170 TDOC REMI DEST UBIC TITL Oficio Dirección de Consultoría Jurídica /sin destinatario/ Ministerio Público MP N° DCJ-4-3375-2004-96106 DCJ FECHA:20041222 El objeto de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente es proteger de manera integral los niños, niñas y adolescentes, por lo que resulta contradictorio asumir que el artículo 379 del Código Penal ha sido derogado tácitamente por el artículo 260 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente. FRAGMENTO “Me dirijo a usted con la finalidad de avisar recibo de su comunicación N° F-107643-4, mediante la cual solicita a esta Dirección de Consultoría Jurídica opinión jurídica relacionada con la vigencia del artículo 379 del Código Penal, en virtud de su presunta derogatoria tácita por el artículo 260 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente. Manifiesta, que la disparidad de interpretaciones existentes en los diferentes actores de la administración de justicia con relación a ambas normas conlleva a una inseguridad jurídica que debe ser disipada, y a tales efectos para mayor ilustración de esta Dirección transcribe varias sentencias de instancia, de la corte de apelaciones y de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia. Una vez analizada la comunicación remitida, esta Dirección de Consultoría Jurídica hace las siguientes consideraciones: La Convención sobre los Derechos del Niño, constituye un instrumento jurídico social de carácter universal que consagra los derechos humanos de la niñez y la adolescencia. Es así como en su artículo 4°, compromete a los países que la han ratificado a adoptar y continuar de manera progresiva un grupo de medidas de distinta índole entre las que destacan con especial atención las medidas de carácter legislativo, transformando las leyes internas en cuerpos que respondan a los principios y normas de Derechos Humanos, y consagren los mecanismos idóneos para hacer efectivos todos y cada uno de esos derechos. Es así como Venezuela, al ratificar el instrumento legislativo internacional arriba señalado, asumió el compromiso de adoptar todas las providencias necesarias para garantizar el goce pleno y efectivo de los derechos de todos los niños y adolescentes del país, responsabilidad que en lo atinente a las medidas de orden legislativo desarrolla la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 78 cuando consagra que ´... Los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán protegidos por la legislación, órganos y tribunales especializados, los cuales respetarán, garantizarán y desarrollarán los contenidos de esta Constitución, la Ley, la Convención sobre los Derechos del Niño y demás tratados internacionales que en esta materia haya suscrito y ratificado la República...´. El legislador, debido al nuevo paradigma representado por la Doctrina de la Protección Integral, ofrece mecanismos y garantías para asegurar el efectivo ejercicio, la preservación y la restitución de los derechos de los niños, niñas y adolescentes mediante la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, reconociéndolos no sólo como titulares de los derechos exigibles consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño, sino también de todos aquellos que correspondan a las personas como seres humanos Por su parte, el artículo 1 de la supra mencionada ley, establece que el objetivo de la misma es garantizar a todos los niños y adolescentes, que se encuentren en el territorio nacional, el ejercicio y el disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías. Cabe advertir que estos comprenden una amplia gama que va desde el derecho a la educación; derecho a mantener relaciones personales y contacto directo con los padres; derecho a un nivel de vida adecuado; derecho a la vida; derecho a la integridad personal; derecho a ser protegidos contra el abuso y la explotación sexual, entre otros. Con relación al abuso y la explotación sexual, la Convención sobre los Derechos del Niño en su artículo 19, establece que: ´1. Los Estados Partes adoptarán las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental (...) incluidos el abuso sexual...´. En este sentido, la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, toma en consideración que la integridad sexual es parte de la integridad personal y desarrolla las previsiones contenidas en la Convención sobre los Derechos del Niño con relación al abuso sexual, protegiéndolos contra situaciones de hecho que afecta esa integridad mediante la intervención punitiva del Estado para la persecución y castigo de los actos criminales de esa índole. Como se puede colegir, uno de los bienes jurídicos protegidos es la libertad sexual, ya que las secuelas de un delito de esta naturaleza cometido en la persona de un adolescente -generalmente manipulado para que mantenga el incidente en secreto- se reflejarán en su vida futura. Dentro de estas secuelas se pueden mencionar: Destrucción de la autoestima, inclinación al consumo de drogas o alcohol, estrés, deseos de morir; agresividad con los animales y otros problemas emocionales, las cuales variarán según la edad, madurez emocional, naturaleza del incidente, historia del adolescente, etc. Por su parte, al abuso sexual, se le define como ´... toda conducta o comportamiento que atenta contra los derechos básicos fundamentales de las personas: a la vida, la libertad, la integridad y la dignidad humana. Se manifiesta por conductas agresivas, temporales o permanentes que buscan lesionar, humillar, degradar, expresar dominio o presión sobre una persona o personas que se encuentran o se colocan en condiciones de inferioridad. Esta asume muchas formas: físicas y psíquicas y de la mejor manera posible garantizándoles a las personas afectadas sus derechos...