Borrador Andrés Recalde Caracteres y efectos de la inscripción de la transmisión de acciones en el libro registro de acciones nominativas Andrés Recalde 1. Premisa: a. Se va a tratar aquí de la inscripción de la transmisión de acciones en el libro registro de acciones nominativas y de sus efectos. Todo ello sin perjuicio de que convenga hacer alguna referencia, por comparación, a los registros de anotaciones en cuenta, si las acciones se reflejan a través de esta forma de representación, y a los libros de socios en otros tipos societarios (señaladamente la SRL). b. Los preceptos a considerar son, por tanto, el art. 55 (y, especialmente, el apartado 2º), art. 58 segundo inciso y art. 56.1 párr. 2º LSA, que establecen el régimen de legitimación de las acciones nominativas (puntualmente se hará alguna mención a los arts. 11 LMV y 15 RD 116/1992, que regulan las anotaciones en cuenta, o al art. 27.1 en relación con el 26.2 LSRL). No hay problema en las acciones al portador, puesto que la legitimación que deriva de la tenencia del documento basta para el ejercicio de los derechos del accionista por lo que no se prevé libro alguno (art. 58 primer inciso LSA). c. En principio no cabe un traslado por vía de analogía del régimen previsto en alguno de estos preceptos a supuestos diversos, dado el especial ámbito de aplicación de cada tipo societario y de cada instrumento de legitimación1. No obstante, los principios que inspiran regímenes diferentes pueden coincidir 2, ya que en las sociedades con estructura corporativa se prevé siempre algún mecanismo que permite a la sociedad conocer con criterios objetivos quienes son sus socios. Esto es especialmente necesario si el derecho de socio es transmisible de acuerdo con un régimen ágil y simplificado. 2. Las causas que dificultan la interpretación de las normas: a. En las SA las acciones se representan en títulos-valor o anotaciones en cuenta. En ambos casos son valores mobiliarios (art. 51 LSA), lo que comporta parecidos (aunque no idénticos) regímenes en relación con la legitimación la transmisión con vistas a proteger al tenedor de buena fe. i. Si se hubieran emitido acciones nominativas la legitimación derivada del libro (art. 55 LSA) convive con la resultante del título (arts. 56 y 58 LSA). La eventual contrariedad entre uno y otro índice es una de las razones que influyó en que el tema sea un banco de prueba de una concepción unitaria de los títulos-valor3. 1 No obstante, a los resguardos provisionales (art. 54.2) sí que se les podrían aplicar las normas de las acciones nominativas STS 30 de septiembre de 1997 RJ 1997/6461; STS 24 de enero de 2002 (Ponente Villagómez Rodil). 2 Algo que resulta particularmente patente en el caso del libro de socios de la SRL (p. ej. PERDICES/VEIGA, en Uría/Menéndez/Olivencia, Comentario al régimen legal de las sociedades mercantiles, t. IV vol. 2ºA, Cizur Menor 2010, 167; PERDICES, “La transmisión de participaciones en la sociedad de responbsabilidad limitada”, en Tratando d ela sociedad limitada, Madrid 1997, 423 y ss.). Y ello a pesar de que habitualmente se vena a atribuir al libro de socios de la SL un valor relativo. Así, SAP Madrid 18 de diciembre de 2008 (y allí otras referencias) en relación con la inoponibilidad de la discusión sobre la titularidad de las participaciones sociales, de las que se predica s u carácter ganancial con motivo de un proceso de separación matrimonial, mientras no se acredite a quién corresponden las participaciones, por lo que la sociedad puede estar a lo que resulte del libro registro (en este caso las participaciones eran antes acciones nominativas, como consecuencia de la transformación de una sociedad anónima en limitada). 3 ANGELICI, “Note preliminari sulla legittimazione nei titoli azionari”, Riv. Dir. Comm, 1983, 35, 37; id., Le azioni, en Schlessinger, El codice civile commentario, Milano 1992, 252; aunque, sin duda, más que en el ámbito de la legitimación es en el de la inoponibilidad de las excepciones donde se suscita el centro de la discusión (PELLIZI, Principi di diritto cartolare, Bologina 1967, 319; PAVONE LA ROSA, Studi sulla polizza di carico, Milano 1958, 1 Borrador Andrés Recalde ii. En cambio el problema posee otros caracteres, debiendo valorarse exclusivamente la legitimación derivada del libro, 1. cuando no se emitieron acciones nominativas, pues los orígenes y caracteres del libro de socio son previos a la emisión de las acciones como títulos-valor4, 2. en la SL, donde las participaciones no pueden representarse mediante títulos o cualquier tipo de valores (art. 5.2 LSARL), 3. o en las anotaciones en cuenta, en las que el índice de legitimación –los datos resultantes del registro de anotaciones- es único e incide tanto en la sociedad como entre las partes (art. 11 LMV). b. El libro registro de acciones nominativas sólo es eficaz en el plano de la legitimación; facilita la prueba de la titularidad de los derechos y de las obligaciones derivadas de la relación entre la sociedad anónima y los accionistas. i. Pero la previsión de que se emitan acciones nominativas y que su transmisión se inscriba en un libro registro supone la convivencia de dos diferentes instrumentos de legitimación: 1. en primer lugar, el adquirente de una acción nominativa (art. 56 LSA) debe presentarla endosada a su nombre; el endoso es un requisito para hacer valer la condición de accionistas de acuerdo con las reglas de los títulos-valor. El endosatario se presume titular de la acción, salvo que la sociedad demostrase lo contrario (la carga de la prueba recae sobre ella). Si la sociedad cumple frente a él se libera, a menos que así obrase con mala fe o culpa grave porque supiera y dispusiera de medios de prueba líquidos para demostrar que no había adquirido las acciones en virtud de una causa lícita (analóg. art. 46.3 LCCh5 y los mismos términos en art. 11.2 LMV). 