LA PAZ Y LA BELLEZA BAJO LA MIRADA DEL FITZ ROY Desde una de las terrazas del lodge Aguas Arriba casi se tocan las aguas cristalinas del lago del Desierto, los cercanos bosques y los glaciares eternamente nevados. ESTE LUGAR EN EL MUNDO En 1900, hombres y mujeres con visión y ansias de libertad dejaron sus países y se internaron en la desconocida Patagonia, tierra de Andes, Tehuelches, pumas y pastos sin fin. Pioneros como Andreas Madsen, el padre D’Agostini, el Perito Moreno, el comandante Fitz Roy y cientos de almas anónimas persiguiendo una ilusión. A finales del mismo siglo, una pareja argentina decidió llegar más allá de El Chaltén, más allá de los hoteles de El Calafate. Tardaron doce años en poner en pie Aguas Arriba, un sueño hecho realidad. Por Sandra del Río. Fotos: Vital García Tardón. PARA SENTIRSE COMO EN CASA Ivor Matovic y Patricia García, Pato, propietarios del lodge Aguas Arriba. Al fondo, el Fitz Roy. Foto: Bárbara Guichet La adrenalina, la historia, el afán de superación, delatan la mirada de muchos andinistas que nos cruzamos por el camino. Nosotros, rumbo a nuestro destino, otras dos horas de todoterreno hacia el puertecillo donde embarcaremos para navegar el bellísimo, remoto y pequeño lago del Desierto. Y digo pequeño en comparación con el lago Argentino o el Viedma, que hemos ido dejando atrás por el camino. Cosas de la Patagonia, la inmensidad no es un eufemismo. En El Calafate dejamos un paisaje nevado y aquí nos recibe un sol primaveral. La primavera más austral del mundo tiene estas paradojas. Benditas sean, no es fácil pasar en un día por las cuatro estaciones. Aquí se puede. Embarcamos, nos ponemos los chalecos salvavidas, y mantenemos un silencio hecho de emoción y sorpresa: esto es increíble. Estamos navegando y, en los márgenes del lago, los glaciares se suceden y se entrelazan con los bosques de lengas y calafates. La cara norte del Fitz Roy no nos pierde ojo. La llegada a Aguas Arriba es de película, pero de las buenas, sin aspavientos. Patricia García, Pato, y su marido, Ivor Matovic, nos sonríen desde el muelle. Todo es una bienvenida serena, personal, hecha a medida para los huéspedes de las cinco grandes habitaciones de madera, cada una de ellas cuidada hasta el menor detalle de confort, sin caer en las amenities convencionales. Estamos en su casa, y se siguen sus indicaciones. Por ejemplo, en casa se va descalzo, no hay televisión, no hay posibilidad de aferrarse al móvil, y la conexión a internet se da cuando los elementos lo permiten. Pero el pan se amasa cada día, incluido el especial para celíacos que he solicitado, o tienen el tipo de cereales sin gluten que necesito. Las mermeladas también son caseras, la bodega es sofisticada, las carnes patagónicas se preparan con el punto gourmet, y en el vecino río de las Vueltas se pueden pescar las mejores truchas del mundo, aunque para devolverlas inmediatamente a su hábitat. La naturaleza es generosa con este rincón remoto de la Tierra, pero no todo ha sido tan bucólico para Ivor y Pato, miembros de la acomodada burguesía porteña que un día, ya lejano, llegaron hasta aquí y se dijeron: “Aquí, es justamente aquí”. Desde ese momento fueron doce años de ir y venir en una pequeña barca en la que trasladaban la madera para levantar el lodge, los cristales, los materiales, que fueron siempre respetuosos con el entorno. Ivor nos dice que ha contabilizado 2.500 viajes en su lanchita, y nos cuenta algunas anécdotas de pionero MOMENTOS INOLVIDABLES EN EL SUR DEL MUNDO Desde arriba a la izquierda: vista desde el salón acristalado de Aguas Arriba; frutos del calafate, el arbusto emblemático de la Patagonia; Roberto pescando las primeras truchas de la temporada; ‘chorrillos’ en medio del bosque; tres buenas amigas en el lago y glaciar Huemul; el cocinero de Aguas Arriba; cruzando el Río de las Vueltas; un plato sofisticado; una pareja se deja fotografiar en el muelle. Foto: Bárbara Guichet L LA PEQUEÑA LANCHA SURCAel lago que brilla bajo el sol del mediodía. Para llegar hasta aquí hay que subirse a un avión en Buenos Aires y, después de tres horas, aterrizar en el renovado aeropuerto de Calafate. Un todoterreno nos llevará hasta El Chaltén, otras tres horas de carretera, parte de la mítica ruta 40, por la que vamos dejando estancias como Helsingfors o La Leona, donde paramos a almorzar. Que te cuenten que por aquí se entretuvieron Butch Cassidy y Sundance Kid