r 1 r y r y V-v_._-.; ‘ Y -----—.- — ___J._;1] Europa ha desvalorizado la Copa Intercontinental Argentina puede presionar a la FIE.F.A.para un auténtico torneo de campeones continentales;0] Los jugadores del Indepen diente•entrenando sobre el césped del Manzanares. que esta noche será esce nario de una final inter continental que ha perdido la cotización deportiva con que nació estetrofeo e, in clusó, el interés deportivo que antes despertaba A la Argentina y a la Conf e deración Sudaméricana no les que da otra alternativa que apoyar el proyecto d» la FIFA. Me parece interesante, por lo inédito, hacer conocer las reglas fundamentales de un proyecto que la Federación Internacional de Fútbol, tiene en carpeta desde tieanpo atrás: 1? es tablecer el derecho de inscripción de cada uno de los equipos cam peones de cada confederación continental para participar en un torneo final en el continente que designe el Congreso y en el pais que designe el Comité Ejecutivo; 2. la competencia se desarrollará de conformidad con los principios de la Copa del Mundo, haciéndo - se saber el acoplamiento para los cuartos de final y las semifinales por la vía del sorteo, quedando fuera los dos equipos juzgados co- mo más fuertes, uno de la Confe deración Sudamericana de Fútbol y otro de la Unión Europea y pen sado de intervenir en los cuartos de final con clasificación directa para las semifinales como cabeza de serie; 3.’ el tiempo de duración del torneo se estima entre cinco y diez días según el número de inscritos participantes; 4? la FIFA. creará una comisión organizadora integrada por un presidente y dos miembros agregándose a ellos un representante de la Confederación Continental y del país encargado de organizar la competición, temando parte en la misma el se cretario general de la FIFA; 5. la •comisión organizadora designa rá a las ciudades y los campos de juego en que se desarrollarán los partidos del torneo final. Ya en 1962 la secretaría general de la FIFA sometió al comité eje cutivo un proyecto de reglamento para una competencia mundial de los clubs campeones continentales, el que se enterró, se dio por muer te, besándose en que las confede raciones europeas y sudamerica nas no deseaban un torneo de ese carácter. Más antes del congreso efectuado en Méjico en el año 1970 el comité ejecutivo preparó una nueva reglamentación, presentando una propuesta de aceptar ese tor neo mundial. Nuevamente los di rectivos de nuestro continente, el doctor Goñi fue quien habló en nombre de las asociaciones nacio nales sudamericanas, exterioriza ron opiniones adversas antes del congreso, por lo que el comité eje cutivo decidió retirar la proposi ción. Era evidente que la FIFA deseaba el apoyo de la Confedera ción Sudamericana de Fútbol pa ra concretar su propósito. Según europeos y sudamericanos una competición entre todos los cam peones continentales ya hubiera sido interesante por entonces des de los puntos de vista económico y deportivo. El asunto se había tratado previamente en el .Congre so de la CS.F. realizado en 1970 en Santiago de Chile, resolviéndo se por anticipado adoptar esa de cisión. A partir de entonces 1-as cosas han variado sustancialmen te, Ajax se negó a jugar contra Nacional de Montevideo en el año 1971, tampoco quiso hacerlo en el 1973 con Independientes, en 1974 la misma actitud fue adoptada por Bayern Munich hasta’ el pun to que la Copa Europea-Sudameri cana constituye un hecho incierto porque su eventual realización de penderá de la buena voluntad que en cada circunstancia asuma el campeón de Europa y eso no es serio. La Confederación Sudameri cana de Fútbol debe replantear el estudio de la situación y su aná lisis debe llevar a la convenien cia de propiciar que la FIFA re actualice sus viejos propósitos. No hay duda alguna de que participe o no el representante europeo en un torneo mundial organizado por la FIFA el ganador será indiscuti blemente considerado campeón mundial de clubs con las favora bies consecuencias en el orden eco nómico y deportivo. Si la C.S.F. no lo entiende así la Argentina, que es el país realmente perjudicado por la situación desde que sus equipos son reiterados ganadores en los últimos años, dispone de las armas que el estatuto de la FIFA prevé dado que, como asociación nacional afiliada, con el apoyo de dos más puede realizar la proposi ción ante el congreso de la FIFA •donde seguramente logrará la apro bación. Mucho más importante es esta decisión que litigar con Europa para. que sean veinte y no dieci séis los equipos finalistas del Mun ‘dial-78. El desinterés de los caropeones europeos por la Copa Eu ropea-Sudamericana le ha ido qui tando a ésta la euforia excepcio nal que tuvo al comienzo. Los fac tores económicos no lo justifican ahora, como lo revela la compara ción que podemos hacer con las recaudaciones entre un simple <(match» de River Plate y Unión de Santa Fe, en Argentina, y el que sostuvieron Independientes y el Atlético de Madrid. Naturalmente 1-a recaudación del primero fue mu-. cho mayor que la recaudación que tuvo el segundo. Antes, el éxito de las retribuciones, inesperadas, había convertido a muchos parti dos de la Copa en luchas infrade portivas. Debe entonces aparecer entre nuestros dirigentes la preo cupación por crear nuevas expec tativas, la conveniencia de que la C.S.F. apoyara a la FIFA en la oficialización de una Copa Mun dial de los clubs campeones y de las Confederaciones Continentales, estas expresiones que sumadas a la’ del doctor Artemio Franchi pre sidente de la UEF.A en el sentido de que se ha hecho todo lo posible para la continuidad de la Copa Europea Sudamericana, no debe llamar a engalio. Franchi no pudo impedir que Juventud impusiera su propósito de jugar la final de 1973 en un solo partido en Italia, clara violación de normas acor dadas entre la UtEFA y la C.S.F. Ocurre que Franohi, como la ma yoría de los dirigentes europeos no desean que la FIFA constituya un verdadero campeonato mundial . de clubs oficializados, pero si esa es la aspiración de Europa no es la conveniencia de América del Sur y especialmente de los clubs ar gentinos. Daniel DAVIS