variante de la instancia del <<desdoblamiento que tantas

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&lt;&lt;desdoblamiento
variante de la instancia del
que tantas reflexiones mis o menos
filos6ficas ha desencadenado.
En fin, hay en este trabajo una multiplicidad de vertientes que abrazan la obra
de Borges por diversos lados y le restituyen un interes que por si mismo, desde
luego, no ha perdido, a pesar de las predicciones modestas que el propio Borges
emite de tanto en tanto sobre lo que va a perdurar de ella y a pesar, tambien,
de la amenaza que sobre ella tiende una critica abundosa, flaca de imaginaci6n,
que o bien no sabe c6mo conciliar el papel que pareciera que cumple una obra,
revolucionaria hasta cierto punto, con una personalidad de autor por lo menos
desconcertante si no decididamente antipatica en lo politico, o bien se entrega a
una infinita glosa de temas que ya parecen obvios, o bien nada en el desmesurado
elogio, inconscientemente descalificante.
NoE JITRIK
El Colegio de Mexico.
RENATO PRADA OROPEZA:
La autonomia literaria. Xalapa: Universidad Veracruza-
na, 1977.
Es evidente que, en el campo universitario al menos, son cada vez mas frecuentes las manifestaciones de una exigencia te6rica en el acercamiento al hecho
literario; la impunidad espontaneista o el autoritarismo profesoral no s6lo ya no
satisfacen, sino que son rechazados cada vez mas tanto por la inoperanicia que
proponen como porque devuelven al centro mismo de la crisis en que estin los
estudios literarios. En America Latina esto es bien notorio y, por suerte, se esti
operando una reacci6n de rigor que va a neutralizar esa especie de vacio que de
tanto en tanto se verifica en las respuestas que se dan a los problemas de la literatura en general.
Parte de esa reacci6n positiva y activa es la tarea que en el Centro de Investigaciones Literarias de la Universidad Veracruzana esta llevando a cabo el investigador boliviano Renato Prada Oropeza, cuyo trabajo, en esta oportunidad, tiene un
material muy especifico: el formalismo ruso y algunas de sus secuelas, que no nos
presenta con 6nimo exclusivamente erudito ni como incitaci6n a una adhesi6n.
Desde una perspectiva de bisqueda de un espacio te6rico propio, que la literatura
latinoamericana sin duda necesita, Prada rastrea en aquellos aspectos de la reciente
tradici6n europea cuyo examen puede servirnos de lecci6n; de este modo nos
explica, a partir del concepto problemitico de &laquo;&lt;autonomia de la obra literaria,
en qu6 consisten los principales aportes de Jakobson, al estudiar, por cierto, la
&lt;funci6n po6tica&gt;&gt; (referencia indispensable) del formalismo ruso y del Circulo de
Praga; en todos los casos, con una prosa viva y animada nos relata los antecedentes materiales de esa producci6n te6rica, esto es, la historia misma de movimientos que tanta trascendencia tuvieron en las concepciones contemporaneas de
la lingiiistica y la poetica y, casi simultineamente, nos hace una descripci6n de los
conceptos que en esas ocasiones fueron acufiados; en ningin caso la perspectiva
didictica (encontramos en este libro una excelente sintesis de lo que cada una de
esas experiencias te6ricas supuso) ahoga un propio punto de vista, una reflexi6n
critica que se da, me parece, en forma de un sutil contrapunto: hay una toma de
distancia respecto de algo que esta en cierto modo ausente, el estructuralismo, pero
que es una criatura directa del formalismo y de la semi6tica praguense; y, por el
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otro lado, una aproximaci6n a criterios productivistas, discursivistas e ideol6gicos
de la obra literaria, a la cual no s6 muy bien por qu6 no designa, de una buena
vez, como &lt;&lt;texto&gt;&gt;.
De ese contrapunto surge, entiendo, lo que Prada aporta a una discusi6n que
s6lo ahora se estt abriendo y que ojal prosiga con mas energia para que podamos, por fin, hacer uso de una nueva autonomia: la de la practica que se ocupa
de esos objetos, textos cuyo estatuto de autonomia, en un sentido general, en este
libro se trata de definir.
En la descripci6n que Prada hace de los portavoces del formalismo o del Circulo de Praga rescata afirmaciones que rebasan el marco de los movimientos y tienden un brazo hacia concepciones mas actuales; de Tynianov, especialmente, destaca (tambien lo hace con Jakobson) el hecho de que las obras literarias integran
una historia que seria, por eso, una serie especifica ligada a otras series hist6ricas;
concepto muy importante y preventivo en un sentido porque reconoce una especificidad, lo que era enfticamente destacado por dichas escuelas, y en otro porque
permite que penetre la noci6n de ideologia en la consideraci6n de la serie literaria,
ya que la ideologia es el vehiculo que puede sustanciar esa vinculaci6n entre series;
si esto, que se le debe a Tynianov, abre un camino, por otra parte ofrece una
muralla en la literatura y en teoria contra el &lt;&lt;representativismo&gt;&gt;, que pretende que
dicha vinculaci6n se realiza meramente por imposici6n de ciertos contenidos o
imigenes, de modo tal que, en esa perspectiva, la especificidad del discurso literario o la autonomia de la obra necesariamente se mediatizan y la textualidad entra
en dependencia respecto de la historia.