nunca cansa. En El Chaltén, este pueblo a los pies del majestuoso Fitz Roy, la actividad es constante. Meca mundial del trekking, punto de reunión de todos los que aman la montaña. Algunos, además, se empeñan en escalarlo, aun sabiendo que el Fitz Roy y el Cerro Torres son dos iconos del peligro. Muchos LAGOS PATAGÓNICOS tienen un color turquesa lechoso muy diferente a todo lo que conoces. Se debe a los sedimentos que producen los deshielos de los glaciares al llegar al agua. ¡HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO! A los pies del remoto y escondido lago Huemul y el glaciar del mismo nombre se llega caminando por paisajes de increíble belleza. cara y otros códigos– empezó a ponerse que ha vencido al miedo y a la soledad UN SUEÑO DE MADERA A LOS PIES en situación. Lo iba a necesitar, porque a fuerza de seguir su sueño. Como, por DEL FITZ ROY las caminatas aquí son de cinco horas ejemplo, quedarse meses en una tienda En la casa, junto al agua y entre árboles, para comenzar, y los paisajes de tal de campaña, con lluvia, nieve o viento confort y momentos envergadura que necesitas otras tantas junto a la casa que iba tomando forma. compartidos. Un poco más allá, los horas más para que la belleza no te coO cuando un árbol cayó encima de la bosques infinitos y lapse el cerebro. tienda un minuto después de que él se el Lago del Desierto Hicimos trekking a lo largo del lago levantara, o cuando se hizo casi imposinos hablan de esta naturaleza que no del Desierto, subiendo y bajando bosble el transporte de los grandes cristales admite medias tintas ques donde se intuyen las conversacioen la diminuta barca, zarandeada por las ni lecturas cursis. nes de las hadas y en los que campan a olas del lago. Todo esto nos lo cuenta con esa elegancia campechana del ingeniero que sus anchas los últimos huemules del mundo, caballos es, mientras Pato, risueña, habla de su hijo Santiago en libertad y tímidos zorros. También hay pumas, Guichet, también ingeniero forestal, que se encargó pero evitan la presencia del hombre. Antes amos y de trasladar toda la madera desde un lejano bosque señores de la Patagonia, los ‘leones’, como se los llamaba a principios del siglo XX, fueron huyendo hacia que había sufrido un incendio. Trabajaron tanto y tan en contacto con esta na- la espesura, cada vez más cerca de las cumbres y más turaleza indómita que, al final, ya son parte de ella lejos de los humanos que les daban caza. Solo el vuelo y conocen cada recodo, cada cascada, a la que aquí de un cóndor nos recuerda que el aire nos está prohillaman ‘chorrillo’, pese a que son grandes y aportan bido. Por lo demás, con buenas botas y una mochila el agua que bebemos. Caminamos con Patricia. Ella llena de viandas saludables nos encaminamos hacia el es una elfa incansable, tocando las flores amarillas lago Huemul y su glaciar homónimo. Hemos pasado y rojas con delicadeza, parándose a señalar algunas del sol de la orilla a la nieve de la altura en cuatro holengas preciosas que están retorcidas por el viento, ras de caminata. El sol pega fuerte en este lugar donde acariciando los cinco tipos diferentes de musgo que la contaminación no existe. Tanto, que terminaré con quemaduras en la cara. Aviso para caminantes: proanidan en los troncos de los árboles. Mi espíritu de aventura, bastante amortiguado por tección SPF 50+ o te dejarás literalmente la piel. Por tantas horas de ciudad –donde la aventura tiene otra el camino, ni un ser viviente y, al llegar a lo más alto, la visión del Huemul y un visitante solitario que lleva allí dos horas extasiado. Es ucraniano, aunque vive en California, y se defiende muy bien en un castellano más chileno que argentino. Estamos a 17 kilómetros de la frontera con Chile, nueve horas de caminata para llegar hasta el lago O’Higgins y al otro lado de las montañas. La vista se pierde en los vericuetos del lago del Desierto, que desde aquí parecen diminutos. La nieve del glaciar nos envuelve en su luz, y el silencio se llena de sonidos. Una rama que se mueve, un animalito del bosque que corre de un refugio a otro, un pájaro carpintero haciendo su trabajo en un tronco y, más allá, el Fitz –así lo llamamos cariñosamente– cuidando sus vastos dominios. D DECIR QUE LA PATAGONIA abre el apetito es de una simpleza absoluta, pero me siento en la obligación de remarcarlo porque se trata de un hambre honesta, ganada con esfuerzo. Comer es una recompensa