¿Qué puedo hacer para promocionar mi producto de forma ETICA y LEGAL? Un pensamiento transgresor. Durante los dos últimos años, muchos de vosotros, desde médicomarketing, os habéis repetido decenas de veces esta cuestión. ¿Qué puedo hacer para promocionar mi producto, de forma ÉTICA Y LEGAL? Como estamos leyendo en todos los medios, estamos viviendo un cambio de modelo de negocio en el sector farmacéutico, provocado por múltiples factores: la crisis económica, los últimos reales decretos, los cambios legislativos relacionados con la Orden SAS, y la autoregulaciones de Farmindustria a través del código de interrelación con profesionales sanitarios. Este cambio de modelo farmacéutico, ha provocado que todo lo que hacíamos años atrás, no se pueda aplicar en la actualidad, y que por lo tanto, nos hayamos quedado sin ideas para conseguir promocionar nuestro producto. Pero en el fondo, la realidad es que los cambios del modelo, a nivel de promoción, no han sido tan profundos, sino que realmente lo que ha ocurrido es que se ha regulado fundamentalmente aquellas iniciativas que llevaban asociado un pago directo a un profesional sanitario, y que en algunas ocasiones, este pago se utilizaba como el argumento fundamental para el uso de un determinado tratamiento, olvidándonos de lo importante, que son las ventajas que ese tratamiento ofrece a los pacientes. Por lo tanto, realmente, con todas estas medidas, y cambios legislativos, lo único que se está pretendiendo, es que el proyecto y el producto, sean el argumento fundamental y suficiente para los profesionales sanitarios participen, y comprueben las ventajas, que una determinada estrategia terapéutica puede ofrecer a sus pacientes. Llegados a este punto, y bajo la premisa de que hay que desarrollar ideas y proyectos suficientemente atractivos, como para cautivar a los profesionales sanitarios, vamos a intentar responder a la cuestión principal planteada en el artículo. Una alternativa para la realización de actividades relacionadas con la promoción de productos, es la realización de estudios. Esta es una vía ampliamente criticada y rodeada de polémica. Es conocido por todos, que los comités éticos y las autoridades sanitarias, están totalmente en desacuerdo con la realización de estudios que tengan por objetivo la promoción de medicamentos. Sin embargo, esta es una cuestión que debería someterse a debate. Si nos basamos en la definición de los estudios postautorización (EPA) observacionales, éstos son “necesarios para la obtención de un conocimiento que los ensayos clínicos controlados realizados durante el desarrollo clínico de los medicamentos no aportan” y en ellos “los medicamentos se prescriben de la manera habitual, de acuerdo con las condiciones establecidas en la autorización. La asignación de un paciente a una estrategia terapéutica concreta no estará decidida de antemano por el protocolo de un ensayo, sino que estará determinada por la práctica habitual de la medicina, y la decisión de prescribir un medicamento determinado estará claramente disociada de la decisión de incluir al paciente en el estudio” y lo unimos a la definición de Promoción, “uno de los instrumentos fundamentales con el que la compañía pretende transmitir las cualidades de su producto a sus clientes; por tanto, consiste en un mecanismo de transmisión de información", ¿qué mejor manera de trasmitir información (promocionar) existe, que la realización de un estudio observacional en el que se valore si el uso de un determinado medicamento es óptimo para la mejoría de los pacientes? Es decir, ¿Qué hay de ilícito o de no ético en la realización de un estudio para demostrar la eficacia o seguridad de un medicamento? ¿Por qué no puedo demostrar con datos reales las bondades de mi producto? ¿No es eso por lo tanto promocionar? En definitiva, ¿Cuál es el motivo por el que no puedo realizar un estudio para promocionar mi producto? Muy probablemente, muchos de vosotros responderíais a esta pregunta diciendo que dado que el participante cobra, puede condicionar su conducta a la hora de tratar a un paciente, pero, aunque no creo en ese principio, ¿y si se trata de un estudio no remunerado? Recordar, que en estos estudios, simplemente observamos, y que la estrategia terapéutica, por definición de EPA, no está condicionada por un protocolo, sino por la práctica clínica habitual. Actualmente, si realizamos un ensayo clínico, es un objetivo habitual la comparación de la eficacia de dos productos similares. Esto es totalmente ético y legal. ¿No es esto realmente también una forma de promoción? En definitiva, y sin ánimo de generar polémica ni de posicionarme a favor o en contra de la promoción de productos a través de la realización de estudios, si considero que esta es una vía que se debe evaluar o poner encima de la mesa como un interesante debate a discutir con las autoridades sanitarias. En otro orden de actividades, se encuentran algunos de los proyectos más utilizados en el pasado, como son la recopilación de casos clínicos, junto con los proyectos de revisión crítica de artículos o encuestas de opinión epidemiológica. Si bien estos proyectos, se han usado en el pasado de forma abusiva sin criterios científicos, se trataría de dar un giro a estos proyectos, de forma que lo más importante de los mismos, sea el proyecto en cuestión y la información que a través de ellos se puede obtener. En esta línea, en la actualidad, estamos implementando proyectos, de forma mucho más estratégica, es decir, en vez de la clásica recogida de casos clínicos, estamos realizando un proyecto con continuidad en el tiempo, formado por una encuesta epidemiológica de opinión del facultativo (para obtener una visión basal de una determinada patología), seguida de una revisión crítica de literatura o formación en el manejo de la patología (con el objetivo de presentar los avances o mejoras de determinados aspectos de un producto o una patología), y como parte final del proyecto, una recogida de casos clínicos reales, basados en la experiencia de la aplicabilidad de las nuevos aspectos. En definitiva, se trata de analizar un aspecto de la patología, formar en su manejo y finalmente aplicar los conocimientos adquiridos directamente sobre los pacientes. Estos proyectos, aportan mucha más información relevante a los participantes, y por lo tanto, son mucho más atractivos para los mismos. Si además, podemos trabajar en un mismo proyecto, distintos aspectos de una misma patología (eficacia, tolerabilidad, calidad de vida, etc…), obtenemos en un proyecto final, una información más relevante y completa de la patología . Pedro Hernandez Business Manager Dynamic Solutions