VENTAJAS E INCONVENIENTES DE AJUSTAR LA BICICLETA TOMANDO COMO REFERENCIA LAS MEDIDAS CORPORALES: (I) LA BIELA Igor González de Galdeano1 Juan García López2 1 1 Fundación Ciclista Euskadi, Euskadiko Txirrindularitza Iraskundea. Laboratorio de Biomecánica. Fac de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad de León. Una de las formas más comunes de ajustar la bicicleta de un ciclista es tomar como referencia sus medidas corporales (Figura-1). Esta estrategia puede resultar bastante efectiva cuando uno se inicia en el mundo del ciclismo, porque nos da una idea del reglaje básico de su bicicleta. Se trata de una buena aproximación a la “buena postura sobre la bicicleta”, e incluso por qué no, puede llegar a ser la postura óptima del ciclista en años sucesivos. Sin embargo, no es adecuado utilizar esta estrategia en ciclistas profesionales o que realizan un volumen importante de kilómetros al año, sobre todo cuando manifiestan que las medidas que utilizan, y que vienen de ser ajustadas con este método, no les resultan cómodas o les dan problemas. Es demasiada responsabilidad ajustar la bicicleta de estos ciclistas en función de sus dimensiones corporales, sabiendo que el ajuste puede no ser preciso, y que luego tendrán que dar millones de pedaladas a lo largo de su vida deportiva (por ejemplo, a 90 rpm en una etapa de 3 horas se dan 16.200 pedaladas). En éste y en los siguientes artículos de esta serie vamos a definir cuáles son las medidas básicas que deben ajustarse en la bicicleta, cómo pueden calcularse a partir de las medidas antropométricas, los principales inconvenientes de seguir este procedimiento y qué alternativas son viables al mismo. Figura-1.-Medidas corporales más utilizadas para ajustar las dimensiones de la bicicleta (T = talla; LP = longitud de la pierna o altura trocantérea; LF = longitud del fémur; DB = anchura de los hombros o diámetro biacromial; E = altura de la entrepierna). Para definir las medidas básicas de la bicicleta vamos a utilizar el trabajo sobre ciclismo moderno de N. Belluye y M. Cid (2001), publicado en la revista francesa Science & Sports. Estos autores hacen referencia a 7 dimensiones de la bicicleta que pueden registrarse para analizar la interacción entre ésta y el ciclista (Figura-2). Nosotros analizaremos estas mismas dimensiones, sustituyendo el ángulo Ats por el ángulo Ats2, ya que el ángulo Ats es muy dependiente del diseño de la bicicleta, mientras que el Ats2 viene reflejado en todos los manuales de los cuadros de las bicicletas, e indica claramente el ángulo que forma tubo del sillín con la horizontal (suelo). De las 7 medidas las 4 primeras están íntimamente ligadas al ajuste de las piernas, mientras que las 3 últimas (de la 5 a la 7) están ligadas al ajuste del tronco y los brazos. Nosotros siempre hemos considerado que en la bicicleta de ruta lo primordial es el buen ajuste de las piernas, dejando a elección del ciclista el ajuste del tren superior, siempre y cuando no se observe ningún valor anormal. No obstante, hemos de reconocer que un mal ajuste de los brazos y tronco también va a afectar a la posición de las piernas, en tanto que el ciclista es un triángulo anclado a la bicicleta por 3 puntos (manillar, sillín y pedales), y el desajuste de uno de los lados del triángulo puede influir en los otros dos. Ats2 L biela Figura-2.