República de Colombia Corte Suprema de Justicia CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN LABORAL Magistrada Ponente: ISAURA VARGAS DIAZ Radicación No. 28629 Acta No. 21 Bogotá, D.C., veintiuno (21) de marzo de dos mil siete (2007) Resuelve la Corte el recurso de casación interpuesto por el apoderado de los ALMACENES GENERALES DE DEPOSITO DE CAFÉ S.A.- ALMACAFE- contra la sentencia dictada el 20 de mayo de 2005 por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, en el proceso promovido por ALBEIRO GALLEGO HERNANDEZ contra el recurrente. I. ANTECEDENTES ALBEIRO GALLEGO HERNANDEZ instauró demanda ordinaria laboral para que los ALMACENES GENERALES DE DEPOSITO DE CAFÉ S.A. –ALMACAFE, fuera condenado, de manera República de Colombia 2 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia principal, a reintegrarlo al cargo que tenía en el momento de la ruptura ilegal del contrato de trabajo, junto con los sueldos dejados de percibir hasta que se restablezca el contrato de trabajo, con los aumentos legales o convencionales a que haya lugar, las primas extralegales de servicios y de vacaciones. En forma subsidiaria, para que fuera condenado a pagarle la indemnización por despido injusto de acuerdo a la tabla establecida en el artículo 4º del contrato de trabajo de 1984; y las costas del proceso (folios 341 y 342 del cuaderno 1). Para los efectos que al recurso interesan es suficiente anotar que en sustento de esas pretensiones adujo, en suma, haberle trabajado a la sociedad demandada entre el 3 de junio de 1980 hasta el 30 de septiembre de 2001, por medio de un contrato de trabajo pactado a término indefinido, el cual fue terminado sin que mediara justa causa y durante un conflicto colectivo; que el último cargo desempeñado fue el de ayudante de mantenimiento, con una remuneración mensual de $1.040.310; que estaba afiliado a la organización sindical “de base” de la demandada y se beneficiaba de la convención colectiva de trabajo; que el 17 de diciembre el sindicato denunció el acuerdo colectivo y fue República de Colombia 3 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia presentado el pliego de peticiones; que el 2 de febrero de 2000 se dio por terminada la etapa de arreglo directo; que en la cláusula 9ª del convenio colectivo de 1976 se encuentra establecida una protección para que los trabajadores no sean despedidos sin justa desde el día en que el sindicato presente el pliego de peticiones, so pena de operar el reintegro; que en el mismo acuerdo, también se instituyó que cuando un trabajador hubiera cumplido ocho (8) años continuos de servicios y fuere despedido sin justa causa, podrá solicitar ante el Juez del Trabajo el reintegro y el pago de los salarios dejados de percibir o la indemnización convencional; y que además de la remuneración básica mensual, también recibía primas de servicio y de vacaciones, constitutivas de salario (folios 343 a 346 del cuaderno 1). Al contestar, la sociedad demandada se opuso a la viabilidad de las pretensiones, arguyendo que “las causas que dieron origen al contrato de trabajo celebrado con el señor GALLEGO terminaron lo cual da lugar a que se haya extinguido. El demandante fue contratado para contratar como bracero; no obstante este tipo de actividades ya no son desarrolladas por los empleados de ALMACAFE. En consecuencia, a efectos de reubicarlo se dispuso su República de Colombia 4 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia traslado a las instalaciones en Chinchiná, pero no se encontró forma de asignarles tareas que se ajustaran a las condiciones que ofrecía en el área administrativa, sustrayéndose entonces las posibilidades a que las causas de su contrato han desaparecido” (folio 356 cuaderno 1). Propuso las excepciones de “ausencia de los presupuestos de las acciones de reintegro e indemnizatoria”, falta de causa para la existencia del contrato de trabajo e imposibilidad del reintegro, compensación, pago, buena fe, prescripción y “cualquier otra que resulte demostrada en el curso del proceso” (folio 358 ibídem). Mediante fallo de 28 de enero de 2005 el Juzgado Dieciséis Laboral del Circuito de Bogotá, condenó a los ALMACENES GENERALES DE DEPOSITO DE CAFÉ S.A. –ALMACAFE a reintegrar al demandante al cargo que ocupaba al momento del despido y al pago de las salarios dejados de percibir con sus aumentos legales y convencionales desde el momento en que