Poder Judicial de la Nación

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CAUSA Nº 53.972/2002
“MAC CALL GUILLERMO JUAN Y OTROS c/
PEN LEY 25.561 DTO 1570/01 214/02 s/
AMPARO LEY 16.986”
Buenos Aires,
de febrero de 2003.-
VISTOS Y CONSIDERANDO:
I.- Que por resolución de fs. 32/34 el Sr. Juez de la
anterior instancia rechazó “in limine” la acción de amparo interpuesta por la parte
actora, al entender que no existía causa de carácter contencioso por cuanto no se
demandaba al deudor hipotecario titular de los derechos que las normas impugnadas
reconocen.
II.- Que, contra tal decisorio, la parte actora planteó
a fs. 35/39 y vta. recurso de revocatoria con apelación en subsidio; la que fue concedida
a fs 40.-.
III.- Que, se entiende aplicable al caso de autos lo
resuelto por mayoría, in re: “Vatrano Marcelo Alejandro C/PEN ley 25561 Dto.
1570/01 214/02 s/amparo ley 16.986, sentencia del 18 de diciembre de 2002, en cuanto
se afirma: “A las atinadas observaciones que muestra la decisión apelada para fundar
el rechazo “in limine” de la acción de amparo (que si bien constituye un criterio
excepcional resulta en el caso adecuado) y que autónomamente sustentan la resolución,
únicamente quiero añadir que la circunstancia de que venga discutida la
constitucionalidad de un determinado conjunto normativo, no debe hacer perder de vista
que la relación jurídica sustancial ha sido establecida entre el acreedor y el deudor
hipotecario y que por consiguiente es éste último el destinatario de la pretensión
articulada. En consecuencia, es certero el argumento relativo a que en tanto el deudor
hipotecario titular de los derechos y/o obligaciones que las normas impugnadas
reconocen, no ha sido demandado, no se configura estrictamente un “caso” susceptible
de ser dirimido en la esfera jurisdiccional. Situación, no subsanable por la salvedad
enunciada en el capítulo cinco (fs. 10) del memorial, puesto que no es el juez quien, en
definitiva, debe decidir la intervención y el carácter de un sujeto del proceso, sino el
propio interesado exteriorizando la voluntad concreta de accionar. Por ello y los
fundamentos concordantes de la resolución apelada, corresponde confirmarla”.
El señor Juez de Cámara, Dr. Luis César Otero dice:
Que entiendo aplicable al caso, por resultar análogo, los
fundamentos que vertí en oportunidad de expedirme en la causa “Mac Daniel Horacio
y otros C/PEN LEY 25561 DTO 1570/01 214/02 S/AMPARO LEY 16986", sentencia
del día de la fecha, en donde sostuve: “III.- Que, con antelación al tratamiento de la
cuestión sometida a examen de este Tribunal, resulta menester señalar, al menos, la
necesaria distinción que debe efectuarse entre los términos jurisdicción y competencia,
la cual -tanto en doctrina como en jurisprudencia, no siempre ha sido entendida
conforme el verdadero significado que una buena técnica aconseja que cabe asignarles.
Que, se ha referido a la jurisdicción -en la especial acepción que
aquí nos compete- como la actividad atinente a la resolución de controversias que el
Estado lleva a cabo a través del órgano judicial (Ulloa Ortiz, Jurisdicción eclesiástica
y jurisdicción civil. Rev. Fac. de Derecho, México, tomo julio-septiembre,1953, pág.
55 y sig.), en definitiva, como la potestad de administrar Justicia; en tanto que por
competencia, se ha entendido a la aptitud del juez para ejercer su jurisdicción en un
caso determinado (Prieto Castro, Tratado de Derecho Procesal, Tomo I, pág. 478),
cuyos límites, dentro de los cuales puede ejercitar la citada potestad, se deberán
determinar en relación a cada caso particular.
Que, dicha facultad que compete a los jueces de aplicar la ley a
los casos concretos supone, como condición indispensable, la presencia de la “notio”
concebida como el derecho-deber de conocer de una cuestión litigiosa
determinada.(Alsina, Derecho Procesal, seg. edición, Bs. As. 1957, tomo II, pág. 426).
Que, la determinación de tal concepto posee vital importancia
atento a que afecta al régimen procesal vinculándose con el concepto de acción como
potestad de las partes para poner en movimiento el engranaje jurisdiccional, debiendo
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distinguírselo de la competencia en cuanto ésta enmarca el límite para su ejercicio.
