155-000584 del 10 de enero de 2002 Ref.: Determinación de votos para la reunión de reforma del acuerdo de reestructuración. De manera atenta doy respuesta a su escrito radicado en este despacho el pasado 13 de diciembre con el número 2001-01-122838, por medio del cual se hacen varias preguntas relativas a la determinación de los derechos de voto con el fin de reformar un acuerdo de reestructuración, teniendo en cuenta lo dispuesto en el parágrafo tercero del artículo 29 de la citada ley: 1. ¿Se incluyen todas las acreencias causadas y por pagar al cierre del balance del mes inmediatamente anterior al que se refiere el artículo 29 de la ley 550 de 1999? El artículo 29 de la ley de reactivación empresarial claramente dispone que la reforma del acuerdo de reestructuración se adoptará con los mismos votos requeridos para su celebración, los cuales deberán calcularse con base en los estados financieros ordinarios y extraordinarios del empresario que no tengan más de un mes de antelación a la fecha de la reunión a la que se convoque. Ahora bien, lo anterior no implica que deban reconocerse votos en dicha reunión a todos los acreedores de la compañía relacionados en los estados financieros a que se refiere el parágrafo tercero del citado artículo 29, por cuanto es indispensable distinguir las obligaciones anteriores a la fecha en que comenzó la negociación del acuerdo y que por consiguiente fueron objeto de reestructuración, de aquellas causadas con posterioridad a ese momento, las cuales, de acuerdo con lo establecido por el numeral noveno del artículo 34 del a ley 550 de 1999, deben ser pagadas de preferencia, en el orden que corresponda de conformidad con la prelación de créditos del Código Civil y demás normas concordantes, y cuyo incumplimiento puede dar lugar a la terminación del acuerdo de reestructuración. Así las cosas, en la reunión de reforma o modificación del acuerdo de reestructuración regulada por el parágrafo tercero del artículo 29 ya citado, se reconocerán votos a los titulares de aquellos créditos que por haberse causado con anterioridad a la fecha en que comenzó la promoción, fueron objeto de reestructuración y su pago se definió en el acuerdo celebrado en los términos de la ley 550 de 1999. Para tal efecto, el promotor o quien haga sus veces deberá basarse en los estados financieros ordinarios y extraordinarios de la compañía que no tengan más de un mes de antelación y deberá seguir las reglas previstas por el artículo 22 ibídem en el momento de determinar los respectivos votos. Las obligaciones posteriores a la iniciación de la negociación y que no fueron objeto de reestructuración no darán derecho a voto y su pago se deberá efectuar de manera preferente. De esta manera, se concluye que la exigencia hecha por la norma en cuestión de seguir los estados financieros que no tengan más de un mes de antelación a la fecha de la reunión, se justifica en la necesidad de establecer, en el momento de definir la modificación del acuerdo, si algunas de las obligaciones objeto de reestructuración ya fueron pagadas conforme a lo pactado; evento en el cual no se discutirá más la forma en que se atenderán y por consiguiente, no darán votos a su titular en el momento de decidir la reforma del acuerdo de reestructuración. 2. ¿Se excluyen las acreencias causadas con posterioridad a la fecha de iniciación del acuerdo cuyo destino sea financiar el capital de trabajo de la empresa (art. 1, decreto 2250) y se incluyen los créditos para compra de activos fijos? Conforme a la respuesta anterior se concluye que la respuesta a este interrogante es negativa, como quiera que todas las acreencias posteriores a la fecha de iniciación de la negociación deben ser pagadas de manera preferente y no dan derechos de voto a su titular para efectos de reformar el acuerdo de reestructuración. Ahora bien, en la pregunta se cita el artículo primero del decreto 2250 de 2000, según el cual "los créditos que se otorguen al empresario desde el inicio de la negociación y hasta la fecha de la celebración del acuerdo de reestructuración gozarán de preferencia frente a los créditos objeto del acuerdo, siempre y cuando se destinen única y exclusivamente a la compra de insumos, materias primas, repuestos y/o a cubrir los gastos administrativos relacionados con el giro ordinario de los negocios. "Los gastos de administración generados a partir de la iniciación de la negociación, en los términos del artículo 13 de la ley 550 de 1999, no serán materia del acuerdo de reestructuración y su pago se hará de manera inmediata y a medida que se vayan causando, sin perjuicio de la aceptación expresa de un tratamiento distinto por parte del respectivo acreedor en cada caso concreto, aceptación que no podrá darse en tratándose de créditos fiscales". Si