2. Pero la adquisición de las acciones no otorga al adquirente la legitimación para ejercitar frente a la sociedad los derechos del accionista. Es sólo un prerrequisito para poder inscribirse en el libro registro de acciones nominativas (arts. 56.1. párrafo 2º y 58 inciso 2º LSA), pues la sociedad “sólo reputará accionista a quien se halle inscrito en dicho libro” (art. 55.2 LSA)6. En definitiva la legitimación propia de los 319; RECALDE, en Arroyo-Embid, Comentarios LSA, 2ª ed., Madrid 2010, art. 51, 537; pero, también, con referencias a las especialidades de la acción respecto de todas las propiedades de los títulos, incluida la adquisición a non domino, PÉREZ MILLÁN, “La transmisión de acciones representadas mediante títulos-valores”, RDM nº 264265, 2007, 413, 415). 4 El origen de los libros de socios es anterior a la documentación de la posición de socio en acciones. Instrumento para que la sociedad conociera la identidad de sus socios: el “cartulario” del Banco de SanGiorgio Genova 1419 (ex Lehman 42 y ss.), según sistema de folio personal, con meros fines probatorios y sin que, en todo caso, fuera necesaria la inscripción. Evolución posterior (HAPP, “Vom Aktienbuch zum elektronischen Aktionärsregister”, en Festschrift Bezzenberger,, Berlin-New York, 2000, 111, 115; más detalles en PERDICES/VEIGA, Comentarios art. 55 173). 5 SAP Navarra 19 de mayo de 2004; FERNÁNDEZ PÉREZ, “La eficacia legitimadora del libro registro de acciones nominativas: el control de la regularidad de la inscripción como manifestación del deber de diligencia sobre los administradores”, RdS, nº 30, 2008, 499. 6 EIZAGUIRRE, “El régimen de las acciones: documentación y transmisión”, en AAVV, Jornadas sobre el nuevo régimen de la sociedad anónima, Madrid 1991, 79 y 85; RECALDE, voz “Título-valor”, 6579; id., Comentarios LSA, art. 51; PÉREZ MILLÁN, RDM, nº 264-265, 2007, 421. 2 Borrador Andrés Recalde títulos actúa como prelegitimación para acceder a la estricta legitimación corporativa que deriva necesariamente del libro. ii. Dado que con las acciones nominativas dos instrumentos que afectan a la legitimación (y que en todo caso se superponen a los instrumentos de prueba previstos en el Derecho común), esta dualidad puede interpretarse de dos maneras: 1. Aunque en principio entre el Derecho de títulos y de SA no hay contradicción en los asuntos fundamentales, el Derecho de sociedades impondría una adaptación de las especialidades propias del Derecho de títulos7. 2. Sin embargo, algunos defienden una interpretación que trata de ajustar el valor del libro al que resulta del Derecho de títulos-valor al afirmarse que “el libro no altera el régimen de las acciones titulizadas”8. 3. La tesis que defenderé es que cada instrumento tiene una función particular con un régimen también especial. Por tanto, no sólo se crea un nuevo instrumento de legitimación (el libro registro), sino que también difiere el régimen que le es aplicable (el art. 55.2 difiere del art. 46.III LCCh). Es lógico, por ello, que no sea posible extender normas que pretenden proteger a la sociedad como corporación, frente a las que primaria y fundamentalmente se ocupan de ofrecer una tutela del accionista que adquiere valores en el mercado. iii. Conviene advertir que el régimen del libro registro de acciones nominativas no concierne a la disciplina cartular, sino que se proyecta sólo en la esfera interna de la organización corporativa y, en concreto en las relaciones entre el socio y la sociedad: 1. el libro no afecta, por tanto, a las relaciones del socio transmitente y del adquirente, cuya confianza en los datos del libro registro no se protege, a pesar del derecho de inspección que se les reconoce9; 2. ni tampoco repercute en las relaciones entre el inscrito y el verdadero accionista, quien siempre puede impugnar los datos del libro registro10; 3. en fin, tampoco afectan a las relaciones entre el inscrito y los terceros11; no obstante, en Alemania la jurisprudencia ha reconocido efectos sobre los terceros en caso de fusión, puesto que la presunción irrefutable de la condición de socio derivada del libro registro operaría a favor de la sociedad 7 ZÖLLNER, Fest Raiser, 270; a quien sigue MÜLBERT, “Die Aktie zwischen mitgliedschafts- und wertpaperrechtlichen Vorstellungen”, Fest. Nobbe, Köln, 2009, 691, 724. Y, para la doctrina italiana, supra nota 3. 8 PERDICES, Libro registro de acciones nominativas, 119 (entre otros lugares) trata de ajustar la lógica del 55.2 a la del art. 46.3 LCCh y, en general, al Derecho de los títulos-valores, pero también al régimen de las presunciones del Derecho común; PERDICES/VEIGA, Comentario, art. 55, 171. 9 PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 184. 10 HEFERMEHL/BUNGEROTH, en Aktiengesetz Kommentar, München 1973, § 67 Rdn. 36; FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, 486. 11 HEFERMEHL/BUNGEROTH, en Aktiengesetz Kommentar, § 67 Rdn. 37; CAHN § 67 Rdn. 27, quienes resolverán sus relaciones por vías extrañas a las que vinculan a la sociedad. 3 Borrador Andrés Recalde absorbente o de la resultante de la fusión que entregara sus acciones al inscrito12. 4. En este estudio sólo se considerará esa vertiente del libro registro de acciones nominativas como instrumento de legitimación, y no se atenderá a la otra función que había venido cumpliendo tradicionalmente: la de facilitar a los accionistas conocer la identidad y otros datos relevantes de los demás accionistas (art. 55.3 LSA)13. 