-Dimensiones de la bicicleta (modificado de Belluye y Cid, 2001): Lbiela = longitud de la biela; Hs = altura del sillín; Rs = retroceso del sillín; Ats2 = ángulo del tubo del sillín con la horizontal; Lp = longitud de la potencia; Sc = distancia desde la punta del sillín hasta el manillar o largura; h = diferencia de alturas entre el sillín y el manillar. La longitud de la biela (L biela) es la distancia entre los centros de los ejes de giro de la biela y del pedal. Normalmente encontramos esta medida expresada en milímetros en la parte interior de la biela, la que pega al cuadro de la bicicleta. En ciclismo de ruta suelen utilizarse bielas de 170, 172.5, 175 y 177.5 mm. Los dos extremos (170 y 177.5 mm) son los más infrecuentes, por lo que la gran decisión suele estar entre elegir una biela de 172.5 mm o de 175 mm. Presentamos cuatro ecuaciones para calcular la longitud de la biela en función de la medida de la entrepierna (E) y del fémur (LF). Estas ecuaciones pueden consultarse en el trabajo de N. Belluye y M. Cid (2001), y hacen referencia a autores como C. Genzling (década de los 80’), G. Haushalter y Z. Zani (década de los 90’). Normalmente estas ecuaciones se han obtenido a partir de la medición de las longitudes E y LF en ciclistas profesionales, anotando también la medida de biela que estos utilizaban. Nosotros ahora proponemos datos reales de un ciclista con una medida de E = 92 cm y LF = 44.5 cm. Su pregunta es si debe cambiar de una biela de 175 mm a una biela de 177.5 mm. Observen los resultados de las 4 ecuaciones, que nos dan un rango de longitudes de biela entre 174 y 184 mm. ¿Serían ustedes capaces de decidir qué biela aconsejarle en función de estas ecuaciones? (1) L biela = 2 × E = 184 mm (2) L biela = [(75/76) × LF] + (2475/19) = 174 mm (3) L biela = (0.5037 × E) + 130.27 = 177 mm (4) L biela = [-0.006391 × E2 + 1.365 × E + 103.8] = 175 mm Estas 4 ecuaciones ofrecen resultados tan dispares porque se han obtenido a partir de mediciones de las bielas que utilizaban los ciclistas profesionales, pero en diferentes grupos de ciclistas. Esto tiene tres inconvenientes: 1-Que las utilizaran los ciclistas profesionales no significa que fueran las más adecuadas; 2-Las ecuaciones pueden haberse obtenido en diferentes décadas (años 70’, 80’, 90’ ó 2000), y las tendencias ciclistas en cada una de ellas podrían ser bien diferentes (ej. podría estar de moda el utilizar bielas más largas o más cortas en función de la década que analizáramos); 3Precisamente, teniendo en cuenta los dos puntos anteriores, si nosotros medimos a los ciclistas de diferentes equipos y/o épocas nos darán ecuaciones diferentes para calcular la longitud de la biela a partir de la entrepierna (E) o del fémur (LF). Además de lo anterior, debemos reflexionar sobre cómo se lleva a cabo la medida de la entrepierna (E), ya que a veces los autores la han tomado con los ciclistas descalzos y otras calzados; también algunas veces se ha omitido cuánto de separados deben estar los pies a la hora de tomar esta medida; y en el mejor de los casos que lo anterior estuviera claro, la presión ejercida al medir en la zona de la entrepierna también puede alterar la medición. Finalmente, y en relación con el anterior caso práctico, al aumentar la longitud de la biela de 175 a 177.5 mm, la eficiencia de pedaleo disminuía un 3.5% a la misma potencia y cadencia de pedaleo. Esto era consecuencia de forzar más la flexión de todas las articulaciones al pasar por el punto muerto superior, y a su vez forzar más la extensión al pasar por el punto muerto inferior. De esta forma, lo único que estábamos consiguiendo al aumentar la longitud de la biela era acentuar los dos puntos muertos de pedaleo (punto muerto superior y punto muerto inferior), disminuyendo la eficiencia. Reconocemos que existe una creencia generalizada de que llevar una biela más larga es beneficioso para el pedaleo, porque se piensa que se tiene más palanca para mover un mismo desarrollo. Desde nuestro punto de vista esto no debe ser así, por los motivos que se han explicado, y por las siguientes razones: 1-Ya en la década de los 80’ los modelos biomecánicos del ciclismo desarrollados por M.L. Hull y H. González siempre han demostrado que se produce mayor potencia de pedaleo con una biela más corta. Además, pedaleando a la misma intensidad, el esfuerzo al que sometemos a nuestras articulaciones es menor cuando se utiliza una biela más corta. 