Alineación y Enfoque. La Magia de la Planeación Estratégica por Jorge Alberto Castañares En el más reciente libro de los Dres. Kaplan y Norton, se asegura que “más del 75% del valor de mercado de una empresa media se deriva de activos intangibles que las medidas financieras tradicionales no captan”. Más allá de su famoso concepto de Balance Scorecard, que sostiene que “las empresas no pueden gestionar lo que no pueden medir”, o el nuevo postulado de su libro Strategic Maps que dice: “No puede medirse lo que no se puede describir”, la gran pregunta es ¿cómo hacer que esta enorme fuente de valor para las empresas pueda ser utilizada eficientemente por los tomadores de decisiones? En este artículo expondré dos conceptos que, a través de valiosos conceptos del cuadro de mando integral y mapas estratégicos intentan ejemplificar cómo se puede dirigir a una organización para obtener todo el potencial posible de su planeación estratégica. Debemos comenzar por lo básico. Incorporar las ideas del cuadro de mando integral y los mapas estratégicos no es una cuestión de presupuestos, asesoría y manuales. Es una cuestión de cambio: cambio de actitud, reglas, y enfoques. Es, sin duda, una nueva manera de jugar. Si usted considera los conceptos de la nueva Planeación Estratégica sin una actitud de cambio y apertura, seguramente le parecerán fantásticos y místicos, y pensará que es otro de los “conceptos teóricos” de gurús que intentan hacerse ricos con la publicación de algún best seller y viajar por el mundo cobrando miles de dólares por sus conferencias; sin embargo, una vez asimilados y llevados al terreno de los hechos verá la enorme sabiduría práctica que encierran. Alineación La primera idea fundamental antes de implementar cualquier estrategia es alinear las ideas con la realidad corporativa de su compañía. Es innegable que cualquier organización moderna crea el valor de su compañía a través de las potencialidades de sus activos intangibles: cultura, capital humano, relaciones comerciales y tecnologías de información, entre otras. Desde hace mucho tiempo, se ve una tendencia de alejarse de la economía de los productos y activos tangibles para dirigirse hacia la economía del conocimiento y servicios intangibles. Aunque parece sencillo, no lo es. Gran parte de la preparación que se recibe en las escuelas de negocios del mundo es justamente sobre esto: ¿Cómo hacer que los elementos potenciadores de valor en la empresa se alineen con sus objetivos? He aquí unas cuantas ideas: Juegue en el paraíso. Aunque el golf no sea su pasatiempo favorito, imagine un campo de golf. ¿Cómo es? ¿Cuál es el entorno donde el jugador hace sus tiros? Sin duda imaginó bellos paisajes llenos de árboles, lagos y un césped bien cortado y parejo. Pues justamente es esto lo que necesita su organización para alinear sus estrategias: un entorno favorable. Así que, por favor, trate que: o Su Visión, Misión y Valores sean adecuados al nuevo entorno del siglo XXI. No cambie su esencia, pero sí actualice sus principios. ¿Hace cuánto que su Consejo de Administración no discute sobre la Visión y la Misión de la organización? o Su capital humano esté debidamente capacitado para su puesto. o Explote o busque implementar sistemas de control de relaciones comerciales (al estilo CRM o similares). o Utilice con eficiencia su red de información, agilice sus comunicaciones y comience una cultura de “Empresa sin Papel”. Además de que el medio ambiente se lo agradecerá, verá que el correo electrónico empezará a ser utilizado para algo más que el “chat” personal de sus empleados. Lleve lo necesario al campo de juego. Así como cuando va a jugar un partido de tenis lleva sus raquetas perfectamente encordadas, sus tenis limpios y un par de playeras (por si necesita un cambio a mitad del partido); cuando esté planeando los nuevos lineamientos de su empresa lleve todo lo necesario. No por hacer una sesión en un estupendo hotel en la playa y “encerrarse” con su primer cuadro un fin de semana, logrará alinear su estrategia a la realidad del mercado. Siga haciendo los Planning Meeting en esos destinos hermosos de México, además de relajarse, contribuye con la industria turística del país y la generación de empleos; pero, por favor, ¡no convoque a estas sesiones a la mitad de la campaña de lanzamiento de un nuevo producto, o justo en el cierre trimestral, semestral o anual de su compañía! Sus ejecutivos estarán más preocupados por esas cuestiones que por la sesión de planeación. Tampoco convoque a estas reuniones con los clásicos 15 días de anticipación, porque sólo conseguirá que la gente vaya mal preparada o, peor aún, sin preparación a esta reuniones. Es recomendable tener un calendario anual de estas sesiones y obligar a las áreas involucradas a tener lista las agendas de las sesiones con al menos un mes de antelación a las