´. Tal conducta está prevista y sancionada en el artículo 260 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente: ´Quien realice actos sexuales con un adolescente, contra su consentimiento, o participe en ellos, será penado conforme al artículo anterior...´. Por su parte, el artículo 379 del Código Penal prevé: ´El que tuviere acto carnal con persona mayor de doce y menor de dieciséis años, o ejecutare en ella actos lascivos sin ser su ascendiente, tutor ni institutor y aunque no medie ninguna de las circunstancias previstas en el artículo 375, será castigado con prisión de seis a dieciocho meses y la pena será doble si el autor del delito es el primero que corrompe a la persona agraviada...´. Al efectuar un análisis comparativo del contenido de ambas normas, algunos juristas consideran que en la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente se ha despenalizado el acto carnal con menor en caso de existir consentimiento entre ambos actores, pero es el caso que si el fin del legislador en esta ley especiales proteger al máximo a los niños, niñas y adolescentes, resulta contradictorio asumir que en un asunto tan importante como es la vida sexual activa del adolescente, haya querido desmejorar su situación si obra su consentimiento. Cabe destacar, que el adolescente se ve afectado por las características propias de esta etapa de la vida en la cual atraviesan una crisis de identidad. La adolescencia, se caracteriza por el crecimiento físico, el desarrollo glandular y, en particular, el desarrollo de los órganos sexuales desempeña un papel importantísimo en los cambios de conducta del individuo. Este período vital se distingue por ser especialmente emotivo; en esta etapa la acción está al servicio del instinto, además, los adolescentes son fácilmente impresionables y manipulables desde el punto de vista psíquico por parte de los adultos. Razones como las anteriores, apoyan el criterio de que el consentimiento en los adolescentes se ve seriamente comprometido debido a la inestabilidad emocional, propia de esta etapa de la vida”. En este sentido, compartimos con el representante del Ministerio Público lo alegado en su apelación cuando manifiesta: “... el consentimiento de los adolescentes se encuentra disminuido, pero no porque sean incapaces, sino porque se encuentran precisamente atravesando por una crisis de identidad, tal como lo plantea de una manera acertada León De Viloria, al señalar textualmente: „ Los logros desde infancia hasta el escolar preparan al adolescente para que enfrente adecuadamente la crisis de identidad que debe resolver, bajo los efectos de acelerados cambios físicos, endocrinológicos y afectivos que interfieren sus capacidades cognitivas de razonamiento hipotético y abstracto...‟ (...) Lo reprochable de la conducta del adulto que mantiene relaciones sexuales con una adolescente menor de dieciséis años y mayor de doce, es que con dicho acto se corrómpe la adolescente, porque aún cuando no medie su consentimiento el mismo se encuentra disminuido desde el punto de vista psíquico y de esta manera lo entendió el legislador...”. “De igual manera, se pronuncia Blanca Rosa Mármol de León, Magistrada de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, en la Sentencia Nº 039 de fecha 19 de febrero de 2004, al expresar en un voto concurrente lo siguiente: ´... La Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, los considera sujetos de derechos y obligaciones, reconociéndoles la capacidad de autodeterminación y de autonomía en el ejercicio de sus derechos civiles, sin dejar a un lado la presunción de su incapacidad, ya que ese reconocimiento de autonomía, va ligado a las etapas de maduración de la conciencia, el cual se va adquiriendo progresivamente. / Es así como los niños van madurando y con el tiempo logran un desarrollo cada vez mayor de la capacidad de decisión y evolución de las consecuencias de sus actos (...) En el caso que nos ocupa, se encuentra involucrada como víctima una adolescente, de catorce años de edad, por Abuso Sexual, y en cuyo proceso tanto los juzgados de instancias inferiores como esta Sala en la sentencia proferida, adujeron que el acusado era inocente por no haberse podido comprobar la falta de consentimiento de la víctima en el hecho. / Ahora bien, al revisar dicho acto para determinar si hubo o no hecho delictivo, tenemos que tener en cuenta el concepto de consentimiento el cual juega un papel preponderante, en la norma prevista en el artículo 260 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente. / Y, es así como la Real Academia de la Lengua, define que el consentimiento es la acción y efecto de consentir, en tanto que consentir, es permitir una cosa o condescender en que se haga. / La norma en comento exige el libre consentimiento del adolescente para que el hecho no sea punible, consentimiento éste que debe ser examinado minuciosamente, ya que no solamente existe manipulación por la fuerza, intimidación