EL DERECHO A ESTAR PRESENTE COMO EXPRESIÓN DEL DERECHO A LA DEFENSA ALEXANDER DÍAZ PEDROZO Abogado Universidad del Atlántico. Especialista en Derecho Penal y Criminología (Universidad Libre-Seccional Atlántico). Especialista en Sistema Penal Acusatorio e Investigación Criminal (Universidad Católica de Colombia), Candidato magíster en Derecho, programa Ciencias Penales y Criminológicas (Universidad Externado de Colombia). Exdefensor Público, Área penal-Regional Atlántico. Fiscal seccional de Bogotá. Actualmente cursa especialización en Derecho Constitucional en la Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá adiaz784@gmail.com MOISÉS DE LA CRUZ RADA Abogado Universidad Simón Bolívar. Especialista en Derecho Penal y Criminología (Universidad Libre-seccional Atlántico). Especialista en Sistema Penal Acusatorio e Investigación Criminal (Universidad Católica de Colombia) Defensor Público, Área Penal. Regional Atlántico. Abogado litigante moisesdelacruzrada@hotmail.com RESUMEN El presente artículo contiene una exposición del derecho a estar presente, de acuerdo con su desarrollo en la Ley 906 de 2004. El objetivo inicial es mirar desde la teoría el acontecer judicial en el distrito de Barranquilla, para orientar a la Defensa Pública y estructurar estrategias defensivas tendientes a oponerse a las prácticas “eficientistas”, que desdibujan el programa constitucional. Ahora presentamos este mismo artículo para ampliar su irradiación a toda la comunidad académica, para someter a debate lo aquí propuesto. En él hacemos una descripción de la regulación legal y su correcta interpretación acorde con la normativa internacional. Palabras clave: Estado Social de Derecho, Sistema Penal Acusatorio, Derecho de defensa, Derecho a estar presente, Debido proceso, Nulidad, Defensoría del Pueblo, Audiencias, Contumacia. ABSTRACT This article contains an exposition of the right to be present, according to its development in the law 906 of 2004. The initial goal is to watch from the theory the court events in the District of Barranquilla, to provide guidance to the Public Defender and a structure that defensive strategies designed to oppose the practice “efficiency”, which blur the constitutional program. Now, we present this article to expand its radiation to the entire academic community for debate as proposed here. In it we describe the legal rules and their correct interpretation in accordance with international standards. Key words: Rule of Law, Adversarial Criminal Justice System, Defense Law, Right to be present, Due process, Nullity, Ombudsman, Hearings, Absentia. Recibido: Julio 19 de 2010 • Aceptado: Septiembre 30 de 2010 Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla 173 1. Introducción mano positivizado como derecho fundamental2 en el artículo 29 constitucional. Por lo que el docu- Es ya común observar prácticas eficientistas en el marco de la Ley 906 de 2004, en la ciudad de Barranquilla. Una de ellas es realizar las audiencias del juicio (acusación y preparatorias) sin la presencia del acusado. Por el contrario, se exige la presencia del imputado en las audiencias preliminares. Hay jueces que en esta etapa del proceso, ni siquiera con la renuncia expresa del imputado aceptan realizar dichas audiencias. En el corazón del asunto subyace la voluntad expresa de mantener privadas de la libertad a las personas. Se ha llegado a exacerbar estas prácticas hasta el punto de “iniciar el juicio oral”, con la teoría del caso y suspenderla para fijarle fecha por “auto separado”. Todo para cortar los términos y evitar su vencimiento a efectos de que no se obtengan libertades provisionales. Es por esto que la Barra Académica1 de la Defensoría del Pueblo Regional Atlántico viene elaborando, a manera de “documentos de trabajo”, estrategias de defensa, para cerrarle paso a estas prácticas que desdibujan las garantías mínimas contempladas en la ley. Se trata entonces de documentos jurídicos basados en la ley, la jurisprudencia y la doctrina, que nos permitirán rescatar la juridicidad que se pierde cuando se toman este tipo de decisiones instrumentales. El presente documento pretende ser una contribución en ese sentido. Se hace un estudio del derecho a estar presente como garantía del derecho a la defensa material que tiene todo ciudadano en su calidad de indiciado, imputado o acusado. El derecho a la defensa, a su vez, es un derecho hu- 1. El artículo que ahora ponemos a vuestra consideración fue elaborado a comienzo del presente año, como documento de trabajo para el ejercicio de la Defensa Pública en la Regional Barranquilla, y presentado a “La Barra de Defensores Públicos del Atlántico” que es un espacio académico para debatir y proponer temas relacionados con el quehacer de la Defensa Pública. 174 mento se constituye, además, en un instrumento del trabajo defensorial, abierto a todos los sectores interesados en la administración de justicia. 2. El derecho a la defensa como derecho fundamental y garantía procesal: verdadera regla de juego en el proceso penal El derecho a la defensa es un derecho complejo. Está constituido por una serie de subprincipios y revestida de garantías que hacen posible su preservación, so pena de generar nulidad procesal. En efecto, está elevada a la categoría de garantía procesal, en el sentido planteado por Ferrajoli: “condición sine qua non”3, “reglas de juego fundamentales del Derecho Penal”4. De manera que debe observarse en todo el proceso penal como requisito para establecer la responsabilidad penal y la posible aplicación de una pena. 2. ALEXI, Robert (2003). Tres escritos sobre los derechos fundamentales y la teoría de los principios. Serie Teoría Jurídica y filosofía del Derecho. No. 28. Presentación y traducción de Carlos Bernal Pulido. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. Para este autor “…es aconsejable no afirmar que los derechos fundamentales son derechos humanos transformados en derecho constitucional positivo, sino que se trata de derechos que han sido llevados al derecho positivo con el propósito o la intención de darles una dimensión positiva a los derechos humanos. Por consiguiente los derechos fundamentales deben representar derechos humanos transformados en derecho constitucional positivo…” p. 28. Afirma que existe una vinculación de los derechos fundamentales con los derechos humanos y que “…todo concepto de los derechos fundamentales debe determinarse recurriendo a una concepción de los derechos humanos…” p. 31. En cuanto a su función dice que “…los derechos fundamentales son derechos a que se implemente la organización y los procedimientos necesarios y adecuados para el disfrute de los derechos fundamentales...” p. 36. En ese sentido defendemos el derecho a estar presente como garantía mínima del derecho a la defensa que a su vez es un derecho fundamental tomada de un tratado sobre derechos humanos: Pacto de San José de Costa Rica, que forma parte del bloque de constitucionalidad. La relación entre el derecho fundamental y los derechos humanos es inescindible. Por lo tanto, constituye un imperativo que el procedimiento penal lo respete como derecho individual del indiciado, imputado o acusado. 3. FERRAJOLI, Luigi. Derecho y razón. Teoría del garantismo penal. Madrid: Editorial Trotta. 1995, pp. 92-93. 4. Ibíd. p. 93. Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla ¿Qué es el derecho a la defensa? Carlos Bernal Pulido señala que “…El derecho a la defensa se erige como uno de los principios más importantes del debido proceso. Este derecho concreta la garantía de la participación de los interlocutores en el discurso jurisdiccional, sobre todo para ejercer sus facultades de presentar argumentaciones y pruebas. De este modo, el derecho a la defensa garantiza la posibilidad de concurrir al proceso, hacerse parte en el mismo, defenderse, presentar alegatos y pruebas...”5. Concretamente, el derecho a la defensa implica participación en el proceso penal a través de sí y por medio de un defensor letrado. Lo primero se conoce como autodefensa o defensa material –privada, procesal o genérica–; y lo segundo, defensa técnica, letrada, experta o togada, o formal, pública o específica. El objeto es que se pueda controvertir, solicitar pruebas, interponer recursos, presentar alegatos, interrogar, y demás. Por eso, existe la prohibición de la indefensión. Quiere decir ello que el Estado por medio del fiscal, el juez o magistrado le compete estar permanentemente atento a que se cumpla la defensa material y técnica6. Pues, el Estado debe garantizar que “…los procesados tengan efectiva y real oportunidad de hacer valer sus razones durante la investigación y el juicio…”7. 3. El derecho a estar presente como expresión del derecho a la defensa La Carta Constitucional consagra el derecho a la defensa como concepto integrante del debido proceso. Señala en su artículo 29: “… Quien sea sin- 5. BERNAL PULIDO, Carlos. El derecho de los derechos. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. 2005, pp. 368-371. 6. PÉREZ PINZÓN, Álvaro Orlando. Los principios generales del proceso penal. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. 2004, pp. 52-55. 7. Corte Constitucional. Sentencia SU-960 de 1999. M.P. doctor José Gregorio Hernández Galindo. dicado tiene derecho a la defensa y a la asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el juzgamiento …”. La Constitución integra dos conceptos: uno genérico de defensa y uno expreso de asistencia letrada. En el ámbito internacional tenemos que la Convención Americana de Derechos Humanos en su artículo 8-d consagra las garantías judiciales mínimas, entre ellas, “derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor”. A su vez el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, consagra también garantías mínimas en el proceso penal, artículo 14-3-d cuando dice: “a hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por un defensor de su elección (…)”. Luego armonizando estas legislaciones que forman parte del interés superior del Estado, como quiera que están integradas al orden interno de manera prevalente, al formar parte del bloque de constitucionalidad, tenemos que toda persona debe estar presente en el proceso que se adelanta en su contra, para que pueda ejercer su derecho a la defensa material y sobre todo para que conozca de la actuación surtida en su contra. Este derecho fundamental de defensa como integrante del debido proceso tiene prevalencia, tal y como lo ha señalado la Corte Constitucional: “… La Corporación en caso en que no pueda establecerse una armonización concreta de los principios constitucionales en conflicto, debe darse preferencia al derecho fundamental al debido proceso, pues la eficacia de la administración de justicia y la seguridad jurídica no pueden alcanzarse a riesgo de sacrificar los derechos fundamentales de las personas. La justicia está al servicio de esos derechos, por lo tanto en estos casos no puede aplicarse mecánicamente el principio constitucional prevalencia del interés general (CP Art. 1) sobre Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla 175 el particular, pues en tales eventos la norma constitucional relevante es aquella que dispone que el Estado reconoce la primacía de los derechos inalienables de la persona humana (CP Art. 5)…”8. En consecuencia cuando se presente este tipo de conflictos y de fallas de la justicia debe decretarse la nulidad por violación del debido proceso. Pues, el derecho a estar presente forma parte del derecho a la defensa y el derecho a la defensa forma parte del debido proceso. 