Luis Ignacio Román Morales (México) Maestría en Economía del Trabajo y Política Social. Univ. París X, Nantare, Doctorado en Estructura productiva y sistemas mundiales. Univ. París VII (Jussieu). Profesor en las facultades de Ciencias Políticas y de Economía de la UNAM. Consultor de la Dirección Gral. de Empleo, STPS. Investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), actualmente en el área de Dinámica Socioeconómica, del Doctorado en Estudios Científico Sociales. Miembro de grupos de investigación en México y Francia (ECOS-ANUIES, AMET). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, actualmente Investigador Nacional nivel 2. Ponente en 60 eventos académicos, de consulta de políticas públicas y de seminarios realizados por organizaciones civiles y políticas diversas, en México, Brasil, Honduras, El Salvador, Canadá, Estados Unidos, Ecuador, Perú, Francia, España, Alemania y Mali. Luis Ignacio Román Morales ITESO, Universidad jesuita de Guadalajara http://www.iteso.mx Contacto: iroman@iteso.mx La distorsión en las remuneraciones al trabajo y su impacto en la desigualdad social ABSTRACT La articulación entre los diferentes actores que actúan al interior de las empresas implica el reconocimiento a intereses, comportamientos y aportes diversos a las relaciones sociales que se generan en las mismas. De igual modo, lo que ocurre al interior de la empresa está influido e influye sobre su entorno tanto económico como social. Uno de los aspectos fundamentales de las relaciones internas a las empresas que a su vez definen la inserción social de los actores que participan en ellas, es la fijación de las remuneraciones al trabajo. La estructura económica mexicana muestra un gran abanico de criterios de fijación de ingresos, que van desde la comparación de remuneraciones en divisas (en especial dólares norteamericanos) por puestos similares, en cuanto a los altos ejecutivos, hasta la detección de ingresos de subsistencia, considerados para fijar el salario mínimo, pasando por criterios de remuneraciones por tiempo de trabajo, por rendimiento o productividad, por antigüedad. Nuestra hipótesis es que tal diversidad se asocia con la relación de poder de cada actor en las empresas y de la empresa en el conjunto de la sociedad. Dada la alta concentración del ingreso en México, esta concentración de poder retroalimenta formas de remuneración que conducen a niveles de polarización cada vez mayores y, por ende, a una mayor concentración del ingreso. El objetivo de la ponencia es abordar La dispersión en las remuneraciones y en la forma de fijar éstas en México, en el entendido de que las remuneraciones en las empresas corporativas, y especialmente entre los altos mandos, pueden contribuir a la exacerbación de la concentración del ingreso, contraviniendo el sentido de responsabilidad social de tales empresas. Aunque la reflexión se realice para el caso mexicano, consideramos que este fenómeno no es exclusivo de nuestro país y que puede estar asociado a los procesos de internacionalización económica. En éstos, algunos sectores de empleados y directivos de empresas líderes pueden incorporarse desde un país subdesarrollado a una lógica de remuneración y consumo propios de las economías más desarrolladas, lo que a su vez incrementa la distancia entre sus condiciones laborales y de vida con las del el resto de la sociedad en la que se insertan. DESARROLLO La pobreza puede interpretase desde múltiples dimensiones, cuantificarse y cualificarse conforme a criterios, metodologías y perspectivas disciplinares muy diversas, pero en una economía de mercado las transacciones fundamentales de bienes y servicios se resuelven con arreglo a los precios existentes, lo cual asocia a la pobreza (aunque no la define exclusivamente) con la indisponibilidad de la población de poder adquirir bienes y servicios básicos mediante transacciones monetarias, por lo tanto refleja la ausencia de un ingreso suficiente para ello. En la mayor parte de las naciones predomina la economía de mercado, aunque ello no necesariamente significa que la mayoría de la población de cada uno de esos países se rija económicamente sólo por transacciones mercantiles (baste mencionar la presencia del autoconsumo) ni que el mercado se restrinja solamente al mecanismo de precios denominados en una moneda determinada (el trueque, por ejemplo sigue siendo una práctica recurrente). Sin embargo, el ingreso y en especial el monetario, representa el principal medio de acceso internacional a la mayoría de los bienes reconocidos por las contabilidades nacionales como económicos. Cabe una primera digresión: gran parte del trabajo doméstico y comunitario es generador de bienes y servicios que satisfacen necesidades humanas a todos los niveles: individual, familiar, local, regional, nacional y hasta mundial (¿no impacta la separación de la basura en orgánica e inorgánica la ecología mundial?). Sin embargo, la inmensa mayoría de esas actividades no es contablemente considerada como económica, por encontrarse fuera de la esfera del mercado. Esto genera una confusión entre economía y mercado, al restringir la categoría más amplia (economía) a la específica (el mercado) en vez de ubicar a este último sólo como uno de los mecanismos de operación la economía. Tal vuelco en el nivel de agregación de las categorías niega el peso de gran parte del trabajo y del producto de ese trabajo, que realiza la mayor parte de la población mundial, especialmente femenina. En México la lógica del mercado es predominante en la cuantificación de la riqueza, y el acceso a ésta pasa también por la disponibilidad de ingresos de la población. Si bien existen múltiples satisfactores que directamente no dependen de los ingresos de un hogar en lo particular, como el acceso a la infraestructura de servicios públicos, tales ingresos son ineludibles para satisfacer la mayor parte de las necesidades, comenzando por la alimenticia. En suma, si la pobreza y el empobrecimiento están asociados a la insuficiencia o a la pérdida de ingresos reales, entonces los factores que propician tal insuficiencia y deterioro, o que inhiben su mejora, juegan un papel central en la problemática del campo estratégico en pobreza y exclusión. Este artículo pretende abordar la problemática de la dispersión de las remuneraciones al trabajo en México como factor de empobrecimiento social. El objetivo inmediato es ubicar el abanico de tales remuneraciones existente en nuestro país, compararlo con algunas informaciones a nivel