T e n i e n d o en cuenta el interés de aportar datos sobre la paleovegetación de dichos periodos se ha realizado el estudio polínico del yacimiento de Prado do Inferno, en el que se documenta una ocupación del Paleolítico Superior Final, atribuida al complejo cultural del Magdaleniense Final Aziliense y la presencia de dos niveles cerámicos, el más antiguo atribuido al final del Neolítico y el superior a la E d a d del Bronce (RAMIL & VÁZQUEZ, 1976; A L O N S O del R E A L & V Á Z Q U E Z , 1976; L L A N A , 1990; R A M I L , 1992). Material y métodos El yacimiento de Prado do Inferno ( U T M 29NJ0314), constituye un asentamiento al aire libre, situado al a m p a r o de un p r o m o n t o r i o rocoso cuarcítico, enclavado en una posición de ladera (520 m) en el valle del alto E u m e (fig. 1). Bioclimáticamente se encuadra dentro del Piso Colino (RIVAS MARTÍNEZ et ai, 1987), en el que se establece la serie: "colinom o n t a n a galaico-asturiana orocantábrica del roble o Quercus robur (Blechno spicanti-Querceto roboris Tuxen. & Oberdorfer 1958)". La abrupta topografía ha favorecido la conservación de una importante y densa cubierta arbórea en las proximidades del yacimiento, dominada fundamentalmente por Quercus robur L., en la que están presentes un amplio n ú m e r o de táxones arbóreos caducifolios: Betula alba L. Corylus avellana L.; Ilex aquifolium L., Prunas spinosa L.; Frángula alnus Miller, etc. El estrato arbustivo y el herbáceo se ven fuertemente reducidos por la densidad de la cubierta arbórea, q u e d a n d o solamente en los márgenes del río E u m e formaciones riparias con una elevada proporción de geófitos e hidrofitos. Los análisis edáficos realizados por MARTÍNEZ CORTIZAS permiten considerar, al igual que en los yacimientos de la Sierra del Xistral y valle del río A m e l a (MARTÍNEZ, 1990), la existencia de una secuencia deposicional no revuelta, estableciéndose de base a techo tres ciclos edáficos (tablas 1, 2, 3 , 4). El más antiguo (III) está constituido únicamente por un horizonte coluvial (3B/C), que pasa de forma neta al segundo ciclo (II), constituido igualmente por un único horizonte coluvial (2B/C). Los datos obtenidos en las primeras campañas de excavación, establecen entre ambos horizontes la existencia de un nivel arqueológico negro y húmico, p r o b a b l e m e n t e un horizonte 3 A , en el que se d o c u m e n t a b a la presencia in situ de industria del Paleolítico Superior Final. El ciclo superior (I) igualmente coluvial, está formado por un horizonte A , en cuya base se ha desarrollado la segunda ocupación h u m a n a atribuida al Neolítico final ( C ± 4 . 1 4 0 120 B P . G r N 18192; RAMIL, 1992), mientras que la parte superior registra la ocupación atribuida al Bronce. Los niveles superiores se han visto afectados, en tiempos recientes, por el aprovechamiento del yacimiento como cantera de piedra. El final de la secuencia está formada por el horizonte actual constituido por una p o t e n t e capa de hojarasca ( O Í ) . 14