o resistencia, que es la que visiblemente deja huellas, sino que existe manipulación psicológica, que no deja huellas, pero que también causa daño al adolescente, por ser de más fácil manipulación por el mismo hecho de que el progreso psicológico de la madurez no ha sido alcanzado. / Considero que al aplicar la norma en la que se encuentra prevista el Abuso Sexual a Adolescente -artículo 260 LOPPNA- tanto el Ministerio Público como el Juez de la Causa deben escudriñar acerca de si ese consentimiento del adolescente fue libre o manipulado psicológicamente, pues ello tiene que ser mirado a la luz de las situaciones sociales y de hecho que se pretende regular, ya que si bien es cierto que la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, le reconoce suficiente capacidad y autonomía para consentir en un asunto tan delicado como su vida sexual y así determinar las directrices de orden moral que guiarán su propio destino, no es menos cierto, que esa „ plena autonomía‟ , se adquiere de forma evolutiva, dada la naturaleza del ser humano, producto de un proceso, en el que el individuo avanza paulatinamente en el conocimiento de si mismo y en el reconocimiento y uso de sus potenciales, por lo cual puede más fácilmente ser manipulado por una persona mayor que él, bajo engaños corrientes usados para despertar el lujo, la vanidad, comodidades y otros. / No basta aplicar dicha norma, basarse en el hecho de que en el proceso no se probó la falta de consentimiento del adolescente, sin la necesaria verificación por parte del Estado representado por el Ministerio Público y de que dicho consentimiento estaba sustentado en la libertad de decidir, sin la perturbación provocada por cualquier manipulación ejercida con el objeto de conseguirlo. / Es por ello que estimo necesarias las anotadas consideraciones para que de esta manera todos aquellos jueces al momento de encontrarse con un caso similar, ponderen la situación al momento de emitir su pronunciamiento, porque de no hacerlo así, estaríamos en presencia de una norma muerta y ante un hecho impune´. En este contexto, cabe resaltar que en casos como el de marras, la intervención del equipo interdisciplinario conformado por especialistas en la materia de abuso sexual infanto juvenil, resulta más que acertado a los fines de revisar aproximadamente- el grado de libertad en el consentimiento prestado por el adolescente. En otro orden de ideas, nuestra Carta Magna establece en su artículo 218 lo referente a la derogación de las leyes. Asimismo, el Código Civil en su artículo 7 prevé ´Las leyes no pueden derogarse sino por otras leyes; y no vale alegar contra su observancia el desuso ni la costumbre o práctica en contrario, por antiguos y universales que sean´. Al respecto esta Dirección, en la comunicación antes identificada -DJ-14-10942000 del 30 de noviembre de 2000- expone de manera clara: ´... en los casos en los cuales se encuentra señalados adolescentes como víctimas de delito de acto carnal, ejecutados por personas mayores de edad, prestando su consentimiento, por considerar que los hechos no revisten carácter penal, sin considerar los motivos y circunstancias que rodean el hecho, es necesario acotar que las normas penales son de orden público y no pueden ser derogadas sino en virtud de norma expresa, lo que significa que mal podría interpretarse (...) la derogatoria tácita del artículo 379 del Código Penal, tomando como base para ello el contenido del artículo 684 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, en el cual se señala expresamente cuales son las normas derogadas por ella, agregando la expresión así como todas las disposiciones contrarias a la presente ley... / Al respecto señala el referido artículo 684: (Omissis) / Ahora bien, como se evidencia de la norma transcrita, el artículo 370 (acto carnal) tipificado en el Código Penal, no fue señalado como expresamente derogado por el legislador, menos aún puede interpretarse que esa derogatoria quedaría implícita cuando la norma señala „ todas las disposiciones contrarias a la presente ley‟ , toda vez que, el contenido del artículo 379 lejos de ser contrario a la ley, más bien brinda una mayor protección a los niños y adolescentes cuando éstos son objeto de abuso sexual. / Por todo lo antes expuesto, considera esta Dirección de Consultoría Jurídica, que con la entrada en vigencia de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, en ningún caso puede interpretarse como derogado el encabezamiento del artículo 379 del Código Penal, en virtud del contenido de los artículos 260 y 684 de la Ley Especial antes citada, razón por la cual las decisiones judiciales que se produzcan en sentido contrario, deberán ser acatadas con el ejercicio de los recursos procesales que correspondan en aras de un mejor control constitucional”. Disposiciones legales contenidas en el documento: CRBV art:78 CRBV art:218 CP art:379 LOPNA art:1 LOPNA art:260 LOPNA art:684 CDN art:4 CDN art:19 OPMP Nº DJ-14-1094-2000 30-11-2000 STSJSCP Nº 039 19-02-2004 DESC DESC DESC DESC DESC DESC DESC DESC ABUSO DE NIÑOS Y ADOLESCENTES ACTO CARNAL ADOLESCENTES CONVENCION SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO DERECHOS HUMANOS LEYES NIÑOS PROTECCION DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE FUEN FUEN Venezuela Ministerio Público Informe FGR, 2004, pp.496-501.