Para uso de los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nayarit 1 Crítica de la Religión Introducción a la Filosofía Arno Anzebacher L. FEUERBACH (1804-1892) intenta reducir la teología a una El problema de Dios constituye el último gran tema de la filosofía. antropología. En el fondo Dios es la esencia misma del hombre. Partiendo de nuestra experiencia cotidiana del «estar en el mundo» nos preguntamos por sus condiciones desde la filosofía del ser (ontológicas) «La esencia absoluta, el Dios del hombre, es su esencia» (Obras y de la filosofía del yo (transcendentales), y entonces aparece en el completas, VI, 6). El hombre ha proyectado en su historia su verdadera campo visual la condición absoluta como condición última. esencia desde si mismo, lo ha convertido en un objeto del más allá y ese objeto lo ha configurado con todas las perfecciones a las que el ARISTÓTELES da la razón de ese estado de cosas: «En efecto, al propio hombre aspira. igual que los ojos de las lechuzas se comportan con la luz del día del mismo modo se comporta el espíritu en nuestra alma respecto de lo que "El hombre -y ése es el secreto de la religión- objetiva su esencia y por su misma naturaleza es lo más patente entre todo» (Met. n, 1, se convierte a su vez en el objeto de esa esencia objetivada, convertida 993b). en un sujeto, en una persona; se piensa, se es objeto para sí mismo, pero objeto de un objeto, de otra esencia (VI, 37). En la filosofía el problema de Dios aparece en tres contextos: El hecho de que la religión siempre haya motivado al hombre es Así, pues, según FEUERBACH la religión tradicional es el estado de filosóficamente importante. La religión (fe) como plano y exigencia autoduplicación, de alienación del hombre frente a sí mismo. Quiere de sentido de la praxis humana exige una reflexión filosófico-religiosa. hacer retroceder ese proceso; el hombre tiene que convertirse en el En la historia de la filosofía corresponde un lugar importante a la dios del hombre (homo homini deus). En lugar de la humanización de doctrina filosófica de Dios. Independientemente de una religión Dios debe imponerse la divinización del hombre. El dogma cristiano de determinada existe un problema filosófico de Dios del que la filosofía la Trinidad no es más que la proyección del amor humano entre el yo y se ocupa desde sus inicios. el tú. La época de esa proyección religiosa de autoduplicación o En contra de la religión y de la doctrina filosófica de Dios se alzó desdoblamiento representa en la historia de la humanidad la época del la crítica de la religión en los diferentes contextos de la historia de la infantilismo. filosofía. 1. Crítica de la religión Hoy, la crítica religiosa es importante sobre todo en sus formas modernas y esas formas se han aplicado primordialmente contra la religión cristiana tradicional. En la ilustración intenta reducir la exigencia de sentido de la fe a otras exigencias de sentido y desenmascarar a la religión como falsa conciencia. Como la mayor parte de las veces no se enfrenta directamente con la doctrina filosófica de Dios, en escasísimos casos alcanza el nivel filosófico que la doctrina filosófica de Dios alcanzó en PLATÓN, ARISTÓTELES, PLOTINO, AGUSTÍN, TOMÁS DE AQUlNO, DUNS SCOTO, DESCARTES, LEIBNIZ, KANT, FICHTE, SCHELLING Y HEGEL. 1.1. Feuerbach La religión es la esencia infantil de la humanidad; pero el niño ve su esencia, al hombre, fuera de sí; como niño el hombre es objeto para sí mismo en tanto que otro hombre (VI, 16). El giro necesario de la historia es, por tanto, esa confesión y declaración abierta de que la conciencia de la especie, de que el hombre sólo puede y debe elevarse sobre los limites de su individualidad o personalidad, pero no sobre las leyes ni las determinaciones esenciales de su especie; la confesión de que el hombre, en tanto que ser humano, no puede pensar, imaginarse, representarse, sentir, creer, querer, amar ni venerar a ningún otro ser como ser absoluto y divino (VI, 325). 1.2. Marx Enlaza con FEUERBACH, aunque agudizando el aspecto del hombre como ser específico (perteneciente a una especie) en el sentido Para uso de los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nayarit del materialismo histórico, mientras que FEUERBACH tuvo sobre todo ante los ojos el amor entre personas individuales y apenas se interesó por el acontecer económico-material. MARX le reprocha: Feuerbach quiere objetos sensibles, realmente distintos de los objetos mentales; pero no entiende la actividad humana propiamente dicha como una actividad objetiva. De ahí que en la Esencia del cristianismo [una obra importante de Feuerbach] sólo considera como genuinamente humana la conducta teórica, mientras que la praxis sólo se entiende y fija en su manifestación socio-judía. De ahí también que no comprenda la importancia de la actividad práctico-critica y «revolucionaria» (Primera