internacional y, a partir de tales ellas, preguntarnos acerca de los criterios de fijación de los ingresos al trabajo en México. Nuestra hipótesis de trabajo es que existe no sólo una gran dispersión en las remuneraciones, sino en los criterios para fijarlas, en función de las posiciones de poder político y económico en que se encuentran los diversos actores sociales. Este artículo está dividido en cuatro partes: en la primera abordamos la importancia de las remuneraciones al trabajo en la distribución del ingreso en México. En la segunda reflexionamos sobre los criterios básicos para la fijación de ingresos laborales; en la tercera efectuamos alguna clasificación de los trabajos de acuerdo con su ubicación en la estructura de distribución del ingreso y en la cuarta asociamos lo anterior con algunos comportamientos internacionales. LAS REMUNERACIONES AL TRABAJO EN LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO. Conforme a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del 2005 (INEGI, 2006), 80.2% de los hogares mexicanos perciben ingresos por el trabajo realizado (subordinado más independiente) y éstos representan 82.6% de los ingresos totales de la población. Si bien estas proporciones son menores en las localidades más pequeñas, dada la gran importancia que sobre de ellas ejercen las remesas, el trabajo sigue siendo la parte básica de su ingreso. CUADRO 1: Estructura de las fuentes de ingreso de los hogares, 2005 PRINCIPALES FUENTES DE INGRESO Porcentaje sobre perceptores e ingresos TOTAL TOTAL TAMAÑO DE LOCALIDAD DE 2 500 Y MÁS HABITANTES DE MENOS DE 2 500 HABITANTES 1 PERCEPTORES INGRESO PERCEPTORES1 INGRESO PERCEPTORES1 INGRESO 53 831 761 636 684 203 40 413 734 562 804 472 13 418 027 73 879 731 58.9% 64.1% 64.5% 65.1% 41.7% 56.2% 21.3% 18.5% 20.3% 17.9% 24.3% 22.7% 2.4% 6.8% 2.8% 7.4% 1.3% 1.8% TRANSFERENCIAS 31.7% 10.6% 24.5% 9.5% 53.1% 19.3% OTROS INGRESOS 0.1% 0.1% 0.1% 0.1% 0.1% 0.0% REMUNERACIONES POR TRABAJO SUBORDINADO INGRESOS POR TRABAJO INDEPENDIENTE 2 RENTA DE LA PROPIEDAD 1 2 Los perceptores del hogar están clasificados en una o más fuentes de ingreso, debido a que un perceptor del hogar pudo tener ingreso corriente monetario por más de un trabajo, por transferencias u otros tipos de ingreso en el mismo periodo de referencia. En el monto del ingreso corriente por trabajo independiente de los negocios agropecuarios se incluye: el ingreso monetario y no monetario. También se registran las ganancias de cuasisociedades y cooperativas de producción. FUENTE: INEGI. Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2005. Visto en el plano individual, de 104.2 millones de habitantes registrados en la ENIGH como población total en el 2005, 53.8 millones (51.6%) obtuvieron algún ingreso corriente monetario durante el periodo de referencia. Sin embargo, una tercera parte de los perceptores no percibieron siquiera el monto equivalente al salario mínimo de ese momento ($1,380 mensuales en promedio de las tres zonas salariales), y tal proporción se elevó a 58.5% en las localidades rurales. Esa tercera parte de los perceptores sólo recibió 4.2% del ingreso corriente monetario de los hogares mexicanos Cuadro 2 PERCEPTORES DEL HOGAR Y SU INGRESO CORRIENTE MONETARIO TRIMESTRAL POR MÚLTIPLOS DE LOS SALARIOS MÍNIMOS GENERALES SEGÚN TAMAÑO DE LOCALIDAD (Miles de pesos) MÚLTIPLOS DE LOS TOTAL TAMAÑO DE LOCALIDAD SALARIOS MÍNIMOS 1 CUADRO 3.2 DE 2 500 Y MÁS HABITANTES DE MENOS DE 2 500 HABITANTES PERCEPTORES INGRESO PERCEPTORES INGRESO PERCEPTORES INGRESO 53 831 761 636 684 203 40 413 734 562 804 472 13 418 027 73 879 731 0.00 A 0.50 12 379 290 10 057 319 6 279 944 5 436 348 6 099 346 4 620 971 0.51 A 1.00 23.0% 5 341 941 1.6% 16 771 121 15.5% 3 597 171 1.0% 11 375 445 45.5% 1 744 770 6.3% 5 395 676 1.01 A 1.50 9.9% 6 260 440 2.6% 33 307 490 8.9% 4 640 578 2.0% 24 883 648 13.0% 1 619 862 7.3% 8 423 842 1.51 A 2.00 11.6% 5 384 070 5.2% 39 783 833 11.5% 4 340 910 4.4% 32 254 899 12.1% 1 043 160 11.4% 7 528 934 2.01 A 3.00 10.0% 9 322 428 6.2% 96 666 656 10.7% 7 888 430 5.7% 82 265 716 7.8% 1 433 998 10.2% 14 400 940 3.01 A 4.00 17.3% 4 540 941 15.2% 66 344 900 19.5% 4 025 985 14.6% 58 924 044 10.7% 514 956 19.5% 7 420 856 4.01 A 5.00 8.4% 3 019 494 10.4% 56 579 689 10.0% 2 720 360 10.5% 51 041 758 3.8% 299 134 10.0% 5 537 931 5.01 A 6.00 5.6% 1 856 778 8.9% 42 961 064 6.7% 1 681 766 9.1% 39 036 678 2.2% 175 012 7.5% 3 924 386 6.01 A 7.00 3.4% 1 062 696 6.7% 29 218 126 4.2% 969 761 6.9% 26 722 179 1.3% 92 935 5.3% 2 495 947 7.01 A 8.00 2.0% 810 460 4.6% 25 231 562 2.4% 740 149 4.7% 23 058 944 0.7% 70 311 3.4% 2 172 618 1.5% 3 853 223 7.2% 4.0% 219 762 443 34.5% 1.8% 3 528 680 8.7% 4.1% 207 804 813 36.9% 0.5% 324 543 2.4% 2.9% 11 957 630 16.2% GENERALES TOTAL 8.01 Y MÁS 1 Los perceptores del hogar están clasificados en los múltiplos de los salarios mínimos generales de acuerdo con el ingreso corriente monetario trimestral, estos perceptores del hogar cumplen con la condición de haber tenido ingreso corriente monetario, es decir, se excluyen en la clasificación a los que sólo percibieron ingresos de capital y a los que percibieron ingreso no monetario, ya sea corriente o de capital, durante el periodo de referencia. FUENTE: INEGI. Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2005. Para particularizar en los perceptores ocupados, resulta necesario restar del total de los perceptores a aquellos que sólo hayan obtenido ingresos por rentas de propiedad, transferencias y otros ingresos. 1 Considerando que por cada hogar existen en promedio 1.7 trabajadores ocupados, la ENIGH arroja 43.7 millones de personas en esta condición, así como 10.1 millones de perceptores sin ingresos derivados del trabajo. 