bien la disposición que se acaba de citar se refiere de manera expresa a los créditos otorgados a la empresa para la compra de insumos, materias primas, repuestos o para el pago de los gastos de administración, tal circunstancia no quiere significar que tan sólo esas obligaciones gocen de preferencia y sean las únicas que deban pagarse de manera inmediata en la medida en que vayan causando. Lo anterior en la medida en que la ley no hace distinción alguna en el momento de establecer la preferencia de todas las obligaciones causadas con posterioridad a la iniciación de la negociación. El objetivo de la norma en cuestión radica en la exigencia de distinguir los créditos que se otorguen al empresario en cumplimiento de lo estipulado en el acuerdo de reestructuración, los cuales constituyen nuevos recursos que dan al acreedor que los entrega los beneficios contemplados por el numeral segundo del artículo 33, de los créditos que se otorguen antes de la celebración del acuerdo de reestructuración, con el fin de establecer que los segundos gozarán de preferencia frente a los primeros sólo si se destinan a los a la compra de materias primas, insumos o repuestos y para el pago de los gastos de administración. En consecuencia, no obstante lo establecido por el artículo primero del decreto 2250 de 2000, todas las obligaciones causadas con posterioridad al la iniciación de la negociación gozan de preferencia y por ende, no son objeto de reestructuración, razón por cual, no dan derecho de voto en la reunión de reforma del acuerdo a que se refiere el artículo 29 de la ley 550 de 1999. 3. ¿Se actualizan con el IPC hasta el cierre del balance del mes inmediatamente anterior? ¿O se mantiene la actualización hasta la fecha de iniciación de la negociación? En el momento de llevar a cabo la determinación de votos que exige el parágrafo tercero del artículo 29 de la ley 550 de 1999, el promotor o quien haga sus veces, deberá seguir las reglas contempladas por el artículo 22 ibídem, cuyo numeral segundo dispone que para efectos de calcular los votos de los acreedores externos, será necesario actualizar el valor del capital, sin incluir los intereses, las multas y las sanciones, utilizando la variación del índice mensual de precios al consumidor certificado por DANE, "durante el período comprendido entre la fecha de vencimiento de la obligación y la fecha de corte de la relación de acreencias". Ahora bien, no obstante la mención que hace el parágrafo tercero del artículo 29 de la ley 550 de 1999 a los estados financieros del empresario cortados dentro del mes inmediatamente anterior a la reunión de reforma del acuerdo de reestructuración, la actualización conforme al IPC certificado por el DANE de las acreencias externas de la compañía, debe hacerse hasta la fecha de iniciación de la negociación; de suerte que en el caso de no haberse pagado nada en el momento de llevar a cabo la reunión de modificación del acuerdo, los votos que corresponderán al respectivo acreedor, serán los mismos que se le reconocieron en la reunión de determinación de votos y acreencias realizada dentro de la negociación. 4. ¿Se toma el patrimonio del último balance al que se refiere el parágrafo del artículo 29 antes citado o el patrimonio vigente a la fecha de iniciación de la negociación? Asimismo, con el fin de determinar los votos de los acreedores internos, debe tomarse el patrimonio que sirvió de fundamento para la determinación de votos llevada a cabo dentro de la negociación, de manera que las modificaciones que éste haya sufrido con posterioridad a la celebración del acuerdo de reestructuración no se reflejen en el cálculo de los votos que se haga para reforma el acuerdo. 5. ¿La fecha de corte de acreencias sigue siendo la fecha de iniciación de la negociación o la nueva fecha es la del balance del mes inmediatamente anterior? Teniendo en cuenta las respuestas anteriores, se concluye que a pesar de no reconocerse votos a los titulares de acreencias posteriores a la fecha de iniciación de la negociación, por cuanto están legitimados para decidir la reforma del acuerdo tan sólo los acreedores que fueron parte dentro de la negociación, el cálculo que se haga de los votos a favor de estos últimos debe tener en cuenta los estados financieros ordinarios y extraordinarios cortados dentro del mes inmediatamente anterior a la fecha de la reunión de reforma sólo para efectos de definir qué obligaciones fueron atendidas con posterioridad a la celebración del acuerdo de reestructuración. En consecuencia, la fecha de corte para el cálculo de los votos en la reunión de reforma será la de la iniciación de la promoción, esto es, aquella que siguió el promotor en el momento de determinar los votos y las acreencias en la primera etapa de la negociación.