). Estas características son propias de un clima con una posición costera mediterránea. La relación entre temperaturas y precipitaciones indica que existe aridez en cinco meses, desde abril a agosto (se cumple el índice de Gaussen y la curva de las temperaturas se sitúa por encima de la barra de las precipitaciones). Por tanto puede considerarse un clima semiárido). El índice de aridez de De Martonne, es de 16,14 (entre 20 y 10) por lo que el clima puede considerarse semiárido. Las características analizadas corresponden a un tipo de clima mediterráneo costero. El escaso volumen anual de precipitaciones se debe a que las borrascas atlánticas son esporádicas y llegan muy modificadas, pues pierden actividad al atravesar el bloque peninsular y descargan su humedad en los sistemas montañosos paralelos a la costa mediterránea. La sequía del verano se explica por la influencia del anticiclón de las Azores, desplazado hacia el norte en esta época del año. Las precipitaciones otoñales se deben al contraste térmico entre las aguas del Mediterráneo muy recalentadas durante el verano con el aire frío procedente del continente europeo (situaciones del este); con la tierra –que se enfría en otoño más rápidamente que el mar–; o con irrupciones de aire frío en altura motivadas por el inicio del descenso en latitud de la corriente en chorro. La amplitud térmica moderada se debe a la influencia reguladora que ejercen las aguas cálidas del mar Mediterráneo, cerrado y bordeado por relieves montañosos que templa los inviernos y en verano actúa como almacén de calor, por lo que no puede amortiguar mucho las elevadas temperaturas estivales. Este clima lleva asociada una vegetación de bosque perennifolio, maquia y garriga; ríos de caudal escaso e irregular, y suelos pardo calizos. Climograma n.° 5 (Navacerrada) Las precipitaciones, 1170mm, presentan un total anual muy abundante (superior a 1000 mm). Su distribución es bastante regular a lo largo del año, aunque existen dos meses secos en verano, en los que no se alcanzan los 30 mm. Un total de precipitaciones tan abundante es característico de los climas de montaña. Dadas las bajas temperaturas medias de los meses del invierno, caerán en buena parte en forma de nieve en esta época del año. La temperatura media anual es baja (6,4 ºC), inferior a 10 ºC, y la amplitud térmica es moderada (14,1 ºC). El verano es fresco (ningún mes con temperatura media igual o superior a 22 ºC), y el invierno frío (la temperatura media del mes más frío está entre 6 ºC y –3 ºC) con tres meses con temperaturas iguales o por debajo 0 ºC (diciembre, enero y febrero). Estas características térmicas son típicas de los climas de montaña. La relación de temperaturas y precipitaciones indica que existe aridez en dos meses, julio y agosto (se cumple el índice de Gaussen y la curva de las temperaturas se sitúa por encima de la barra de las precipitaciones), lo que es característico de las montañas localizadas en el centro y sur de la Península). El índice de aridez de De Martonne es de 71,34 (muy superior a 30) por lo que el clima puede considerarse muy húmedo. Las características analizadas corresponden a un tipo de clima de montaña situado en el centro de la Península, en el que la causa de las bajas temperaturas y las elevadas precipitaciones es la altura. Este clima lleva asociada una vegetación de montaña, que se escalona en pisos: bosque de encina, roble, y hayas; matorrales y prados. Los ríos presentan caudal abundante y régimen nival o nivopluvial; y los suelos son poco evolucionados, al estar sometidos a fuerte erosión motivada por las pronunciadas pendientes. Climograma n.° 6 (Almería) Las precipitaciones, 204 mm, presentan un total muy escaso (inferior a 300 mm). Su distribución es irregular a lo largo del año con acusada sequía (once meses con precipitaciones inferiores a 30 mm), siendo el otoño la época con mayor precipitación relativa. Dadas las suaves temperaturas del invierno caerán principalmente en forma de lluvia. El escaso volumen y el régimen de precipitaciones son característicos de los climas mediterráneos subdesérticos o esteparios. La temperatura media anual es alta (18,5 ºC) y la amplitud térmica moderada (13,5 ºC). El verano es caluroso (cuatro meses con temperatura media superior a 22 ºC) y el invierno suave (la temperatura del mes más frío del invierno no baja de 10 ºC). Estas características térmicas son propias de un clima con una situación costera y meridional dentro de la Península. La relación entre temperaturas y precipitaciones indica que existe aridez en once meses (salvo en enero, se cumple el índice de Gaussen y la curva de las temperaturas se sitúa por encima de la barra de las precipitaciones). El índice de aridez de De Martonne es de 7,15 (entre 10 y 5) por lo que el clima puede considerarse subdesértico o estepario. Las características analizadas corresponden a un tipo de clima mediterráneo subdesértico o estepario, situado en la costa del SE peninsular. Las causas de la aridez en esta zona son que se encuentra al abrigo de las borrascas atlánticas por los relieves de las Cordilleras Béticas, que llegan con dificultad las borrascas mediterráneas y que son frecuentes las advecciones de aire seco africano. Solo las perturbaciones que penetran por el Estrecho o las formadas ocasionalmente sobre el Mar de Alborán provocan precipitaciones. La amplitud térmica moderada se debe a la influencia reguladora que ejercen las aguas cálidas del mar Mediterráneo, cerrado y bordeado por relieves montañosos, que templa los inviernos y en verano actúa como almacén de calor, por lo que no puede amortiguar mucho las elevadas temperaturas estivales. La suavidad del invierno y el calor del verano se ven incrementados también por la latitud meridional. Este clima lleva asociada una vegetación de estepa, con arbustos espinosos, nudosos, bajos y discontinuos, que dejan el suelo al descubierto. Los ríos son de escaso caudal y extremadamente irregulares, pudiendo permanecer secos una parte importante del año.