después de las caminatas, después de la navegación, de una jornada de pesca de las truchas y salmones. Comer es el momento en que miras a tu pareja, a tus amigos, a los que están en la mesa de al lado y te das cuenta de que todos hemos entrado en la sintonía de ‘ser humano en buena onda con la naturaleza que nos rodea y nos protege’. Y que, en definitiva, nos permite estar allí. Aguas Arriba es un eco-lodge exquisito; sus propietarios son gente elegante y discreta; el servicio es impecable y simpático; los guías saben lo que hacen y se convierten en tus mejores amigos. Pero lo que realmente lo hace único es el lugar donde se levanta. Cada mañana aquí, he abierto los ojos y lo primero que he visto ha sido el Fitz Roy y el glaciar Vespignani reflejándose en el lago del Desierto . Venía preparada por Rubén Valenzuela, experimentado guía y el mejor contador de historias de la Patagonia y sus personajes que he conocido. Él mismo es un personaje singular porque es guía, escritor, cocinero, historiador erudito y creador de aventuras para gente curiosa y necesitada de ponerle alas a la imaginación. Parte de lo que quise ver se lo debo a él, quien, además, me despidió en el aeropuerto de El Calafate con un regalo de cumpleaños: Relatos nuevos de la Patagonia vieja, o la historia de la familia Madsen, esos daneses fuertes y determinados que han dado carácter y leyenda a este sur prodigioso. Leyendo este librito comprendí lo que debió de ser la vida de los pioneros: levantando sus estancias en medio de la nada, cruzando lagos embravecidos como el Viedma en barcazas de troncos, cazando pumas a caballo, haciendo travesías de dos meses en carros hasta el lejano Atlántico para traer provisiones que llegaban en los barcos una vez cada seis meses, o trayendo al mundo a sus hijos en soledad, Amanece en el LAGO DEL DESIERTO. Las cumbres se tiñen de rosa y el aire tiene perfume de agua y verde. Una barca se acerca, solitaria, trayendo visitantes atónitos de belleza. LLAMAS DE EL CHALTÉN Dormitan en los jardines de los habitantes de este pequeño pueblo dedicado a los andinistas y amantes de la montaña. El Chaltén agradece visita, y nosotros probar el asado patagónico, los ravioles de cordero y llegar a los pies del Fitz Roy. BUENOS MOTIVOS PATAGÓNICOS Si ya estás en los 50º 20´de latitud sur, es decir,en el centro de la ciudad de El Calafate, tienes a tu alcance muchísimos programas interesantes, únicos, inolvidables. Además de conocer el lago del Desierto desde el lodge Aguas Arriba, te proponemos otras experiencias para redondear tu viaje a los confines de la Tierra. RÍO DE LAS VUELTAS EN OTOÑO Una época maravillosa que va desde finales de marzo hasta mediados de mayo, y que permite asistir al baile de colores de los bosques patagónicos. VIEDMA Y EL CHALTÉN, PASANDO POR ESTANCIAS Lago San Martín Aguas Arriba Lodge. Propietarios, Ivor Cerro Perito Moreno (2294 m) Monte Fitz Roy (3405 m) Glaciar Viedma Brazo Chacabuco ESTANCIA EL PUMA Cerro Nato (2668 m) ESTANCIA LA FEDERICA Cerro Cangrejo (2028 m) EL CHALTÉN P. N. DE LOS GLACIARES Meseta del Viento Lago Viedma IRRESISTIBLE ESTANCIA CRISTINA Embarcar en Puerto Bandera, a una hora de El Calafate y en dos horas de navegación entre glaciares y témpanos, llegar a Estancia Cristina, una maravilla en la que podrás subir a un cañadón prehistórico y ver grandes fósiles, admirar en solitario los tributarios del glaciar Upsala, montar potros argentinos, comer muy bien, dormir en cabañas con vistas al Cerro Norte, visitar el Museo de los Pioneros ingleses... Cerro Don Bosco (2515 m) Cerro Murallón (2656 m) Glaciar Upsala Cerro Bolados (2644 m) anaco Río Gu ESTANCIA CRISTINA BUTCH CASSIDY, SUNDANCE KID Y LA PATAGONIA LA LEONA Brazo Norte Cerro Peineto (2450 m) ARGENTINA Río Leona de Hiel o Barco MarPatag Lago Argentino Los Glaciares GLACIARIUM Península de Magallanes ✸ HOTEL LOS PONCHOS EL CALAFATE Hay quien dice que nunca llegaron hasta aquí. Pero la estancia La Leona, en la ruta 40, sigue alimentando la leyenda. Tomar un café, comer y visitar el cementerio valen la parada. ESTANCIA NIBEPO AIKE Glaciar Moreno Cerro Moreno (1640 m) INCREÍBLE GLACIARIUM EL PERITO MORENO NUNCA ESTUVO AQUÍ Aunque recorrió la Patagonia, fue secuestrado por los Tehuelches y definió la geografía del sur, nunca llegó hasta esta maravilla de la naturaleza. Tu sí tienes la oportunidad de hacerlo. Mapa: Salvador Prior. educándolos con