2 Conforme a la ENIGH, el ingreso mensual promedio por remuneraciones al trabajo, por ocupado, fue de $4,008 mensuales en el 2005, mismo que sólo fue rebasado 1 Los perceptores de “otros ingresos” sólo representan 0.1% de los perceptores totales. . Este dato de 43.7 millones es relativamente consistente con los 41.9 millones de población ocupada que registró la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para el cuarto trimestre del 2005, considerando que para ese año la ENIGH partía de los 12 años de edad como referencia mínima para cuantificar la población ocupada, en tanto que la ENOE la detecta desde los 14 años. 2 por los deciles de hogares VIII al X.3 Por su parte, la ENOE registró para el cuarto trimestre del 2005 12.5 millones de ocupados con ingresos superiores a los tres salarios mínimos ($4,140 en promedio de las tres zonas salariales), equivalente a 29.9% de la población ocupada total en ese momento. Esto significa que existe coherencia entre los datos de ambas encuestas, indicando que grosso modo 30% de los trabajadores recibían ingresos por su trabajo superiores a los $4,000 mensuales. CUADRO 3: INGRESOS MONETARIOS MENSUALES POR TRABAJO DE LA POBLACIÓN OCUPADA , POR DECIL DE HOGAR DECILES DE HOGARES TOTAL HOGARES 25 709 405 1 DECILES DE HOGARES 1 I II III IV V VI VII VIII IX X 2 570 941 2 570 941 2 570 941 2 570 941 2 570 941 2 570 941 2 570 941 2 570 941 2 570 941 2 570 936 INGR. CORRIENTE TOTAL TRIMEST (Miles pesos) 790 143 919 12 973 298 23 166 765 30 995 771 38 814 803 47 191 723 58 154 176 72 189 113 92 090 519 126 213 321 288 354 430 Ingreso mensual por hogar 10 245 1 682 3 004 4 019 5 033 6 119 7 540 9 360 11 940 16 364 1.7 1.0 1.1 1.3 1.4 1.5 1.7 1.8 2.0 2.1 2.1 6,026 1,682 2,731 3,091 3,595 4,079 4,435 5,200 5,970 7,792 17,803 175 176 698 1 925 273 4 224 165 6 639 003 8 568 193 10 712 938 13 537 651 17 006 204 21 904 024 29 813 194 60 846 053 por hogar 6,814 749 1,643 2,582 3,333 4,167 5,266 6,615 8,520 11,596 23,667 Remuneración monetaria mensual por trabajo por ocupado 4,008 749 1,494 1,986 2,381 2,778 3,097 3,675 4,260 5,522 11,270 0 0 2,764 3,559 4,525 5,586 6,718 8,324 10,558 13,588 20,242 NE 2,764 3,559 4,525 5,586 6,718 8,324 10,558 13,588 20,242 2,981,382 0 0 1,230 1,770 2,237 2,642 3,050 3,420 4,145 4,848 6,831 898,722 1,230 1,770 2,237 2,642 3,050 3,420 4,145 4,848 6,831 898,722 Ocupados por hogar Ingreso mensual por ocupado 37 386 Remuneración monetaria mensual por trabajo Remuneración monetaria mensual por trabajo Piso de ingreso mensual del decil por hogar Techo de ingreso mensual del decil por hogar Piso de remuneración monetaria mensual por trabajo por ocupado Techo de remuneración monetaria mensual por trabajo por ocupado Elaboración propia con base en la ENIGH y la presentación de la Encuesta realizada por Rodrigo Negrete en el Seminario ……….Universidad Panamericana, Guadalajara, marzo 2007. El trabajo asalariado incrementó paulatinamente su importancia en el empleo total a lo largo del siglo pasado. Sin embargo, aún a inicios de los noventa sólo representaba 55.3% de la población ocupada total (ENE-91). El crecimiento de la asalarización se ha mantenido, por lo que en el 2004 (último año de levantamiento de la Encuesta nacional de Empleo), la proporción de asalariados llegó a 62.5% de la población ocupada. 3 El levantamiento se efectuó del 21 de agosto al 27 de noviembre del 2005. A valor de febrero del 2007 equivaldrían a $4,287, considerando una inflación acumulada de 6.97% de agosto del 2005 a febrero del 2007. Cuadro 4: POBLACIÓN OCUPADA POR POSICIÓN EN EL TRABAJO 1991-2004 1995 1996 1998 TOTAL 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2,395,597 1,348,805 1,462,614 Empleadores Trabajadores por su cuenta 7,216,783 8,780,721 8,582,791 Trabajadores asalariados 16,877,569 18,102,192 19,397,488 3,968,645 4,560,375 4,409,164 Trabajadores sin pago Otros trabajadores 66,489 36,755 14,608 No especificado 9,000 3,832 14,403 30,534,083 32,832,680 33,881,068 TOTAL 1,678,288 8,436,996 20,760,862 4,317,716 24,894 7,280 35,226,036 1,689,854 9,258,424 23,388,127 4,301,224 21,133 NE 38,658,762 1,597,282 9,391,538 23,863,352 4,089,259 11,906 NE 38,953,337 1,674,537 9,283,219 24,936,975 3,595,819 11,605 NE 39,502,155 1,738,661 9,477,269 24,746,809 3,411,118 11,648 NE 39,385,505 1,727,764 9,800,425 25,109,531 3,652,729 11,545 NE 40,301,994 1,632,724 10,177,552 25,359,245 3,447,435 16,241 NE 40,633,197 1,783,744 10,480,299 26,453,462 3,573,893 14,665 NE 42,306,063 1991 1993 Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de Empleo. Todos los datos corresponden al segundo trimestre de cada año. Dada a la nueva metodología de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, que se levanta a partir del 2005, se reduce la Población ocupada en 1.5 millones de personas del 2004 al 2005. Ello se debe los cambios de criterios en las definiciones operativas de las poblaciones en edad de trabajar, económicamente activa y ocupada, principalmente por el cambio en la edad considerada como referente, misma que pasó de los 12 a los 14 años. Igualmente fueron separadas de la población económicamente activa y ocupada a las personas ubicadas en actividades que la propia encuesta considera como “pseudoprestación de servicios” tales como tragafuegos, limpiaparabrisas y payasitos de crucero. De acuerdo con dicha encuesta, la asalarización se reduce a 58.6% en el 2005 y se recupera a 60.1% en el 2006. También se reducen las participa-ciones de los trabajadores por cuenta propia y de los trabajadores sin pago. En cambio, se incrementa la participación de empleadores y, sobre todo, la de trabajadores subordinados y remunerados con percepciones no salariales. 4 Esta categoría, que cubre ahora 5.2% del empleo, agrega formas de trabajo remuneradas mediante mecanismos monetarios, similares al trabajo asalariado –como el trabajo a destajo, con formas que se ubican en zonas grises entre una lógica de economía de mercado articulada en torno al uso de la moneda y otra que combina factores de 4 En la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo se incluye la Categoría de Trabajador subordinado y remunerado en actividades no salariales, ubicado en este texto entre “otros trabajadores”, que refiere a los quienes perciben como pago una forma distinta a sueldo salario o jornal, por los servicios laborales prestados a una unidad económica. Incluye: trabajo a destajo, comisión o porcentaje, propinas, honorarios, por servicio u obra realizada y propinas. El pago puede ser en especie con mercancías comercializables., mercado no monetarios y formas previsibles de autoconsumo. El hecho de que se pague en productos comercializables no implica necesariamente que el conjunto de esos bienes terminen siendo comercializados. En suma, en este 5.2% puede ubicarse población considerada anteriormente en los rubros de asalariados y de trabajadores sin pago. Empleadores Trabajadores por su cuenta Trabajadores asalariados Trabajadores sin pago Otros trabajadores No especificado TOTAL Cuadro 5: Estructura del empleo por posición en el trabajo. 