Infecciones gastrointestinales intrahospitalarias INFECCIONES GASTROINTESTINALES INTRAHOSPITALARIAS Fernando Espinoza Osorio Elizabeth Dejman Resumen: La gastroenteritis es uno de los principales tipos de infección en servicios de salud (IASS) tanto en adultos como en niños; cobrando mayor importancia en las salas de pediatría y neonatología. Ocupa entre el segundo y cuarto puesto en frecuencia según el centro hospitalario y sus características. Los organismos implicados son principalmente virus y bacterias. Su prevención requiere cumplimiento estricto de las prácticas de higiene. Palabras clave: Gastroenteritis intrahospitalarias. Prevención de gastroenteritis en servicios de salud. Correspondencia: Fernando Espinoza Osorio Pediatra Neonatólogo, Epidemiólogo Hospitalario Hospital Materno Infantil - Caja Nacional de Salud La Paz, Bolivia feresposo@gmail.com 365 Vigilancia, prevención y control de infecciones asociadas a servicios de salud INTRODUCCIÓN Los CDC definen a las infecciones gastrointestinales asociadas a servicios de salud (IASS) como diarreas agudas en pacientes internados en un centro de salud, con la presencia de evacuaciones líquidas durante más de 12 horas, con o sin nausea, vómitos o fiebre > 38ºC. (1) Una definición alternativa es la presencia de dos o más de los siguientes síntomas sin otra causa reconocida: nausea, vómitos, dolor abdominal o dolor de cabeza- conjuntamente con evidencia objetiva de una infección entérica. La evidencia objetiva incluye coprocultivos, pruebas de antígeno o anticuerpo en heces o suero, pruebas que demuestran la presencia de toxinas o examen por microscopio normal o por microscopio a electrones. En ambas situaciones se debe excluir una infección de origen comunitario que se hallaba en periodo de incubación. Por lo general se utilizan tres días después de admisión como punto corte. Sin embargo, tal decisión es arbitraria puesto que algunos patógenos tienen periodos de incubación mayores a tres días. También es necesario excluir causas no infecciosas de diarrea hospitalaria (por ej. enfermedad inflamatoria del intestino, nutrición enteral por sonda, efectos de medicamentos o purgantes, etc.). La enfermedad diarreica consiste en un trastorno de la motilidad y de la absorción en el intestino, llevando a lesión celular y deshidratación debido al aumento en volumen y frecuencia de las evacuaciones intestinales Las diarreas esporádicas rápidamente pueden iniciar un brote epidémico nosocomial si no se observan medidas preventivas. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) propone el manejo de dos definiciones de diarrea, según el tipo de brotes que se den en cada establecimiento de salud. En situaciones de endemia se define diarrea como la presencia de un mínimo de tres evacuaciones líquidas o cuatro semilíquidas en 24 horas, durante dos o más días. En situaciones epidémicas la definición es simplemente el aumento en el número de evacuaciones y disminución de la consistencia de las mismas. INCIDENCIA Los estudios del programa National Nosocomial Infection Surveillance (NNIS) mostraron tasas de 10,5 casos de gastroenteritis por 10,000 pacientes dados de alta. (2) Tales datos deben ser interpretados con mucha precaución puesto que varios estudios han mostrado que las tasas dependen mucho de la definición adaptada y de la intensidad y sofistificación de las pruebas de laboratorio que se 366 Infecciones gastrointestinales intrahospitalarias aplican para obtener un diagnóstico. Si las pruebas de laboratorio se confinan a estudios microscópicos para excluir parásitos y a cultivos para excluir Shigella spp., Salmonella spp. y Campylobacter spp. sólo se detectará una pequeña proporción de las infecciones esporádicas. En contraste, si las pruebas de laboratorio incluyen la detección de Clostridium difficile, rotavirus y otros agentes virales las tasas de incidencia serán mucho mayores. En los países en vías de desarrollo se observan tasas más elevadas de gastroenteritis en la comunidad que son causadas por una mayor gama de patógenos. Estos factores influyen a su vez en la incidencia de gastroenteritis observada en los servicios de salud. FACTORES DE