fue despido – septiembre 30 de 2001-, hasta cuando se produzca su reintegro; se abstuvo de considerar la pretensión subsidiaria y de estudiar las excepciones propuestas por la sociedad convocada a juicio, a quien le impuso costas (folios 450 y 451 cuaderno 1). República de Colombia 5 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia II. SENTENCIA DEL TRIBUNAL El conocer del asunto por apelación interpuesta por la demandada, el Tribunal Superior de Bogotá, mediante la sentencia impugnada en casación, confirmó la de primer grado y a la recurrente la condenó en costas (folio 470 cuaderno 1). En lo que al recurso extraordinario concierne, el Ad quem, después de considerar que el actor no se encontraba protegido por fuero circunstancial, asentó que “a folio 337 aparece comunicación de fecha 26 de septiembre de 2001 por la cual la demandada le hace saber al actor su decisión de dar por terminado el contrato, concluyéndose entonces que la desvinculación correspondió a un despido sin justa causa, amparado en el art. 47 del C.S.T. pues no se demostró que las causas que dieron origen al contrato, habían desaparecido, y así deberá declararse. Además de la norma anterior, el artículo 3 de las convenciones colectivas de 1978 y de 1982 (fls. 123 y 38 respectivamente), y el artículo 4 del Capítulo 2 de la convención de 1984 (fls. 24 ss) dispone que <cuando el trabajador hubiese cumplido 8 años continuos de servicio y fuere despedido sin justa causa, podrá solicitar ante el República de Colombia 6 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia juez del trabajo el reintegro y el pago de los salarios dejados de percibir o la indemnización de que trata el literal el literal d) de este artículo, en la forma prevista en el numeral 5 del artículo 8 del decreto 2351 de 1965>. A su turno el art. 8 del Decreto 2351 de 1965 dispone que el juez del trabajo podrá, mediante demanda del trabajador, ordenar el reintegro de éste en las mismas condiciones de empleo de que antes gozaba y al pago de los salarios dejados de percibir, o la indemnización en dinero prevista para ello, estimando las circunstancias que aparezcan en el juicio. En consecuencia, habiendo sido despedido el trabajador, sin justa causa y contando con más de 20 años de servicios, y no demostrada por la demandada la imposibilidad de reintegro al mismo cargo que desempeñaba, se ordenará el mismo” (folios 469 cuaderno 1). III. RECURSO DE CASACIÓN En la demanda con la que sustenta el recurso (folios 8 a 16 del cuaderno 2), que fue replicada (folios 21 a 23 ibídem), el recurrente pide a la Corte que case totalmente la sentencia de segundo grado y, en sede de instancia, revoque en su integridad lo decidido por el juez de primera instancia para que, en su lugar, lo República de Colombia 7 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia absuelva de todas y cada una de las pretensiones elevadas en el libelo incoativo (folio 11 cuaderno 2). Con tal propósito le formula un único cargo en el que acusa la sentencia de violar de manera directa, por interpretación errónea el artículo 47 del Código Sustantivo del Trabajo, “lo cual condujo a la aplicación indebida de los artículos 7º y 8º del Decreto 2351 de 1965 (62 y 64 C.S.T), el último modificado por los artículos 6º de la Ley 50 de 1990 y 28 de la Ley 789 de 2002 y del artículo 467 del Código Sustantivo del Trabajo. También se produjo la infracción directa del artículo 191 del C.P.C. modificado por el artículo 19 de la Ley 794 de 2003, como violación medio” (folio 11 cuaderno 2). Emprende la demostración del cargo el recurrente afirmando que en “el artículo 47 del C.S.T., que fue el citado por el Tribunal pero más propiamente corresponde, como antes se señaló, al artículo 5º del decreto 2351 de 1965, se contempla la terminación del contrato con fundamento en una circunstancia que conduce a la terminación del contrato, no por la determinación del empleador en República de Colombia 8 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia sí, sino por los efectos de la propia ley. Además, no es en sentido estricto una creación de la ley laboral, sino que pertenece al mundo de las consecuencias lógicas y que en el mundo del Derecho se encuentran reguladas de manera general, dado que no es posible concebir la existencia de un efecto jurídico cuando la causa y el objeto del mismo han desaparecido. Por eso, de manera muy precisa, la