Contexto histórico-cultural y filosófico de Platón Platón nace en Atenas en el año 427 antes de Cristo y muere en el año 347. Tan solo unas décadas antes de su nacimiento Atenas se convirtió en la polis más importante desde todos los puntos de vista, como consecuencia de su brillante papel en las guerras médicas contra imperio persa. Acabada la guerra se instaura un régimen de gobierno radicalmente nuevo: la democracia: por primera vez en la historia de Europa todos los atenienses libres tienen iguales derechos y deberes y las leyes, aprobada por mayoría, se convierte en el único criterio de autoridad. Se inicia una época en la que Atenas destaca en todos los órdenes: económico, político, artístico, etc. Sin embargo, como tantas veces ha ocurrido a lo largo de la historia, Atenas empieza a abusar de su poder frente a muchas de las polis, creando un gran descontento en muchas de ellas. Este descontento va a ser aprovechado por su eterna rival, Esparta, que unifica a las polis descontentas y se enfrentan a Atenas en la llamada guerra del Peloponeso que se inicia en el 431 a.C. y que durará hasta el 404. Este hecho marca el inicio de la decadencia ateniense, que se acelerará cuando es derrotada por los espartanos y sus aliados, que imponen el “gobierno de los Treinta Tiranos”, que provoca un gran descontento y la reinstauración de la democracia. Ésta está ya lejos de la brillantez de su origen y la corrupción se extiende hasta el punto que en el 399 condena a Sócrates a muerte acusado de corromper a los jóvenes e impiedad. Esta decadencia ateniense se prolongará hasta que Alejandro Magno unifica todas las polis bajo un mando único, décadas después de muerto Platón . La crisis ateniense se extiende también al campo cultural, donde los antiguos proyectos arquitectónicos y urbanísticos se paralizan ante la crisis económica. No obstante, aun existen grandes creadores como Praxíteles. En el terreno literario solo las comedias de Aristófanes y los estudios históricos de Jenofonte pueden compararse con los creadores de la época de esplendor. Otro hecho cultural de extraordinaria importancia es la creación de la Academia platónica y la Escuela de Isócrates, que pugnan por la hegemonía cultural. En la primera se privilegia especialmente la filosofía y en la Escuela, la retórica. Junto a estas dos instituciones educativas, aunque en decadencia persisten los sofistas con quienes Platón mantuvo numerosas discusiones. Como ya hemos dicho Platón nace en este marco histórico atravesado por una crisis cada vez más profunda, en el año 427 a.C. De ascendencia aristocrática recibió una esmerada educación en la que destacaron las enseñanzas de Sócrates, sin duda, el factor más decisivo en su formación intelectual y moral. La muerte del maestro fue vivida por Platón como algo radicalmente injusto y este hecho marcará profundamente su vida y su filosofía. Muchas de las ideas fundamentales de éste tienen su origen en las enseñanzas socráticas, hasta el punto de que sus primeras obras son consideradas por ciertos historiadores como plasmaciones escritas del pensamiento de Sócrates. En su juventud mantuvo relaciones con pitagóricos, de donde extrajo la idea de la importancia fundamental de la matemática en el campo de la filosofía. Su concepción del alma como parte esencial del hombre y su carácter espiritual y eterno fue adoptada también de las enseñanzas de la escuela pitagórica. Otro filósofo que influyó en la concepción de la realidad material fue Heráclito y su idea de que todo fluye, de que todo está en continuo cambio. Por su parte Parménides influyó en la formación del pensamiento platónico, con su idea de que la razón es la fuente única para acceder a la verdad y de que ésta es absoluta. Ya en su madurez intelectual viajó en tres ocasiones a Siracusa con la idea de implantar sus ideas políticas, pretensión frustrada en las tres ocasiones, aunque siempre por causas ajenas a Platón y a su filosofía. Tras el primer viaje crea en Atenas la Academia, donde escribió la mayoría de sus obras más importantes. La enseñanza en la Academia estaba basada fundamentalmente en la discusión y el debate, convirtiéndose en la institución educativa más importante. La filosofía platónica tiene dos momentos fundamentales: Una crítica a la situación política ateniense y una valoración muy crítica de la filosofía, especialmente a la sofística, por su carácter relativista y su rechazo de la posibilidad de alcanzar la verdad. Una teorización extraordinariamente brillante de la filosofía. Es Platón quien realmente crea lo que la posteridad entenderá por filosofía y sus distintas áreas: ontología, ética, política,… Sus obras, excepto una carta autobiográfica, están escritas en forma de diálogo entre personajes que debaten sobre los diversos problemas., expuestos desde distintos puntos de vista. Muchos de los personajes que dialogan son personas históricas y las ideas platónicas son defendidas por el personaje “Sócrates”. Platón, en la época que recibía las enseñanzas de su maestro, pensaba dedicarse a la política, y pensaba las enseñanzas socráticas como instrumentos para la participación política, pero la crisis de la democracia (Platón nunca fue demócrata, influido por su ascendencia aristocrática) y, sobre todo, la muerte de su admirado Sócrates determina su desencanto de la actividad política y su dedicación a la filosofía. No obstante, su preocupación por la creación de una sociedad justa, nunca decayó. Efectivamente, el filósofo, aceptando el intelectualismo moral de Sócrates, considera que para poder hacer el bien, en primer lugar hay que saber en qué consiste el bien que queremos practicar. En este sentido podemos considerar la filosofía platónica como una preparación para conocer en qué consiste el Bien, para posteriormente poder crear en la sociedad ateniense la sociedad justa. Platón defendió un claro dualismo ontológico, creyendo en la existencia de dos tipos de realidad: el mundo sensible y el mundo inteligible. El primero, es el conjunto de cosas perceptibles por los sentidos, donde vivimos, es imperfecto y fue llevado a cabo por el Demiurgo, a semejanza de un mundo superior y perfecto; el mundo de las ideas, que consta de realidades universales, solo cognoscibles mediante la razón y ordenadas jerárquicamente, en la que la idea superior es la Idea del Bien. Para su conocimiento debemos recurrir a la ciencia, a la filosofía, por medio de la dialéctica. Este dualismo se manifiesta también en su consideración del hombre, compuesto de un cuerpo, mortal, corruptible, y un alma, parte esencial del hombre, espiritual y eterna. Ética y política, indisociables según Platón, se fundamentan en la doctrina del intelectualismo moral, según la cual sólo el que sabe en qué consiste “realmente” el bien, la justicia, la belleza,… es capaz de llevarlo a la práctica. En consecuencia el mal es producto de la ignorancia. Por eso, según nuestro autor, el mejor gobernante es el filósofo pues solo él sabe perfectamente en qué consiste la justicia y como aplicarla. La República es la obra fundamental del pensamiento platónico maduro en la que se encuentra la exposición más elaborada de la teoría de las ideas y su proyecto político utópico. Se compone de 10 libros o capítulos en los cuales se tratan temas relativos a la justicia (armonía del conjunto social e individual), las partes del alma y sus virtudes y el intento del alcance del bien mediante la dialéctica. Todo esto se presenta de manera dialogada, donde se intercalan ejemplificaciones para aclarar los ideales. También es frecuente el uso de mitos, como el mito de la caverna que es una explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al conocimiento; aparece al principio del libro VII.