5. El Derecho de sociedades anónimas establece a veces otros requisitos de legitimación, que condicionan la valida constitución de los órganos sociales; a. Así ocurre con la lista de asistentes que debe elaborar el presidente de la junta (art. 111 LSA), aunque desde el punto de vista de la legitimación es irrelevante14; b. otras previsiones imponen requisitos adicionales para asistir a la junta, como la necesidad de que el accionista esté inscrito con cierta antelación a su celebración (art. 104 LSA) 15, para asegurar que las acciones no circulan en ese intervalo16. i. La única excepción a la necesidad de una estricta correspondencia entre la notificación para la inscripción y la legitimación se produce cuando se prevé que el derecho de asistencia a la junta sólo deba reconocerse a quienes están inscritos con cierta antelación (record date) (§ 123 AktG)17. Esta exigencia se adecúa a lo previsto en la directiva 2007/CE sobre ejercicio de los derechos de los accionistas de las sociedades cotizadas, que pretendía dar respuesta a la exigencia del Plan de Acción de la Comisión en materia de Derecho de sociedades que pretendía reforzar los derechos de los accionistas 18. Según el § 121.3 frase 2ª AktG, el cumplimiento de este requisito podría ser condición para el ejercicio del derecho de asistencia en la junta. La admisión de esta posibilidad por la jurisprudencia no obsta a que en alguna decisión reciente se admitiera la impugnación de la junta si el “bloqueo” de nuevas inscripciones en el libro registro en las fechas previas a la celebración de la junta no se mencionó en la convocatoria 19. En todo caso, el tema ha quedado oportunamente regulado en el § 123.2 AktG, tras la ARAG de incorporación de la 12 BAYER, Münchener Komm 3. Aufl. München 2008, § 67 Rdn. 37, por lo que quien no estuviese inscrito no podrá pretender el ejercicio de los derechos que la ley le reconoce en caso de modificación estructural o en cualquier otro ámbito en el que el accionista está legitimado frente a la sociedad al ejercicio de determinados derechos, también otras decisiones para squeeze out, contratos de dominación y otros supuestos de modificaciones estructurales; crítico CAHN en Spindler/Stilz, Kommentar z. Aktiengesetz, München 2007, § 67 Rdn. 29 y 30, indicando que ello no resulta del § 67.Abs.2 AktG). 13 RECALDE, “Publicidad de los datos personales incluidos en los registros de accionistas”, RdS, nº 18, 2002-1, 77 y ss. Esto ya no sucede en Alemania tras la reforma del par. 67 párr. 5º (NaStraG 2000) en Alemania no es ya un medio de conocimiento recíproco entre los accionistas (CAHN, en Spindler/Stilz, Kommentar z. Aktiengeset § 67 Rdn. 3), por discutibles razones traídas de la normativa de “protección de datos”. 14 RDGRN 13 de febrero de 1998 (FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS nº 30, 2008, 486 nt. 3); STS 30 de abril de 1999 (RJ 1999/3425) (Construcciones y Edificaciones SA) (Pnte. Morales Morales). Es un error decir que como el presidente debe elaborar la lista de asistentes, su juicio en esta tarea deba prevalecer sobre el control de cumplimiento de las normas legales de legitimación y de la inscripción anticipada, como sostiene RDGRN 26.11.2007 RJ 2007\8241). 15 STS 6 de junio de 2005, RJ 2005\4420 Pnte. Almagro Nosete (caso “Fotofilm”). 16 RECALDE, art. 55, 574; PERDICES, El libro registro, 99; PERDICES/VEIGA, Comentarios art. 55, 197. Contra, reconociendo el derecho de asistencia, aunque no se cumplieran los requisitos de inscripción y depósito en el libro, STS 30 de septiembre de 1997, 14 de noviembre 1997 RJ 1997/8184; SAP Navarra 19 de mayo de 2004; FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 489 y s.; el sentido de STS 6 de junio de 2005, es oscuro. 17 CAHN, § 67 Rdn. 68, SPINDLER, ZGR, 2000, 423; WIENECKE, en Bürgers/Körber, Aktiengesetz, Heidelberg 2007, § 67 Rdn. 27. 18 Sobre los problemas que plantea el art. 104 LSA desde la perspectiva del art. 7 de la Directiva 2007/26/CE ¿???, modificación del art. 2370 Cc italiano (De LUCA, BBTC 2010, 257), el depósito previo (record date) que prohíbe la directiva con un plazo superior a 2?? días, sólo afecta acciones depositadas o gestionadas en un sistema de administración centralizado, pero no a títulos. El problema es que el 104 LSA se refiere a títulos o anotaciones en cuenta.En su origen la propuesta de Directiva trató de ocuparse de los problemas del cross-border voting, (NOACK, “Anlegerrechte bei mittelbar gehaltenen Wertpapieren. Bemerkungen zu dem Dreieck aus Emittent – IntermediärAktionär”, en Baums/Cahn, Die Zukunft des Clearing und Settlement, 85), cuestión que luego se abandonaría en el proceso de discusión de la directiva. 19 LG Köln 5.12.2008, OLG Köln 11-2-2009 (QUASS, “Nichtigkeit von Hauptversammlungsbeschlüssen wegen eines Umschreibesstopps im Aktienregister?”, AG, 12/2009, 432 y ss.). El argumento es de carácter formal pero afecta a los acuerdos de la junta; en concreto que dice que no se mencionó en la convocatoria el record date, o sea el bloqueo del libro de acciones con la antelación respecto de la junta relevante. En esa sociedad no se preveía antes la necesidad de una inscripción anticipada de los accionistas para poder acceder a la junta. 4 Borrador Andrés Recalde Directiva de derechos del accionista, aunque no tengo claro si en ella se exige que la existencia del bloqueo debe constar o no en la convocatoria. c. En todo caso, la inscripción en el libro registro de acciones nominativas sólo es eficaz para la legitimación, pero resulta irrelevante tanto para la constitución de las acciones como para su transmisión. i. En otro momento, la transmisión era consecuencia del transfert realizado en el libro registro, de manera que la referencia a la transmisión en el documento sería consecuencia de la realizada a través del libro-registro20. ii. Desde 1989 este planteamiento se supera. Aunque aún se manifiesta alguna posición contraria21, hoy tiende a aceptarse22: 1. que la acción nominativa se configura como un título a la orden endosable nato; ello incide en el plano del tráfico y de la transmisión, donde prima el Derecho de títulos-valor, mientras que el libro de socio carece de cualquier eficacia a estos efectos. Sobre esta cuestión, pudo crear alguna confusión el art. 56.1.párr. 2º LSA, que, para las acciones nominativas, prevé “también” la inscripción por los administradores en el libro registro de acciones nominativas. Pero la concepción tradicional que exigía un transfer a los efectos de la transmisión quedó hace tiempo arrumbada 23. 2. Las posiciones de socio se transmiten, por tanto, de conformidad con el régimen que les es aplicable (art. 56 LSA) y la legitimación propia de los títulos-valor permite forzar al cambio en la referencia del libro registro (art. 58 LSA 24). 