4. Reglamentación del derecho a estar presente en la ley 906 de 2004 El Código de Procedimiento Penal vigente regula varias situaciones relacionadas con el derecho a estar presente. Una es lo relativo con la contumacia. La segunda, es la relacionada con la renuncia al derecho a estar presente. Tercero, es el derecho a estar presente como genérico derecho de defensa. Para los efectos del presente documento nos dedicaremos únicamente al derecho a estar presente en las audiencias preliminares (etapas de indagación-investigación) y en las audiencias de formulación de acusación, preparatoria y el juicio oral (etapa de juzgamiento). En efecto, el artículo 8 del CPP consagra con toda claridad y extensión el derecho a la defensa. En su texto podemos leer en los literales e, h, j y k las facultades de ser oído, conocer los cargos que le sean imputados, solicitar, conocer y controvertir las pruebas, tener un juicio público, oral, contradictorio, concentrado, imparcial con inmediación de las pruebas y sin dilaciones injustificadas, en 8. Corte Constitucional. Sentencias T-969 de 1996 y T-654 de 1998. En estas sentencias la Corte analizó el derecho a la defensa técnica y material al proceso penal. Un procesado con defensor de oficio no fue citado al proceso y por lo tanto se le cercenó su derecho a la defensa material amén que el defensor oficioso no cumplió cabalmente su misión y por lo tanto resultó condenado. La Corte decretó la nulidad de lo actuado. 176 el cual pueda, si así lo desea, por sí mismo o por conducto de su defensor, interrogar en la audiencia a los testigos de cargo, etc. De allí podemos concluir que el derecho a la defensa está tratado, además como una garantía que permite al indiciado o imputado, por sí o por medio de su defensor durante la actuación participar en igualdad de condiciones que el órgano persecutor. Ese derecho a estar presente es genérico. En cuanto es una garantía general para todo ciudadano investigado o acusado por el Estado por la presunta comisión de un delito. Sin embargo, su concreción se presenta en cada caso particular. Allí, ese derecho sigue siendo genérico pero se particulariza y es, en el terreno de lo concreto, en donde ese ciudadano objeto de la persecución penal puede expresamente renunciar a ello, siempre que sea producto de una estrategia defensiva. De esta forma podemos singularizar este derecho de la siguiente forma: 4.1 El derecho a estar presente cuando la persona judicializada está en libertad Cuando la persona se encuentra en libertad, ya sea porque no se afectó su derecho de locomoción con medida de aseguramiento, ya sea porque sí se afectó esa esfera de libertad, recobró la libertad y posteriormente se libró orden de captura en su contra, o porque fue declarada contumaz, frente a ese tipo de situaciones el derecho a estar presente se materializa con las citaciones al indiciado, imputado o acusado a la dirección contemplada en el plenario. Y, por supuesto con la efectiva presencia de la defensa técnica. El principio de publicidad así lo expresa. El artículo 149 lo establece durante la etapa del juzgamiento, en cuanto que no podrá excluirse de las audiencias que se desarrollen durante la etapa del juzgamiento a la Fiscalía, el acusado, la defensa, el Ministerio Público, la víctima y su representante legal. En cuanto al mismo principio Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla durante las audiencias preliminares el artículo 155 ibídem señala que “… las audiencias preliminares deben realizarse con la presencia del imputado o de su defensor ...”. A renglón seguido, se trata del tema de las audiencias reservadas. Sobre este punto volveremos más adelante, sin embargo, señalamos desde ya, que algunas audiencias preliminares por su naturaleza constituyen la excepción al derecho a estar presente, pues en algunas de ellas no es obligación citar a la defensa ni al indiciado. Por ejemplo, cuando se trata de librar orden de captura. En términos generales la persona que goza de la libertad debe ser citada a las audiencias preliminares y de juzgamiento. No obstante su presencia en las audiencias no es obligatoria. Salvo cuando sea imprescindible, por ejemplo cuando se trate de actos en los cuales el imputado será “objeto de prueba”, es decir en aquellas hipótesis en que directamente se lo va a someter a valoración u observación, por ejemplo cuando es su deseo declarar, frente a diligencias de toma de muestras corporales, etc. 4.2 El derecho a estar presente cuando no se conoce el paradero de la persona investigada o no asiste a las audiencias pese a ser citada oportunamente En este evento, siempre que la persona se encuentre plenamente individualizada e identificada y se hayan agotado todos los mecanismos de búsqueda y citaciones suficientes y razonables para obtener la comparecencia del procesado y esta no se logra, podrá de manera excepcional declararse la ausencia del imputado y declararse persona ausente, por parte de un Juez de Control de Garantías a quien requiera para formularse imputación o imponer alguna medida de aseguramiento que lo afecte. En ese caso, se le designará un defensor público escogido por el Sistema Nacional de Defensoría Pública que lo asistirá y representará en todas las actuaciones. Esa declaratoria es válida para toda la actuación. En esos eventos no se pierde el derecho a estar presente, solo que por no poder ser ubicado el defensor público suple la presencia del imputado en todas las actuaciones, de conformidad con el artículo 127 del CPP. El otro evento es el de la contumacia contemplada en el artículo 291 del CPP en el cual la persona indiciada, habiendo sido citada no comparece, sin justificación alguna. Caso en el cual se declara contumaz, y, la audiencia de formulación de imputación se realizará con la presencia del defensor designado para su representación. 