disposición en estudio señala que el contrato < tendrá vigencia mientras subsistan las causas que le dieron origen y la materia del contrato >, lo que en sentido contrario supone que desaparecidas las dos o una de ellas, causa o materia, el contrato desaparece, no por voluntad del empleador como antes se anotó, sino por previsión de la ley y, por encima de todo, por lógica” (folios 13 y 14 cuaderno 2). Más adelante asevera el impugnante que dado que lo invocado en la carta de terminación de la relación laboral “no fue una justa causa, aspecto en el que no hay discrepancia, y que la aplicación del artículo 8º del decreto 2351 de 1965 gira en torno de que exista o no una justa causa de despido, resulta evidente que el Tribunal se equivocó al tomar dicha norma como eje de su decisión. República de Colombia 9 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia Es decir, el ejercicio que el juez debe hacer para aplicar esta norma, es determinar si se invocó o no una justa causa de despido y, en el primer caso, se produjo la demostración correspondiente, pero en caso presente no se invocó un hecho que constituyera una justa causa, por lo que no se presenta la hipótesis de facto que constituye la base de la aplicación del precepto en cuestión, lo cual significa que la escogencia del mismo fue errado y por eso su aplicación resulto indebida” (folio 14 cuaderno 2). Por último, aduce el recurrente que la terminación del contrato de trabajo la sustentó en “la evolución de la economía mundial y del mercado internacional del café”, aspecto que sin describirlo exactamente no cuestiona el Tribunal, y que supone la invocación de unos elementos económicos que pertenecen al mundo de los indicadores de tal índole, por lo que debían tenerse como hechos notorios de acuerdo con lo preceptuado en la disposición en comento que ya se encontraba vigente para el momento del fallo del Tribunal e inclusive, para la fecha de expedición de la decisión d primera instancia”(folio 15 cuaderno 2). República de Colombia 10 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia LA RÉPLICA Confuta el cargo arguyendo que “resulta mal formulado, porque las modalidades de infracción de la ley en forma directa y por errónea interpretación no son pertinentes cuando se vincula a una actividad probatoria del sentenciador. Para que se de la violación por la vía directa, es necesario que el error de juicio debe ser de puro derecho, debe predicarse dentro del mismo cuerpo del texto de la sentencia, pero si es necesario acudir a hechos, pruebas, actos procesales o elementos extraños a la discusión que se aclara se estará frente a un motivo de casación distinto” (folio 22 cuaderno 2). IV. CONSIDERACIONES DE LA CORTE Como quedó dicho al hacer el compendio de la sentencia impugnada, el Tribunal para confirmar el reintegro dispuesto a favor del promotor de la litis por el juez de primer grado asentó que “a folio 337 aparece comunicación de fecha 26 de septiembre de 2001 por la cual la demandada le hace sabe al actor su decisión de dar por terminado el contrato, concluyéndose República de Colombia 11 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia entonces que la desvinculación correspondió a un despido sin justa causa, amparado en el art. 47 del C.S.T. pues no se demostró que las causas que dieron origen al contrato, habían desaparecido, y así deberá declararse. Además de la norma anterior, el artículo 3 de las convenciones colectivas de 1978 y de 1982 (fls. 123 y 38 respectivamente), y el artículo 4 del Capítulo 2 de la convención de 1984 (fls. 24 ss) dispone que <cuando el trabajador hubiese cumplido 8 años continuos de servicio y fuere despedido sin justa causa, podrá solicitar ante el juez del trabajo el reintegro y el pago de los salarios dejados de percibir o la indemnización de que trata el literal el literal d) de este artículo, en la forma prevista en el numeral 5 del artículo 8 del decreto 2351 de 1965>. A su turno el art. 8 del Decreto 2351 de 1965 dispone que el juez del trabajo podrá, mediante demanda del trabajador, ordenar el reintegro de éste en las mismas condiciones de empleo de que antes gozaba y al pago de los salarios dejados de percibir, o la indemnización en dinero prevista para ello, estimando las circunstancias que aparezcan en el juicio. En consecuencia, habiendo sido despedido el trabajador, sin justa causa y contando con más de 20 años