RIESGO Los factores de riesgo se dividen en factores físicos, inmunológicos, demográficos y del medio ambiente. Factores físicos El tracto intestinal normalmente se halla protegido contra la invasión por patógenos. Cualquier condición que altere dicha protección incrementa el riesgo de infección. Se incluyen los factores y mecanismos resumidos en la Tabla 1. Tabla 1. Factores físicos de riesgo en infecciones gastrointestinales Factor Mecanismo Aclorhidria Disminución del ácido gástrico Antacidos, Bloqueadores H2, Inhibidores Disminución del ácido gástrico de la bomba protónica Antimicrobianos Alteración de la flora normal Enemas recientes Disrupción de la mucosa Cirugía del tracto intestinal Aclorhidria, antimicrobianos Sondas nasogástricas Contaminación exógena Nutrición enteral por sonda Contaminación exógena Factores inmunológicos El sistema inmunológico del tracto intestinal cuenta con tres componentes principales: las placas de Peyer, las células linfoides de la lámina propia y los 367 Vigilancia, prevención y control de infecciones asociadas a servicios de salud linfocitos intraepiteliales. Todos ellos trabajan en concierto para identificar a antígenos extraños y activar la respuesta inmunológica sistémica. Ejemplos de las disrupciones de este sistema se resumen en la Tabla 2. La desnutrición protéica y calórica influye significativamente en la inmunidad celular, la cual afecta todos los aspectos de la respuesta inmune, con la subsiguiente disminución de la resistencia a la infección. También se ha implicado al estrés como un factor que produce cambios bioquímicos que afectan los sistemas corporales y así inducen cambios en la respuesta inmune. La lactancia materna es un factor protector puesto que la leche materna contiene niveles elevados de IgA, lo cual proporciona al lactante mayor resistencia a las infecciones gastrointestinales. También contiene lactoferrina, lizosima, macrófagos y ácidos grasos que contribuyen a disminuir las posibilidades de diarreas intrahospitalarias. Tabla 2. Factores inmunológicos de riesgo en infecciones gastrointestinales Factor Deficiencias inmunológicas Mecanismo Inmunidad local o sistémica deficiente Fármacos inmunosupresores Inmunidad local o sistémica deficiente; daño a la mucosa intestinal Transplantes con reacción Daño a la mucosa intestinal del hospedero transplante vs hospedero por los linfocitos del donante VIH/SIDA Disminución de los linfocitos T en el intestino; infecciones oportunistas enteroinvasivas Factores demográficos Los extremos de la edad predisponen a las infecciones gastrointestinales. En los ancianos la debilidad y la disminución en la acidez gástrica predisponen a infección. En los niños menores de 12 meses el factor principal es la inmadurez del tracto intestinal. En los niños de seis meses a seis años la pérdida de la inmunidad materna y la higiene deficiente contribuyen al riesgo de infección. Factores del medio ambiente Algunos factores de riesgo son de origen extrínseco. Por ejemplo en las unidades de cuidados intensivos el uso de las sondas oro ó nasogástricas, la supresión 368 Infecciones gastrointestinales intrahospitalarias de la acidez gástrica para prevenir úlceras de estrés, la debilidad y el uso de antimicrobianos contribuyen a elevar el riesgo de infección gastrointestinal. Cuando las salas del hospital se hallan abarrotadas de pacientes, si el número de enfermeras es insuficiente para atender a los pacientes, o si se atienden a niños en pañales aumenta el riesgo de transmisión cruzada de infección por fallas en la higiene de manos. Otros factores extrínsecos importantes incluyen: quiebres de la técnica aséptica, ausencia de vigilancia epidemiológica, incumplimiento de protocolos para la prevención de IASS, planta física inadecuada, procedimientos invasivos como endoscopías, cirugías abdominales, radio, quimio-y cortico-terapia. ETIOPATOGENIA La principal fuente de la gastroenteritis intrahospitalaria es la materia fecal que puede contaminar el agua, los alimentos, ropa, pañales y las manos de individuos. Estos factores sirven como medios de transmisión por contacto directo. Las gastroenteritis intrahospitalarias se