de Azucenas. En Francia, desde la aparición de las tres Azucenas en el bautismo del Rey Clodoveo, se consignó en sus armas la Flor de lis, desapareciendo los tres sapos que basta entonces tuvo por blasón esta Corona. La Medicina ba empleado el aceite de Azucenas como un buen emoliente: el polen de las mismas pasó por un buen emenagogo y antiepilóptico: los bulbos, alimento de las clases rurales en mucbos puntos de Asia, son un buen madurativo. Por una coincidencia necesaria, las plantas y Flo­ res elogiadas en la Biblia (como ya se indica mas de una vez), fueron casi todas las mismas que se cele­ bran en la Flora Poética antigua. Y si el Schoschaanh bebreo ba ofrecido tantas dificultades para referirlo á una determinada planta, las Azucenas, Narcisos, Ja­ cintos, Lirios y otras, cuyas Flores tienen tanta analogia con ellas, y citadas por los Poetas antiguos, se encuentran en i g u a l caso. Siguiendo el propósito de esta obra, aquí corresponde su curioso é importante estudio. Las Azucenas blancas se ban confundido con el Galanto de nieve, Azucena blanca de invierno, Cam­ panilla blanca, el CRINON de los Poetas griegos. El Lirio entre las Espinas del Cantar de los Cantares, referido al Lirio de los Valles por unos, fué según otros nuestra Madreselva ó E G I L O S de los Griegos. El Jacinto, no el común sino el poético, de bistoriatan dudosa, casi se encuentra en el mismo caso que el Schoschaanh bebreo. Las Azucenas de color, los Del­ finios y Gladiolos, como los Lirios de matizados pé­ talos, ban sido referidos á esta poética planta, sin que