3. La acción puede circular también con arreglo al Derecho común en caso de transmisión mortis causa o por cesión, tal como ocurre si no se han emitido los títulos accionariales o si se produce una circulación impropia. Ahora bien, incluso aquí la sociedad puede exigir la entrega del título si no quiere correr el riesgo de un cumplimiento que no la libere25. d. Teorías sobre el alcance de la presunción de titularidad del inscrito. 20 Sobre los orígenes de este modelo en el Derecho francés e italiano PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 174. ALONSO ESPINOSA, RDBB, nº 45, 1992, 78; MADRID PARRA, RDM 203-204 (1992), 194. Y este tipo de imprecisiones, en obiter dicta, es STS 6 de junio de 2005 (Pnte. Almagro Nosete Caso Fotofilm). 22 VELASCO SAN PEDRO, “La documentación de la posición de socio”, 321; RECALDE, Comentario Art. 55, 536; EIZAGUIRRE, “El régimen de las acciones: documentación y transmisión”, en AAVV, Jornadas sobre el nuevo régimen de la sociedad anónima, Madrid 1991, 80 y 85; TAPIA SÁNCHEZ, voz “Libro registro de acciones”, en Diccionario de sociedades, coord. Alonso Ledesma, 2006, 757; PÉREZ MILLÁN, RDM nº 264-265, 2007, 421; PERDICES/VEIGA, en Uría-Menéndez, Comentarios al régimen legal de las sociedades mercantiles , T. IV vol.1º2, 2010, 4096; PERDICES, El libro registro de socios, Madrid 2000, 64; FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, 485. SAP Navarra 15.5.1992 AC 1992\795 “la anotación en el Libro-registro no es un requisito constitutivo y surte plenos efectos en las relaciones internas –entre cedente y adquirente-, según el negocio causal específico de que se trate”. STS 28 de febrero de 2008 RJ 2008\2931 (Pnte. Ferrándiz Gabriel) (Caso “Huelva Business SL c. Sevilla Club de Fútbol SAD”): la inscripción de la transmisión en el libro registro de acciones nominativas ... no tiene la condición de elemento constitutivo del efecto traslativo, el cual se produce sin intervención de la sociedad y conforme a las normas que regulan la circulación de los títulos”. Ya GIRÓN, Derecho de sociedades anónimas, Valladolid 1952, 247. 23 RECALDE, RDBB, nº 50, 1993; PERDICES/VEIGA, Comentarios art. 55, 176 y s. con abundantes citas 24 PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 178; con cita de EIZAGUIRRE, “La opción por el concepto amplio”, 1139 nt. 28; y VELASCO SAN PEDRO, “La documentación de la posición de socio”, 323. 25 STS 28 de febrero de 2008 RJ 2008\2931 (Pnte. Ferrándiz Gabriel) (Caso “Huelva Business SL c. Sevilla Club de Fútbol SAD”): el adquirente no pudo presentar las acciones para su inscripción, porque estaban pignoradas. 21 5 Borrador Andrés Recalde i. Teoría tradicional y dominante: el texto del art. 55.2 LSA es claro cuando dice que “la sociedad sólo reputará accionista a quien se halle inscrito”. Siempre se interpretó como una presunción fuerte, que operaba incluso si los administradores eran conscientes de que el inscrito no es el titular real de las acciones. La justificación del reconocimiento de un especial valor a las indicaciones del libro registro de acciones nominativas está en las exigencias organizativas de la sociedad anónima. 1. La condición de accionista supone una relación jurídica que determina un ejercicio continuado de derechos por los socios, que no se agota en un sólo acto. A estos efectos se crea el libro registro, que facilita a la sociedad la acreditación permanente de quien es accionista. Pero este instrumento opera, también, en beneficio del socio pues estando inscrito no necesita acreditar su condición de socio cada vez que ejercita un derecho. protege fundamentalmente a la sociedad, que se libera de sus obligaciones en el cumplimiento de sus obligaciones para con los socios; con ello se trata de tutelarla frente al riesgo de que su actuación se vea comprometida por vicisitudes ajenas que afectan a las relaciones entre el transmitente y el adquirente de acciones, respecto de las cuales carece de cualquier control26; indirectamente, los libros de socios permiten a los accionistas acreditar su condición una sola vez, sin necesidad de una costosa prueba y continuada de que mantiene esa condición; por ello, una vez inscrito, el accionista no tiene que demostrar más su condición27. 2. La condición de accionista eventualmente conlleva también obligaciones y cargas para los accionistas (desembolso de dividendos pasivos, deberes de fidelidad, prestaciones accesorias). El libro registro protege a la sociedad simplificándole la prueba del sujeto frente a quien tiene derecho a reclamar esas obligaciones 3. El libro ofrece así, seguridad, pues la decisión de considerar o no accionista se liga a un dato formal fácilmente verificable, y se excluye cualquier discrecionalidad de los administradores. En caso de discordancia entre los datos del libro registro y la eventual titularidad real, prevalecen los primeros, siendo indiferente la buena o la mala fe de la sociedad, o el conocimiento de la inexactitud de los datos del libro registro28. Si la sociedad considera que los datos del libro registro son erróneos debería proceder a instar su rectificación de conformidad con lo previsto en la LSA. La sociedad no puede cumplir frente a quien no está inscrito y, si lo hace, será a su riesgo29. 26 RECALDE, Comentarios, art. 55 537; FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS nº 30, 2008, 487. HEFERMEHL/BUNGEROTH, en Aktiengesetz Kommentar, , § 67 Rdn. 5; Bayer, AktG Münchener Komm, § 67 Rdn. 1 y ss.; CAHN, en Spindler/Stilz, Kommentar z. Aktiengesetz, § 67 Rdn. 1. 