El porcentaje de mujeres con amaxofobia es casi el doble que de hombres Según el II Informe sobre Amaxofobia elaborado por la Fundación Mapfre, la mayoría de afectados tiene el carné de conducir desde hace más de 15 años, no conduce con frecuencia, y reconoce que comenzó a tener miedo a ponerse al volante a los pocos años de obtener el permiso. ¿Por qué se sufre este miedo? ¿Qué rasgos presentan estas personas? Según el II Informe sobre Amaxofobia, elaborado por el Instituto de Seguridad Vial de Fundación Mapfre, las personas que sufren esta fobia han vivido o presenciado un accidente de tráfico muy grave que les ha marcado notablemente. También afecta a personas que tienen miedo por la falta de control, que son inseguras y que sufren estrés y depresión habitualmente. También suele presentarse en personas que han dejado de conducir durante un periodo de tiempo y que padecen otras fobias, como miedo a volar o a permanecer en espacios cerrados. Según los expertos, son personas muy responsables, autoexigentes, perfeccionistas, con necesidad de que alguien se ocupe de ellas, y a quienes les gusta tener todas las variables posibles bajo su control, incluida la conducción. A la mínima sensación de riesgo prefieren no conducir y ponen cualquier excusa para no salir de casa, lo que les convierte en personas muy dependientes y acostumbradas a cambiar de planes continuamente. En consecuencia, se sienten frustradas, tristes, impotentes y con la autoestima baja, especialmente porque no entienden por qué sufren este miedo y no saben cómo superarlo. Por el contrario, las personas que sufriendo este trastorno, se ven obligadas a ponerse al volante, lo hacen siempre con ansiedad, nerviosismo, taquicardias y sudoración en las manos. Más de la mitad de las personas con Amaxofobia conduce de forma esporádica, realiza los mismos recorridos y se impone ciertas limitaciones, como no conducir sin acompañante, por autopista o autovía, con mucho tráfico o por la noche. También son mayoría las personas que reconocen no conducir cuando se encuentran mal psíquicamente. Según los expertos, la amaxofobia también la sufren los hombres, aunque en un porcentaje mucho menor, a una edad más tardía (a partir de los 60 años) y siempre por aspectos relacionados con la limitación de sus capacidades. Estas son algunas de las conclusiones del segundo estudio que el Instituto de Seguridad Vial de Fundación Mapfre realiza sobre esta materia. El objetivo es comprender y encontrar denominadores comunes en las personas que sufren miedo a conducir, entenderlo mejor, tratarlo correctamente y ayudar a prevenirlo. Tratamiento Al igual que otras fobias, el miedo al conducir también se puede tratar y superar, y el primer paso para hacerlo es reconociéndolo ante familiares y amigos. Así lo cree Julio Laria, Director General del Instituto de Seguridad Vial de FUNDACIÓN MAPFRE, quien subraya que, con el tratamiento adecuado por parte de un psicólogo especializado en fobias, la amaxofobia se supera y estas personas pueden volver a conducir en poco tiempo. Otros consejos básicos para superar este miedo son: ponerse en manos de un profesor de autoescuela o de familiares para ganar confianza en la conducción y solicitar tratamiento psicológico cuando se sufre un accidente. Recibir la ayuda conveniente para superar el estrés postraumático cuando se ha sufrido, presenciado o perdido a un ser querido en un accidente de tráfico, también contribuye a ganar la batalla a la amaxofobia. Número de afectados En España, aproximadamente 8,5 millones de personas (el 33 por ciento de la población con carné de conducir) reconoce tener miedo a conducir en ciertas circunstancias relacionadas con el mal tiempo, la densidad del tráfico, nocturnidad y en trayectos nuevos, entre otros factores. Alrededor de 1,5 millones de personas (6 por ciento del total de conductores) sufre ‘amaxofobia incapacitante’, es decir aquella que impide a una persona ponerse al volante.