1I:I:PUTESI' 1IISTÓRIGO-NOV'EU' 'I nos A pi imer _lIl]-6RN.~ '0:-:-. .Á. -4azul, ~ tást ieo duran te 1 día, y urante a raciones , t -ia 'es inexplicab les de he sura, que los 1" dores entusiasmados llamaran ac T JI .eles 8 , .( Ivin , tanto que algunas d las eminencia table legaran f reo' ir I enominaoi én de mont s sagrados , e lla (1 Chao-Di, y Oh n si, la región adyace te. . S re lo es son la O ina anti quísima, la Mesopotamla par iIa a, Tlti en, 1 Ocle te foco de la humanidad celeste act al. J i-nan-fu fue la primera capital de la .China, en el I Chan-sl. on e transcurso de los siglos los primití ros chi no " síguiend el cm 'o del Hoang-ho, encontra on el sagrar quin o mon t e, el ung- Cha (Eteoad« Montañ(~), situado segú n sus prácticas determinacio nes mí leas en el centro respect o de 1 ot os cnat o sagrad os mont es, AH, en lo q e hoy se llama rovincia de Ho-nan, en las oercanias de la mo derna v populosa aí- fung-fu, se orienta ron los Chínos, índuda lemente desp ués de larga, controversia doctoral , y orientaron, en oncepto de e1108, á toda a futura h man idad, estableciendo para siempre jamás los cuatro pu ntos cardinales, vinculados el Norte al monte Bng-chan, el sur al H - ohan (Ooln1n1ll:t del Oiel ), el Occident e al Hoa-cb n e Oriente al 'I'aí-chan, qu e dando el quint o Yo (monte) qu e e el indicado Su' .han, e 'el Ce tro. Hé aqu í (J;l ihong-k é ! Ré aquí e:o.~ oerio del Oent ro ! lIe quí el d(~ri ro 1.. e la; Tien;a ! H é aquí la rnju a orográfica del ro indo ! lié aquí J pu nto al cual parece volverá la humar ídad despnes l. e ha ber seguido en p os de 0016n .7 Magallanes la direc ci6n ob:'gat oria de 108 paralelos geog ráñco s. Eu tro térmi o ~ ay ! de.l in feliz pueblo que siga la direcciúu de 1 s meri 1i 11... s, porqu e éste estará siempre desorien t: 'o, esalado sin e uweta. Tan desgraciado pueblo no a,brá un 'él. de Ú l - '-' es e -iollo, ni [J qué esté parado . ~ e ha notado que los Chinos no sr len de la Chin a, lueg es..án a 1 'la do el que, cumplidos los tiempos 1 o 6 n f: man e a de t¡','j), IJI completar le ndo á u del aralelo etnográñeo. idea del po 'venir, , ~ te 6 esta o a ,na1 e Ohin , ~r en es a ip ó esls 6 ti irI' N ('> ' / -6todavía, pereza fonética 1]8 parece earaeterizs la raza a 'i11a, pr veniente sin ud[ de la disposioi n de 1 8 ms b ia que tiene} escaso j uego, permaneeiondo de o 'dlna le pr ta das, y de cier ta fa,tiga pulmonar debida á la, por tra parte benéfica costa bre de [I.T1li~I' siempre con urgencia. N o ubres de pers na s y de lugares, de ríos, de .D IJ6me.. nos, de alimentos, de to do, eran de una soja sílab, ,y gu turAl, y a a. pirada, ya nasal y daba lástima oír ~ 1, much a as máR gr aciosas hablar sila bean do con i tervalos más 6 ene largos de descanao : parecían las gentes monocordos insóeranos, q ue decían ya kí, chi, ti, sU, ki , 9'~ agudo. , ya kong, chu, nug, l as, long, tuá..; .; mei os, graves. ¿ Cuál no sería la fama de nuestro aead émíco e a o llegara á ser el creador y conservador de nue as y 1) plicadas vocalizaci ones ! Puede decirse que en aquel ent oncea todo el Olla -si, 'pr:imitivo Tbien-uía ( Celeste Imperio), de nort e tÍ su ' y de caso tÍ oriente, vivió en estado permanente de ohara por 1 mañan a, á la t arde y también de noche. La ch ina ó chino que llegaba á prouuuciar de corrido, sto es, sin pausas ni reticencias guturales ó nasal es, a l ( el echo y a l revés, las cinco vocales, era tenido r 0[' de t lento y de gran porvcnir ; y mi chos nULtrirnonio felices t u "¡e roD; por causa y ocasióu las cb~brad as referentes á pentasílabos, resueltas del todo en el int ervalo menor de tiempo, nidad medida de) plazo eoucedldo para realizar el difícil rob le la. Esto, á la apacible luna de las noches de veran 1 arro: " oyendo e l s usu rro del céfiro ó del viento, q l rllec'a de una manera fa tástica os ár boles del vecino bO 'ln ~, .' del hogar. La mirada Ie Oha n- t i (Ser SW)re'lno) vel: ¡ ~ otra parte, íncesants por t antener la esuléi dida y exhuberancia del cont orno, que en declive sua e ' c ga lontananzas iba á perderse á la altura del vés ero 11: cíe) Hasta los vei II t a lOS Pa - cu a ud uv 'ola, sin' 0 1', ' bebido en el an"í..li,, ;" fáctico del uui verso. Cuando vi ajaba t, .J~tba flauta, de la. cual s "C v' tam- bién para di vertí .