5. El derecho a estar presente en persona judicializada detenida Cuando la persona es detenida, por medio de la captura en cualquiera de sus formas, la persona entra dentro de la esfera de protección del Estado y en consecuencia es a este a quien le corresponde recibir las citaciones respecto de las audiencias, comunicarlas a los internos y remitirlos a las salas de audiencia. Es elemental decir, que la libertad de la persona se encuentra restringida y por lo tanto no podrá desplazarse libremente. Sin embargo, esta persona detenida puede expresar su voluntad de no asistir a las audiencias para las cuales haya sido citado. Esa libertad no se encuentra restringida en el penal. Esa voluntad deberá ser expresada verbalmente, caso en el cual creemos debe levantarse acta al respecto o por escrito dirigido al director de la cárcel. En ese caso, su voluntad es soberana y no podrá ser obligado a asistir a las audiencias para las cuales sea citado. Mención especial merece el artículo 18 parágrafo de la Ley 1142 de 2007 que modificó el artículo 189 de la Ley 906 de 2004; disposición en la cual se dice que en aquellos casos en que el indiciado haya entrado en estados de inconsciencia, el Juez de Control de Garantías podrá legalizar la captura, formular imputación y proferir medida de asegu- Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla 177 ramiento contra el indiciado, con la sola presencia del defensor particular o público. Es decir, que la presencia del indiciado no sería necesaria; mas sin embargo, la Corte Constitucional declaró la constitucionalidad condicionada de la disposición, salvo la expresión “…formular imputación, solicitar imposición de medida de aseguramiento y hacer las solicitudes que considere procedentes...”9. Es decir, que en esos eventos de inconsciencia solo podrá legalizarse la captura, con la sola presencia del defensor; mientras que en todos los demás casos se requiere la presencia voluntaria y consciente del indiciado. 6. Facultad de renunciar al derecho a estar presente como regla excepcional En este punto nos detendremos solo en aquellos casos en que la persona se encuentre detenida. Pues cuando esta se encuentra libre, su presencia en los estrados judiciales no es imprescindible. Allí se cuenta con el derecho a estar presente, pero como esta puede desplazarse libremente, su inasistencia se entiende como renuncia a su derecho a estar presente. Deberá aclararse, que en todo caso debe ser citado por medio de comunicación eficaz, para que esté enterado y comparezca si lo tiene a bien. Cosa distinta se presenta cuando la persona se encuentra privada de la libertad. Su libertad de locomoción se encuentra restringida. Está bajo la custodia del Inpec. Por lo tanto, su inasistencia no podrá catalogarse como renuncia a su derecho a estar presente. Pues, no podrá conducirse fuera del penal como lo hace quien goza de la libertad. Aquí el derecho a estar presente es mucho más rígido y se cumple con toda la razón la preceptiva internacional, ya citada, que indica el derecho a estar presente en las actuaciones del proceso penal. 9. Corte Constitucional. Sentencia C-425 de 2008. 178 Como argumento adicional debemos aludir a que la persona en la etapa de investigación se le impone medida de aseguramiento de detención carcelaria, no solo por razones objetivas sino además porque la detención resulta propicia para garantizar la comparecencia del imputado al proceso, entre otras (Art. 308 CPP). Luego, si ello es así mal podrían realizarse, por regla general, las audiencias procesales sin la comparecencia del imputado o acusado detenido, sin violentar este cometido legal. Para desarrollar metodológicamente este aparte debemos realizar las siguientes distinciones, por etapas y situaciones: 6.1 El derecho a estar presente en las audiencias preliminares Consideramos que el derecho a estar presente es la regla general, como expresión del derecho a la defensa. La no presencia del ciudadano privado de la libertad es la excepción. En esos casos excepcionales debe mirarse con mucha ponderación y prudencia la normativa legal en concordancia con la constitucional e internacional. Para que no resulte desconocida la garantía mínima del derecho de defensa, que como hemos dicho es una verdadera regla de juego en un sistema procesal con tendencia acusatoria y por lo tanto se erige como requisito sine qua non de legitimidad y validez del proceso penal, ya que su inobservancia se castiga con la nulidad del procedimiento, de conformidad con el artículo 457 del CPP. Por ello se justifica mirar “casos límite”, para que pueda justificarse y validar las actuaciones en las que no asista la persona detenida. Luego, por regla general la persona no está obligada a asistir a las audiencias cuando ella expresamente renuncie a su derecho a estar presente. Pero hay otros eventos y otras condiciones que merecen ser analizadas a efectos de valorar las excepciones a esa carga procesal de manifestar el deseo de no estar presente; Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla sobre todo, de cara al artículo 155 del CPP, el cual escuetamente señala que “…las audiencias preliminares deben realizarse con la presencia del imputado o su defensor...”