28 STS 6 de junio de 2005 (Fotofilm); STS 16 de febrero de 2007 RJ 2007\687 (Embutidos Turón): “objeto de este proceso no es directamente dependiente de aquél otro en que se discute quien es el propietario de las acciones y en definitiva quien debe figurar en el libro-registro de las acciones nominativas, pues como se expondrá más adelante, no hay más realidad jurídica que la de la constancia registral”. Cualquier modificación posterior sin el consentimiento del anteriormente inscrito es irregular e ineficaz. Más referencias en RECALDE, 572. En la RDGRN 4 de marzo de 1993, Ar. 10.184, con ocasión del ejercicio del derecho a nombrar auditores ex art. 205, se entendió que la presunción de la condición de accionista no puede ser desvirtuada por la sociedad mediante la presentación de un documento privado de transmisión, cuando este documento se opone a los datos del libro de socios; también PAZARES, y PERDICES, «Libro registro de acciones», p. 4098). 29 Se ha distinguido cada derecho indicado que la posibilidad de que la sociedad cumpla a su propio riesgo cabe para el cobro de los dividendos que la sociedad acuerde repartir por tratarse de una relación externa, pero no para el 27 6 Borrador Andrés Recalde 4. El origen de esta posición está en la legislación alemana donde el término “nur” en el precepto equivalente (par. 67 AktG) da lugar a una interpretación que se generaliza entre nosotros30 y no parece que quepa duda alguna de que esta interpretación es el antecedente directo del art. 55.2 LSA, que iría en contra del principio general sobre ficciones y presunciones del art. 1251 Cc, esta presunción no admitiría prueba en contra. En Alemania este precepto se dice que refleja una mera eficacia legitimatoria. La mayoría entiende que ello no es correcto, pues no cabe prueba en contra de sus indicaciones31, por lo que el valor de las indicaciones del libro operaría incluso si a la sociedad le fuera conocida la discordancia entre las indicaciones del libro y la realidad. La norma establecería una ficción o una presunción que no admite prueba en contrario 32. Por ello, no es que la sociedad no tenga (nicht muss) o no esté obligada a reconocer el ejercicio de derechos al no inscrito, sino que no debe hacerlo (nicht darf)33. ejercicio del derecho de voto ni para la impugnación de acuerdos que se proyectan en el ámbito interno de la organización corporativa (ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, 61 y s.): 30 PAZ-ARES/PERDICES, voz “Libro registro de acciones nominativas”¸ EJB, Madrid 1995, 4096; EIZAGUIRRE, “La opción por el concepto amplio”, Madrid 1996, 1140: la sociedad puede reconocer al inscrito como accionista “aunque no ignore su falta de titularidad; PANTALEÓN, Las acciones. Copropiedad, usufructo, prenda y embargo, en Uría-Menéndez-Olivencia, Comentarios al régimen legal, 38 y ss.; RECALDE, Homenaje Broseta, 3108 y ss.; RDBB, 386; RECALDE, en Arroyo-Embid, Comentario, art. 55, 571; más referencias, aunque para manifestar una posición contraria a esta posición PERDICES/VEIGA, Comentarios art. 55, 186 y ss. y ya PERDICES, Libro, 68 y ss. También la jurisprudencia sigue generalimente esta tesis: STS 2 de diciembre de 1999 (Ponente Vázquez Sande, “Termas Pallarés 1”); 22 de febrero de 2000 RJ 2000\1168 (Pnte. Vázquez Sande, “Termas Pallarés2”) ; STS 30 de septiembre de 1998 (Pnte O’Callaghan) RJ 1997/6461 ¿??; STS 6 de junio de 2005 RJ 2005\4420 (“Fotofilm”, a quien no se ha inscrito y no se le ha reconocido la legitimación correspondiente frente a la sociedad, no puede ejercer los derechos de socio y esta no está obligada a tenerle por accionista); STS 16 de febrero de 2007 RJ 2007\687 (Embutidos Turón) (la sociedad no puede unilateralmente rectificar el libro registro si se opone el inscrito); SAP Navarra 15.5.1992 AC 1992\795 “la anotación en el Libro-registro no es un requisito constitutivo... Pero sin embargo se precisa la inscripción, a los efectos legitimatorios”; SAP Valencia 21 de marzo de 2001, 9 de mayo de 2001; SAP Madrid 18 de diciembre de 2008, para el libro de socios de una SRL; también SAP Valencia 3 de noviembre de 2001 JUR\2002\40295, aunque allí se dice que la “rigidez (del art. 55. LSA) iría contra el verdadero sentido de la norma y del derecho de defensa del socio. Las sentencias del TS transcritas más arriba condicionan la aplicación de la drástica disposición del art. 55-2º a que las acciones del socio no se hayan inscrito en el libro correspondiente por causa achacable al propio socio, singularmente por su pasividad en el ejercicio de sus derechos para promover tal inscripción. Sin embargo, en el caso de autos el socio nunca se aquietó a la actuación societaria que estimó ilegal o conculcadora de sus derechos. Es verdad que LIDO YARIN, SA, acordó la conversión de acciones al portador en nominativas en la Junta Extraordinaria celebrada el 11 de marzo de 1994; pero también lo es que este acuerdo fue impugnado por el hoy actor, que aún no ha recaído sentencia firme, y que la sociedad le ha reconocido siempre la condición de socio. En tales condiciones, sostener que el socio no puede ejercer sus derechos societarios más relevantes (los de asistencia a la Junta e información) por la mera falta de inscripción de las acciones en un libro, cuya existencia legal pende todavía de que recaiga sentencia firme, constituye un formalismo exacerbado y desproporcionado, que no debe sobreponerse al legítimo ejercicio de los derechos que integran la cualidad de socio, que todos reconocen en el demandante, sin que exista discusión ninguna sobre la titularidad de las acciones que, nominativas o al portador, inscritas o no, todos afirman que pertenecen al actor”. 31 LUTTER, Kölner Kommentar § 67 Rdn. 19. 32 Tesis más correcta según BAYER§ 67 Rdn. 39; LUTTER, cit. en SPINDLER, ZGR, 2000, 423; en HUECK/FASTRICH, en Baumbach/Hueck GmbHG Kommentar, 18. Aufl. §16, Rdn. 1, considera se equivalente la calificación como “ficción” o “presunción que no admite prueba en contrario” en relación con la GmbH donde opera igualmente el principio de que la legitimación opera desde la notificación a la sociedad. 33 En Alemania se dice que el pago a favor de un no inscrito no tendría ningún efecto liberatorio con carácter definitivo, incluso aunque conozca que quien pretende hacer valer sus derechos sin estar inscrito realmente es el titular de las acciones. El § 67 Abs.2 AktG sería un precepto puro de organización DRYGALA, NZG 19/2004, 894 (importante); LUTTER, en Kölner Kommentar z. AktG, § 67 Rdn. 23. 