¡ sus l aisano . A rmado de su ~!, ,v' y abrigad, SI1 e ue 'po t em erie Ú" I piele de icras - ;! ismo ha pro 'isto e arco y sa etas p ra ] r le' uce á 1 s da • encírla e eue (,Izadas, IJ <: ' una t ru las Ol ¡ del r. u al . 0 l~i<lug !lt; Y su vi ta fu o le 'da ni ña e roo de 10 , ños, qu e dormía tranqr i a bajo 1t upí o f ro ' a -8 P err al vol ver s ojos extraviados en búsca de la ni- a, 'le fué eomprensible todo. Es ta, sonriente, sublim , le n t raba 1 na Cosa curva, que á. nuestro h éroe le parecí 1 ríue cipio un rayo de sol solidificado y que no era otra osa una hoz de oro brilla nte por el uso. --& Q ué habéis he cho, niña encantadora, P eg' nt6 P au-cu. 0 8 J e ial vado simplemente, contestó ella . - ¿ Oórno t ¡ De qué manera' .... , replicó Pan-co -Cortando 00 1 la hoz al boa construcior, COIl tes tó ella y al mismo t iempo bacía notar de su interlocutor qu e monst ruo aliierrado estaca f... ividido en dos partes desigur 1 1 al.tercío poco más 6 menos, siendo la parte de la .cola l:t I á: p equeña . . Entonces notó P a n-en que él mismo estaba ensaug rei _ tado y q ue el tapiz de verdu ra tam bié n lo estaba, con a san- gr del monstruo. El joven llevaba a mirado los ojos del mon tr niía y de la niña al monstruo; y Heno de lág im tud, de entusiasm o, de amor, de alegría exclamó : - 6 Q uién soís, he rmosa niña, sus ,¡ ada Ai D ios mismo en ni fenea ! . Yo soy oa-sse (Flor esperada), hij a única d y Y Vu , que can..ada U~ limar en mi orfandad 'e dormí ti e . Ilas del d o. . - -¿ y por qué decís en orfandad t, íuterru n pió P a n e • P orque mis padres murieron a l mismo tiempo am esta ma ñan a en la cabaña un poco lejos de este ítio, dij o 11 • '-Muertos robos al mis mo tiem o l , ex 'Iamó Pan e j untando las manos e actí tud de au . ustía, . . i Yc6m _. _. y po qué j , _ - ¡ .l:. h ! j ah !, dijo Hoa-sss sollozando, sí. . '. muertam l s y yo he ql edado sola en el m ndo L; . _ ~ )r eEo llora o y clamar todo 1día basta dormirme e I sancto. . H asta. ay er ests re Vu, Cua d. ~I Io," J<'lin 'V )S, mi 'adre ~11 cijo que desaj o .uem p1Jr d ., ron m cán t ro. ... y los encontré atie otd·.... .1 le .os, el ¡ JI/. . e la otra T. Al b iscar la ca a 1 con fuerza y lla marlos '~O l1 1 accidcr , y de 1 u l • . t , ncla, . ¡]oralJ 1< ' v -9 abían deaayunado y que -.tuel. I~ ti vasijas estaban volcadas por el . ompreu í que' el desayuno había sido la cansa de todo, iVité tomau el mío, temiendo que me produjera el m ismo re.nltado. Oorrí por los senderee del l osq ue en busca de la ca baña .mál oere na dar not icia á las gentes para obtener au xilio Tuve que detenerme cansa a varias veces porque e l viudo Yau y sus hijos Hi, Ro, Chung, L ang, Ki, Kí e, Lao é Ing-Kong, viven lejos. , hedores éstos de la, nlar ma nt e noticia, fueron oonmigo á la cabaña nuestra y se persuadieron de que la muerte de mi. desgraci a rl os pad 'es era verdadera. Después de un exame minuoioso decl a ra ron q ue habían muerto envenenados por efecto de nnas arañas dítnínutas ~ rojas, que pu lulaban en el ueIo e n un pedazo de fer'me nt o, descuidado en un ángulo de la habitaci ón, a rañas que hablan lograd trepar á las vas íi as y cae r en el desayuno, 'Y de las cuales muy.' pocas bastaban para producir la , muerte ; celebrando al propio ti empo mi casual salvación. P recedieron luégo entre todos á colocar los .cad éverés en u a litera de bambú, en la cual "os condujeron á las orillas del Kiang-ho, y desde n tope