presentan principalmente en áreas de pediatría, con una tasa aproximada del 1,2 al 4,5% del total de niños hospitalizados. Representan entre 20% al 35% del total de las ISS en pediatría. Según el tipo de Establecimiento de Salud constituyen entre la primera a la quinta forma de IASS más común en esta fase etárea. Los más afectados son los lactantes y los menos, los recién nacidos. Otro tipo de servicio de salud donde las gastroenteritis intrahospitalarias son comunes y donde también pueden causar brotes epidémicos son los centros de internación prolongada. (Ver Prevención de Infecciones en Centros de Internación Prolongada y Prevención y Control de Infecciones en Servicios de Salud en Pediatría en otras secciónes de este libro). Se debe considerar el tiempo de hospitalización antes de la aparición de los síntomas para poder diferenciar si la gastroenteritis es nosocomial o comunitaria. Por lo general se utiliza arbitrariamente un punto de corte de tres días. Es importante evaluar el periodo de incubación en función del microorganismo causante puesto que varía de un patógeno a otro. La Tabla 3 ofrece un breve resumen de los microorganismos más frecuentes. Para mayores detalles se refiere al lector a la sección de Infecciones Nosocomiales Gastrointestinales en: Prevención y Control de Infecciones en Servicios de Salud en Pediatría y a la sección de Infecciones Gastrointestinales en: Prevención de Infecciones en Centros de Internación Prolongada en otras secciónes de este libro. 369 Vigilancia, prevención y control de infecciones asociadas a servicios de salud Tabla 3: Microorganismos causantes de Gastroenteritis Intrahospitalaria Los rotavirus fueron detectados en 1973. Son en la actualidad los productores más importantes de diarreas agudas severas en niños menores de dos años. La vía de transmisión es fecal – oral (contacto) y probablemente también por gotitas ya que el virus se encuentra presente en secreciones respiratorias. El periodo de incubación es de uno a tres días y la eliminación del virus persiste entre uno a 10 días; incluso dos días previos a los síntomas. En pacientes inmunodeprimidos el periodo de incubación dura hasta 30 días. Los rotavirus tienen alta resistencia a los desinfectantes. Se eliminan 100 billones de partículas por cada gramo de heces mientras que la dosis infectante es de 10 partículas. El virus sobrevive días a semanas en el ambiente y puede mantenerse hasta cuatro horas en las manos. Es sensible a soluciones con alcohol como la clorhexidina en etanol al 70% o el etanol al 95%. La vacuna como método de prevención aún está en discusión. Los adenovirus tiene varios serotipos, el 40 y el 41 son entéricos, tienen un periodo de incubación de tres a 10 días. Los astrovirus también tienen relación con diarreas intrahospitalarias y la transmisión es fecal – oral y por alimentos contaminados. Otros virus capaces de causar brotes epidémicos intrahospitalarios incluyen el virus de Norwalk, y algunos serotipos de calicivirus y astrovirus. Los brotes epidémicos intrahospitalarios por lo general se desarrollan en forma lenta y pueden involucrar a números elevados de personas tanto entre pacientes como entre el personal hospitalario. La transmisión de estos virus se facilita por su presencia en el vómito y en las excretas. (Ver Prevención y Control de Infecciones por Virus y Priones en otra sección de este libro). Son varias las causas bacterianas de infecciones gastrointestinales nosocomiales. (Ver Prevención y Control de Infecciones en Servicios de Salud en Pediatría y Patógenos Hospitalarios y su Control en otras secciónes de este libro). 