Respuestas sobre el matrimonio y el repudio

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RESPUESTAS SOBRE EL MATRIMONIO Y EL REPUDIO
Respuestas sobre el matrimonio y el
repudio
(Editado para omitir las referencias personales)
RESPUESTA #1:
No, mi hermano ________, usted está equivocado. No hay clausula adicional que anule la
ley de Cristo que es desde el principio (Mat. 19:8, 9). Pablo no contradice, ni anula lo que
ya había dicho el Señor bajo ninguna circunstancia.
Usted dice: "Tengo entendido, según he aprendido" ¿De quién aprendió éste error?
¿Cuál texto cita usted para afirmar la supuesta "clausula adicional, en donde un divorcio
estaría permitido (para este caso particular de matrimonios mixtos)"? No hay base bíblica
para semejante afirmación.
El repudiar al cónyuge en sí ya es un pecado, porque se separa lo que Dios juntó (Mat.
19:6)
a
menos
que
haya
fornicación
en
el
infiel
(Mat.
19:6).
El apóstol Pablo dijo claramente: "Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo,
sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o
reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer" (1 Cor. 7:10-11).
Nótese que Pablo dijo por el Espíritu "y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su
marido", él no mencionó otra opción, ¿por qué? porque el hermano o hermana del caso de
Pablo está unido a su cónyuge incrédulo del cual se ha separado, y la separación no anula el
vínculo matrimonial (Rom. 7:2-3).
El matrimonio mixto no es sabio porque traerá consecuencias futuras difíciles.
Adjunto una obra que le servirá, también le animo a que lea nuevamente el artículo
"Matrimonios adúlteros".
RESPUESTA #2:
Hermano ________, para mi explicación sigo utilizando la versión Reina-Valera 1960, que es
muy fiel al texto griego.
1. Hay una ley del Señor y ésta es “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer,
salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la
repudiada, adultera” (Mat. 19:9). Según la ley de Cristo (1 Cor. 9:21), es decir su doctrina
(2 Jn. 9), no existe una causa legítima para repudiar al cónyuge, excepto la causa de
fornicación. Por lo tanto, si uno repudia a su cónyuge por otra causa, que no es la
fornicación, comete pecado y cometerá adulterio al contraer y mantener un nuevo
matrimonio.
2. El repudiar al cónyuge en sí ya es un pecado, porque se separa lo que Dios juntó (Mat.
19:6) a menos que haya fornicación en el infiel (Mat. 19:6). Debido a esto, Pablo dijo “y si
se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a
su mujer” (1 Cor. 7:11).
***
Por Josué Hernández
www.JosueEvangelista.com
RESPUESTAS SOBRE EL MATRIMONIO Y EL REPUDIO
3. Sin contradecir la ley de Cristo, el apóstol Pablo dijo “Y a los demás yo digo, no el Señor:
Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la
abandone” (1 Cor. 7:12). Como podemos ver éste pasaje no enseña una cláusula diferente
de los puntos anteriores, más bien es complementario.
4. Los cristianos que están casados deben seguir así, ésta es la voluntad del Señor, deben
velar por mantener su matrimonio. “la mujer no se separe del marido”, “y si se separa,
quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer”
(1 Cor. 7:10-11). Cristo no tiene una ley para los casados con cristianos y otra para los
casados no-cristianos. Dios siempre ha aborrecido el repudio (Mal. 2:16) porque el
matrimonio es permanente, para toda la vida (Rom. 7:2-3).
5. Los “demás” (1 Cor. 7:12) son los casados con no-cristianos en particular. Evidentemente
existía en Corinto la doctrina de que la conversión a Cristo demandaba que el cristiano
casado se separe de su esposo no-cristiano. A éstos en particular ahora Pablo se dirige
aquí. La Escritura dice: “Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer
que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene
marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone” (1 Cor. 7:1213).
6. El matrimonio entre un cristiano y un incrédulo es acepto, no debe ser repudiado el
cónyuge incrédulo por su condición espiritual. Dios aparta el matrimonio mixto de cualquier
consideración inmunda, aceptándolo (1 Cor. 7:14). Ahora bien, y a pesar de lo anterior,
“Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a
servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios” (1 Cor. 7:15). Ya sabemos
que si el incrédulo consiente en quedarse casado con el cristiano, que el cristiano no se
divorcie de él (ver. 12,13), pero sí el incrédulo quiere reducir a esclavitud al cristiano en
vistas de un divorcio, entonces el cristiano no ha de ceder y ha de mantenerse fiel a Cristo
porque “a paz nos llamó Dios” (1 Cor. 7:15).
7. El apóstol Pablo enseñó mandamientos del Señor (1 Cor. 14:37) en todas partes y en
todas las iglesias (1 Cor. 4:17). A esto él fue llamado (Hech. 26:16-18; Gal. 1:11-12) y fue
fiel a su comisión (2 Tim. 4:7-8) al predicar el patrón neotestamentario (2 Tim. 1:13).
Cuando Pablo dice “mando, no yo, sino el Señor” (1 Cor. 7:10) él está refiriéndose a la
enseñanza de Cristo durante su ministerio terrenal, enseñanza que ya circulaba y que Pablo
no tenía que ordenar. Y cuando dice “yo digo, no el Señor” (1 Cor. 7:12), el apóstol de
Cristo expresa una revelación de la verdad aplicada al asunto, un punto que Cristo no tocó
durante su ministerio terrenal pero que el Espíritu Santo le reveló a Pablo (Jn. 16:13).
8. En ningún caso vemos que el apóstol Pablo haya mencionado alguna clausula de
excepción que anule la ley de Cristo para que alguien pueda repudiar a su cónyuge y
contraer nuevas nupcias, sin la causa de fornicación, sólo porque el otro no es un cristiano.
Las preguntas de 1 Corintios 7:16 motivan al cristiano que haga todo, conforme a la
voluntad del Señor, con la mira de convertir al cónyuge pecador. No va a divorciarse del
incrédulo si éste consiente en vivir con él. Sin duda, lo que más necesitaban los hermanos
corintios era la disuasión con respecto al divorcio, y no la animación para el divorcio, y el
apóstol Pablo jamás animó el repudio.
** Si el lector quiere más información sobre el particular, le recomendamos la lectura de las
obras “Puntos que notar y respuestas sobre el matrimonio” y “Matrimonios
adúlteros”.
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Por Josué Hernández
www.JosueEvangelista.com
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