tesis sobre Feuerbach, Obras completas, n, 3). Para MARX incluso la religión, como superestructura ideológica de una base material-económica, es el reflejo de unas relaciones de producción negativas y alienantes. La explotación en la sociedad clasista induce al hombre a proyectar su verdadera realidad como ser específico a un más allá fantástico, porque en la alienación del más acá sólo está presente la pobre apariencia de esa realidad. La religión es «la realización fantástica del ser humano, porque el ser humano no posee una verdadera realidad». Sin embargo. la religión no es una proyección fantástica de índole científica; sino que tal proyección deriva más bien en forma necesaria e inevitable de las relaciones materiales. La miseria religiosa es a la vez expresión de la miseria real y la protesta contra esa miseria real. La religión es el gemido de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, como es el espíritu de un estado de cosas carente de espíritu. Es el opio del pueblo. La supresión de la religión como felicidad ilusoria del pueblo es una exigencia de su felicidad real..., la exigencia de eliminar un estado de cosas que necesita de la ilusión. La crítica de la religión es, pues, en esencia la crítica del valle de lágrimas, cuya apariencia sagrada es la religión... La religión no es más que el sol ilusorio, que se mueve en torno al hombre, mientras el hombre no se mueve en torno a sí mismo (Obras completas, I, 488s). La crítica del cielo se transforma con ello en una crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica del derecho, la crítica de la teología en una crítica de la política (489). Con ello, sin embargo, MARX no habría pensado en una opresión violenta de la religión, porque estaba convencido de que con el 2 establecimiento revolucionario de la sociedad sin clases la religión desaparecería por sí sola. La problemática trascendental y ética desaparece en la base material-económica del ser específico hombre. Su conciencia es una «conciencia de especie», su espíritu un «espíritu comunitario». Con lo cual desaparece asimismo el problema de la muerte: La muerte aparece como una dura victoria de la especie sobre el individuo y parece contradecir a su unidad; pero el individuo determinado es sólo un ser específico determinado, y mortal como tal ser (I, 598). El sentido de la existencia humana es el sentido de la especie humana, no el del individuo. En lugar del absoluto divino entra el proceso material-económico del ser especifico; en lugar de la creación por Dios entra la creación operada por un trabajo productivo. 1.3. Nietzsche F. NIETZSCHE (1844-1900) realiza asimismo e! cambio de la teología en una antropología. Al igual que FEUERBACH piensa que en el pasado la humanidad había atribuido al Dios del más allá todo lo grande y fuerte convirtiéndole así en un superhombre (Übermensch), mientras que ella misma se empobrecía y achicaba. Pretende demostrar cómo en la historia e! denominado mundo «verdadero», es decir, el mundo mísero, que la religión y la filosofía contrapusieron a Dios, se había convertido en una fábula. Personalmente NIETZSCHE quiere completar ese desarrollo mediante e! mensaje de la muerte de Dios: Dios tiene que morir para que viva el superhombre. Antes de la muerte de Dios el hombre era un ser débil y desamparado, que buscaba su justificación no en sí mismo sino en algo diferente. El hombre nuevo, el superhombre, se justifica a sí mismo. Cesa la vieja ética referida a Dios y ahora el superhombre realiza una sola voluntad: la voluntad de poder. En esa voluntad el superhombre supera al hombre existente hasta ahora. ¿Qué es el mono para el hombre? Una burla o una vergüenza dolorosa. Yeso precisamente es lo que debe ser el hombre para el superhombre: una burla o una vergüenza dolorosa... ¡He aquí que yo os enseño al superhombre! El superhombre es el sentido de la Tierra. Que repita vuestra voluntad: ¡El superhombre ha de ser el sentido de la Tierra! (Obras completas, IV, 1, 8). Para uso de los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nayarit En contraste con la sociedad sin clases de MARX, el superhombre encarna el ideal elitista-aristocrático del hombre perfecto. (Esta idea de NIETZSCHE la desfiguró el nacionalsocialismo interpretándola en un sentido racista.) ¡Pero ahora Dios ha muerto! Para vosotros, hombres superiores, ese Dios era vuestro máximo peligro. Desde que está en la tumba vosotros habéis vuelto a resucitar. Sólo ahora llega el mediodía glorioso, sólo ahora el hombre superior se convierte en Señor. ¿Entendéis esta palabra, vosotros, mis hermanos? Estáis horrorizados, ¿sentirán vértigo vuestros corazones? ¿Se os abre aquí un abismo? ¿Abre aquí su boca el cancerbero? ¡Muy bien, adelante! ¡Vosotros, hombres superiores! Sólo ahora está de parto el monte de los «hombres del futuro». Dios ha muerto, y ahora nosotros queremos que viva el superhombre (353). 