370 Infecciones gastrointestinales intrahospitalarias Las cepas de E. coli enteropatógena y enterotoxigénica causan el 80% a 85% de la diarrea aguda bacteriana en niños. La E. coli enteropatógena es la que con mayor frecuencia produce gastroenteritis nosocomial en pediatría. La transmisión es de persona a persona, principalmente por medio de las manos del personal de salud. Produce diarrea aguda y crónica, sobre todo en los niños menores de dos años. Los prematuros son los más susceptibles a padecer enfermedad severa e incluso mortal. La E. coli enterotoxigénica se adquiere al ingerir comida o agua contaminadas o directamente por vía fecal-oral. Afecta principalmente a niños menores de cinco años. La enfermedad puede ir desde una diarrea leve hasta severa, incluyendo diarrea persistente. La E. coli enterohemorrágica (E. coli 0157:H7) puede causar el síndrome hemolítico urémico. Las cepas de Salmonella spp son una importante causa de diarrea intrahospitalaria en todo el mundo siendo responsables de hasta un 30% de los casos. La Salmonella es una bacteria invasiva que atraviesa la lámina propia desde la luz intestinal a través de las células epiteliales. También produce una enterotoxina que altera el transporte en el colon. Tras un período de incubación de ocho a 24 horas se presenta la gastroenteritis con fiebre, dolor abdominal, náuseas, vómito y diarrea sin sangre. La transmisión se produce al ingerir agua o alimentos contaminados o por vía fecal-oral. Se puede presentar también contagio por vía intravenosa en transfusiones o por medio de aparatos invasivos como endoscopios mal esterilizados. La diarrea intrahospitalaria por Shigella es poco frecuente, sin embargo, es la más contagiosa de las diarreas bacterianas; se necesita tan solo 100 a 200 microorganismos para causar enfermedad. Las heces presentan sangre y moco causadas por importante repuesta inflamatoria que se da en la lámina propia por la invasión de la mucosa intestinal y por una enterotoxina. El período de incubación es de uno a tres días, después del cual aparecen fiebre, dolor abdominal, diarrea con moco y sangre seguidos por tenesmo y pujo. Puede causar convulsiones por la producción de una neurotoxina. La transmisión se da por consumir alimentos contaminados o por vía fecal-oral. El Campylobacter jejuni es una importante causa de gastroenteritis bacteriana. Sus mecanismos para causar enfermedad son adherencia, producción de una enterotoxina, penetración y proliferación en el epitelio intestinal. Produce dolor abdominal y diarrea secretora que puede ser sanguinolenta. Puede también diseminarse por vía hematógena y causar infecciones extraintestinales como artritis, meningitis y endocarditis. La infección se relaciona con agua y alimentos contaminados. 371 Vigilancia, prevención y control de infecciones asociadas a servicios de salud Clostridium difficile: Presentación clínica Es necesario separar y enfatizar la importancia del Clostridium difficile entre las causas bacterianas de gastroenteritis pues la causa más frecuente de diarrea asociada a los antimicrobianos. El C. diffícile se presenta bajo la forma vegetativa que es metabólicamente activa, productora de las toxinas A y B. Las manifestaciones clínicas de Clostridium difficile progresan del estado portador asintomático, a la diarrea acuosa, a la colitis pseudomembranosa, al colon megatóxico y culminan en la enfermedad fulminante con muerte del paciente. La severidad depende en gran parte de la presencia o ausencia de anticuerpos contra dicho organismo. En las personas con anticuerpos el organismo produce el estado portador asintomático mientras que en aquellas carentes de anticuerpos se manifiestan las diferentes formas de la enfermedad. La incidencia de esta enfermedad ha aumentado significativamente en la última década sobre todo en los pacientes mayores de 65 años. Los factores de riesgo incluyen el uso previo de antimicrobianos (sobre todo clindamicina, ampicilina, amoxicilina, ceftriaxona y quinolonas) o el tratamiento con quimioterapia contra el cáncer. El organismo es transmitido dentro del ámbito hospitalario por medio del contacto con las manos de los trabajadores de salud o con áreas contaminadas del medio ambiente. Las personas portadoras asintomáticas sirven como reservorio de contaminación para el medio ambiente o para los trabajadores de salud. Una vez que el organismo es adquirido por la vía fecal-oral, penetra al intestino grueso donde se multiplica y produce las toxinas A y B que destruyen las células de superficie de la mucosa del colon y producen una diarrea osmótica con formación de pseudomembranas en el lumen del colon. Es necesario cesar el uso de antimicrobianos en los pacientes afectados, si su condición lo permite, e iniciar tratamiento con metronidazol o vancomicina por vía oral o metronidazol por vía i.v. La vancomicina por vía i.v no es útil en esta enfermedad puesto que no obtiene concentraciones suficientes en el lumen intestinal. Entre 15% a 25% de los pacientes muestran recaída después del primer tratamiento y requieren tratamiento más prolongado o tratamiento con combinaciones de antimicrobianos. 