2005 2006 2005 2006 Estructura Absolutos porcentual 2,057,287 4.7 4.9 1,908,542 9,615,166 9,606,068 23.6 22.8 25,377,844 58.6 60.1 23,902,118 3,037,834 2,942,378 7.4 7.0 2,328,154 2,214,198 5.7 5.2 NS NS NS NS 40,791,814 42,197,775 100 100 Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. EL PAGO AL TRABAJADOR Y LOS CRITERIOS PARA ASIGNARLO. ¿Cómo se fijan los ingresos de los trabajadores? Esta es una de las preguntas esenciales de toda la historia del pensamiento económico y las respuestas han sido innumerables, pero las dos interpretaciones más significativas en la actualidad surgen del siglo XIX: Una de ellas, la marxista, refiere al salario como el pago del valor de la fuerza de trabajo, entendiendo dicho valor como el requerido para garantizar el mantenimiento y la reproducción de la misma. En esta concepción al trabajador se le paga por su capacidad de producción, no por lo que realmente produce, que es superior al valor de reproducción de su trabajo. La otra interpretación, en la tradición neoclásica, explica al salario como el pago de la productividad marginal del trabajo, en cuyo caso la variación en los salarios está en función del nivel de productividad del trabajador. De hecho, la teoría del capital humano se funda en este supuesto y el propósito de sus propuestas es lograr un aumento en dicha productividad mediante la llamada inversión en el hombre, mediante educación, salud, alimentación y demás insumos que le permitan ser más rentable. Una y otra interpretación son difícilmente operacionalizables en la experiencia concreta de una sociedad, máxime cuando ésta es tan heterogénea como la mexicana. Habría que definir el tipo de trabajo a estudiar, el periodo, el sector, el tamaño de empresa, la delimitación territorial de análisis, etc. En todo caso la estructura del empleo por posición el trabajo es la clasificación estadística más cercana a la definición marxista de clases sociales. En ese sentido el empleador es la persona que cuenta con la posibilidad, y la ejerce, de contratar el trabajo de otras personas para obtener un beneficio de dicho trabajo. El asalariado es el trabajador que no dispone de medios de producción y debe disponer de su capacidad de trabajo empleándose al servicio de un empleador. El trabajador por cuenta propia no entraría, al menos directamente, en una posición de autoridad (como el empleador) ni de subordinación (como el trabajador). El trabajador sin pago se encuentra en una posición evidentemente subordinada y directamente fuera de una lógica de mercado, pues su productividad no implica una remuneración directa a la misma. El caso de otros trabajadores puede implicar una lógica de cooperación (empresas cooperativas) o una gran diversidad de formas de trabajo subordinado que le acercarían a la clasificación de asalariado. CUADRO 6: ESTRATOS DE INGRESO POR POSICIÓN EN EL TRABAJO: SEGUNDO TRIMESTRE 2006 Total Sin pago ≤ Un Sal Min ≥1 a 2 SM ≥2 a 3 SM ≥3 a 5 SM ≥5 SM NE ABSOLUTO DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL Empleadores 2,057,287 NS 5.9 8.4 13.8 23.6 36.2 11.5 Asalariados 25,377,844 8.8 25.0 28.5 20.7 12.5 4.5 Cuenta Propia 9,606,068 7.4 31.1 19.5 14.1 13.7 7.8 6.5 Otros trabajadores 2,214,198 14.3 22.2 21.9 19.4 9.5 12.6 Sin pago 3,128,220 100.0 No especificado NS NS NS NS NS NS NS NS TOTAL 42,383,617 9.5 13.4 21.1 22.1 17.8 12.2 5.4 Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. La estructura del empleo en México no puede ser explicada de una forma integral por las lógicas que hemos esbozado. Si bien es claro que la mayor parte del empleo es asalariado y que los empleadores cuentan con una mayor proporción de sus integrantes con ingresos relativamente altos (superiores a cinco salarios mínimos), también se observan situaciones paradójicas: 14.3% de los empleadores trabajan sin pago o con ingresos que a los sumo alcanzan el salario mínimo, en tanto que 12.5% de los asalariados perciben por trabajador más que lo que obtiene individualmente la mayoría de los empleadores (51.7%). Cabe una aclaración con respecto a los “ingresos relativamente altos”, puesto que es necesario matizar tal aseveración al contexto mexicano. El catalogarlos como relativamente altos se diluye si se le compara con las remuneraciones en los países más desarrollados. Por ejemplo, en junio del 2005, conforme al Buró de Estadísticas del Trabajo de los Estados Unidos, los trabajadores ganaban en promedio 18.6 Dlls la hora.5 Esto significa alrededor de 200 pesos mexicanos, equivalentes a cuatro días de salario mínimo. De hecho, considerando una jornada de trabajo diaria de ocho horas por cinco días a la semana y 4.3 semanas al mes, el salario promedio en los Estados Unidos sería de 3,199 Dlls, equivalentes a alrededor de 35,000 pesos mexicanos. En cambio, los ingresos relativamente altos a los que hacemos mención en este texto parten de un piso de $7,500, tan solo poco más de la quinta parte del promedio de las remuneraciones estadounidenses. Otro ejemplo es el francés, cuyo salario mínimo mensual (SMIC) en el 2006 era de 1,254 Euros (por 151.67 horas de trabajo mensual ó 35.2 horas semanales), equivalente a alrededor de 18,800 pesos mexicanos, más del doble del piso de ingreso de los ocupados que se encuentran en el mayor rango salarial que presenta la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de México.6 Lo anterior significa que sólo poco más de una tercera parte de los empleadores y alrededor de 10% del resto de los trabajadores remunerados alcanzan percepciones de, al menos, cerca de la mitad de los ingresos del salario mínimo francés o de la quinta parte de los salarios promedio en los Estados Unidos. 5 BLS, National Compensation Survey: Occupational Wages in the United States, june 2005. 6 http://www.insee.fr/fr/indicateur/smic.htm Por otra parte, el criterio de mercado de trabajo tampoco es evidente para estimar los criterios de fijación de ingresos en México. 