2-En los últimos años varios trabajos, entre los que se encuentran los de Alejandro Lucía, demuestran que una mayor cadencia de pedaleo es propia de los ciclistas de más nivel, siendo beneficiosa cuando se pedalea a alta intensidad, porque es más económica desde un punto de vista energético. Por lo tanto, si utilizamos una biela más larga de lo normal se facilitará un pedaleo a menor cadencia, que es menos eficiente, y que puede acentuar las posibles diferencias en la aplicación de fuerza entre ambas piernas. De hecho, incluso en pruebas ciclistas de contrarreloj, donde se mueven grandes desarrollos (ej. 54x11 ó 55x11), es bastante cuestionable que la utilización de bielas más largas de lo habitual sea eficaz, por todos los motivos que se han explicado anteriormente, y porque el ciclista tiene que alternar pruebas en días sucesivos con diferentes longitudes de biela. Veamos entonces un segundo caso práctico de otro ciclista que tiene E = 86.5 cm y LF = 41.8 cm. Las ecuaciones 1 y 2 nos darán un resultado de 173 y 172 mm, respectivamente, mientras que las ecuaciones 3 y 4 nos darán un resultado de 174 mm. Al valorar a este ciclista utilizando las dos longitudes de biela nosotros hemos observado que los ángulos de pedaleo no varían mucho, pero que la diferencia entre la fuerza aplicada por ambas piernas al pedalear es de un 3.4% cuando se utiliza la biela larga (175 mm), mientras que al utilizar la biela corta (172.5 mm) esta diferencia desaparece y la eficiencia de pedaleo aumenta un 2%. Por lo tanto, en este último caso nosotros le aconsejamos utilizar bielas de 172.5 mm, y esta medida es bien estimada por las ecuaciones 1 y 2, pero no por las ecuaciones 3 y 4. Como conclusión de este apartado, nosotros aconsejamos realizar un análisis biomecánico completo (ángulos de las articulaciones y fuerzas de pedaleo) cuando sea posible para elegir entre varias longitudes de biela. Si esto no fuera posible, y a falta de más resultados que obtengamos con nuestro propio equipo, la ecuación 2 es la que mejor se ha ajustado para resolver felizmente los dos casos prácticos que se han planteado. Debemos alertar de que la longitud del muslo debe ser tomada por una persona con experiencia en la localización de puntos anatómicos, ya que es la distancia entre el trocánter mayor del fémur y el cóndilo femoral externo. Una variación de esta medida puede hacer que las conclusiones que saquemos sean erróneas. Además, y como habréis podido comprobar, las ecuaciones derivadas de la medida de la entrepierna son poco consistentes, ya que han cambiado bastante en cada uno de los dos casos presentados (mientras que en el primer caso sólo se ajustó la ecuación 4, quedando muy alejada la ecuación 1, en el segundo caso ocurrió lo contrario, y la ecuación 1 se ajustó bastante bien). Hemos de reconocer que la longitud de la biela no es una de las medidas que nosotros más regulemos en nuestros ciclistas, ya que detrás de la elección de la longitud de una biela hay una larga historia ligada a la trayectoria de nuestros ciclistas como jóvenes promesas y/o profesionales. Sin embargo, como idea general creemos que hay que pensar bien si conviene aumentar la longitud de la biela a medida que nuestros ciclistas crecen (por ejemplo, al pasar de una etapa juvenil a senior), ya que acortar la longitud de la biela cuando el ciclista ha sido formado con una biela más larga es más difícil que hacer lo contrario (alargarla). En un sentido práctico, corremos más riesgos utilizando una biela larga que una biela corta, por los motivos que se han mencionado (disminuir la eficiencia de pedaleo al potenciar los puntos muertos y aumentar posibilidades de producir distinta fuerza con ambas piernas al pedalear), así es que en caso de duda entre dos bielas aconsejamos utilizar siempre la de menor longitud.