372 Infecciones gastrointestinales intrahospitalarias Fig. 1. Biopsia de la mucosa del colon mostrando la destrucción de la mucosa producida por el efecto de la toxina A de Clostridium difficile con formación de pseudomembrana. Recientemente se ha informado de brotes epidémicos intrahospitalarios (Canadá, EE.UU., Reino Unido) causados por una nueva especie de C. difficile hiperproductora de toxina A. Dichas infecciones afectan particularmente a los ancianos y llevan un pronóstico mucho más reservado, con cuadro clínico más severo y con mayor incidencia de colectomías y de muertes. Clostridium difficile: Mecanismos de Control y Prevención El aislamiento de contacto es necesario en pacientes con C. difficile, sea aislamiento en habitación privada o aislamiento en cohorte Las personas que se ocupan de dichos pacientes requieren utilizar batas protectoras, guantes desechables y seguir estrictamente las normas de lavado de manos con agua y 373 Vigilancia, prevención y control de infecciones asociadas a servicios de salud jabón antes y después de cada contacto con el paciente o con sus excreciones. También se utilizan termómetros de uso único y desinfección de endoscopios. Las soluciones de alcohol y glicerina no son eficaces para destruir a las esporas de este organismo por lo que lavado de manos con agua y jabón es el modo preferencial de prevención. Es necesario incrementar las medidas de limpieza de la sala o pabellón afectados y de restringir admisiones a dicho pabellón si existe un brote de C. difficile. Las esporas del organismo pueden perdurar en los suelos o superficies contaminadas durante periodos prolongados de tiempo. El control del uso de antimicrobianos forma parte esencial del control de brotes epidémicos por C. difficile. Se busca elegir antimicrobianos de espectro limitado y utilizarlos durante periodos cortos de tiempo. Se evitan los antimicrobianos de amplio espectro, sobre todo aquellos fármacos que se eliminan por vía hepática, biliar, intestinal y aquellos que tienen acción antianaerobia puesto que la disrupción de la flora normal del intestino (en su mayor parte anaerobia) favorece la manifestación del C. difficile. Helicobacter pylori El H. pylori es un organismo Gram negativo que solamente habita la superficie del epitelio gástrico. Es el miembro más importante de un nuevo genero con 19 especies de las cuales solo dos (Helicobacter pylori y H. heilmanii) infectan a los seres humanos. Es la causa más común de infección pues afecta al 60 % de la población mundial. Las tasas de infección son de 25% a 50% en países desarrollados y de 80% a 90% en países en vías de desarrollo. La mayoría de las personas afectadas carecen de síntomas. Sin embargo, entre las personas sintomáticas el H. pylori causa la gastritis antral crónica y juega un papel importante en la patogénesis de las ulceras duodenal y gástrica, adeno-carcinoma gástrico y los linfomas primarios de tipo B del estómago. También se halla asociado en la patogénesis del reflujo gástrico-esofágico. En los países en vías de desarrollo la tasa de infección en niños alcanza 50% a los cinco años de edad. Su modo de transmisión no ha sido completamente elucidado. Se sospecha transmisión oral-fecal (modo principal), oral-oral (a través de vómitos severos), y también por el agua potable. La Academia de Gastroenterología de Norte América hace las siguientes recomendaciones: 374 Infecciones gastrointestinales intrahospitalarias • Tratar de establecer el diagnóstico solo si el médico ofrecerá tratamiento si la prueba es positiva. • Es apropiado hacer la prueba en pacientes con úlcera péptica, historia previa de úlcera péptica o historia de linfoma gástrico. • La estrategia de hacer prueba y tratar es válida para personas