El mito de Eco

Anuncio
R edes
DIGITAL
Cosas de la casa
Comprensión concluyente
LECTURA
1
1 En R edesDIGITAL encontrarás el mito de Eco. Léelo y establece un cuadro
comparativo entre los textos, teniendo en cuenta personajes, tema y
lugares.
El mito de Eco
Eco era una joven ninfa de los bosques, parlanchina y alegre. Con su charla entretenía a Hera, esposa de Zeus, y estos eran los momentos que Zeus aprovechaba para ser infiel a su esposa.
Hera cuando se enteró de esto se puso furiosa y condenó a Eco a no poder hablar, sino solamente
a repetir el final de las frases que escuchara. Eco, avergonzada, se fue a vivir en una cueva cercana
a un riachuelo.
Narciso era un muchacho precioso. Cuando nació, un adivino predijo que si veía su imagen en un
espejo sería su perdición; por eso, su madre no tenía en casa ni espejos, ni objetos en los que pudiera verse reflejado. Narciso creció y fue muy hermoso. Las muchachas gustaban de él, pero no
hacía caso a ninguna. Le gustaba mucho dar paseos solo por el campo.
En uno de esos paseos llegó muy cerca de la cueva donde Eco vivía. Eco, al verlo se enamoró de él,
pero le dio miedo acercársele.
A Narciso le gustó mucho el paisaje y regresó varios días seguidos. Eco, lo esperaba y lo seguía en
su paseo, lejos de él, con temor a ser vista.
Un día, un ruido que hizo al pisar una rama hizo que Narciso se diera cuenta de su presencia.
—¿Qué haces aquí? ¿Por qué me sigues?
—Aquí... me sigues... —fue lo único que Eco pudo decir, debido a la maldición que Hera le había
hecho.
Narciso siguió hablando y Eco nunca podía decir lo que deseaba.
Como Eco era una ninfa, buscó la ayuda de los animales, que de alguna manera le hicieron entender a Narciso el amor que Eco le tenía. Narciso lo único que hizo fue reírse y reírse de ella.
Eco, muy triste se fue corriendo a su cueva, donde permaneció quieta, sin moverse, repitiendo
en voz baja un susurro apenas: las últimas palabras que le había oído... "qué estúpida... qué estúpida... qué... estu... pida...". Y dicen que allí murió de pena, tan quieta, que llegó a convertirse en
parte de la propia piedra de la cueva.
Pero el mal que haces a otros no suele salir gratis... y así, Némesis, una diosa griega, que había presenciado toda la angustia de Eco, hizo que Narciso saliera de paseo y caminara y caminara, hasta
casi hacerlo morir de sed.
Narciso se acordó del riachuelo en el que había encontrado a Eco, y se dirigió hacia él. Pero, a
punto de beber, vio su imagen reflejada en el río, y como había predicho el adivino, esta imagen lo
confundió: quedó absolutamente cegado por su propia belleza, en el reflejo.
Y hay quien cuenta que ahí mismo murió de hambre y sed, ocupado en su contemplación. Otros
dicen que se enamoró de su imagen y como quiso reunirse con ella, murió ahogado al lanzarse a
las aguas. En cualquier caso, en el lugar de su muerte nació una flor a la que se le dio su nombre:
el Narciso, flor que crece sobre las aguas de los ríos, reflejándose siempre en ellos.
Adaptado de: elmitodeeco.blogspot.com/
Descargar