de servicios, y no demostrada por la demandada la imposibilidad de reintegro al República de Colombia 12 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia mismo cargo que desempeñaba, se ordenará el mismo” (folios 469 cuaderno 1). La conclusión en precedencia la fustiga la sociedad demandada, en esencia, porque en “el artículo 47 del C.S.T., que fue el citado por el Tribunal pero más propiamente corresponde, como antes se señaló, al artículo 5º del decreto 2351 de 1965, se contempla la terminación del contrato con fundamento en una circunstancia que conduce a la terminación del contrato, no por la determinación del empleador en sí, sino por los efectos de la propia ley. Además, no es en sentido estricto una creación de la ley laboral, sino que pertenece al mundo de las consecuencias lógicas y que en el mundo del Derecho se encuentran reguladas de manera general, dado que no es posible concebir la existencia de un efecto jurídico cuando la causa y el objeto del mismo han desaparecido. Por eso, de manera muy precisa, la disposición en estudio señala que el contrato <tendrá vigencia mientras subsistan las causas que le dieron origen y la materia del contrato>, lo que en sentido contrario supone que desaparecidas las dos o una de ellas, causa o materia, el contrato desaparece, no por voluntad del empleador como antes se anotó, República de Colombia 13 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia sino por previsión de la ley y, por encima de todo, por lógica(…) no fue una justa causa, aspecto en el que no hay discrepancia, y que la aplicación del artículo 8º del decreto 2351 de 1965 gira en torno de que exista o no una justa causa de despido, resulta evidente que el Tribunal se equivocó al tomar dicha norma como eje de su decisión. Es decir, el ejercicio que el juez debe hacer para aplicar esta norma, es determinar si se invocó o no una justa causa de despido y, en el primer caso, se produjo la demostración correspondiente, pero en el caso presente no se invocó un hecho que constituyera una justa causa, por lo que no se presenta la hipótesis de facto que constituye la base de la aplicación del precepto en cuestión, lo cual significa que la escogencia del mismo fue errado y por eso su aplicación resulto indebida”” (folios 13 y 14 cuaderno 2). En lo que al recurso extraordinario interesa el número 2 del artículo 47 del Código Sustantivo del Trabajo, subrogado por el 5º del Decreto 2351 de 1965, reza: República de Colombia 14 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia “Duración Indefinida(…) 2. El contrato a término indefinido tendrá vigencia mientras subsistan las causas que le dieron origen y la materia del trabajo (…)”. Acerca de la inteligencia del mencionado precepto, la Corte de antaño ha sostenido de manera pacífica lo siguiente: “El artículo 5º del Decreto 2351 de 1965 fue adoptado por el legislador como el resultado del prolongado e incesante batallar de los trabajadores y de las organizaciones sindicales para obtener la garantía de una mayor estabilidad en el empleo, beneficio para el cual constituían permanente amenaza los ordenamientos 47, 48 y 49 del Código Sustantivo del Trabajo, sustituidos por aquel, que consagraban el plazo presuntivo de seis (6) meses para los contratos de duración indeterminada y la posibilidad de que se extinguieran en cualquier momento a virtud de la estipulación de la llamada “cláusula de reserva”. Por ello no cabe duda que la referida disposición se endereza esencialmente a reconocer el carácter de ilimitados en el tiempo a aquellos contratos cuya duración no hubiese sido expresamente determinada por las partes o no resulte de la naturaleza de la respectiva obra o labor, asegurando así para el trabajador su derecho de permanencia en el servicio mientras cumpla con sus obligaciones y no República de Colombia 15 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia concurra alguna de las circunstancias que, conforme a la ley, terminan el contrato o autorizan al patrono para ponerle fin. Es natural y lógico, por tanto concluir que esta clase de convenciones hacen permanente la relación de trabajo y ofrecen al trabajador más seguridad y estabilidad que las que se sujetan a un tiempo determinado. Esa fue, sin duda, la intención del precepto comentado al disponer que “El contrato de término indefinido tendrá vigencia mientras subsistan las causas que le dieron origen