. En sentido literal-formal, parece que la norma dice que las audiencias preliminares se pueden realizar bien con la sola presencia del imputado, o bien con la sola presencia del defensor, o con la de ambos; pero, en todo caso, que la presencia de uno cualquiera de ellos sería suficiente. Lo cual, de entrada, es un imposible procesal en todos los casos. Pensemos en la audiencia de legalización de captura, formulación de imputación o imposición de medida de aseguramiento. Allí no podría cumplirse esa regla. Se requiere la presencia de ambos, pues están en curso la afectación de derechos fundamentales del indiciado que amerita la concurrencia de la defensa material y técnica. Con mayor razón, si tenemos en cuenta que en relación con esta última audiencia, el artículo 306 inciso 3, señala que “… la presencia del defensor constituye requisito de validez de la respectiva audiencia …”. Es decir que el artículo 155 es una norma que se relativiza en cada caso concreto. Nos parece difícil que una audiencia preliminar pueda realizarse con la sola presencia del indiciado o imputado detenido. Cosa distinta sucede cuando el indiciado o imputado esté en libertad y no comparece pese a haber sido citado, o no se conozca su paradero, como ya quedó establecido. Por eso debemos revisar cada etapa y mirar las posibilidades normativas que nos permitan avizorar temas en los que la presencia del defensor sea suficiente más no la del indiciado o imputado detenido. 6.1.1 Audiencias preliminares reservadas En cuanto a las audiencias preliminares, debemos recordar que existen algunas que tienen carácter reservado; es decir, se trata de audiencias cuya publicidad se encuentra restringida al público, y en algunos casos para algunos intervinientes en la actuación, y el artículo 155 CPP, en su inciso segundo, enlista algunas audiencias que tienen el carácter de reservadas. Algunas audiencias reservadas tienen como objeto recaudar elementos materiales probatorios (EMP) tendientes a incriminar a una persona, a identificarla, individualizarla y vincularla con una actividad que puede constituir conducta punible. Estas diligencias se realizan durante la etapa de indagación, o sea, cuando no hay imputado. Pensemos en la interceptación de comunicaciones, seguimiento de personas, solicitud de orden de captura y similares. En esos eventos no se requiere la presencia del indiciado o su defensor, salvo que exista un indiciado conocido que manifieste su interés de participar en el procedimiento, previa comunicación de la Fiscalaía General de la Nación o, como lo puntualiza el doctor Donaldo del Villar10, “…en el evento que se entere por otros medios y decida concurrir para ejercer su derecho de defensa, que en nuestro entendimiento nace cuando el Estado focaliza la investigación en contra de una persona determinada, pues los centros de gravedad del proceso tienen asidero paulatinamente en la medida que se desarrolla, desde el momento en que el sujeto pasivo de la acción penal adquiere la condición de sospechoso…” o “…desde que el procedimiento se dirige en su contra, a raíz de cualquier acto de los organismos encargados de la persecución penal…”11 (C-799 de 2005. M.P. doctor Jaime Araújo Rentería). Es decir, cuando ya la persona es objeto de una indagación y, por tanto, en cada instante en que se comprometan sus derechos fundamentales, 10. DEL VILLAR DELGADO, Donaldo Danilo. Estudio político criminal y dogmático de las relaciones entre responsabilidad penal y la medida de aseguramiento en la Ley 906 de 2004. En preparación. 11. MERA FIGUEROA, Jorge. Sistema Acusatorio y Juicio oral. Santiago de Chile: Universidad Diego Portales. 2002, p. 346. Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla 179 debe prohijarse a los intervinientes el sistema de “derechos y garantías constitucionales del sistema penal acusatorio”12. Y, remata, el doctor Del Villar, que esta visión es importante en la medida en que se entienda que nuestro nuevo proceso, como en otros modelos (anglosajón), no puede comenzar o entenderse que inicia con el acto de la acusación y, por tanto, no debe desconocerse en ninguna etapa la inseparable vinculación entre Derecho Penal Sustancial y Procesal Penal. En los demás casos debe citarse y comparecer al imputado detenido y su defensor, sobre todo en aquellas audiencias reservadas en las que el imputado será “objeto de prueba”, como por ejemplo en las relacionadas con inspección corporal, reconocimiento de personas y similares. Pues ello es expresión del derecho de contradicción, artículo 15 CPP. 6.1.2 Audiencias preliminares solicitadas por la Fiscalía Las audiencias preliminares en que el solicitante sea la Fiscalía General de la Nación, se realizan con fundamento en su titularidad de la acción penal y como órgano persecutor del delito. Por lo tanto, en su deber de investigar y esclarecer los hechos que posiblemente constituyan un delito, podrá solicitar las audiencias preliminares tendientes a lograr tal cometido constitucional. Como se trata de audiencias tenientes a incriminar al detenido, en esos casos está inmerso el derecho a la defen- 12. JIMÉNEZ MONTES, Fernando. Módulo: Fundamentos Constitucionales I. Capacitación de 800 defensores públicos en el Sistema Penal Acusatorio. Septiembre de 2008. Universidad Católica de Colombia. pp. 8 a 41. Autor para el cual, los términos derechos, garantías y principios son utilizados indistintamente, y todos los cuales trata como derechos fundamentales, a saber: derecho a la tutela judicial efectiva, a la libertad, a la no autoincriminación, intimidad y debido proceso. Derivando de allí, las siguientes garantías constitucionales: a) Sustanciales: principio de legalidad, favorabilidad, presunción de inocencia e in dubio pro-reo, derecho de defensa, prevalencia del derecho sustancial; b) Procesales: principio acusatorio, juez natural, celeridad, derecho a los recursos, inmediación de la prueba, contradicción, concentración, oralidad; y c) Orgánicas: imparcialidad e independencia y responsabilidad del juez. 180 sa del detenido y consecuentemente su derecho a estar presente, salvo que renuncie expresamente a ese derecho. 