7 Borrador Andrés Recalde 5. La misma posición se sigue mayoritariamente en Italia 34. La consecuencia de esta desviación de las reglas se produce en dos ámbitos: Por un lado, el titular verdadero no inscrito no está legitimado al ejercicio del derecho de voto, pues la legitimación conforme al régimen propio de la sociedad anónima constituye un requisito necesario para el correcto desenvolvimiento de la junta y de los órganos sociales 35. Se discute si, además, esa legitimación es suficiente para el legitimado no titular, que es donde se produce la mayor desviación del régimen de los títulos-valor. La condición de accionista no es comparable a la del deudor. Para evitar la discrecionalidad y la incertidumbre sobre la validez de los acuerdos de la sociedad, debe admitirse que en principio son válidos los acuerdos adoptados por quien está legitimado de conformidad con el índice objetivo o el procedimiento creado por el Derecho de sociedades para garantizar un seguro funcionamiento de la sociedad36. El ser titular de las acciones no puede estimarse un requisito para la validez de los acuerdos de la junta. A ello se opone tanto el tradicional anonimato de las acciones como, sobre todo, la indiferencia para la persona jurídica respecto de las posiciones de quienes votan o ejercen otros derechos37. En definitiva, los mecanismos formales de tipo procedimental agotan los temas de validez de acuerdos, mientras que es indiferente la imputabilidad del voto al que realmente es socio38. El interés de los demás socios en garantizar la affectio societatis de los verdaderos accionistas pasa por corregir o modificar el instrumento de legitimación erróneo. 6. También en nuestro país generalizadamente esta tesis. La Ley establecería una presunción iuris et de iure o una “ficción irrebatible”39, que sólo se rompería o con la rectificación de los asientos del libro registro (art. 55.4) con la inscripción del cambio de accionista (art. 55.1). Esa “contradeclaración” que modifica la anterior afecta a la titularidad de la participación, pero, en principio, no impide el normal desenvolvimiento de la vida social de los órganos de la sociedad. Aunque aquí, como se 34 ANGELICI, GATTI, ambos cit. en Perdices, Libro, 97. ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, 44 y 46. 36 ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, 46 y s. 35 37 38 ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, 50. ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, 52. 39 En cambio, se dice que en las SRL no operaria la presunción absoluta. En SAP Madrid 5.2.2010 se advierte que como no existe en la LSRL un término como el “sólo se reputará” similar al del art. 55.2 LSA, por lo que el valor de los asientos del libro de socios es relativo “en el sentido de que el meritado libro no legitima por sí solo el ejercicio de los derechos de socio cuando por cualquier circunstancia le consta a la sociedad que el inscrito ha dejado de ostentar tal condición” (de donde se asume que esta es la regla en la LSA), pero se señala que “ello no autoriza a privar a los asientos del meritado libro registro de todo valor fuera de los derechos derivados de la condición de socio a quien la ostenta con arreglo al mismo y por tanto reconocer eficacia a la apariencia que de esos asientos resulta, en tanto dicha apariencia no haya sido desvirtuada por el cauce judicial adecuado (o, al menos, dejada en suspenso por medio de la correspondiente medida cautelar) con intervención de todos los afectados” (lo que no sucedió en el caso). 8 Borrador Andrés Recalde indicará, habrá que valorar las causas de la inscripción errónea, pues estas conllevan consecuencias diversas. ii. Una propuesta alternativa ha pretendido corregir esta tesis, al destacar que las presunciones iuris et de iure son excepcionales en nuestro Derecho (art. 1251 Cc) y reivindicando una interpretación del art. 55.2 LSA armónica con el Derecho de títulos40. En esta línea que relativiza los términos del art. 55.2 LSA también se sitúa, aparentemente, la RDGRN 26.11.2007 RJ 2007\824141. A partir de ello 1. se considera que la inscripción tendía “una mera función facilitadora”, que atenuaría la necesaria presentación de la acción agotándose en ello su función42. La presunción de titularidad sería admitiría una prueba en contra de los datos registrales por quien alega la condición de accionista; la sociedad podría no cumplir frente al inscrito e, incluso, no debería hacerlo si dispone de medios de prueba líquidos para demostrarlo. En el lado de las deudas del socio frente a la sociedad, se priva de un valor especial al libro registro. En cambio sí que se considera que se produce una monopolización en relación con el título, pues “sólo” el tenedor del título puede reclamar el cumplimiento y sólo frente al tenedor el cumplimiento libera al deudor43. 2. Esta posición se sustenta en varios argumentos. En primer lugar, en la contradicción valorativa entre la tesis tradicional y la teoría de títulos-valor44. Pero con ello se olvida que los intereses y valores que concurren 40 Fundamentalmente PERDICES, Libro registro, apoyándose en la doctrina suiza¸ p. 94 nt. 108 y, con variaciones no matizadas PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 185 y ss., aunque esta postura no toma casi nunca en cuenta una jurisprudencia claramente contraria a su posición, que, simplemente, no se cita. 41 “La inscripción en el libro registro de acciones nominativas tiene una finalidad legitimadora, no constitutiva, de suerte que la sociedad ha de reputar como accionista a quien figure inscrito como tal en aquel libro... la inscripción en el libro registro genera una presunción iuris tantum (art. 1251 Cc y que actúa a favor del socio (en el sentido de que le libera de la obligación de exhibir el título de la acción (cfr. Art. 58 LSA) y, fundamentalmente, en beneficio de la