mismas. No haga más de dos sesiones de este estilo al año, además de costosas, se vuelven improductivas. Por último, anote sus resultados y compárelos en el tiempo. No he visto a ninguna persona que haga una trabajo continuo en un gimnasio sin llevar una libreta donde anota su progreso en cuanto a repeticiones y pesos se refiere en sus diferentes rutinas. ¿Por qué si lo hace en su rutina diaria de ejercicio, no lo hace en sus planeación de objetivos? La única manera de ver qué tanto se desvió de los resultados propuestos, es dándoles seguimiento, y no se les puede dar seguimiento si no están registrados. Por obvio que parezca, anote y revise las conclusiones de sus sesiones de planeación, juntas de trabajo, entrevistas con clientes. Si no lleva una bitácora de sus citas con clientes y de sus llamadas, comience a hacerlo, además de eficientar su tiempo, reducirá la ansiedad de sentirse abrumado con “muchas cosas por hacer”. Enfoque Aquella persona que le haya dicho que deje de ver los árboles para mirar la majestuosidad del bosque, está en un craso error. Si quiere tener éxito en la implementación de un plan estratégico, no se olvide de los detalles. Enfocarse y cuidar los detalles no es lo mismo que perder su “visión y perspectiva”: es hacer una cosa a la vez y tener todos los sentidos en ella. Si al mismo tiempo está tratando de introducir un cuadro de mando integral, modificar su procedimiento de selección y reclutamiento de personal, hacer una reingeniería de procesos e introducir un nuevo producto al mercado; perdón que se lo anticipe, pero fracasará en todo. Al igual que un jugador de golf tiene previsto cómo serán sus 18 hoyos, pero cada golpe es “el más importante” del juego, un estratega en una organización tiene clara la meta de la compañía, pero “cada acción es clave” del éxito de su estrategia. No deje cosas al azar, o las dé por sentadas. Una vez que su plan esté concebido, repáselo cuidadosamente, asegúrese que todos entiendan su alcance y dimensión; que los canales de comunicación y retroalimentación estén abiertos y conectados; no espere que su equipo diga que “no entendió su idea”, ¡nunca lo dirán! Haga preguntas concretas, pida respuestas cerradas. “ Le pedí la hora, no cómo se hacía el reloj”, es una frase directa. Pero también recuerde que el recurso más escaso en una organización es el tiempo; no abrume a su equipo con reportes de seguimiento, juntas interminables, o discusiones eternas. Sea práctico, utilice la tecnología. Recuerde que las reuniones de trabajo son como las pizzas, después de 30 minutos, se enfrían. Enfoque y visualice sus sueños. Ahuyente de su mente toda esa “basura” que lo distrae cuando esta pensando en una idea específica, deje a un lado el presupuesto anual, el mail que no mando, la llamada que no hizo, el desayuno con el cliente, la discusión con su esposa, el novio de su hija, el rayón de su auto y miles de situaciones irrelevantes en ese momento. Al igual que cuando piensa en aquel vehículo de sus sueños y se ve conduciéndolo con el quemacocos abierto en la carretera, visualice su plan estratégico de principio a fin: cómo será la compañía después de implementarlo, cuál será la mayor resistencia al cambio, cómo se enfrentará a ella, el reconocimiento del Consejo de Administración cuando las utilidades crezcan, cuando se hayan reducido los gastos, cuando logre el incremento deseado en la participación de mercado. ¿Cuál es la mejor manera de hacer un buen tiro en el campo de golf? Sin ser un experto, puedo darle mi teoría. Antes de hacer el tiro, tome el bastón, concéntrese en la pelota, imagine todo el recorrido del palo, el momento en que hace contacto con la pelota, cómo la inercia hace que el recorrido del bastón continúe en un péndulo perfecto, vea la pelota viajar por el aire, con la trayectoria correcta, cómo rebota en el pasto y se acerca al “green”.Visualice cuál será ese siguiente tiro que lo colocará a punto para meter la pelota en el hoyo, en medio del “green”. ¿Cuál es la mejor manera de hacer una buena planeación estratégica? Antes de iniciarla, concéntrese en el resultado más visible, imagine todas las áreas que estarán involucradas, el momento del “kick off” del proyecto, las resistencias e inercias que la compañía tiene, el desarrollo del plan, las fases necesarias, los ajustes que tendrá, el resultado operativo y el siguiente movimiento que lo colocará un paso adelante de su competencia interna y externa. Una idea final Sin duda es muy cierto que las empresas “no pueden gestionar lo que no pueden medir” y “no pueden medir lo que no pueden describir”. Así que tiene dos tareas en su camino en el mundo de los negocios: dedique el mayor tiempo posible a describir detalladamente sus ideas (alinearlas) y trate de medir sus resultados (enfocarlos), ahí es donde radica la magia de la Planeación Estratégica.