6.1.3 Audiencias preliminares solicitadas por la Defensa Aquí la cosa es bien distinta. La lógica de estas audiencias amerita una valoración especial. La defensa solicita una audiencia preliminar también con ánimo de investigación, no hay duda: sin embargo, el objeto es distinto del de su contraparte, la Fiscalía; ya que su misión constitucional es favorecer los intereses de su prohijado. Y, si ello no se cumple o no es competente para cumplir con esa misión, se constituye la causal de nulidad por falta de defensa técnica. En ese sentido, atendiendo la naturaleza y sentido de la labor defensorial, consideramos que tratándose de audiencias para desincriminar o para investigar lo favorable al imputado detenido, por aquello del interés de parte, las audiencias preliminares con esa característica podrá celebrarse sin la presencia del imputado detenido. Pensemos en una audiencia en la que la defensa solicita libertad provisional por vencimiento de términos, o revocatoria de la medida de aseguramiento. ¿En qué se desnaturaliza la naturaleza constitucional del derecho a la defensa, en ese tipo de audiencias? Es allí en donde podemos aplicar la máxima constitucional según la cual, lo sustancial prevalece sobre lo meramente procesal. Y, desde luego que aplica el artículo 155 del CPP, en cuanto que dichas audiencias podrán realizarse con la sola presencia del defensor. Incluso no es indispensable la presencia del Fiscal, según la Corte Suprema de Justicia13. 13. Si bien es cierto que el asunto central del debate en este caso no fue la presencia del Fiscal en la audiencia de revocatoria o modificación de la medida de aseguramiento, no lo es menos que la Corte fue categórica en afirmar que en dichas audiencias “…necesario es advertirlo, no resulta indispensable la presencia de la Fiscalía…”. Cfr. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia de Habeas Corpus del 9 de julio de 2007. Radicado 27.855. M.P. doctor Mauro Solarte Portilla. Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla 7. El derecho a estar presente en las audiencias de la etapa de juzgamiento requiere una interpretación más exigente a efectos de determinar si la presencia del acusado detenido a esta audiencia es indispensable para su validez. En la etapa del juzgamiento es donde con mayor intensidad se observa el interés de la defensa en controvertir, pues se está ad portas de decidir sobre la responsabilidad penal del procesado. Allí el nivel de comprometimiento de la presunción de inocencia es mayor, pues ya existe una acusación formal, producto de una investigación y la Fiscalía General de la Nación ha desechado la posibilidad de solicitar preclusión de la investigación o aplicación del principio de oportunidad, sin perjuicio que lo pueda solicitar en esta etapa. El artículo 355 del CPP, señala expresamente, que “…El Juez declarará abierta la audiencia con la presencia del Fiscal, el Defensor, el acusado, el Ministerio Público y la representación de las víctimas si las hubiere...”; pero, igualmente, y a renglón seguido afirma, “…Para la validez de esta audiencia será indispensable la presencia del Juez, Fiscal y Defensor...”. A pesar de las restricciones de la publicidad de dichas audiencias, jamás podrá excluirse entre otros, al acusado ni a la defensa y tampoco se podrá limitar el derecho de contradicción –artículo 149 del CPP–; veamos como funciona esta etapa en cuanto al derecho estar presente, en cada una de las audiencias que la conforman. 7.1 Audiencia de formulación de acusación En cuanto al tema que nos ocupa, normativamente en esta audiencia no existe ningún problema. El artículo 339 inciso 3 señala expresamente que “El Juez deberá presidir toda la audiencia y se requerirá para su validez la presencia del Fiscal, del abogado defensor y del acusado privado de la libertad, a menos que no desee hacerlo o sea renuente a su traslado”. Claro es que la presencia del acusado privado de la libertad es indispensable para la validez de la audiencia, salvo que renuncie a estar presente o se muestre renuente a ser trasladado. Por lo tanto, no podrá realizarse audiencia de formulación de acusación sin la presencia del acusado detenido salvo manifestación expresa de no querer comparecer. 7.2 Audiencia preparatoria Para esta audiencia si se presentan problemas y se Entonces, tenemos dos apartes contempladas en una misma norma que debemos armonizar, teniendo en cuenta el artículo 10 del CPP; esto es, debe hacerse un verdadero juicio de ponderación, entre el respeto a los derechos fundamentales de los intervinientes en la actuación penal, y la necesidad de lograr eficacia en el ejercicio de la justicia, siendo deber de los funcionarios judiciales hacer prevalecer el derecho sustancial. De esta forma, haciendo exégesis del artículo 355 señalado, tenemos: esta disposición contempla dos momentos de un mismo acto. En primer lugar exige para la instalación de la audiencia la presencia del acusado. En segundo lugar, señala que para la validez de dicha audiencia no es indispensable la presencia del acusado, al no señalarlo expresamente. No es esta norma clara como la estudiada para la acusación, que sí señala al acusado como interviniente indispensable para el desarrollo de dicha audiencia, salvo que renuncie a su derecho a encontrarse presente en la misma. Una forma de interpretar esta norma –y así efectivamente lo está haciendo un sector de la Judicatura en Barranquilla–, es simplemente aplicar el literal segundo del Artículo 355 aludido; y realizar la audiencia preparatoria sin la presencia del acusado detenido, sin ningún tipo de condicionamiento. Aducen, que su presencia no es indispensable Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla 181 y, por lo tanto, la misma no es un requisito de validez de dicha audiencia. Una interpretación