UN BICENTENARIO… PERO CON MUCHOS SIGLOS DE HISTORIA (Comunicado de la Pastoral Aborigen de la Patagonia) Como equipos de Pastoral Aborigen de la Región Pastoral Patagonia–Comahue, junto a nuestros obispos, en el marco de la Semana de los Pueblos Indígenas que terminamos de celebrar (19-25 de abril), e iniciando ya las celebraciones del Bicentenario de nuestra Patria, queremos hacer público nuestro sentir, preocupaciones y reflexiones. Lo hacemos desde nuestro ser de discípulas y discípulos de Jesucristo, amantes de la verdad y la justicia, sobre todo cuando la vida y dignidad se ven vulneradas. Aprendimos de Jesús, el Maestro, que situaciones de violencia sólo se descomprimen con un diálogo honesto basado en el derecho de todos y de cada uno. (Lc 6,28-3. Rom.12, 14,15) Muy cerca de la vida de nuestros hermanos mapuches, constatamos en este tiempo del bicentenario, muchos conflictos territoriales. El pueblo mapuche y los demás pueblos originarios de la Patagonia están en estas tierras desde antes de la formación de los estados de Chile y de Argentina y son previos a la definición de las fronteras. Los Pueblos originarios en la Constitución Nacional (Art. 75 inc. 17) son reconocidos como preexistentes a la formación del estado, interlocutores de este y sujetos de derecho público. Los Pueblos originarios no son del pasado ni de los museos, son pueblos vivos. Hay un proyecto de vida y sociedad expresado en los mitos y ritos que continúan vigentes en diversas comunidades de nuestra Patagonia y su reelaboración y revitalización siguen en proceso, afirmando su identidad y enriqueciendo así el patrimonio cultural del país. El pueblo mapuche en muchos momentos fue violentamente dominado y discriminado. La violencia que ha sufrido este pueblo siempre fue relacionada a la tierra y a sus recursos naturales. En muchos lugares ha sido desalojado y despojado, y ha sufrido una indefensión histórica. De la misma manera fue sistemáticamente humillado e impulsado a abandonar su cultura y su cosmovisión. Nuestro Padre y Pastor, Benedicto XVI de regreso de Aparecida, decía: “… no es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos y fundamentales…” (Audiencia General, Roma 23/V/2007). Hay una herida abierta en nuestra sociedad que afecta tanto a este pueblo originario como a la sociedad en general. Creemos que esta herida, que es la herida de la sociedad toda, solo podrá sanar garantizando el pleno ejercicio de sus derechos. Nunca se ha hecho una reparación histórica con el pueblo mapuche. Los Equipos de Pastoral Aborigen de la Patagonia entendemos que el pueblo mapuche no está dispuesto a renunciar a su participación en el mundo de hoy y quiere hacerlo con el derecho propio que le es reconocido como Pueblo Originario preexistente. Por todo esto hoy nos preocupa y nos duele que… ….haya sectores que quieren negar al pueblo mapuche el derecho de ser reconocido como pueblo originario argentino, tildándolo, ciertamente con intereses claros de desprestigiar sus reclamos territoriales, de invasor en la Patagonia argentina, cuando su presencia es anterior al estado argentino. ….se pretenda desprestigiar los reclamos territoriales acusando a sectores del pueblo mapuche de tener alianzas con movimientos violentos, guerrilleros y terroristas, sin que nadie haya presentado pruebas de estas acusaciones. ….se quiera justificar las represiones violentas que ya se han ejercido y preparar el terreno para nuevas posibles acciones del mismo estilo por parte del estado o de sectores de los terratenientes. ….se fomente nuevamente una mentalidad de discriminación y rechazo, dañando no solamente el honor y prestigio del pueblo mapuche, sino ofendiendo su dignidad, y poniendo freno a sus justos reclamos. A su vez se favorece un enfrentamiento de diferentes sectores de la población generando una disgregación social. ….numerosas comunidades hayan presentado ante los organismos administrativos de los estados provinciales reclamos justos y de larga data por sus problemas territoriales sin haber sido escuchados. Nos sigue doliendo que… …los estados respondan con sistemática ineficiencia, prolongando artificialmente cualquier respuesta definitiva, entorpeciendo los procedimientos administrativos