1.4. Freud S. FREUD (1856-1939) fue el pionero de! psicoanálisis. El aspecto religioso-critico de su teoría alcanzó una gran importancia, más allá incluso de! psicoanálisis; aspecto que resumen estas lineas: 3 más que como renovaciones y reconstrucciones de las primeras concepciones infantiles de ambos (VIII, 195). Se trata, por consiguiente, de una duplicación de! propio yo, similar a las que hemos visto en FEUERBACH, MARX y NIETZSCHE. 1.5. Carnap R. CARNAP en su primera concepción de criterio de sentido empírico califica de sin sentido todas aquellas frases en las que aparecen «palabras absurdas»; es decir, palabras para las que no puede darse ningún distintivo empírico. Entre esos supuestos puede señalar como sin sentido frases en las que aparece la palabra «Dios», y que serían tan absurdas como aquellas en que aparece el término babig (palabra sin ningún sentido). Dentro por completo de esta concepción se encuentra e! texto siguiente de AJ. AYER: Detrás de Dios se oculta en definitiva la figura del padre. La representación de Dios es una proyección de las relaciones hijo-padre. Y es también el súper yo o yo ideal, resultante de las relaciones hijopadre. Si alguien me dice, por ejemplo, que el acontecimiento del trueno es por si solo necesario y suficiente para demostrar que Jehová está irritado, puedo concluir que en ese uso del lenguaje la frase Jehová está irritado» es equivalente a la de «está tronando». Sin embargo, en unas religiones con mayores exigencias -aunque hasta cierto grado descansen en el temor del hombre ante los fenómenos naturales que sólo puede comprender de manera insuficiente- es la «persona» de la que se supone que vela sobre el mundo empírico y que a su vez no es una parte del mismo. Se la considera superior al mundo empírico y, por ende, fuera del mismo, al tiempo que se la dota de unos atributos supraempíricos. Ahora bien, el concepto de una persona, cuyos atributos esenciales no son empíricos, no es un concepto racional en modo alguno. Podemos tener una palabra que se emplee como si designase a esa «persona»; pero mientras las frases en que tal palabra aparece expresen unas proposiciones que no se pueden verificar empíricamente, no se puede decir que designe algo. Y tal es el caso de la palabra «Dios», cuando la empleamos como designando un objeto trascendental (154). El psicoanálisis nos ha enseñado la conexión intima entre el «complejo de padre» y la «credibilidad de Dios»; nos ha mostrado que el Dios personal psicológicamente no es más que el padre engrandecido...; el Dios justo y omnipotente y la naturaleza buena se nos aparecen como grandiosas sublimaciones del padre y de la madre, La importancia crítico-religiosa del neopositivismo se funda en su empirismo y cientifismo. A través de la absolutización de un determinado ideal científico, que se toma como criterio de la razón y emancipación humanas, el lenguaje de la religión se demuestra irracional y primitivo. Y como conclusión de esta investigación llevada a cabo con extremada brevedad, quisiera expresar el resultado de que en el complejo de Edipo coinciden los orígenes de la religión, de la ética, la sociedad y el arte; todo ello en plena coincidencia con lo que establece el psicoanálisis de que tal complejo constituye el núcleo de todas las neurosis, en la medida en que hasta ahora han cedido a nuestra inteligencia. Para mi representa una gran sorpresa el que también esos problemas de la vida psíquica de los pueblos hayan tenido que solucionarse desde este punto concreto de cómo son las relaciones con el padre (IX, 188). Para uso de los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nayarit 1.6. Sartre J.P. SARTRE (1905-1980, cf. 2.1.2) enseña que en principio la existencia de Dios es incompatible con la existencia del hombre libre que se crea a sí mismo. Concepciones parecidas son las que representan N. HARTMANN, M. MERLEAUPONTY Y A. CAMUS. Sólo con el repudio de Dios asume el hombre la plena responsabilidad de su vida y de su mundo. De existir Dios, la libertad no tendría ya nada que realizar, porque en Dios y por Dios todo estaría ya determinado y realizado. Según SARTRE, el concepto de Dios surge cuando generalizo y formalizo la visión de otros hombres concretos. El otro es, en efecto, aquel en cuya visión yo me convierto en objeto. Como sujeto y libertad me avergüenzo de ser objeto a la mirada de otro sujeto. Cuando pienso formalmente la infinita indiferenciación de la presencia de otros hombres (de sus miradas), llego al concepto de un sujeto infinito, que jamás puede ser objeto, para el cual sin embargo yo siempre soy objeto y ante el cual siempre tengo que avergonzarme. Se le piensa como el ser mirante, que nunca puede ser mirado, como Dios. Al mismo tiempo Dios es el ideal de un sujeto, que por sí mismo es objeto para sí (el ser en sí y para sí). Justamente hacia ese «ser en sí y para sí» se proyecta la existencia humana como libertad. «Ser hombre significa aspirar a convertirse en Dios.» Ahora bien, semejante «ser en sí y para sÍ» es algo contradictorio en sí mismo. No hay ningún díos y la autoproyección del hombre está condenada al fracaso. 