de ese talante, deja por fuera el literal primero que exige la presencia del acusado. Una segunda interpretación es la que proponemos desde la sistemática procesal actual; a efectos de articular los derechos fundamentales respecto del acusado detenido (derecho a la defensa) y la eficacia de la justicia (realización del derecho fundamental dentro del funcionamiento del sistema), con observancia del derecho sustancial. En ese sentido debemos partir de la naturaleza de la audiencia preparatoria: tiene que ver con todo el tema probatorio de la defensa y la Fiscalía y la manifestación que hará el acusado de aceptar o no la acusación, como derecho premial para obtener una rebaja de penas. Decisión que tomará el acusado detenido con la asistencia de su defensor, dependiendo de lo que disponga la defensa y lo que lleve la Fiscalía al juicio. Es este un momento crucial para la defensa material y técnica. Armonizando los dos aspectos señalados del Artículo 355 del CPP, la mejor forma de aplicarla, ponderando los derechos fundamentales inmersos en la audiencia preparatoria y eficacia de la justicia, es entendiendo que para la instalación de la audiencia preparatoria se requiere la presencia del acusado detenido, pero su presencia no es indispensable para celebrarla, por cuanto este puede renunciar a su derecho a estar presente. Pero, si el acusado detenido no renuncia a ese derecho, la audiencia no se podrá celebrar sin su presencia. Al respecto, la Corte Suprema de Justicia resolvió en sede de casación una petición de nulidad. Alegó la defensa que el acusado detenido no asistió al juicio oral y como consecuencia se generó una nulidad por violación al derecho a la defensa. La Corte centró su atención en el tema de la presencia del imputado en las diferentes audiencias –entre 182 ellas la de formulación de acusación, preparatoria y juicio oral– y concluyó que la presencia del imputado en las audiencias no es requisito de validez, toda vez que se pueden presentar circunstancias en las que la persona es contumaz, o se haya declarado persona ausente. Concluye la Corte que en casos semejantes bien puede el procesado renunciar al derecho a estar presente en el debate oral y por tanto renunciar a ejercer personalmente el contradictorio14; y a partir de ese análisis trata de explicar el porqué la presencia del imputado no es inexorable en las audiencias de juzgamiento. Si esa no fuera la interpretación que mejor se ajusta a Derecho, caeríamos en el contrasentido de exigir al acusado detenido a que manifieste que desea estar presente en la audiencia preparatoria; lo cual resulta absurdo frente al derecho a estar presente contemplado en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que consagra como garantía mínima del procesado: artículo 14-3-d “…a hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por un defensor de su elección(…)”. 7.3 Juicio oral En relación con el juicio oral, ya adelantamos parte de la discusión con la cita jurisprudencial precedente; mas sin embargo, como observación, tenemos que decir que para la regulación normativa de esta audiencia la Ley 906 de 2004, no señala expresamente como requisito de validez de dicha audiencia la presencia del acusado detenido. Solo 14. Es menester señalar que esta sentencia es utilizada por algunos jueces de conocimiento en Barranquilla para justificar la no presencia del acusado detenido en las audiencias preparatorias como indispensable para su validez. Sin embargo, no se han tomado el trabajo de revisarla completa y hacer un análisis exhaustivo; y solo toman el aparte donde la Corte señala que la presencia del imputado no es inexorable en las audiencias de juzgamiento, y hace alusión los artículos 339, 355 y 367 del CPP. La Corte concluye que no es inexorable la presencia del acusado porque puede renunciar a su derecho a estar presente en el juicio, como sucedió en el caso que examinó. Cfr. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia del 13 de septiembre de 2006. Radicado No. 25.007. M.P. doctor Alfredo Gómez Quintero. Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla se limita a decir, que “… el juez instalará el juicio oral, previa verificación de la presencia de las partes …” (Art. 366 CPP), y que “… una vez instalado el juicio oral, el juez advertirá al acusado, si está presente, que le asiste el derecho a guardar silencio y a no autoincriminarse, y le concederá el uso de la palabra para que manifieste, sin apremio ni juramento, si se declara inocente o culpable ...” (Art. 367 ibídem). No necesita decir la ley que la presencia del acusado privado de la libertad es requisito de validez para que se inicie el juicio oral, a menos que renuncie a su derecho a estar presente. Y, ello resulta elemental, dados los niveles de controversia que requieren que el acusado despliegue todos los mecanismos de defensa contemplados en la ley, si decide hacerlo por sí o por su apoderado. Pues se trata de una garantía que posibilita el ejercicio de la defensa material, de la cual podrá hacer uso el acusado. Repetimos, este, como estrategia, puede renunciar a estar presente en el juicio oral, y esa es la razón por la cual, la norma citada dice “… si está presente…”, lo cual significa que puede no estar presente en tal audiencia, si renuncia a ese derecho. 