y la materia del trabajo”. Salta a la vista, pues que el propósito de la norma fue el de consagrar un derecho para el trabajador – la estabilidad- y el deber correlativo para el patrono de respetarlo. Esa estabilidad no quedó dependiendo de la voluntad o del arbitrio patronal, como para que pueda entenderse que el empresario le basta con hacer desaparecer, o propiciar el desaparecimiento, de las causas que dieron origen al contrato o la materia del trabajo para que aquél se tenga como extinguido en forma legal y justificada. Es preciso distinguir, en cada caso, el origen, la fuente o razón de esos fenómenos. Si ellos se producen por hechos o circunstancias ajenas a la voluntad de las partes, el contrato terminará automáticamente por ministerio de la ley, pero si sobrevienen por el querer exclusivo de una de ellas, porque los ha procurado en busca de mayores beneficios personales, la expiración del vínculo será imputable a quien con ese comportamiento la haya provocado y auspiciado, tendrá el carácter de ruptura unilateral y deberá asumir las consecuencias previstas en la ley para estos casos. República de Colombia 16 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia “Así ocurre, verbi gratia, cuando una empresa, por su propia voluntad e independientemente de cualesquiera otros factores externos, decide variar el sistema que venía empleando y a tal efecto adquiere e instala equipos más modernos que le significan economía, rapidez, disminución del personal utilizado, fácil aumento en el volumen de producción y mejores condiciones para competir en el mercado, pues tal proceder – de suyo lícito- no puede traducirse en su propio beneficio únicamente, o, al menos, no debe redundar en perjuicio del trabajador, quien por el contrario, tiene el derecho de esperar en su favor, o, en el peor de los supuestos, que no se logren a costa de su sacrificio. Empero, si a esos cambios y transformaciones, con la consecuencia de licenciamiento de personal, concurren conjuntamente, como causa determinante, el elemento volitivo en el empresario y otras situaciones extrañas a él, será preciso examinar en concreto las circunstancias de hecho que rodeen el asunto específico cuestionado, y no solamente a la luz de la disposición que se estudia, sino también de otras que puedan regularlo. “De otro lado, no estima la Corte que por el hecho de que se suprima el cargo que he venido desempeñando de u trabajador, como consecuencia de los cambios o modificaciones que el empleador haya introducido en la organización de la empresa, se entiende a que ha dejado de existir la materia del trabajo. Esta no puede ser otra que la empresa misma, en su concepción legal de unidad de explotación económica, mientras conserve su actividad normal. Si se admite su identificación con el cargo u oficio República de Colombia 17 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia que en un momento dado se desempeña, sería tanto como conferir al patrono la facultad de finalizar el contrato y dejar cesante al trabajador cuando a bien lo quiera, con sólo hacer mutaciones en la empresa, cambiar las denominaciones o las funciones de los empleos, o acudir a artificios semejantes. De este modo, el derecho a la estabilidad tan justamente ganado por los trabajadores y consagrado –tímidamente, por cuanto el reintegro o la reinstalación sólo se prevé en otras normas para situaciones especiales, - en el artículo 5º del Decreto 2351 de 1965, sería objeto de frecuentes burlas y desconociendo. “Sobre este particular, Mario de la Cueva emite los siguientes conceptos: “Creemos que la estabilidad en el trabajo es una institución peculiar del derecho del trabajo, a la que puede caracterizarse diciendo que es el derecho a permanecer en el trabajo en tanto subsistan su materia y a recibir los beneficios consecuentes, un derecho que se impone, por una parte, a todo adquirente de la empresa, a cuyo efecto dispone el trabajador de la acción de reinstalación en el trabajo y pago de salarios caídos en el caso de una separación injustificada, y por otra, a toda persona que desempeñe el trabajo substitución del trabajador separado(…) Esta concepción de la finalidad fluye de la naturaleza de la relación de trabajo que ya nos es conocida, como una situación jurídica objetiva que se crea entre un trabajador y un patrono por el simple hecho de la República de Colombia 18 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia prestación de un trabajo, y cuya persistencia, desde la superación del contractualismo, ya no depende de la voluntad del empresario, sino de la existencia y actividad de una empresa, concebida como una unidad económica de producción y distribución de bienes y servicios”(sentencia de 17 de marzo de 1997). Después de transcribir el pensamiento que sobre el artículo bajo examen dejó plasmado la Corte, que con esta decisión se reitera, recabando, entonces, en el asunto sometido a escrutinio de la Sala se observa que el juez de la alzada no incurrió en el yerro jurídico que le enrostra la censura, en cuanto a la interpretación errónea del artículo 47 del Código Sustantivo del Trabajo, subrogado por el 5º del Decreto 2351 de 1965, primero, porque en estricto rigor no realizó un ejercicio hermenéutico de la norma, que es el instrumento o vehículo que conduce a dicha modalidad de violación de la ley y, en segundo término, porque es verdad inconcusa que la labor del Tribunal se limitó a inaplicar dicho precepto por la potísima razón de que no encontró acreditados dentro del plenario los supuestos fácticos previstos en la norma, esto es, “que las causas que dieron origen al contrato, habían desaparecido”, y al no hallar demostrado que la relación laboral se extinguió por carencia de República de Colombia 19 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia causa y materia, era más que natural y obvio arribar a la conclusión jurídica de que la terminación del vínculo contractual se tornó en unilateral, debiendo el empleador, por ende, asumir las consecuencias previstas en la ley y en la convención colectiva de trabajo para estos eventos. Desde otra arista, quedó claro que no es materia de discusión que el motivo que invocó la demandada para dar por terminado el contrato de trabajo estribó en “la evolución de la economía mundial y del mercado internacional del café” , y siendo ello así, como efectivamente lo fue, no puede pasar por alto la Corte que: (i) el enunciado de esa sola circunstancia, per se, no genera el fenecimiento de la materia del trabajo, de acuerdo con la sentencia traída a colación, o, por lo menos, no se acreditó cosa distinta; (ii) que aunque sea factible pensar de que la sociedad demandada se haya visto afectada por políticas de producción, exportación y/o precio del café, esas dificultades son inherentes a su objeto social, aunado a que se trata de los riegos propios de toda especulación económica libremente escogida por el empleador empresario y que, en principio, a la luz de lo instituido República de Colombia 20 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia paladinamente por el artículo 28 del Código Sustantivo del Trabajo, no deben ser asumidos por los trabajadores; y (iii) por soportar la demandada la decisión de terminar el contrato trabajo en indicadores económicos de connotación internacional, no hay duda de que requería de su demostración, habida cuenta que los únicos indicadores económicos que se estiman como hechos notorios, son los “nacionales”, en virtud del artículo 191 del Código de Procedimiento Civil, aplicable al procedimiento laboral, por remisión analógica autorizada por el artículo 145 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social. Como colofón, se tiene, entonces, que no se vislumbran los yerros jurídicos achacados por la censura, toda vez que los motivos expresados al actor al momento del fenecimiento de la relación laboral, no implican, de conformidad con la norma analizada y la sentencia de la Corte citada, que se haya ésta extinguido por carencia de causa y materia. Puestas así las cosas, el cargo no tiene vocación de triunfar. República de Colombia 21 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre de la República de Colombia y por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá dictada 20 de mayo de 2005, en el proceso promovido por ALBEIRO GALLEGO HERNANDEZ contra los ALMACENES GENERALES DE DEPOSITO DE CAFÉ S.A.- ALMACAFE. Costas en el recurso extraordinario a cargo de La sociedad impugnante. Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase al Tribunal de origen. ISAURA VARGAS DÍAZ República de Colombia 22 Expediente 28629 Corte Suprema de Justicia GUSTAVO JOSE GNECCO MENDOZA LUIS JAVIER OSORIO LOPEZ CARLOS ISAAC NADER FRANCISCO JAVIER RICAURTE GOMEZ CAMILO TARQUINO GALLEGO MARIA ISMENIA GARCIA MENDOZA Secretaria