58-59 Jurisprudencia comentada.qxd 25/4/08 15:28 Página 58 > JURISPRUDENCIA COMENTADA Accidente laboral por imprudencia temeraria del trabajador Albert Toledo Oms, departamento Laboral de AGM Abogados. l concepto de accidente de trabajo en el Derecho de la Seguridad Social ha sufrido una larga evolución que ha ido ampliando progresivamente sus contornos. Esta situación ha provocado que actualmente se encuentre en un punto muy alejado del restringido concepto de accidente que se ha utilizado en Derecho Civil y en el ámbito de los seguros privados. E No obstante, su núcleo esencial ha permanecido invariable desde su primigenia regulación, que data del año 1900. Así, según el art. 115 de la Ley de la Seguridad Social se entiende por accidente de trabajo: “Toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”. Por lo tanto, para que se pueda hablar de accidente de trabajo han de concurrir tres elementos, que son los siguientes: > Existencia de una lesión corporal. Fruto del comentado alejamiento del Derecho Civil, los daños psicológicos son equiparables a los daños físicos. > El trabajador debe prestar los servicios por cuenta ajena, según las tradicionales normas del Derecho Laboral al respecto. > Relación de causalidad entre trabajo prestado y daño sufrido. Además, hay que tener en cuenta que se presumirán constitutivas de accidente de trabajo las lesiones sufridas por el trabajador durante el tiempo y en el lugar de trabajo. La determinación del origen profesional de un accidente es, por varias razones, jurídicamente relevante e importante en la práctica. 58 • Gestión Práctica de Riesgos Laborales Basta con citar, por ejemplo, la posibilidad de que sea impuesto a la empresa un recargo de las prestaciones derivadas del accidente por falta de medidas de seguridad; o el percibo por parte del accidentado de las mejoras voluntarias de prestaciones que establecen un buen número de convenios colectivos. Una vez aclarado el significado del concepto de accidente de trabajo, es necesario poner de relieve que la Ley de Seguridad Social excluye de la calificación como accidente de trabajo varios supuestos de hecho. A tenor de la ley no será accidente de trabajo, entre otros casos, el daño que se produzca debido “a dolo o a imprudencia temeraria del trabajador accidentado”. La determinación del origen profesional de un accidente es jurídicamente relevante en la práctica En este caso, se dejará al margen el supuesto que se caracteriza por el elemento doloso, es decir, en el que existe la intención o el propósito deliberado del accidentado de causarse lesiones. Por ello, este artículo se centrará en la mera imprudencia temeraria como ruptura del nexo causal antes comentado. La imprudencia temeraria Lo primero que cabe decir respecto a la citada excepción a la calificación de accidente de trabajo es que raramente es aplicada por los órganos jurisdiccionales. Esta figura es interpretada muy restrictivamente, y difícilmente es posible romper con ella la presunción de laboralidad. Una muestra del criterio restrictivo es la sentencia del Tribunal Supremo (STS) de 16 de julio de 1985. En segundo lugar, la figura que da título al artículo debe ser distinguida de la cercana –desde un punto de vista conceptual, pero difícilmente Nº 49 • Mayo de 2008 58-59 Jurisprudencia comentada.qxd 25/4/08 15:28 Página 59 © Latin Stock www.riesgos-laborales.com La sentencia del Tribunal Supremo de 18 de septiembre de 2007 consideró como “temerariamente imprudente” la conducta de un trabajador, que tuvo un accidente en moto. delimitable en la práctica– imprudencia profesional. Según la ley, no impedirán la calificación del accidente como de trabajo “la imprudencia profesional que es consecuencia del ejercicio habitual de un trabajo y se deriva de la confianza que éste inspira” al accidentado. La aplicación de esta definición puede ser examinada, por ejemplo, en la STS de 23 de octubre de 1971. Para el Tribunal Supremo ni la habitualidad, ni la confianza profesional justifican que se desconozcan las más elementales medidas de precaución (STS de 10 de diciembre de 1968). Definidos los contornos de la imprudencia profesional es fundamental centrarse en la temeraria. La citada STS de 10 de diciembre de 1968 define la imprudencia temeraria como “la conducta que implica la inobservancia de las más elementales medidas de precaución”. La posterior STS de 23 de octubre de 1971 perfila la anterior definición y afirma que es imprudencia temeraria “el actuar con desprecio del riesgo cierto que se deriva del trabajo o de una determinada tarea”. Nº 49 • Mayo de 2008 Se trata de una conducta en la que su autor asume riesgos manifiestos, innecesarios y especialmente graves ajenos al usual comportamiento de las personas. Consiste en un patente y claro desprecio del riesgo y de la prudencia más elemental exigible (STS de 18 de septiembre de 2007). En definitiva, el trabajador se excede del comportamiento normal de una persona y corre un riesgo innecesario que pone en peligro la vida o los bienes conscientemente (STS de 16 de julio de 1985). Sentencia del Tribunal Supremo del 18 de septiembre de 2007 Aunque la jurisprudencia del Tribunal Supremo que ha estimado la imprudencia temeraria es escasa, se comentará a una sentencia reciente y muy gráfica con el fin de ayudar a delimitar los contornos de la conducta del trabajador. La STS de 18 de septiembre de 2007 trata de un supuesto de hecho frecuente y, por lo tanto, de gran trascendencia práctica. El trabajador sufre un accidente de tráfico cuando se dirigía a su puesto de trabajo conduciendo un ciclomotor propiedad de la empresa en una hora de gran circulación. El accidente se produjo cuando al llegar el motorista a una rotonda se detuvo ante un semáforo, pero inició la marcha antes de que se encendiese la luz verde. Como consecuencia de ello, impactó con un vehículo. En opinión del Tribunal Supremo, el trabajador era consciente del peligro que entrañaba su acción que, además, tenía lugar en una hora de circulación. Aunque conocía el peligro, el trabajador decidió reanudar la marcha asumiendo un riesgo inminente de colisión con otros vehículos. Es decir, se encontraba en una situación en la que era consciente de que su actuación podía fácilmente desencadenar una colisión con otro vehículo. De esta manera, el Tribunal Supremo concluye que “esa conducta merece el calificativo de temerariamente imprudente, por revelar un claro desprecio del riesgo conocido y de la más elemental prudencia exigible en tales circunstancias”. Gestión Práctica de • 59 Riesgos Laborales