sociedad, que podrá reputar como socio a quien figure en dicha anotación, lo que no impide que dicha entidad pueda, a riesgo suyo, permitir el ejercicio de tales derechos a quien según le conste ostente dicha titularidad societaria aunque ésta no haya no haya obtenido el oportuno reflejo librario” (en las alegaciones se decía que “la legitimación para el ejercicio de los derechos de asistencia y voto en las juntas Generales derivado (sic) de la mera inscripción de los accionistas en el libro registro, ex artículos 55.2 y 104 LSA ... sólo puede tener un carácter absoluto y excluyente para la sociedad cuando en aquí se contemple, de forma certera e inequívoca, todo el capital social, y no así en otros supuestos como el presente cuyas copias del libro registro arrojan un contenido que no se ajusta a la realidad jurídica...el libro registro es un documento privado (art. 25 Ccom y 1225 Cc) y sus inscripciones no tienen carácter constitutivo, sino tan sólo legitimador de la cualidad de accionista siempre y cuando reflejen con precisión la verdadera titularidad del capital, por lo que su contenido permite ser desvirtuado mediante prueba en contra ofrecida por otros medios como en el presente caso por los títulos públicos exhibidos” (títulos de adquisición de las acciones en ejercicio de un derecho estatutario de adquisición preferente). Con cita, entre otras, de SAP Cantabria 8.11.1999; en SAP Castellón 20 de diciembre de 2002 jur 2003\107687 realmente se instó a la rectificación del libro de socios, razón que justificó la legitimación del socio cuya condición de tal no fue atendida; en SAP Valencia 3 de noviembre de 2001 JUR 2002\40295 el valor presuntivo del art. 55.2 se condiciona al aquietamiento del accionista que no ejercita su derecho a acceder al libro registro, pero no cuando su condición de socio no se había negado por la sociedad, frente a un accionista que se había opuesto a la conversión de acciones al portador en nominativas y ejerció un derecho de información en una junta, que, al serle denegado, impugnó (yo: realmente es diferente cuando se le deniega el acceso al libro, que cuando se opone a un acuerdo de conversión de acciones y transformación del régimen de legitimación, que, mientras no se haya suspendido es eficaz y hay que atenerse al mismo). En STS 28 de febrero de 2008 RJ 2008\2931 (Pnte. Ferrándiz Gabriel) (Caso “Huelva Business SL c. Sevilla Club de Fútbol SAD”) se afirma que la presunción es iuris tantum, pero no se niega básicamente la fundamentación de la tesis tradicional. 42 PERDICES/VEIGA, Comentario, 169 y s. 43 PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55 205; PERDICES Libro, 119; (contra PÉREZ MILLÁN). Aunque luego se dice que la legitimación a través del registro es tan necesaria como en el título. 44 PERDICES, Libro registro, 76; PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 191 y ss. 9 Borrador Andrés Recalde aquí son especiales, frente a los de los títulos-valor; el libro registro no sólo supone un nuevo instrumento de legitimación estable, sino también diferencias en los efectos respecto de la legitimación cartular. a. Si la legitimación pasiva no deriva de la inscripción, y si la sociedad corre el riesgo de no liberarse cuando cumple frente al inscrito conociendo que no es el socio, se la obliga a adentrarse en la relación interna, lo que en el fondo supone un riesgo grave para garantizar el funcionamiento corporativo. En definitiva no se cubre a la sociedad frente al coste de tener que verificar con ocasión de cada ejercicio de derechos sociales si el accionista inscrito que pretende hacer valer su derecho realmente lo es45. En que la sociedad no debería inscribir al accionista ficticio, si conoce que realmente no adquirió la condición de socio (art. 56.1. párr. 2º LSA, la sociedad debe inscribir al endosatario en el libro registro “una vez que resulte acreditada la transmisión”). Si el endoso es fruto de una cesión fiduciaria de la legitimación dirigida a facilitar el ejercicio de los derechos, sin que el cedente-endosante realmente deje de ser socio (cesión por actio)46, no debería proceder a inscribirlo, debiéndose considerar accionista al inscrito. En contra de lo que generalmente se suele entender, quienes defienden esta postura consideran que lo mismo debe concluirse si las acciones se hubieran transmitido a un tercero, conservando el transmitente la legitimación a través del libro registro (legitimación por retentio o deductio47). De manera discutible se afirma que la sociedad puede negarse a inscribir al fiduciario y a permitirle el ejercicio de los derechos en caso de una cesión legitimatoria o que no debería reconocer al inscrito que ha dejado de ser socio48. La legitimación fiduciaria del socio es una forma de apoderamiento ineficaz si se manifiestan expresamente en el libro registro pues las transmisiones válidas son sólo 45 Que PERDICES, Libro registro, 93 y ss. reconoce que es función del libro. Esa es la razón por la que la doctrina alemana –y nuestro Derecho la seguía- optaba por el recurso a la presunción irrebatible, que sólo se podía desmontar mediante la inscripción de la nueva adquisición o la corrección del registro (algo que a PERDICES, Libro, 94, le parece que “no es admisible”). 46 En todo caso estas no se pueden inscribir porque no cabe el acceso al libro registro de supuestos de desmembración de derechos (en el caso de los derechos políticos de voto) más allá de los casos tipificados y, por tanto, no en los casos de cesiones legitimatorias RDGRN 9 de diciembre de 1997 RJ 1997\197. 47 PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 190; PERDICES, Legitimación, 85y s. y nt. 100. Lo cierto es que algunos de los casos que este autor cita no serían invocables porque falta el libro registro de acciones nominativas que es, precisamente, el que suscita el problema de régimen especial que aquí se considera. 