menores de 55 años con dispepsia sin diagnóstico establecido y que no tengan síntomas que hagan sospechar la presencia de un tumor (pérdida de peso, saciedad rápida, disfagia progresiva, sangrado, anemia, odinofagia, vómitos recurrentes, historia familiar de cáncer gástrico o historia previa de tumor esofágico). • El tipo de prueba a elegir depende de si se hará o no una endoscopia. Los tipos de pruebas de diagnóstico cuando se hace una endoscopia incluyen: • Prueba de la ureasa en biopsia del antro gástrico (incubando la biopsia en una cubeta con agar que contenga urea y un indicador del pH; el cambio en el color en el indicador del pH indica la presencia de ureasa). • Si la prueba de la ureasa en biopsia es negativa; se puede confirmar la presencia de H. pylori por examen histológico, o cultivo de la biopsia (si existe la metodología en el laboratorio local). También se puede utilizar pruebas no invasivas para el diagnóstico tales como la prueba para medir la urea en el aire exhalado durante la respiración, o la prueba del antígeno en espécimen de heces. También existen pruebas serológicas pero tienen la limitación de no poder distinguir entre infección aguda o crónica. La prueba del antígeno en heces es muy útil para comprobar los resultados del tratamiento. El cuadro clínico incluye las siguientes presentaciones: • La gastritis antral crónica. Evidencia a favor de un rol etiológico que incluye: la presencia de gastritis en casi todos los pacientes con H. pylori, desaparición de la gastritis con tratamiento y el desarrollo de gastritis en modelos de ensayo en animales y en seres humanos al entrar en contacto con el patógeno. • Se le atribuye el rol causativo en la ulcera duodenal por la observación clínica de que el tratamiento del H. pylori virtualmente elimina la recurrencia de la ulcera duodenal, problema que ocurría muy frecuentemente antes de 375 Vigilancia, prevención y control de infecciones asociadas a servicios de salud establecerse dicho tipo de tratamiento. Por lo tanto, se recomienda el tratamiento antimicrobiano de todas las ulceras duodenales y de todos los casos con infección causada por el Helicobacter pylori. • También se considera que la ulcera gástrica es causada por el H. pylori, aunque otros factores como la administración de fármacos antiinflamatorios no-esteroides también juegan un papel etiológico. • El cáncer gástrico también muestra una fuerte asociación con la presencia del H. pylori razón por la cual la OMS lo ha denominado como un carcinógeno de categoría I. Se ha propuesto hacer la vigilancia epidemiológica para detectar la presencia del Helicobacter y tratar a aquellos pacientes con pruebas positivas como un método para disminuir la incidencia del carcinoma gástrico al nivel mundial. • El linfoma gástrico tipo B también muestra una fuerte asociación con infección por H. pylori. Algunos estudios sugieren que la erradicación del H. pylori puede causar la regresión del tumor. • Finalmente se hace una asociación causativa entre el reflujo gastroesofágico y la presencia de H. pylori. Factores propios al hospedero (grado de la respuesta inflamatoria) y al organismo (virulencia) actúan en conjunto en la patogénesis de la infección con el H. pylori, que muestra diversidad genética con diferentes cepas poseyendo diferentes grados de virulencia. Se ha identificado diferentes genes asociados con factores de virulencia y de patogenicidad (vacA, cagA , iceA). El primer paso en el proceso de infección es la adherencia bacteriana a las células de la mucosa gástrica. Dicho proceso es controlado en parte por los antígenos del grupo sanguíneo que se manifiestan en la superficie de la célula. Un estudio demostró un incremento en la adherencia en personas con el grupo sanguíneo 0, lo que explica la alta propensión de dichas personas a desarrollar ulceras. Se recomienda el tratamiento de todos los pacientes con ulceras e infección con H. pylori. El patógeno reside en la capa de moco que cubre al estómago. Por lo tanto, es importante que los fármacos se difundan sea a partir del lado del lumen gástrico o a partir de la mucosa del estomago. Esta observación explica la pobre correlación