Tecnológico de Costa Rica Escuela de Matemática IV EDEPA Sitios Turísticos de Cartago Jornada de integración EDEPA Cartago y su historia. Cartago fue una ciudad errante, según los historiadores, la ciudad tuvo tres locaciones anteriores a la que se conoce en la actualidad. En 1561 se funda en lo que hoy se conoce como Turrialba, la ciudad denominada Garcimuñoz, por el conquistador Juan de Cavallón. Al lugar donde se asentó la ciudad se le denominaba “Nuevo Cartago y Costa Rica.” El sucesor de Juan de Caballón, Juan Vázquez de Coronado, funda la ciudad de Cartago en la localidad de lo que hoy se conoce como el Guarco en 1563. Sin embargo fue hasta 1575 que la ciudad se estableció como tal, desde entonces ha sido fuente de buena parte de la nacionalidad Costarricense. El valle de Orosi Orosi es una de las comunidades más antiguas de Costa Rica. Antes de la llegada de los españoles a Costa Rica, el Valle de Orosi se encontraba habitado por indígenas. La región de Orosi fue explorada en 1561 por Diego de Velázquez, teniente del conquistador Juan de Cavallón. Tras la llegada de Juan Vázquez de Coronado en 1562, un cacique de la zona, de nombre Orocay (de quien se cree proviene el nombre Orosi) prestó juramento de obediencia a éste. Vázquez de Coronado incluyó al pueblo de Orosi como parte de Ujarrás. En 1570, con la fundación de la parroquia de Ujarrás, se inició la evangelización franciscana, cuyos frailes realizaban la labor en condiciones de suma pobreza, fundando pequeñas ermitas en los valles de Orosi y Ujarrás. En los años de 1614, 1690 y 1694 la aparición de varias epidemias devastó a casi todas las poblaciones a lo largo del valle del río Reventazón. El pueblo se extinguió en el siglo XVII, pero fue repoblado en el XVIII por los misioneros franciscanos con indígenas desde Talamanca. El templo colonial de Orosi En 1743, se construyó el Convento de Padres Franciscanos de Orosi. En 1766 se finalizó la construcción del templo, hecho de adobe y caña brava, que subsiste hasta nuestros días. Este templo colonial es uno de los más antiguos del país, dedicado a San José. En 1846, los franciscanos abandonaron el pueblo, dejando el templo al cuidado del sacerdote de Paraíso. En 1920, el templo fue declarado Patrimonio Nacional, y se reactivó la parroquia con el regreso de los padres franciscanos para Templo colonial de Orosi, en la Actualidad hacerse cargo del mismo hasta 1996, cuando pasó a manos de los diocesanos. Entre 1973 y 1980, se realizaron restauraciones en el templo y el convento y se inauguró el Museo de Arte Religioso. La iglesia colonial de Orosi cuenta con la particularidad de que mira hacia el oriente, a diferencia de la mayoría de los templos católicos. Esta situación es explicada a través de una leyenda local, según la cual, tras la destrucción del templo de San José en la comunidad de Cabécar, como consecuencia de las revueltas indígenas lideradas por Pablo Presbere en 1709, los padres franciscanos que habían huido llevándose la imagen del santo Altar mayor, imagen de San José (Centro) erigieron una ermita de paja en Orosi, la cual fue destruida en dos ocasiones por inundaciones del río Reventazón. Tras continuas oraciones, se comprendió que la iglesia debía ser construida a la inversa, de modo que la imagen de San José pudiese mirar siempre hacia el oriente, hacia las montañas de su «amado Cabécar», con lo cual ni las inundaciones ni los consecuentes terremotos en la región de Cartago pudieron derrumbar el antiguo recinto. Las Ruinas de Ujarrás En tiempos prehispánicos fue lugar de cierta importancia, donde existía un asentamiento de los indígenas huetares. Su nombre es una castellanización del nombre del cacique huetar Uxarrací. El pueblo adquirió celebridad por la presencia en su iglesia de una imagen de la Inmaculada Concepción, al parecer obsequiada por Felipe II, que se conoció desde 1666 con el nombre de la Virgen Ruinas de Ujarrás, en la actualidad del Rescate, por atribuirse a su intercesión la inexplicable retirada de una invasión pirata. En su honor se levantó en Ujarrás, entre 1686 y 1693, un templo de calicanto, cuyas ruinas aún existen y constituyen un sitio de interés para el turismo. Este templo se convirtió desde sus orígenes en un importante centro de peregrinaciones. La población indígena de Ujarrás se extinguió a principios del siglo XVIII, por lo que la reducción se convirtió en un pueblo de mestizos. Ujarrás fue erigido en villa en 1813. Debido a varias epidemias de fiebres, la