CO YUNTUR A E l agro nacional se prepara para iniciar una nueva campaña grande sin mayores cambios respecto de la situación de crisis en que se ha venido desarrollando los últimos tres últimos años. En la campaña que termina, la iliquidez y la recesión impidieron aprovechar la buena disponibilidad de agua y normalización del clima para planificar adecuadamente la producción y recuperar las pérdidas que dejó El Niño. Para el nuevo ciclo que se inicia en agosto, el Ministerio de Agricultura anuncia que esta vez sí se planificará promoviéndose cultivos, como las menestras, que tengan demanda internacional y rentabilidad asegurada. En el Bajo y Medio Piura, por ejemplo, se informa que no se autorizará instalar arroz en la próxima campaña para evitar que se repita la situación de sobre oferta y poder controlar las plagas originadas en las excesivas siembras de los dos últimos años. Pero el objetivo planificador puede quedar como una buena intención si no se garantiza acceso a financiamiento y mercado. La constante postergación de las medidas orientadas a, por lo menos, aliviar estos problemas, han frustrado las expectativas que se despertaron entre los agricultores en los últimos meses. El IGV de 5% para el arroz es una medida parcial para evitar que la SUNAT decomise las cosechas, incluso las que compra el PRONAA, y facilitar que los agricultores se organicen para comercializar directamente su producción. Hay que esperar que los mecanismos y procedimientos para acogerse a esta medida sean sencillos y accesibles al pequeño productor. De cualquier modo, continúa pendiente la compra estatal de 100 mil toneladas de arroz a fin de reducir la sobreoferta existente en el mercado para lograr una efectiva recuperación de precios. El Ministro De las Casas ha anunciado que esta compra se financiará con los 20 millones de dólares que se recaudaría con el cobro del impuesto a los arroceros. Pero ¿qué se espera para concretarla? De otro lado, la caída de precios afecta en general a todo la actividad agropecuaria, descapitalizándola, y frente a ello se requiere, no solamente que las compras por parte de los programas sociales sean más efectivas, sino sobre todo medidas para recomponer el poder de compra de la población. Nueva campaña Con los mismos problemas En víspera de terminar las cosechas, los sembradores de arroz siguen esperando que el estado les compre 100 mil toneladas. Respecto al crédito los problemas también son los mismos. El Fondo de Garantía a los Préstamos Agrarios (FOGAPA) para cubrir eventuales pérdidas nacerá disminuído. Se esperaba un aporte estatal de 33 millones de dólares para palanquear créditos por 100 millones de dólares de las líneas que intermedia COFIDE a través de las instituciones financieras. Pero de acuerdo a lo informado por el titular del sector, el MEF sólo ha aprobado 10 millones. Suma pequeña que alcanzará para garantizar préstamos a unas 20 mil hás. Por otro lado, la garantía sólo podría hacerse efectiva cuando la institución financiera haya agotado la recuperación de las garantías reales otorgadas por el productor, lo cual no constituye un efectivo incentivo para que los bancos se decidan a financiar al agro. En ese contexto, el Ministerio de Agricultura, ya puso en funcionamiento el Programa de Financiamiento de Pequeños y JULIO de 1999 Medianos Agricultores (PROMINAGRO), a través del cual se propone identificar grupos de productores que califiquen como sujetos de crédito ante las instituciones financieras, sean éstas bancos, cajas rurales o municipales. Entre los requisitos de calificación, los potenciales beneficiarios serán seleccionados entre los agricultores que no tengan deudas con el sistema financiero. En el esquema planteado, se deberán conformar grupos que reúnan no menos de 30 hectáreas para la producción de cultivos rentables, y contar con la asesoría crediticia y técnica de empresas especializadas (ONG´s, juntas de usuarios, comités de productores, etc.). El esquema funcionará, seguramente, pero a pequeña escala dada las conocidas desventajas del agro para calificar como sujetos de crédito del sistema financiero. Bajo esas condiciones las perspectivas de la próxima campaña son inciertas. z 7