rocalloso los arrojaron á la pnda, lastrados po r pesados cantos, . Me llevaron luégo á su cabaña, sara festejarme y consolarme ; de donde logré escabullirme por los sen deros de l bosque, resuelta á arroj arme también a.l río. Llegué fatigada y llorosa -á este sitio, y llorando permanecí largo r.'a to, eu contemplación de la naturaleza y midíendo mi orfandad, y más lu égo me dormí. Guan do des perté os v,í e vuelto por .1 boa y creyéndoos u no de Jos b lJOS del viudo Yao, corr í pI1 surosa á trozar la serpiente con a hoz, porqu e ésta e mu,Y cor tante. - iD y; la hoz es vuestra 7, preguntó Jan-en, examin ándola detenida me nte con curiosida d. -Eril. de. mi pad re, contestó la ¡tiña;. ' u día por la ta rde, hace bastante tie mpo, cuando estaba \ 1I poco m ás pe queña yo, regresó él -alegre con un lin rote ur ro, dicie ndo que lo había encontrado en las 'C:l. re l'li a,~ q e q uedan a llá arriba en I s monte Jej nos, Iruplantado en las g rie tas de las r ocas, q UI"~ tu vo qn e apartar pa ra fmcarl o, y dicrunrlo QU no b ía sacado más , q' e los ba hí' , porqn las rocas le presentaron impedimei t iu,s ,per( le para cont inuar la estrao. ~r é II I - 10 onar la caba í a pat r a e 3i ma nana oz, e qne hacíamos ~lS O á veces 11 e la vl ó el viudo Tao , In i raro ta a I J I) el. 10, del beza obre 1 - 12 -- El la, indiferent , tocaba de nuevo k flauta con el de -cuído at nral la inocencia. '-iD Qu ere volver donde el viudo Yao, á ViV ;I' 1 , le re untó Pan-en. _ 1.1'"0 , re. poudi ó la niña con res olución; quiero qu~ me He e ti contigo á. tu cabañ a, con la hoz S la fla uta, y al\a me eus eiieis á tocar. . -Yo no tengo cabaña; vivo en una gl''lt a, dijo Par - ou. -Iré::i.. la gruta, respondió H o -sse. Cuando el sol brilló aquel día en el centro del firmamento, ya Pan - en y H oa-sse caminaban lejos, muy lejos de la solitaria, cabaña, paterna, de los difuntos Yu .v V il. 'II SALTO NOT ABLE. La gruta de Pan-en quedaba situ ada en los montes roanos al R oa g-Iro, el cual tuviere 1 que atravesar 30m· os viajeros en la balsa que los habitantes ribereños. teuí ya e.. tablecída para pasar de la provincia moderna de ! ansi á la de Ohen-sl. . Q edaba en paraj e rodeado de rambla y añadas bruscas, y era en la realidad una caverna ad ecuada para viví, grac ias {L la diligencia y es me o de ho mbre inteligente. Era amplia y teuía departamentos diversos. Pieles de fiera, cier vos y cabras ; plumajes vistoso, de a es, adorna ba n ya el suelo, ya los irre gul ares muros, ya 1 caprichosas bóvedas del cielo ras o. T rozos ó can tos d zarceta (Yu) colocados ya aquí, ya 8Jl1á, f, man m d: mue " daban á la habltacióu bizarro conjun to, con sus ariado colore s : mesas, asientos, U ll OS ver de-claro, otro ama 'illo-cera, otros verde- esmeralda, otros rojo-bermellón 6 egro oscr ro; los más raros de color bla nco-nie ve ú verd es 00 vetas u radas, según las diversas ariedades de este m ineral, trozos e mineral t raídos por P a n-en UIlO á un o en el traseurs e mucho t iem po, fruto de su' excu rsicnos á los m ntes y cavernas Ó cima. lejanas, recogidos en el iauce e 1 torren tes ' á ori llad de los ríos . . El lecho, de Iíque e J usgos secos, supe a s p leles felinas rep osaba n 80b e un amplio y e evad o canto de ó . LLUVIA TEMPESTlJOSA ./ , , DRAMA HISTORICO EN DOS ACTOS POR EDUARDO ARIAS J. I :< I l• . ... ' ..' \ . " PERSONAJES: M~~~M1J1T-ALí............... Vi~~ey de Egip~o: K,URCHI~... . •••••. . •. . . . .. . . • EmIr éle la guardIa. 'J.'tUSS6N.!•.. . . . . . . . . . . . . . ... .. . { ~ I r!3J!,í!Rf~....................... l1ijos de Meliemet~AIí. ~~}jJL ~ I ;" EMA......................... M' d 1H arem. .~ . I . . ~RAIDA............. ........... 1 uJeres e (¡UL . Il~:SS'AJr 13ey mameluco, Imanes mabOme)at 1 . y soldados egipcio§; .(Lifa ccío'l7i pasa en el Oairo1:18U-:lf{J19 dc 'la Ftegira). ~ " ,\ r . ) • . r \. \ I J I . '. ,