SEGUNDA SEMANA – TAREA 2 CLASIFICACION DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS OBJETIVO

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SEGUNDA SEMANA
CLASIFICACION DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS – TAREA 2
OBJETIVO:
El Estado en ejercicio de sus potestades ejerce el llamado poder público, que se
expresa en las diferentes funciones de ese poder, como son la función legislativa, la
función judicial y la función administrativa o de gobierno. Cada una de estas funciones
produce un determinado tipo de acto, al igual que cada uno de los órganos que
cumplen esas funciones, eventualmente puede expedir actos que serían propios de los
órganos de las otras ramas del poder público.
Para determinar el alcance o los efectos de los actos administrativos, la doctrina y la
jurisprudencia ha establecido varias clasificaciones de los actos administrativos.
Cada grupo debe seleccionar uno de los tipos de clasificación del acto administrativo
descritos en el módulo, y elaborar ejemplos de actos administrativos para dicha
clasificación.
DESARROLLO:
Para esta tarea me voy a referir al ACTO ADMINISTRATIVO DISCRECIONAL, el cual
forma parte de los actos administrativos clasificados según la AUTONOMIA EN SU
EXPEDICION.
Por definición, ACTOS ADMINISTRATIVOS DISCRECIONALES son los que resultan
de atribuciones en cuyo ejercicio su titular es libre de escoger la oportunidad para su
expedición, determinar el contenido o sentido de la decisión, y valorar la conveniencia
o el mérito para el mismo efecto, así como el destinatario del acto.
El número de tales factores (oportunidad, contenido, conveniencia, etc.) respecto de
los cuales el funcionario disponga de libertad para proveer, determina el grado de
discrecionalidad del acto, de modo que a mayor número de los mismos, mayor es la
discrecionalidad, y viceversa. Por ello cabe hablar de actos más o menos
discrecionales, o de discrecionales en relación con: la oportunidad, el mérito, el
destinatario, la conveniencia, o de varios o de todos juntos de estos aspectos. El
funcionario tiene libertad para escoger una de diversas opciones que le ofrece la
situación. Estos actos administrativos son los únicos que no necesitan ser motivados
para la expedición o surgimiento a la vida jurídica, aunque en el fondo debe existir una
motivación para expedición del acto.
El más claro ejemplo de este tipo de acto administrativo en Colombia son, todas las
decisiones de retiro discrecional que afectan a los miembros de la Fuerza Pública.
La facultad discrecional ha sido usada en muchos casos para separar inmediatamente
de las filas a elementos sobre los que existen sospechas de irregularidades, sin
necesidad de que exista previamente un proceso penal o disciplinario.
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La facultad discrecional es la herramienta que le permite a la Policía y al Ejército
enfrentar la infiltración del narcotráfico, mediante sucesivas purgas, en las que fueron
retirados oficiales que se creía eran corruptos.
No obstante lo anterior, la Corte Constitucional al fallar la acción de tutela número
T-569 del 29 de mayo de 2008, resolvió que en adelante, todas las decisiones de retiro
discrecional que afecten a estos miembros de la Fuerza Pública deberán ser
justificadas. La medida también aplica para el DAS y el INPEC.
La Corte Constitucional así lo decidió al fallar la acción de tutela entablada por Rafael
Gustavo Romero Gloria, un soldado profesional que fue retirado sin causa aparente
después de nueve años en la Infantería de Marina.
De acuerdo con lo anterior, si hay que motivar los retiros y las supuestas razones no
se demuestran después en los procesos, el Estado se expondría a demandas y
reintegros forzados. La figura también ha recibido críticas de sectores que señalan que
en algunos casos las fuerzas se conforman con separar a los uniformados pero no
promueven las investigaciones penales y disciplinarias correspondientes.
La Corte Constitucional consideró que la facultad discrecional es una figura legal y
ajustada a la Carta Política, pero que eso no implica que se pueda manejar de manera
"inconsulta o arbitraria" porque nadie en el Estado colombiano tiene "poderes
ilimitados". Agrega que es necesario motivar las razones del retiro o de lo contrario se
les estaría violando a los afectados el derecho al debido proceso y se vería afectada
su oportunidad de defenderse.
Así, la Corte deja en claro que no basta con una comunicación (Orden Administrativa
de Personal) para avisarle a un uniformado que se decidió el fin de su carrera.
Romero Gloria, el soldado que originó este pronunciamiento de la Corte, presentó
documentos que demuestran que recibió felicitaciones y conceptos positivos de sus
comandantes incluso un mes antes de que lo retiraran.
El militar interpuso una tutela para que le explicaran por qué entonces lo despidieron, a
lo que el Ministerio de Defensa se negó con el argumento de que el uso de la facultad
discrecional no obligaba a motivar el acto administrativo.
Además, agregó que para el caso de un soldado profesional no es necesario el previo
concepto de la Junta de Calificación o Evaluación, mecanismo que sí aplica para
oficiales y suboficiales.
Ahora, por mandato de la Corte, deberán dar explicaciones a todos aquellos que sean
retirados.
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