entre los resultados de estudios de susceptibilidad antimicrobiana in vitro y los resultados de tratamiento in vivo. Por tal razón, las recomendaciones de tratamiento se basan en resultados de estudios clínicos y 376 Infecciones gastrointestinales intrahospitalarias no en estudios de laboratorio. Por la misma razón, se recomienda no efectuar sustituciones terapéuticas dentro de cada grupo de antibióticos recomendados pues su difusión puede ser diferente. En Europa se mostraron tasas menores de recurrencia con la administración de compuestos de bismuto para el tratamiento de ulceras. Por esta razón se incluye al bismuto en muchos de los regímenes de tratamiento recomendados. Los fármacos que controlan la secreción de ácido (bloqueadores de histamina H2 e inhibidores de la bomba protónica-IBP) en el estomago aumentan la eficacia de los antibióticos, razón por la cual se los incluye en la mayoría de regímenes de tratamiento. Los regímenes actualmente recomendados se resumen en la Tabla 5. Tabla 5. Régimenes de Tratamiento Sugeridos Para H. pylori Régimen Comentario IBP, amoxicilina 1 g, claritromicina 500 mg Tratamiento de preferencia. En pacientes dos veces al día durante 14 días alérgicos a la penicilina sustituir amoxicilina con metronidazol 500 mg dos veces al día Bismuto 525 mg, metronidazol 500 mg, Se puede utilizar como tratamiento de primera tetraciclina 500 mg cuatro veces al día; línea durante 7-14 días, pero por lo general se más IBP dos veces al día durante 7-14 días reserva para repetir tratamiento durante 14 días. IBP, amoxicilina 1 g, metronidazol 500 mg Tratamiento de preferencia en pacientes dos veces al día durante 14 días alérgicos a los macrólidos y como tratamiento repetido en pacientes que fallaron tratamiento inicial IBP, levofloxacino 250 mg, amoxicilina 1 g Tratamiento de rescate para personas que dos veces al día durante 14 días fallaron dos previos cursos de tratamiento IBP, rifabutina 150 mg, amoxicilina 1 g Tratamiento de rescate alternativo dos veces al día durante 14 días IBP dos veces al día, amoxicilina 1 g Tratamiento de rescate alternativo tres veces al día durante 14 días IBP= Inhibidor de la bomba protónica Se ha desarrollado vacunas orales que son eficaces en modelos animales. Si dichas vacunas logran ser adaptadas a los seres humanos y si son relativamente baratas se podrían instituir campañas de vacunación al nivel mundial para tratar de erradicar al Helicobacter. Las vacunas en modelos animales también han mostrado alguna eficacia en la erradicación del organismo, lo cual sugiere su posible uso durante el tratamiento de la infección. En los países en vías de desarrollo la vacunación sería una alternativa más fácil y menos costosa de 377 Vigilancia, prevención y control de infecciones asociadas a servicios de salud implementar que los regímenes de tratamiento recomendados en el momento actual. Medidas preventivas y de reducción del riesgo. Evidencia de infección nosocomial por H. pylori Su transmisión nosocomial ocurre cuando se usan sondas gástricas o endoscopios no desinfectados adecuadamente. La frecuencia de transmisión iatrogénica es de ~4/1000 endoscopias en poblaciones con una incidencia de infección del 60% de la población. Los métodos tradicionales de lavado de los endoscopios seguidos de un enjuague en alcohol no son suficientes para desinfectarlos apropiadamente. En contraste, se ha demostrado la erradicación del H. pylori de los endoscopios sometidos a lavado convencional más desinfección de alto nivel. Por lo que se recomienda establecer un protocolo por escrito en cada unidad de endoscopia. Dicho protocolo debe incluir los siguientes puntos: • El uso de guantes cuando se ejecuten tareas donde potencialmente se puede contaminar las manos. Por Ej. Endoscopias, contacto con secreciones (heces, vomito, aspirados gástricos), y el manejo de objetos potencialmente contaminados (jeringas, electrodos para medir el pH, pinzas de biopsia). Se ha demostrado una mayor incidencia de anticuerpos IgG entre los gastroenterólogos que hacen endoscopías sin utilizar guantes. Esto indica la transmisión de infección y refuerza la necesidad de utilizar medidas