1.7. Sölle La teóloga D. SOLLE realiza una crítica de la religión como una «teología después de la muerte de Dios». La «aceptación de una contrapresencia celeste o personal, cualquiera sea su presentación, de un «ser celestial», una «superpersona», de un dominador «del universo al que ha creado», «independiente por completo de lo que él ha creado», resulta hoy imposible, en opinión de Sölle. y ello porque «la condición, bajo la que aparece hoy lo incondicionado..., es "la muerte de Dios", el acontecimiento que todo lo determina y que ha tenido efecto dentro de los últimos doscientos años de la historia europea» (9). «Ahora Dios ya no existe» 178). La religión hoy, según SOLLE, sólo puede «crecer de modo ateísta». ¿Cómo se puede entender eso en concreto? «Cristo mantiene abierto 4 en nosotros el lugar para ese Dios ahora ausente» (179). En el cumplimiento del amor de Cristo al hombre, en el cumplimiento de su vida y muerte, se hace Dios presente. Después de la muerte de Dios, Dios ha de realizarse mediante la praxis (amor) de los hombres, que cumplen la acción de Cristo. Dios se hace en la historia por el amor de los hombres. Dios es vivificado en la praxis. Podemos «representamos mutuamente» a Dios (192). En ese sentido Dios «acontece» en aquello que sucede entre los hombres. «Dios no tiene más ojos que los nuestros, Dios no tiene más oídos que los nuestros, ni otras manos que las nuestras.» De modo similar a lo que piensan FEUERBACH y NIETZSCHE, también para SOLLE la fe en un Dios «totalmente otro», «eterno» y «trascendente» pertenece al «estadio infantil» de la historia de la humanidad. 1.8. Visión panorámica Común a todas las posiciones crítico-religiosas expuestas es el convencimiento de que la religión contradice la emancipación del hombre; vendría a ser expresión de una minoría de edad humana, que es necesario superar. Vamos a exponer las dos posiciones extremas, que en definitiva subyacen a toda crítica religiosa: La primera concibe de tal forma el absoluto divino, que necesariamente convierte al hombre en la naturaleza (creación) y la historia (providencia) en una marioneta de Dios. La autodeterminación desde la libertad no pasa de ser una apariencia, una ilusión, puesto que la omnipotencia del saber y del querer divinos ya lo tiene todo dispuesto desde siempre. Ciertas tendencias dentro de esa corriente se echan de ver sobre todo en pensadores, a los que podríamos calificar como representantes de la filosofía del espíritu, como serían por ejemplo PLATÓN, el último AGUSTÍN, SPINOZA y HEGEL. También los reformadores, y en especial CALVINO, cargan el acento en esta dirección. Y también el determinismo de la mecánica, que ha configurado la moderna imagen del mundo y el ideal científico, tiene aquí su importancia. Su origen (por ej. HOBBES) está ligado estrechamente con la tendencia teológica que expone de tal modo la soberanía absoluta de Dios que frente a ella ya no puede darse libertad alguna. Para uso de los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nayarit La segunda entiende la libertad del hombre en forma tan absoluta, que el hombre es simplemente lo que él hace por sí mismo, o que la esencia del hombre es su existencia (HEIDEGGER, SARTRE). Lo cual significa que no hay humanidad alguna, impuesta al hombre y determinada por su propia esencia, que sea la norma intocable de su actuación. Más bien el hombre se crea a si mismo para lo que quiere ser. Según MARX el hombre crea al hombre con su trabajo productivo. Para NIETZSCHE el hombre supera al hombre al convertirse en superhombre. En opinión de SARTRE no se da más esencia del hombre que la existencia (libertad). Y en sentir de SOLLE Dios es la propia praxis humana. Esta posición incurre en graves dificultades, cuando se piensa que la trascendentalidad sólo se encarna y corporaliza como libertad; es decir, que sólo puede hacerse real en la animalidad humana, determinada por la naturaleza. Con ello todas las posibilidades del crearse y proyectarse se encuentran en unos limites establecidos, esenciales e intocables. La libertad humana es finita, determinada y condicionada. Está ligada a la humanidad en un sentido del que no se puede disponer a capricho. En ese condicionamiento y finitud intocables ve la religión un signo del ser creado. El diálogo entre la crítica religiosa y la religión debería girar sobre todo en torno a la cuestión de qué ocurre con esas dos posiciones extremas. Las posiciones principales de la tradición filosófica y teológica parecen haber considerado como falsas tales posiciones extremistas. 5