8. Consecuencias de no aplicación del derecho a estar presente Desde un comienzo hemos defendido el derecho a estar presente en el proceso penal como parte del derecho a la defensa. El derecho a la defensa, además de formar parte del debido proceso (Art. 29 constitucional), su violación también es causal de nulidad autónoma de conformidad con el artículo 456 del CPP. De acuerdo con dicha norma, se trata de una garantía fundamental; más sin embargo, no debemos olvidar que la sola causal de nulidad no es suficiente para declararla, ya que hay unos principios que regulan las nulidades, tales como la convalidación del acto y su trascendencia. Por eso la Corte ha dicho lo siguiente: “…Si bien de conformidad con el artículo 29 de la Constitución Política, la garantía fundamental del derecho a la defensa, en su doble dimensión material y técnica, debe estar presente durante toda la actuación procesal, la jurisprudencia tiene establecido que si en algún momento del trámite el procesado ha dejado de tenerla, ello no significa que la actuación así surtida advenga por ese solo motivo ineficaz, pues en virtud del principio de trascendencia que orienta la declaratoria de las nulidades, solo si la anomalía afecta realmente las garantías de los sujetos procesales, o desconoce las bases fundamentales de la instrucción o el juzgamiento, resulta inevitable su declaración…”15. Por lo tanto, debe la defensa oponerse a la decisión judicial que pretenda realizar las audiencias, en las que exista imputado o acusado privado de la libertad, sin la presencia de este, haciendo énfasis en los derechos fundamentales que están inmersos en ella y para que la garantía fundamental del derecho a la defensa, en cuanto derecho a estar presente, para que no se convalide la actuación irregular o se le tache de intrascendente si no es atendida su pretensión de respeto por el derecho a la defensa. También proponemos como medida extrema, la desobediencia judicial en aquellos casos en que el juez persista en la realización de las audiencias sin la presencia del imputado o acusado detenido. El defensor público deberá realizar un acto de resistencia civil contra los actos judiciales que atenten contra ese ámbito de democracia que se condensa en las audiencias públicas. El derecho de participar por parte del ciudadano detenido en el proceso, constituye parte de su derecho a la defensa material. El Defensor Público, en consecuencia, es el llamado a ejercer hacer valer esa garantía cuando 15. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia de noviembre 26 de 2001. Radicación 10.697. M.P. doctor Fernando Enrique Arboleda Ripoll. Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla 183 el juez la desatiende y, por tanto, no está ni puede estar obligado a participar de un proceso penal que vulnera la legalidad de manera protuberante, y se constituya en un proceso penal autoritario. O, también, puede dejar las constancias procesales y oponerse, para proponer luego la nulidad procesal del acto. esa ideología aplican eficientísticamente y con carácter instrumental estas garantías fundamentales del procesado detenido. Los jueces hacen eco de los llamados de los medios de comunicación contra la “impunidad” y bajo ese concepto restringen las libertades y las están prolongando más allá del principio de legalidad: lo cual desde luego constituye una ilegalidad judicial. 9. Conclusión BIBLIOGRAFÍA Llegados a este punto, resulta inevitable concluir que el derecho a estar presente forma parte del derecho a la defensa material, como parte a su vez del derecho a la defensa. Por lo tanto, se trata de un verdadero derecho fundamental que debe atenderse y defenderse, no solo por los Defensores sino por el funcionario judicial que debe velar por la protección de las garantías fundamentales que les conciernen a los ciudadanos en el proceso penal. El máximo pilar sobre el que descansa el proceso penal y en general el Estado Social de Derechos es el principio de la dignidad humana, en virtud del cual se parte de una concepción antropocéntrica del ciudadano en el cual, este, jamás podrá ser tratado como una cosa al servicio del proceso penal. Por el contrario el proceso penal está al servicio de la persona humana, a la cual no se le podrá degradar al estado de cosas. Por lo tanto deben respetarse los derechos y garantías del procesado, entre ellas el derecho a estar presente. Garantía que es renunciable en algunos casos y que como conquista de la humanidad es deber de los intervinientes defenderla, máxime si se trata de la Defensa Pública, que como parte de la Defensoría del Pueblo está obligada a velar por la promoción, protección y divulgación de los derechos humanos. En este caso del procesado y evitar que se le trasladen los costos de la ineficacia de la administración de justicia con respecto a traslados de las cárceles y cumplimiento de términos procesales. Pues, la máxima que se está atendiendo por algunos operadores de la justicia es que “los criminales se están saliendo de las cárceles” y con 184 ALEXI, Robert. Tres escritos sobre los derechos fundamentales y la teoría de los principios. Serie Teoría Jurídica y Filosofía del Derecho. No. 28. Presentación y traducción de Carlos Bernal Pulido. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. 2003. BERNAL PULIDO, Carlos. El derecho de los derechos. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. 2005. DEL VILLAR DELGADO, Donaldo Danilo. Estudio político criminal y dogmático de las relaciones entre responsabilidad penal y la medida de aseguramiento en la Ley 906 de 2004. En preparación. FERRAJOLI, Luigi. Derecho y razón. Teoría del garantismo penal. Madrid: Editorial Trotta. 1995. JIMÉNEZ MONTES, Fernando. Módulo: Fundamentos Constitucionales I. Capacitación de Defensores Públicos en el Sistema Penal Acusatorio. Septiembre de 2008. Universidad Católica de Colombia. MERA FIGUEROA, Jorge. Sistema Acusatorio y Juicio Oral. Santiago de Chile: Universidad Diego Portales. 2002, p. 346. PÉREZ PINZÓN, Álvaro Orlando. Los principios generales del proceso penal. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. 2004, pp. 52-55. Advocatus, Edición especial No. 15: 173 - 184, 2010 Universidad Libre Seccional Barranquilla