Jurisprudencia

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JURISPRUDENCIA
Aplicación estricta del
Arancel al no haberse
moderado los derechos
del procurador en sentencia
AUTO DE LA SECCIÓN 2ª DE LA SALA DE LO CONTENCIOSO DEL TRIBUNAL
SUPREMO, DICTADO EL 11 DE JULIO DE 2012 BAJO PONENCIA DEL MAGISTRADO
EMILIO FRÍAS PONCE, QUE RESUELVE UN RECURSO DE REVISIÓN CONTRA UN
DECRETO DE LA SECRETARÍA QUE DESESTIMABA LA IMPUGNACIÓN DE LOS
DERECHOS DEL PROCURADOR POR EL ABOGADO DEL ESTADO Y APROBABA LA
TASACIÓN DE COSTAS.
JULIÁN CABALLERO
AGUADO
Procurador
C
onsideraba el abogado del
Estado que cabía la limitación de las costas en cuanto a los derechos del pro­
curador, por así venir autorizado
por el Art. 139 de la Ley reguladora de la Jurisdicción ContenciosoAdministrativa, y haber sido reconocido por los autos de esa misma
Sección de 13 de febrero de 2009
(cas. 9342/2002) y de 15 de julio
de 2010 (cas. 1580/2009).
Agregaba que en el caso en
cuestión se aprobaban unos derechos a favor del procurador actuante ascendentes a la suma
de 18.051,49 euros y, por
tanto, en una cuantía que
multiplicaba por más de
tres veces los honorarios aprobados a favor del letrado de la
parte (6.000 euros),
y sin tener en cuenta
el Art. 2 del Arancel
que permite incrementar o disminuir hasta en
12 puntos porcentuales
el importe. Finalmente, entendía que al estar muy por
encima de los honorarios del
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abogado debía aplicarse el criterio
de proporcionalidad entre unos y
otros, como así lo reconoció la Sección Tercera del Tribunal Supremo
cuando dictó el auto de 19 de julio
de 2011, limitando los derechos a
6.000 euros. Concluía, siguiendo
los dictados del referido auto, solicitando que los honorarios del procurador se ajustasen al 50 % de los
del letrado, o en todo caso que no
superasen el importe de estos.
Este recurso es desestimado, diciéndosenos que del contexto del
propio Art. 139 de la Ley reguladora de la Jurisdicción ContenciosoAdministrativa la facultad de moderación debe hacerse efectiva al
momento de decidir como cuestión
aneja a la principal y en función de
su resultado. “En el caso que nos
ocupa la Sala no hizo uso de la citada facultad respecto de los derechos del procurador, sino que
se limitó a fijar como cantidad má­
xima a reclamar por los hono­
rarios del Sr. letrado de la
parte vencedora la suma
de 6.000 euros. Por
tanto, el mandato
que se deriva de
dicho pronunciamiento no puede
ser otro más que
la parte vencida
se haga cargo de
las costas causadas, con un único
límite, los honorarios del Sr. letrado; y
respecto del resto, en
que se incluyen los derechos del procurador, el límite
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viene marcado, Art. 242.2 de la LEC, por
la cantidad reembolsada mediante su
justificación, no olvidemos que es un crédito de parte, con el límite determinativo
marcado por las tarifas arancelarias”.
Al no haberse moderado los derechos del procurador en sentencia, el cumplimiento de la misma, solicitada la tasación en costas, se lleva a puro y leal
efecto mediante la aplicación estricta
del Arancel. Sin que pueda aceptarse
siquiera la rebaja de los 12 puntos porcentuales, en tanto que dicha r­ educción,
que puede ser pactada con el cliente,
y que en su caso tendría su reflejo en
la justificación de haber sido reembolsada por la parte, no puede encontrar
sustento en un mero argumento especu­
lativo que introduce el Sr. abogado del
Estado sin base objetiva, de que dicha
rebaja se produce habitualmente cuando el cliente es una gran empresa.
Continúa el auto comentado diciéndonos que, “con todo, no podemos ob­
viar que la impugnación del Sr. abogado del Estado de los derechos del
procurador, Art. 245 de la LEC, se hizo
por cauce inadecuado, dado que los
derechos de los procuradores no pueden ser cuestionados por excesivos, lo
que sí cabe respecto de los honorarios
de abogados, peritos o profesionales,
lo cual resulta harto significativo por la
vinculación normativa que se establece
entre los derechos del procurador y los
aranceles, en el sentido de la obligatoriedad de la aplicación de los mismos
para calcular los derechos derivados
de la intervención del procurador en el
pleito, sin que quepa otro desajuste más
que el que no se respeten los mismos en
cuanto se incorporen derechos indebidos por contrarios al Arancel.
Siendo ello así, si la tasación de
costas se ajustó estrictamente al Arancel, no puede tacharse de desproporcionada, puesto que solo cabe hablar
de proporcionalidad respecto de elementos homogéneos puestos en relación, por lo que no cabe plantear una
desproporción en términos abstractos y
sin referencia a otra realidad, ni cabe
desproporción entre elementos o realidades heterogéneas; si los honorarios
de los abogados se calculan sobre parámetros determinantes de la función
en concreto que desarrolla, tales como
dificultad del asunto, importancia cualitativa y cuantitativa, actividad desarrollada… que en definitiva posibilitan determinar los honorarios que se consideran correctos; los parámetros que se
conjugan para calcular los derechos de
No cabe hablar de desproporción comparando
minutas de abogados y derechos de procurador,
porque no existe punto de convergencia que
pueda relacionar una y otra función para
establecer la necesaria relación de contraste
los procuradores son bien distintos, no existe la actividad creadora que corresponde al abogado, fundamentalmente, es una
labor básicamente mecanicista y los aranceles se establecen en
función, principalmente, de la cuantía del asunto y de los trámites
llevados a cabo. No cabe hablar de desproporción comparando minutas de abogados y derechos de procurador, porque no
existe punto de convergencia que pueda relacionar una y otra
función para establecer la necesaria relación de contraste. Cosa
distinta es que se hubieran impugnado los aranceles por ser
desproporcionado o por cualquier otra razón inspirada en el
Derecho europeo. Pero este no es el caso, ni se ofrece argumento
alguno al respecto”.
Dicho lo anterior, concluye el auto comentado manifestándonos que la consecuencia se impone respecto de la referencia al
Real Decreto-Ley 5/2010, de 31 de marzo, por el que se amplía
la vigencia de determinadas medidas económicas de carácter
temporal, en cuanto establece en su disposición adicional única
unas reglas sobre el Arancel de los procuradores de los tribunales al limitar estos en un mismo asunto, actuación o proceso
de 300.000 euros, con excepciones que debe autorizar el juez
y determinan la base para regular los derechos devengados
por los procuradores en los procesos concursales, dado que en
este no se excede del citado límite que se establece, como se
previene, para evitar situaciones disfuncionales derivadas de la
aplicación de la normativa reguladora de los aranceles de los
procuradores en sus tramos más elevados, con el propósito de
evitar liquidaciones manifiestamente desproporcionadas. 
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