El libro de Prada Oropeza es apasionado y ambicioso: son meritos y no defectos; trata de que ningin elemento del universo textual quede en la sombra, pero
el tipo de relieve que les otorga abre a discusiones sucesivas o a trabajos parciales,
de los cuales este libro es un anticipo; el esclarecimiento del concepto de &laquo;autonomia tiene como finalidad fundamentar una &lt;poetica , pero desde el angulo de
la &lt;producci6n de esa autonomia no queda m6s remedio que pensar en una
semi6tica articulada a ella, problema que Prada plantea sobre sus conclusiones
, es evidente que se refiere a lo que daria
finales. Y si, al pasar, habla del
cuenta de la especificidad del discurso literario, no a la &lt;valoraci6n meritual de
los textos, moneda corriente que responde, te6rica y criticamente, a una ideologia
mercantilista y no productiva de los textos; a la inversa, el valor, para ser entendido como condici6n de la especificidad, supone un campo te6rico que descansa
sobre una semi6tica que tiene su fundamento en una po6tica bien constituida, que
se haga cargo de una tarea hist6rica esforzada y rica pero que tambien sepa modificar sus remoras desde una teoria global de la producci6n social de los c6digos.
Para concluir, quiero destacar dos ntcleos de interes en este libro: la discusi6n
sobre lo que Ilamaria el &lt;sitio de la producci6n&gt; , o sea, el
, y los esbozos
de una teoria de la significaci6n articulada sobre puntos de vista de Greimas. En
el primer caso, es neta la oposici6n a cierto estructuralismo que pretende que el
c6digo se hace en los hombres (transposici6n extremista de algunas tesis de LeviStrauss) y no por los hombres; al reivindicar un espacio productivo, en lo que
coincido plenamente, sin que ello implique una entrega a anacr6nicos psicologismos, se abre la puerta a la comprensi6n de la acci6n ideol6gica, que se da en ese
espacio y que no es nunca abstracta ni un en si, sino un sistema de operaciones
complejas, con decisiones y rechazos, red que constituye, finalmente, el trabajo de
la escritura; en cuanto al otro punto, es de urgente necesidad que el tema sea
considerado y amplificado, porque todavia, en su uso, el concepto de significaci6n
&lt;&lt;valor
&lt;&lt;autor
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paga tributo al esquema suassuriano; Greimas modifica un tanto el estatismo del
&lt;&lt;significado&gt;&gt; y se autoriza a ciertas transformaciones que se puedan lievar a cabo
sobre e1, pero la ecuaci6n se nos ocurre inicial y pensamos que exige un trabajo
mas sistem6tico, esto es, ligado a una teoria de conjunto y no meramente corrigiendo una precedente que, si no se aleja, sigue haciendo presi6n.
No obstante todas estas inquietudes que Prada sabe poner en escena, hay algunos puntos controversiales; me limito a anotarlos: Les la po6tica una ciencia, coma
aqui se afirma?; Les el hombre el que &laquo;significa o es, mas bien, quien genera
, asi se revitalice o prosiga en
significaci6n?; Les la novela epistolar un
su decadencia? Sin animo de rechazar el alcance que pueden tener las afirmaciones de Prada en este sentido, se me ocurre, tan s6lo, que los problemas asi resueltos siguen planteados y que su resoluci6n hubiera exigido un esfuerzo complementario. Tal vez para alguien que deja entrar la dimensi6n ideol6gica en el analisis
de conceptos operatorios, esta manera de resolver arduas cuestiones sea un triunfo
de otra ideologia, cuyas consecuencias habria que considerar.
&lt;&lt;gnero
Not JITRIK
El Colegio de Mexico.
RAM6N XIRAU: Poesia y conocimiento. M6xico: Joaquin Mortiz, 1978.
Para Xirau la poesia es hermana de la filosofia y debe entenderse en dos niveles: uno personal e inconscientemente revelador y otro que ofrece
un sentido de la vida y del universo. De este planteamiento depende su selecci6n
de tres poetas: Borges, Lezama Lima y Octavio Paz, para el presente estudio. Ya
Xirau se habia ocupado de ellos por separado y ahora amplia y modifica sus meditaciones, despues, nos dice, de un ciclo de conferencias que dict6 en El Colegio
de M6xico (y tambi6n, aunque no nos o10dice, despues de un seminario en CUNY)
acerca de Borges, Lezama y Paz. Dispares en muchos aspectos, comparten una
dedicaci6n casi mistica a la poesia, rechazdndola como simple forma decorativa,
en un intento de expresar lo inefable. Cultivan la prosa, pero se sienten, ante
todo, poetas. Han prestado atenci6n al mundo clasico, en especial Lezama y Borges, pero tambien a lo criollo y lo mitico de sus respectivas regiones americanas.
Y pudiera afiadirse que los tres se han aventurado con placer y provecho fuera
del pensamiento occidental.
La creaci6n de un espacio po6tico independiente del tiempo real le parece ahora al autor una visi6n limitada de la poesia de Borges: el tiempo sucesivo asalta
igualmente sus suefios y ficciones. Si Borges refuta el tiempo, tambi6n niega, con
Berkeley, la materia, y con Hume, el yo, distintas vias para expresar la eterna
duda. La poesia, como la vida, es ambigua. Interesan a Xirau las preocupaciones
de Borges acerca de Dios (&laquo;la teologia es la perfecci6n del g6nero fantistico ) y de
leve (p. 58); esto es, la desea, la niega, la afirma.
la eternidad, una
Afiade Xirau que hay en Borges una progresi6n: elimina las menciones de Dios
en Fervor de Buenos Aires de la primera edici6n a las siguientes; ve la religi6n
como una est6tica en Otras inquisiciones, en cuyo epilogo confiesa que le interesan
&lt;&lt;por lo que encierran de singular y maravilloso . La duda es total, no hay probabilismo. Dicho esto, Xirau procede a dudar de la duda. Quisiera que Dios existiera para Borges y se pregunta: &lt;qhasta que punto aquf la ironia?; ,hasta que
punto el humor?&gt;&gt; (p. 61). Xirau modifica su enfoque anterior porque no puede
&lt;&lt;matizadamente
&lt;&lt;esperanza
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