villa de Ujarrás fue abandonada entre 1832 y 1833, y sus vecinos se trasladaron al territorio conocido hoy como Paraíso. De Ujarrás no queda hoy más vestigio que las ruinas del templo de la Virgen del Rescate, donde se sigue celebrando en abril de cada año una romería y una fiesta en honor de la venerada imagen. Imagen de la Virgen del Rescate de Ujarrás. La Cascada El Salto de la Novia La cascada de la novia es una catarata de 600 pies de altura, ubicada en las afueras de la ciudad de Paraíso, en la provincia de Cartago. Recibe este nombre por una leyenda que narra que, a principios del siglo XX, una popular pareja de novios recién casados de esa localidad organizaron una cabalgata al Valle de Orosi, donde se encuentra la catarata, con el motivo de celebrar sus nupcias. Luego del paseo, durante el regreso, cuando pasaban cerca de la cascada, el caballo que llevaba a la novia, una mujer muy hermosa, por motivos desconocidos se encabritó, volviéndose loco y saltando hacia el abismo, llevándose a la joven con él. Algunas versiones de esta leyenda Cascada el Salto de la Novia. (Derecha) Valle de Orosi añaden que, por las noches, el (Fondo) fantasma de una mujer vestida de novia se aparece en las cercanías de la catarata. Basílica Nuestra Señora de los Ángeles En el Cartago de 1635, los mulatos vivían en la Puebla de los Pardos, barrio ubicado al este de la ciudad. A corta distancia de allí, entre blancos e indios, vivía una humilde mujer, que cada mañana acostumbraba ir al bosque, en busca de leña. En ese sitio, un 2 de agosto, la pobre mulata halló sobre una piedra una pequeña imagen de piedra. Juana Pereira, Fiesta en honor a la patrona de Costa Rica, 2 de Agosto la recogió, la llevó a su casa y la guardó en una caja. Al mediodía, regresó la mujer al breñal y encontró de nuevo la imagen sobre la piedra. Llena de admiración, la tomó, creyendo que era otra similar a la anterior y la llevó a su casa. Al abrir la caja, para guardarla junto a la que había encontrado primero, se llevó una tremenda sorpresa: ¡La primera ya no estaba! Su asombro creció cuando, por tercera vez, al volver a breñal, encontró la imagen sobre la misma piedra. Nuevamente la tomó y en su casa, donde pudo constatar que nuevamente la imagen de piedra, no se encontraba. La joven se alarmó a tal extremo, que corrió donde el sacerdote, a quien le contó lo sucedido y le entregó la imagen. El sacerdote la guardó en una caja con la promesa de examinarla detenidamente cuando tuviera tiempo. Al día siguiente, la mulata regresó al breñal a recoger leña, la vio nuevamente sobre la piedra en la que la había hallado ya tres veces. De nuevo corrió donde el cura quien presuroso y acompañado de otras personas se dirigieron a breñal y la condujeron al Sagrario. Al día siguiente cuando quisieron examinarla, la figura nuevamente había desaparecido. De vuelta al breñal, encontraron la pequeña imagen. Ya con más cuidado notaron que era la imagen de la Virgen con el Niño en brazos. Comprendieron entonces que la Madre de Jesucristo quería tener su casa en ese lugar. La composición de la Negrita, se ha dicho, que consiste de tres diferentes piedras: el grafito, jade y roca volcánica. Los arqueólogos se muestran muy interesados en esa composición debido a que resulta muy difícil, casi imposible, unir las tres piedras. Se tienen investigaciones que en esa época no había grafito en Costa Rica, sólo en Europa, mientras que en el Viejo Continente no se contaba con las otras dos rocas. Los rasgos de la Virgen son de mestiza, ella ve hacia el frente mientras que su Hijo la ve directamente a los ojos y con su manita le toca el corazón. Las ruinas de Santiago Apóstol Ruinas de Cartago, nombre con el que denomina a los vestigios del inacabado templo parroquial de Santiago Apóstol, en el corazón de la ciudad de Cartago. Las llamadas "ruinas de la Parroquia" o ruinas de Cartago se hallan ubicadas al este de la Plaza Mayor de la ciudad. Están constituidas por los muros y escalinatas de un templo de estilo románico, cuya construcción se inició en la segunda mitad del siglo XIX y fue interrumpida como consecuencia del terremoto de Santa Mónica (4 de mayo de 1910),y de otros dos terremotos, cuando la edificación estaba ya en vías de concluirse. En realidad no se trata de ruinas en el sentido histórico, sino de una construcción interrumpida, pero constituyen un sitio de gran interés para los visitantes y confieren mucho carácter al centro de la población. Diseño original Estructura Actual