22.7% de la población ocupada está compuesta por trabajadores por cuenta propia. ¿Estos trabajadores son oferta o demanda de trabajo? En el primer caso, deberían ofrecer su fuerza de trabajo a un empleador, pero no lo hacen. En el segundo caso, deberían emplear trabajo subordinado al que le pagaran por ello, pero tampoco es así. Esto no significa que no se inserten en una economía de mercado, pero lo hacen a través de los mercados de bienes y servicios, no a través del mercado de trabajo. Un ejidatario productor de maíz no ofrece su fuerza de trabajo al comprador del mismo, sino directamente el producto de su trabajo. Esto parece haber sido reconocido por la IV convención internacional de estadígrafos del trabajo de la OIT, en 1982, cuando definieron el empleo como toda actividad humana generadora de bienes y servicios cuantificables en la riqueza nacional. Esta misma definición sirvió de base para la construcción de la estadística de empleo en México hasta el 2004. Sin embargo, la actual Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo procura asimilar teóricamente todo el empleo y la ocupación a un criterio de mercado de trabajo, indicando que los trabajadores por cuenta propia son prestadores de servicios laborales derivados. De igual modo, 7.4% de los trabajadores están registrados como sin pago (sin contar una parte de los trabajadores clasificados como por cuenta propia que tampoco percibieron ingresos en el periodo de referencia). En una lógica de mercado de mercado de trabajo los equilibrios se construyen mediante la fijación de precios (ingresos) y cantidades (empleo). ¿Cómo puede operar un mercado sin precio del trabajo? En una perspectiva neoclásica, la productividad de estos trabajadores tendría que ser nula, pero de ser así su trabajo no tendría sentido alguno, a menos que existiese una productividad que no le fuese pagada al trabajador sino a terceros (por ejemplo sus familiares), lo que rompería el supuesto básico de la identidad individual entre salario y productividad marginal. Adicionalmente, el trabajador subordinado y remunerado en actividades no salariales (5.2% del empleo total) puede estar inserto en formas de trabajo ajenas a las estructuras de los mercados laborales específicos de las economías de mercado comunes. Así lo muestra la posibilidad de que el trabajador sea remunerado en especie y no en moneda. Si partimos del hecho de que el mercado mexicano se erige sobre la base de una economía monetaria, este hecho muestra una proporción de la población que si bien puede integrarse a ella en la comercialización de los productos mediante los cuáles se le paga, no se integra en una dinámica de mercado de trabajo equivalente a la del resto de la población ocupada. En suma, al menos una tercera parte del empleo labora en condiciones en la que es cuestionable la pertinencia de una interpretación tradicional neoclásica de mercado de trabajo, en tanto que la estructura de distribución del ingreso impide una interpretación en la que automáticamente pudiesen considerarse a los empleadores o patrones como los económicamente poderosos y a los asalariados como los débiles. Si se pretende ubicar la relación entre la inserción productiva de los trabajadores con su posibilidad de obtener un ingreso que les permita satisfacer sus satisfactores básicos, no es suficiente entonces establecer una estratificación social centrada sólo en el ingreso y, por lo tanto, en la capacidad de consumo sin considerar tal inserción productiva. Tampoco cabe restringirse a la clasificación social centrada en el tipo de posición en el trabajo o de ocupación, sin incorporar la capacidad de consumo (el ingreso) que deriva de la inserción específica del trabajador. Por ello es conveniente interrelacionar las variables de inserción productiva y acceso al ingreso para detectar los cruces que van conformando la inserción de los trabajadores en la estructura general de distribución del ingreso y su incidencia en la pobreza, sea por estar en ella, por el riesgo o el acercamiento a ella o, en el otro extremo, por participar de una capacidad de consumo especialmente elevada y desproporcionada con respecto a las condiciones generales que ofrece el país. LOS INGRESOS DE LOS TRABAJADORES MEXICANOS POR PUESTOS Y OCUPACIONES. Este apartado se efectuó sobre la información de los niveles de ingreso registrados en diversos ámbitos. Los puestos y ocupaciones detectados en múltiples fuentes fueron ubicados con respecto a la distribución del ingreso registrada en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del 2005. El objetivo es el de establecer un mapa sobre quiénes son los trabajadores que se localizan en cada decil de hogares, conforme al ingreso promedio de los perceptores de ingreso por decil. Cabe recordar que cada decil comprende 2.7 millones de hogares y se ordenan desde el 10% de los hogares más pobres (decil I) hasta el 10% de los hogares con mayor ingreso (decil X). Los datos que se presentarán por cada decil refieren situaciones promedio de ocupados por hogar, pero deben matizarse por la enorme variedad de arreglos familiares existentes. Ello significa que la comparación entre dos unidades de referencia, individuos (ocupados) y hogares, puede prestarse a confusiones. Si una persona trabaja sin remuneración en una gran empresa propiedad de un familiar cercano y comparten hogar, ello no significa que este trabajador sin remuneración se encuentre en condiciones de pobreza (de hecho, existen profesionistas en el decil I). Un estudiante que trabaje a tiempo parcial y perciba $3,500 mensuales puede pertenecer a un hogar del decil X si éste alcanza entre todos sus miembros ocupados ingresos superiores a los $20,000. En cambio, un trabajador que perciba también $3,500 pero que sea el único sostén de su hogar y éste sea su único ingreso, estaría situado en el decil II. De hecho, si bien la ENOE identifica que la mayoría (52%) de los trabajadores sin remuneración pertenecen a un estrato socioeconómico bajo y 35% a uno medio bajo, también se registra que un 3.2% de los trabajadores sin ingresos se localizan en el estrato alto (la estratificación se realiza con base en el equipamiento de las viviendas). Este último porcentaje también se presenta en el caso inverso, el de trabajadores con ingresos superiores a los cinco salarios mínimos que se encuentran en hogares catalogados como de estrato socioeconómico bajo. La identificación que se hace a continuación se basa en los ingresos monetarios promedio mensuales, derivados del trabajo, con relación al número de trabajadores promedio de cada decil (desde 1.0 en el decil 1 hasta 2.1 en el decil X). Ello implica suponer que los diversos trabajadores al interior de cada hogar tuviesen un ingreso similar (lo que evidentemente no es el caso). Por otra parte, este ejercicio no toma en cuenta al número de habitantes por hogar. Lo que permite la información resultante es, con base en la remuneración del trabajador, la ubicación que tendría en la estratificación por deciles si su ingreso fuese similar al del resto de los ocupados miembros de su hogar, si el número de éstos fuese consistente con los promedios de ocupados por hogar de cada decil y si las remuneraciones monetarias por trabajo fuesen acordes con las proporciones promedio de cada decil, con respecto al total de sus ingresos. Los deciles I y II. En el primer decil trabaja en promedio un ocupado por hogar, por lo que referimos alrededor de 2.7 millones de trabajadores., mismos que contaban en el 2005 con un promedio de ingreso monetario de $749 mensuales y se ubican en un rango de $0 a $1,230. En otros términos, referimos trabajadores que en promedio no perciben ni siquiera el equivalente del salario mínimo. El techo de ingreso por hogar es de $2,764. Conforme a la ENOE, existen 3.7 millones de trabajadores sin pago. La gran mayoría se dedican a labores agropecuarias (1.9 millones), comerciales. (Un millón) y artesanales e industriales (0.4 millones). Si bien esta encuesta no establece la tipificación de hogares por deciles, establece que 40.8.