que aportarían soluciones en los expedientes de las comunidades reclamantes. ¿Buscan así desgastar la tenaz esperanza con la que luchan a fin de que se les haga justicia? Todo esto produce cansancio y descreimiento de los mecanismos republicanos y perpetúa la injusticia histórica. …la implementación de leyes nacionales, como por ejemplo la ley 26.160 de “Emergencia territorial y del relevamiento territorial”, se ha entorpecido y boicoteado en algunas provincias, perjudicando a los pueblos originarios en una oportunidad histórica de reivindicación. …los estados, en muchos casos, se arrogan el derecho de decidir sobre la vida de los pueblos indígenas, sus recursos y organizaciones con disposiciones administrativas e iniciativas legislativas sin la más mínima consulta. Ejemplo doloroso es la venta de minas y concesiones petroleras dentro de los territorios comunitarios de comunidades que nunca han sido informadas ni consultadas. La mayoría de las comunidades solamente se entera cuando las empresas mineras o petroleras se presentan para iniciar los trabajos ya negociados y autorizados por los estados. …a causa de esta ineficiencia e incumplimiento intencional de los estados, algunas comunidades y organizaciones responden con acciones directas de autodefensa ante los atropellos autorizados, como por ejemplo, recuperando tierras que ancestralmente les han pertenecido o impidiendo actividades mineras o petroleras. Son ocupantes originarios, no invasores ni usurpadores. Son poseedores y propietarios de los territorios comunitarios. El recordado Papa Juan Pablo II, hablando a indígenas de América Latina, les decía: “…vuestros antepasados fueron los primeros habitantes de esta tierra, al tener sobre ella un especial derecho adquirido… que os sea reconocido ese derecho a habitar en ella en paz y serenidad, sin temorverdadera pesadilla- de ser despojados en beneficio de otros…” (en Brasil 1980). Por todo lo expuesto proponemos que: En el estado moderno todos los pueblos y sociedades tengan su lugar propio y legítimo. Una nueva relación entre el pueblo originario mapuche y la sociedad no-mapuche debe ser posible. Es obligación de los estados realizar siempre la consulta a los pueblos originarios y a sus comunidades por los intereses que los afecten y es derecho de los pueblos originarios decidir con autonomía sobre su propio destino, como paso necesario hacia una sociedad armónica e intercultural. La igualdad solamente es posible con el reconocimiento y respeto de la alteridad. La administración de los estados dé urgente respuesta a los reclamos territoriales de las comuniades y asuman con responsabilidad las normativas, ya no tan nuevas, de las garantias constitucionales y de los convenios internacionales asumidos por la Argentina (Convenio 169 de la O.I.T., Declaración de los Derechos indígenas). Reconociéndonos un país pluriétnico y pluricultural nos preguntamos: ¿qué hacemos con esa diversidad? ¿es su reconocimiento un elemento que conduce a un enfoque participativo y solidario? Ninguna cultura es fuente exclusiva de felicidad. Todas ellas son miradas parciales sobre una única realidad. Por lo tanto no debe haber idealización ni superioridad de ninguna de ellas. Todas son complementarias con otras. Rechazamos todo tipo de fundamentalismo cultural, sea indígena o no. En visperas del Bicentenario de la Argentina creemos que una nueva relación es posible a partir del reconocimiento de los derechos propios de los pueblos orignarios, de una decidida accion de los estados favoreciendo la implementación y aplicación de los derechos, una voluntad política de asumir con compromiso la existencia de los pueblos orignarios y su idiosincracia. Sin ellos, no somos Argentina. Equipos de Pastoral Aboringen de la Patagonia junto a sus Obispos: Virginio D. Bressanelli, scj (Obispo Coadjutor de Neuquén) Marcelo Alejandro Cuenca (Obispo del Alto Valle del Río Negro) Esteban M. Laxague, sdb (Obispo de Viedma) Fernando C. Maletti (Obispo de San Carlos de Bariloche) Marcelo A. Melani, sdb (Obispo de Neuquén) Juan C. Romanín, sdb (Obispo de Río Gallegos) José Slaby, c.ss.r. (Obispo de la Prelatura de Esquel) Joaquín Gimeno Lahoz (Administrador Diocesano de Comodoro Rivadavia)