Que, ello así, el juzgador deberá evaluar la presencia de los
presupuestos procesales necesarios para la concepción de una relación procesal válida,
amén de lo cual, asimismo y de igual modo, coetáneamente deberá apreciar los
elementos que le permitan “ratione materiae” evaluar su posterior pronunciamiento
respecto del fondo de la cuestión planteada.
Que, es recién allí -momento en que se ha reclamado la protección
judicial del derecho que se ha creído conculcado- cuando el sentenciante deberá
precisar, de oficio, su aptitud para entender en las actuaciones que se le someten, so
pena de incumplir la manda de orden público estatuida en el artículo 4º, primer párrafo,
del Código Procesal.
IV.- Que, en el presente supuesto, si bien respecto de la cuestión
específica que se somete al estudio de este Tribunal es menester señalar que esta Sala,
en reiterados pronunciamientos, ha resuelto que el rechazo “in límine” de las acciones
de amparo debe proceder con carácter estrictamente excepcional ( causa “Muñoz,
Ricardo y otros c/ Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos s/Amparo ley
16.986" del 19/3/97, entre muchos otros), debiendo observarse, además, que el criterio
expuesto en la resolución recurrida es doblemente erróneo pues causa litigiosa
indudablemente existe, ya que la demanda se dirige contra el Poder Ejecutivo Nacional,
aun cuando lo es en el contexto de un contrato privado, en atención a lo cual, si la “a
quo” observó omisiones en la acción instaurada debió haber ejercido sus deberes y
facultades ordenatorias tal como lo prescriben los artículos 34, punto 5º y 36 del CPCC;
nada de ello debe ser considerado por esta Alzada, pues tal como se expondrá infra no
se tipifica en el presente la competencia del Fuero Contencioso Administrativo Federal
que permita el avocamiento de la cuestión.
Que, ello así, lo cierto es que en atención a que la temática central
en virtud de la cual se deduce la acción de amparo en los términos del artículo 43 de la
Constitución Nacional ha sido motivada en la pretensión que el Poder Judicial declare
la inconstitucionalidad de los artículos 1, 4, 8 y 12 del Decreto 214/02 respecto de la
vinculación de esa normativa con un contrato de mutuo con garantía hipotecaria
celebrado entre personas físicas, regido, sustancialmente, por normas de derecho civil,
o en su caso - conforme pudiera intérpretarse de acuerdo a las características propias
del deudor y la cosa prestada- comercial, debe concluirse que la competencia “ratione
materiae” corresponde al derecho privado.
Que, entonces, conforme lo resuelto por esta Sala, por mayoría, in
re “Crepaldi, Adriana Renata c/ PEN Ley 25561 Dtos 1570/01 214/02 s/ Amparo Ley
16.986" del 29 de mayo de 2002, debe distinguirse la cuestión de fondo que en el
presente se plantea con el denominado “corralito bancario”, en atención a que en estos
supuestos la normativa establece la indisponibilidad de los depósitos bancarios
invocándose el peligro de la desestabilización de todo el sistema financiero nacional,
circunstancia macroeconómica ésta, que de ningún modo aparece en los casos de
negocios jurídicos particulares relacionados con la denominada “pesificación” del
precio de un préstamo, supuesto en el cual, mal puede considerarse que prevalece la
interpretación y aplicación de normas y principios “ius publicisticos” a efectos de
decidir la cuestión litigiosa planteada.
Que, en atención a lo expuesto, y debiendo ponderarse el principio
de la denominada “doble juridicidad administrativa” en virtud del cual la competencia
del Fuero Contencioso Administrativo no se define sólo por la intervención del Estado
sino, asimismo, por la subsunción del caso al derecho administrativo, debe concluirse
en concordancia con lo dispuesto por el artículo 4º, segundo párrafo de la ley 16.986
y 4º, primer párrafo del Código de rito, que tanto la cuestión aquí planteada como la
atinente al fondo del asunto corresponden a la competencia del Fuero Civil de la Capital
Federal.”
Que, conforme lo expuesto estimo que debe declararse la
incompetencia de este Fuero y declarar la competencia del Fuero Civil de la Capital
Federal para entender en las presentes actuaciones.
ASI VOTO.
Por todo ello, por mayoría, SE RESUELVE: confirmar la
decisión apelada.Regístrese, notifíquese, al Sr. Fiscal General en su público
despacho y devuélvase al Juzgado Nº 2 del fuero.-
Poder Judicial de la Nación
Pablo Gallegos Fedriani
Carlos Manuel Grecco
Luis César Otero
(en disidencia)
Ana M. De Marco
Ana M. De Marco
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