protectoras. • Una de las causas principales de contaminación de endoscopios es la ruptura del protocolo de desinfección. Esto ocurre muchas veces por que una unidad de gastroenterología cuenta con un número limitado de equipos que son compartidos entre varios gastroenterólogos, lo que pone presión al reprocesamiento rápido de un equipo para su uso en un segundo paciente. Otra causa frecuente es que al completarse las endoscopias el personal encargado de la limpieza y desinfección deja tal tarea para el día siguiente, lo cual ocasiona que se secan los líquidos y secreciones dentro del endosocopio haciendo casi imposible su limpieza adecuada posterior. La única manera de prevenir estos problemas es la adherencia estricta al protocolo de desinfección de los endoscopios entre cada paciente, lo cual requiere que se planee correctamente el horario de los estudios, tiempo designado para cada gastroenterólogo y tiempo correcto para desinfección entre cada paciente y al final del último estudio del día: 378 Infecciones gastrointestinales intrahospitalarias - Lavado adecuado de los instrumentos antes de cada desinfección. Esto incluye el lavado manual de cada endoscopio y accesorios inmediatamente después de cada endoscopia para prevenir que se sequen las secreciones. Todos los componentes del endoscopio (parte externa, válvulas, canales internos) y accesorios deben ser lavados y refregados a mano y enjuagados con agua y detergente. - Uso de un desinfectante adecuado (El H. Pylori es susceptible a todos los desinfectantes de alto nivel utilizados en los hospitales). Se sugiere el uso de solución de glutaraldeido al 2% o similar con inmersión de todos los componentes del endoscopio. - Mantener el endoscopio en la solución desinfectante durante el tiempo adecuado. Es decir durante todo el tiempo indicado por el fabricante de la solución desinfectante. El tiempo mínimo de inmersión es de 10 minutos. El tiempo óptimo de inmersión es de 20 minutos (sobre todo sí se sospecha tuberculosis). - Enjuagar el endoscopio (incluyendo todos los canales internos) y accesorios con agua estéril luego de la desinfección, reconociendo que el glutaraldeido y otros desinfectantes son tóxicos. Si se utiliza agua de pila (en lugar de agua estéril) para el enjuague, entonces se recomienda enjuagar una vez más con alcohol al 70% y secar con aire comprimido (para evitar el crecimiento de bacterias en lugares húmedos). - Las pinzas de biopsia y otros objetos utilizados para romper la integridad de la mucosa gástrica deben ser considerados elementos críticos y no solamente ser desinfectados, deben ser esterilizados. - Colgar los endoscopios para drenar por acción de la gravedad cualquier líquido que pudiera quedar, sobre todo si no se pudo secar con aire comprimido. Aunque el riesgo de transmisión no es muy alto se puede prevenir la transmisión intrahospitalaria de infección por H. pylori utilizando precauciones estándar en todos los ámbitos hospitalarios donde se hacen pruebas con el jugo gástrico. MEDIDAS PREVENTIVAS: Se ha comprobado la eficacia de las precauciones estándares y de las precauciones de contacto. Es importante establecer dichas medidas para todo caso esporádico o brote de infecciones gastrointestinales nosocomiales. 379 Vigilancia, prevención y control de infecciones asociadas a servicios de salud CONCLUSIONES Las infecciones gastrointestinales forman un grupo importante de las IASS. Son de particular importancia en servicios de neonatología, pediatría y en centros de internación prolongada donde pueden causar casos esporádicos y también brotes epidémicos. Sin embargo pueden afectar a todos los grupos de edad, particularmente en lo que respecta a Clostridium difficile y Helicobacter pylori. Estos dos últimos organismos requieren pasos específicos de prevención algo diferentes de los pasos requeridos para la mayoría de los patógenos usuales que son virus o bacterias. Conflictos de interés: FE, AED: ninguno BIBLIOGRAFÍA 1. Garner JS, Jarvis WR, Emori TG. CDC: definitions for nosocomial infections. Am J Infect Control. 1998; 17:128-140. 2. Emori TG, Culver DH, Horan TC. 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