% de los trabajadores sin remuneración se encuentran en hogares de estratos socioeconómicos bajos. Estos trabajadores no se encuentran mayoritariamente en el decil I porque generalmente el trabajo no remunerado es creciente conforme aumenta el tamaño del hogar (se requieren más trabajadores para sostener un mayor contingente en el hogar). Los hogares sin embargo son más pequeños en el primer decil. Los trabajadores sin remuneración son en su mayoría habitantes que se concentran en la agricultura de subsistencia (39%), en lo que la ENOE denomina sector informal (29.2%) y en negocios (mayoritariamente rurales) no constituidos como sociedades (28.9%). Por consiguiente, la mayor parte de los trabajadores del decil I son remunerados, pero cuentan con ingresos exiguos. La ENOE agrega en su primer rango de clasificación a los trabajadores con ingresos inferiores e iguales al salario mínimo, pero los trabajadores del primer decil cuentan en general con ingresos inferiores a aquel, en tanto que el salario mínimo corresponde a trabajadores del decil II. La población remunerada con ingresos inferiores o iguales al salario mínimo abarca 5.5 millones de trabajadores, que se desarrollan principalmente en el mismo tipo de actividades que los trabajadores sin remuneración, especialmente en labores agropecuarias y comerciales. Sin embargo, el peso de la los trabajadores industriales y en servicios personales ya es cercano al de las primeras labores señaladas. Estas tareas las efectúan principalmente en actividades informales (43%) en negocios no constituidos como sociedades (39.6%) y en trabajo doméstico remunerado (10%).7 7 La definición de informalidad que emplea la ENOE es la siguiente: “Todas aquellas actividades económicas de mercado que operan a partir de los recursos de los hogares, pero sin constituirse como empresas con una situación identificable e independiente de esos hogares El criterio operativo para determinar la situación no independiente de las unidades de producción con respecto al hogar, lo da la ausencia de prácticas contables convencionales, susceptibles de culminar en un Balance de Activos y Pasivos: el que no se realicen, quiere decir que no hay una distinción entre el patrimonio del hogar y el de Del decil II al decil V El salario mínimo promedio de las tres zonas salariales era de $1,435 en el 2006, pero el decil II abarcaría un rango de ingreso por trabajador de $1,262 a $1,816 (ingresos ajustados por la inflación del 2006). Ello implica que el decil II se divida entre el rango de ingreso de la población ocupada menor o igual al salario mínimo y el de entre uno y dos de estos salarios. En este último se ubican 8.9 millones de trabajadores, que abarcan inclusive hasta la mayoría del decil V. Es decir, con este rango prácticamente se integra a la mitad con menores ingresos laborales de los mexicanos. A diferencia de los rangos anteriores, en éstos la predominancia ya no es de los trabajadores agropecuarios sino de los industriales, artesanos y ayudantes, seguido por prestadores de servicios personales, comerciantes y ya en menor medida los agropecuarios. Los deciles VI y VII Este reagrupamiento es el más densamente poblado ya que integra 9.3 millones de trabajadores, que perciben de dos a tres salarios mínimos. En este espacio encontramos preponderantemente categorías asociadas al trabajo obrero (35.9% de los ocupados de este grupo)8, comerciantes, empleados de comerciantes y agentes de ventas (12%), trabajadores de apoyo en actividades administrativas (9.9%) y trabajadores en servicios personales en establecimientos (9.5%). Cabe recordar que estamos refiriendo ingresos monetarios promedio por trabajador y por hogar. Al referir a los ingresos monetarios totales del hogar referiríamos un piso mensual de $5,586 y un techo de $8,324. la empresa, ni tampoco hay una distinción entre los flujos de gasto del negocio de los del hogar (por ejemplo: gastos de electricidad y teléfono, uso de vehículos, etcétera) “. 8 (i) Artesanos, trabajadores fabriles y trabajadores en actividades de reparación y mantenimiento (16.5% de los ocupados del grupo); (ii) ayudantes / asistentes de los mismos (10.3%) y (iii) operadores de maquinaria fija de movimiento continuo y equipos en el proceso de fabricación industrial (9.1%). Los deciles VIII y IX. En términos de capacidad de consumo, estos deciles son los que integrarían la clase media mexicana, dadas las circunstancias de su economía. Así, el promedio de remuneración mensual por trabajo de la población ocupada ($4,008 en el 2005), 9 se ubicaría muy cercano al piso de ingreso de los trabajadores del decil VIII. Esto significa que si todos los trabajadores mexicanos ganasen lo mismo, se encontrarían en las condiciones con que actualmente cuenta dicho decil. En este rubro también se encuentra el trabajador “tipo” del llamado sector formal. El ingreso promedio mensual del decil IX ($5,522 en el 2005) fue similar al salario medio de cotización al IMSS existente en octubre de ese año ($5,760). El nivel de ingreso promedio por trabajador va de tres a cinco salarios mínimo, es decir, en datos del 2005, de $4,140 a $6,900.10 En este rango se encuentran 7.5 millones de trabajadores. El grupo más numeroso se ubica, al igual que en el caso de los deciles VI y VII, en ocupaciones industriales. Los Artesanos, trabajadores fabriles y trabajadores en actividades de reparación y mantenimiento representan 20% de los trabajadores de este grupo (aunque en este caso ya no entran los ayudantes). También se ubican como en el caso anterior comerciantes, empleados de comerciantes y agentes de ventas (11.3%); trabajadores de apoyo en actividades administrativas (9.8%). La especificidad de este grupo está en la inclusión de trabajadores de la educación (8.6%) y de conductores y ayudantes de conductores de maquinaria móvil y medios de transporte (8.4% del grupo). Visto por hogar, este grupo remite a un techo de ingreso de $20,242, por la incorporación de 2.1 trabajadores por hogar en el decil IX, más la integración de ingresos monetarios no laborales y de ingresos no monetarios. 