COMUNICADO SOBRE LA EXISTENCIA DE TRATAMIENTOS SUPUESTAMENTE EFICACES Frente a la repercusión mediática acerca de la existencia de tratamientos supuestamente eficaces para dolencias irreversibles, la Sociedad Neurológica Argentina (filial de la Federación Mundial de Neurología), en el marco de sus competencias, su responsabilidad ante la sociedad y en resguardo de los pacientes afectados, desea aclarar a la opinión pública aspectos referidos a su alcance. Cabe aclarar primeramente que es discutible llamar “medicamento” a un compuesto químico que se encuentra aún en evaluación. La certificación de la seguridad y eficacia de una droga destinada a tratar una enfermedad específica debe indefectiblemente pasar por las correspondientes etapas de investigación clínica. Los estudios de investigación clínica demandan años y muchos compuestos que al comienzo parecen prometedores quedan en el camino, ya sea porque son tóxicos o porque el supuesto beneficio no se traduce en última instancia en mejoría clínica significativa y sostenible. Para considerarse demostrada, dicha mejoría debe ser estadísticamente validada y repetible en un número suficiente de pacientes. De otro modo solo puede ser considerada anecdótica. Una vez ensayada la droga en animales de laboratorio y con el fin de poder probar su seguridad y eficacia, en una segunda etapa algunos pacientes son convocados a recibirla, participando como sujetos de investigación. A tal fin, las empresas patrocinantes deben suministrársela a todos ellos en forma absolutamente gratuita y en caso de que surjan efectos adversos, hacerse cargo de la atención de su salud mediante un seguro de cobertura y daños. Asimismo, toda investigación debe ser conducida por profesionales idóneos y bajo estrictas normas éticas nacionales e internacionales vigentes, que tienen como objetivo proteger la salud y los derechos – Derechos Humanos – de los pacientes en tanto sujetos de investigación y, tratándose de personas en situación vulnerable, evitarles situaciones de fraude, engaño o explotación. Cuando la droga haya superado las etapas de investigación y demostrado que es eficaz y segura, la industria puede pedir y eventualmente obtener su aprobación como tratamiento para esa dolencia y luego comercializarla para que todos los pacientes afectados puedan beneficiarse. En nuestro país, en armonía con las agencias reguladoras de Europa y Estados Unidos, la ANMAT estableció hace 20 años, mediante Disposición 840/1995, las situaciones en las que podría administrarse una droga en etapa de investigación en el marco del denominado uso compasivo. Con el fin de proteger a las personas, esta normativa determina los requisitos clínicos que debe reunir un paciente particular en una situación clínica determinada, así como los de la droga sugerida, para que se autorice tal uso. Es comprensible que aquellos que sufren enfermedades graves, invalidantes y progresivas, para las que la medicina no ha hallado aun una respuesta satisfactoria, cifren sus esperanzas y crean de buena fe en propuestas que no constituyen todavía alternativas terapéuticas con eficacia demostrada. No obstante, que paguen por recibirlas configuraría un aprovechamiento económico irregular de personas en situación vulnerable, ya que lo habrán hecho en vano si la droga finalmente no muestra beneficio. Contraría toda norma ética privilegiar intereses comerciales o de lucro en desmedro de la salud de la comunidad. Sociedad Neurológica Argentina