la claridad de ideas de su lejana Escandinavia, con los valores impostergables de la hospitalidad y la honestidad en el trato con sus vecinos, fueran estos blancos o indios. Mi aventura duró cinco días. Pero ¡qué cinco días! Algo sucedió en mi interior. Nació una voz dormida que hoy, mientras escribo, me permite admitir cuántas veces he perdido el tiempo, la paciencia y la energía en disputas irrelevantes, en batallas innecesarias, en montañas de ego inútiles y faltas de inteligencia emocional. En esta orilla del lago del Desierto, con las botas a un lado, el sol ejerciendo su divina tiranía, un buen amigo pescando truchas a mi lado y una copa de vino en la mano, supe que, a partir de ahora, me lo iba a pensar dos y hasta tres veces antes de entrar a saco, porque aquí me siento ínfima y al mismo tiempo infinita. Una extraña sensación. Mis anfitriones, sonriendo, me aseguran que “el aire tan puro pone filosófica a la gente. Los horizontes ayudan a liberar toxinas”. Pero, de ser así, la magia se hubiera evaporado en el primer avión, en la segunda avenida, en el bullicio de Buenos Aires, en la noche de tango que –lo admito– me enamoró de nuevo cuando volví a pisar las milongas y las aceras adoquinadas de San Telmo. Sin embargo, algo de esas cinco habitaciones de madera en Aguas Arriba, de su salón acristalado mirando al lago y a los glaciares, de ese bosque encantado, de ese río brillando al sol, del grandioso Fitz Roy, se quedó en mi interior, al igual que en el de los que han pasado, pasan y pasarán por aquí, sean ejecutivos estresados, celebrities en fase de reencuentro personal, o gente anónima que simplemente ha tenido la suerte de buscar –y de encontrar– un lugar tan perfecto en el mundo. Lago del Desierto AGUAS ARRIBA LODGE Campo ÚLTIMO DÍA EN EL PARAÍSO Uno de noviembre. Cansados y felices nos dejamos llevar por nuestras emociones y anécdotas. Como siempre, el Fitz Roy ejerce de perfecto anfitrión. Matovic y Patricia, Pato, García. Casa eco de cinco habitaciones en medio del Lago del Desierto. El Chaltén. 400$ por persona y día. Todo incluido, alojamiento, comidas, bebidas y excursiones. www. aguasarribalodge.com. Tel. +5411 415 25 697. Tel: +54911 613 48 452. Estancia Cristina. Fundada por Joseph Masters y su esposa en 1914, sólo se puede acceder por agua. Actualmente, recibe a huéspedes y visitantes para estancias o excursiones de un día en un lugar emblemático de Patagonia. www.estanciacristina.com. Tel. +54 11 521 82 333. Glaciarium. Centro de interpretación de los hielos patagónicos en una arquitectura sorprendente y con efectos visuales, de sonido y documentales de mucho calado. A 6 km. del centro de El Calafate, camino al Glaciar Perito Moreno. www.glaciarium.com. Marpatag Cruises. Barcos de lujo y puerto privado para excursiones visitando el lago Argentino, el glaciar Upsala, el Spegazzini. Excursión gourmet de un día 338$. Excursión de tres días 2.000$. www.crucerosmarpatag.com. Tel. +54 2902 492118. Hotel Los Ponchos. Hotel boutique cálido y con estilo, decoración muy cuidada y desayuno exquisito. Los Alamos, 3321, El Calafate. www.losponchosapart.com.ar. Estancia Nibepo Aike. Parque Nacional de los Glaciares. +54 2902 492 797. www.nibepoaike.com.ar. Estancia histórica, de principios del siglo XX, levantada por un inmigrante croata. Se puede visitar y hay actividades ligadas a la vida de los pioneros patagónicos. Rubén. Turismo rural y eventos. El mejor guía para las mejores excursiones. turismoruralyeventos@gmail.com. El Calafate. Una ruta imprescindible para entender Patagonia: recorrer el lago Viedma y subir con crampones al glaciar del mismo nombre. Por el camino, detenerse a dormir, tomar un café o almorzar en alguna estancia. CHILE LUJO A BORDO CON VISTA A GLACIARES MarPatag tiene dos barcos y un puerto privado, La Soledad. Travesías de dos días en camarotes premium o navegación de un día con experiencia gourmet navegando por el glaciar Upsala, el glaciar Spegazzini y recorrer el brazo norte del Lago Argentino. Alucinante Centro de Interpretación del Parque Nacional de los Glaciares argentinos, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. En sus salas, diferentes escenarios, como el explorador virtual, anatomía de un glaciar, la estructura del hielo patagónico, la historia del Perito Moreno. Librería y el primer bar de hielo de la Argentina. A pocos kilómetros de El Calafate. No hay que pasarlo de largo.