9 Considerando la inflación de octubre del 2005 (durante el periodo de levantamiento de la ENIGH) a el mismo mes del 2006, el ingreso promedio sería $4,120 a esta última fecha. 10 Lo que roza con el decil X, cuyo piso de ingreso por trabajo y por trabajador fue de $6,831. El décimo decil A diferencia de los grupos anteriores, la heterogeneidad al interior de éste es inmensa. El piso de ingreso mensual por trabajador es de $6,931 y el techo de $898,722, con un promedio de $11,270. Es más, el techo de remuneración mensual por hogar es de 2.8 millones de pesos. La ENOE registra sólo 4.3 millones de trabajadores con ingresos superiores a los cinco salarios mínimos mensuales. La ocupación más frecuente en este grupo de la de profesionistas (14.1%); los funcionarios y directivos de los sectores público, privado y social (11%); comerciantes, empleados de comerciantes y agentes de ventas (11%); trabajadores de la educación (10.6%); Jefes de departamento, coordinadores y supervisores en actividades administrativas y de servicios (9.8%) y Artesanos, trabajadores fabriles y trabajadores en actividades de reparación y mantenimiento (9.6%) 11 Cabe mencionar que la estructura de deciles basada en la ENIGH implica una cobertura truncada de la población mexicana. Estadísticamente no es posible acceder de manera representativa a los grupos de menores ingresos, dada la dificultad geográfica y lingüística de acceder a toda la población (el cuestionario debería elaborarse al menos para 58 lenguas y contar con encuestadores capacitados para aplicarla). De igual modo la probabilidad de captar un hogar con ingresos especialmente elevados es sumamente baja (por ejemplo, la probabilidad de captar uno de los 100 hogares más ricos sería de uno a 270,000) y aún cuando 11 Cabe mencionar que aunque los grupos de trabajadores fabriles y de comerciantes estén en muy diversos grupos jugando un papel significativo, su peso relativo no se concentra en este grupo. Por ejemplo, en el grupo de artesanos trabajadores fabriles y trabajadores en tareas de reparación y mantenimiento, hay 1.5 millones en el rango de 3 a 5 salarios mínimos y 0.4 millones en el de más de cinco. En cuanto a los comerciantes, cae tendencialmente su numero, desde 1.4 millones en el rango de uno a dos salarios mínimos, hasta 0.5 millones en el de más de cinco, además de existir un millón que no recibieron ingresos en la semana de referencia (ENOE, tercer trimestre 2005). se lograra, difícilmente podría recopilarse la información con la precisión y oportunidad necesarias. En otros términos, podríamos referir la existencia de un grupo de ingreso “cero” y un grupo de ingreso “XI”, aunque en realidad no estaríamos hablando de deciles. En cuanto al grupo de mayores ingresos, su gran heterogeneidad lleva a la necesidad de efectuar un zoom sobre los más altos ingresos, en comparación con elresto de la población. Los altos mandos directivos de las empresas corporativas pueden emplear criterios de comparación con las remuneraciones percibidas por puestos equivalentes en las economías más desarrolladas y hasta con una prima adicional por encontrarse en México y no en una de dichas economías. Los altos niveles gerenciales también pueden establecer tal comparación pero sin la prima correspondiente o con una ligera desventaja con respecto a sus pares en las naciones y empresas más poderosas. Los altos funcionarios del sector público, de los tres poderes y de los tres órdenes de gobierno, no establecen una relación asociada al planos internacional, pero sí a remuneraciones que se consideren equivalentes o similares en el sector privado, lo que al final repercute también de manera muy favorable en las percepciones de los altos mandos. Otro mundo es el de los trabajadores altamente calificados, entre los que se impulsan los criterios de remuneración por rendimiento o productividad, lo que lleva al debate sobre su medición y campo de cobertura. Un criterio distinto, pero que se mantiene, conforme a nuestra legislación laboral, es el de la remuneración por tiempo de trabajo, asociado principalmente a los trabajos ejercidos en ramas y empresas ligadas a los grandes sindicatos corporativos. Algunos trabajos pueden estar medianamente remunerados, pero bajo condiciones de trabajo especialmente riesgosas, como son los casos de los trabajadores mineros o los conductores de camiones y autobuses. Una forma distinta es el de los trabajadores de baja calificación y los ligados a las nuevas formas de contratación, donde la precariedad en las condiciones de trabajo desliga la remuneración de la evolución de la empresa. En este caso los ingresos son más reducidos y las inestabilidad mayor. Un sector más es el de la mayoría de los trabajadores de los micro y pequeños establecimientos, dónde la búsqueda básica es la de sobrevivencia de la empresa y mantenimiento del empleo, en condiciones marginales tanto para el trabajador como para la propia empresa. Otro grupo puede estar constituido por formas de autoempleo asociadas a ingresos ocasionalmente altos pero irregulares, como es el caso de diversos trabajos de reparación. Mención aparte pueden recibir los trabajadores asociados a la reproducción del hogar, como es el caso de las trabajadoras domésticas, donde la variabilidad de las condiciones de trabajo formas y niveles de remuneración dependen de múltiples factores de orden económico, social y cultural. Es esencial incluir a los trabajadores que perciben ingresos de infrasubsistencia, especialmente en el medio rural, asociados a una inclusión especialmente desventajosa en la lógica del mercado. En todos los países existe una infinidad de trabajos y de formas de remuneración de éstos, pero en algunos casos, como el mexicano, las diferencias se vuelven abismales. En estos casos, la argumentación en términos de relación entre productividad e ingresos sólo es aplicable en sectores sumamente reducidos del mundo del trabajo. Los ingresos al trabajo en México ante el plano internacional. El presente apartado se basa esencialmente en el seguimiento a la publicación de la Unión de Bancos Suizos (UBS) Salarios y precios en el mundo, a partir de 1988. Esta publicación parte de una encuesta trianual que basada en ciudades, que paulatinamente ha ampliado su cobertura, desde 47 ciudades en 1982 hasta 71 en el 2006. Dicha encuesta presenta índices de precios con base Zurich = 100, a partir de los cuales compara los niveles de precios y salarios del resto de las ciudades consideradas. Igualmente registra el tiempo de trabajo anual por trabajador en cada ciudad y el poder de compra del salario promedio de 15 profesiones, que van desde gerente de planta fabril con 100 trabajadores hasta trabajadores considerados con poca calificación. El poder adquisitivo en cada lugar se ubica tanto en términos generales, como con respecto a bienes específicos: un kilo de pan, uno de arroz o la “paridad Big Mac”. Igualmente se establecen los índices de precios con respecto a alimentación, vestido, renta de vivienda, artículos electrodomésticos, transporte público, mantenimiento de automóvil, costos de restaurantes y hoteles, servicios, etc. Cabe mencionar que el estudio se refiere a los salarios percibidos por perfiles “tipo” de trabajadores, generalmente asimilables a empresas formales de tamaño mediano o grande, trabajadores de tiempo completo y con características de edad, de situación familiar y de esolaridad comparables para el conjunto de las ciudades estudiadas. No representa entonces una radiografía del conjunto de la situación salarial de una ciudad, sino una reflejo de un segmento de trabajadores asociables a las empresas, ramas y sectores más diámicos de las economías. Conforme a la información de la UBS las horas de trabajo anuales por trabajador han ido descendiendo tendencialmente desde 1988. En aquel año el promedio internacional de tiempo de trabajo anual promedio fue de 1964 hrs, en tanto que en el 2006 se redujo a 1838 hrs. Esta reducción de 6.4% equivale a 15 días de trabajo al año. Simultáneamente, en México ha seguido un comportamiento errático, pero tendiendo ligeramente a la alza, de 2260 hrs en 1988 a 2266 en el 2006, con extremos de 1944 hrs en 1991 y de 2,302 en 1997. Ello representa el mantenimiento de tiempos de trabajo que cada vez son proporcionalmente mayores con respecto a los promedios internacionales y que ubican a la Cd. de México como la segunda de las 71 encuestadas a nivel mundial con mayor tiempo de trabajo anual en el 2006, sólo después de Seul. De hecho en la capital mexicana se trabajaron en el 2006 428 horas más por trabajador que en el promedio internacional, lo que equivale a 23.3% más de tiempo o a 53.5 jornadas adicionales de ocho horas. Simultáneamente, el nivel de ingreso promedio por hora de trabajo (en dólares) es uno de los más bajos de las ciudades consideradas en la encuesta. De hecho, el de la ciudad de México (el más alto del país) sólo es constantemente superior a los de Bombay y Nueva Delhi (India), Bucarest (Rumanía), El Cairo (Egipto), Karachi (Pakistán), Kiev (Ucrania), Lagos (Nigeria), Manila (Filipinas), Sofía (Bulgaria) y Pekín (China). Tiende a ser superior que el de Bankok (Tailandia), al de Nairobi (Kenya) y al de Yakarta (Indonesia). Recientemente ha superado al de Bogotá (Colombia). Se alterna en niveles similares a Rio de Janeiro (Brasil) y Shangai (China). A la inversa, tiende a ser inferior al de Bratislava (Eslovaquia), Budapest (Hungría), Praga (Rep. Checa), Varsovia (Polonia) y Vilnius (Lituania). Generalmente es inferior al de las otras 58 ciudades incluidas en la encuesta. La comparación es más desfavorable a México al considerar el poder adquisitivo generado por los salarios. En el 2006 sólo fue superior al de ocho de las 71 ciudades consideradas por la UBS para la encuesta de ese año: Bangkok, Bombay, Manila, Nairobi, Nueva Delhi, Pekín, Sofía y Yakarta. Al respecto, cabe ejemplificar con alunas ciudades y regiones que frecuentemente son consideradas como punto de comparación con México, en virtur de su inserción económica y geopolítica: De las ocho ciudades latinoamericanas consideradas (Bogotá, Buenos Aires, Caracas , Lima, México, Rio de Janeiro, Sao Paulo, Santiago de Chile), el salario mexicano sólo supera al de Bogotá y la diferencia es de 0.9%. El poder de compra del salario en Caracas era 52% inferior al mexicano en 1994, en el 2006 fue 28% superior; el de Rio de Janeiro era similar al de la Cd. De México en el 2003, ahora es 42% superior; el de Sao Paulo era 9% inferior en 1994, en el 2006 fue 93% superior. Comparando con China, se ubican las ciudades de Shangai y Pekín. En la primera, el poder de compra del salario en el 2000 era 51% inferior al de la Cd. de México, en el 2003 la diferencia se edujo a 8% y en el 2006 registra una cifra superior en 12%. Pekín sólo aparece en la encuesta hasta el 2006, con un poder de compra del salario neto inferior en 4.8%. Prácticamente toda la Europa del Este registraba niveles inferiores a los mexicanos en los noventa. En el 2006 la gran mayoría los supera. Nairobi contaba en 1994 con sólo una cuarta parte del poder de compra del salario mexicano. En el 2006 la diferencia fue de 0.2% La Cd. de México sólo mantiene diferencias significativas y superiores de los niveles de poder adquisitivo de los salarios considerados en el estudio, con respecto a Bombay, Manila, Lagos, Nueva Delhi y Yakarta. Este conjunto de datos muestra el tipo de competencia en que se encuentrainserto México en materia de mercado de trabajo: la de una constante búsqueda de reduccion de costos salariales, del mantenimiento de jornadas de trabajo anormalmente altas y, en contraste, con remuneraciones ejecutivas comparales con lasde las gerencias y direcciones corporativas, comparables con las de los principales centros de desarrollo económico del mundo, aunque en México no se genere sino sólo se compre y –en el mejor de los casos- se adapte tal desarrollo y se cuente con indicadores macroeconómicos de la esfera real cada vez más alejados de tales centros, en especial en cuanto a crecimiento económico, disribución del ingreso, investigación y desarrollo, generación de empleo estable, protección ambietal y, en general, una gran familia de factores clave que indicarían la responsabilidad social del conjunto de los principales tomadores de decisiones económicas y políticas, tanto a nivel empresarial y microeconómico, como político y macroeconómico. Los programas de apoyo a la microempresa, y los programas de microcrédito grupales en particular, han evolucionado enormemente en los últimos años. Estos programas, además, han mostrado que son un mecanismo muy potente de integración económica y social de inmigrantes e incluso de población autóctona.