48 “En el actual estado de la doctrina la sociedad no puede tolerar a sabiendas y disponiendo de los medios de prueba necesarios para su corrección situaciones de cesión de la legitimación. La sociedad viene, en consecuencia, obligada a denegar la inscripción y, si la misma se llegó a producir, a la corrección del libro y a no realizar la prestación hasta que la misma se verifique. No obstante, si la sociedad cumpliese, habría que admitir su liberación aunque se pudiese remover a los administradores por esa causa o eventualmente indemnizar a algún perjudicado” (PERDICES, Libro registro, 92). Contra ANGELICI, Riv. Dir. Comm, 1983, 52. 10 Borrador Andrés Recalde las que la Ley prevé49, en las que el cesionario actúa en nombre propio pero en interés del cedente (con o sin instrucciones sobre el sentido del ejercicio de los derechos sociales). Pero en una representación indirecta, oculta, por transmisión fiduciaria no hay nada ilícito que permita oponerse a ello ni con relación al ejercicio de los derechos económicos (mera “cesión anticipada de los créditos futuros”) ni, incluso, de los derechos políticos50. Por ello, la sociedad debe tolerar estas cesiones si consienten a ellas cedentes y cesionarios. Más peso tiene el que en el Derecho español existe una contradicción valorativa con la discrepancia con el modelo recogido en el art. 11 LMV51. a. No hay duda de que este se sitúa en clave tradicional del Derecho de títulos, en el que el dolo y la culpa grave son límites a la eficacia liberatoria, mientras que en la norma de la ley de anónimas opera el régimen especial52. Pero es discutible que una inadecuada configuración del régimen de las anotaciones o su falta de coordinación con las normas de legitimación de las acciones-título53 favorezca una interpretación correctora del art. 55.2 LSA para adecuarla a la lógica cartular, como pretende PERDICES. b. La contradicción con el art. 11 LMV es una objeción fuerte, pero no obliga a interpretar el art. 55.2 LSA en un sentido que lo acomode a una preconcepción de la misma, manifiestamente contraria a su literalidad a los intereses que subyacen tras ella. Conviene recordar que en las anotaciones en cuenta la legitimación queda fuera del ámbito de la sociedad; tiene efectos constitutivos frente a los terceros adquirentes de buena fe, pero también en el plano de la legitimación. 3. La consecuencia de esta posición es que la sociedad a su costa puede y debe denegar al inscrito, que no es socio, el pago de dividendos, el derecho de información o el de asistir a la junta54. 49 RDGRN 9 de diciembre de 1997 RJ 1997\197. 50 PERDICES, Libro registro¸ 88 y 89. 51 PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55 189. 52 RECALDE, Est. Broseta, 3108 y s.; RECALDE, Comentarios art. 55, 569. 53 Por otro lado, habitual en otros países. Piénsese en la reforma introducida por el d. lgs. De 27 de enero de 2010 de adaptación a la Directiva 2007/36/CE sobre ejercicio de algunos derechos del socio, en Italia, que armoniza el régimen de legitimación del sistema centralizado de administración de acciones representadas en títulos inmovilizados (Monte Titoli) y el sistema de administración de instrumentos financieros desmaterializados (De LUCA, BBTC, 2010, 255) 54 Para PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 192 no sólo se requiere la buena fe (falta de pruebas líquidas) de la sociedad cuando se solicita la inscripción, sino en cualquier otro momento posterior, pues si esta dispone de pruebas de que quien ejercita el derecho no es socio debe denegarle el ejercicio e iniciar la rectificación. 11 Borrador Andrés Recalde “La buena fe en el momento de la inscripción (legitimación cartular, ex art. 58 LSA) no obsta a que la misma deba reproducirse en cada concreto acto de ejercicio”... “No sólo es preciso que la sociedad no disponga o pueda disponer de pruebas líquidas de la falta de titularidad del que solicita su inscripción; es preciso que eso se reproduzca en cada concreto supuesto de ejercicio de derechos. La buena fe de la sociedad no se agota en el acto de la inscripción –como se desprende de las teorías de la ficción-, sino que es preciso que se dé en todos los actos de ejercicio de derechos por el inscrito. Si la sociedad tiene dichas pruebas desde el inicio, deberá denegar la inscripción; si viene a tenerlas con posterioridad, deberá desde luego denegar el ejercicio solicitado e iniciar la rectificación del libro”55. Frente a la reclamación presentada a quien se halla inscrito relativas a las obligaciones que recaen sobre el socio, este podría negarse aunque soportaría la carga de la prueba de que realmente él no es el socio56. iii. Por mi parte, considero más ajustada a nuestra Ley la opción estricta que atribuye un valor fuerte a la presunción de titularidad que deriva del libro registro de acciones nominativas57 Ahora bien, ¿debe concluirse con ello que cualquier decisión de la sociedad en sentido contrario al libro es anulable por vía de impugnación? 1. Entiendo que no. Las reglas procedimentales sobre la correcta llevanza del libro registro de acciones nominativas y las soluciones excepcionales que prohíben un ejercicio abusivo de los derechos y obligan a actuar de buena fe pueden resolver los supuestos particulares. 2. La sociedad debe poder pasar por una verificación formal del cumplimiento de los mecanismos procedimentales de legitimación. Y sólo debería denegar el ejercicio de los derechos al inscrito si que la inscripción de la transmisión fue el “resultado de un acto inconsentido” por el anterior socio, tal como ocurre en caso de simulación58. 55 PERDICES, Libro registro, 78. PERDICES, Libro, 73; aunque en algunos lugares, p. ej. Libro 91, admite la eficacia liberatoria del pago frente a quien le consta como cesionario, no considera que la sociedad esté obligada a cumplir con él (si quiere puede hacerlo, aun obviamente lo hace “a su costa”) si no está inscrito; pero otras veces dice que la sociedad no se libera si cumple frente a quien se halla inscrito, cuando conocía que no era socio y tenía medios de prueba líquidos para demostrarlo (Perdices, Libro, 76, 94 y s.: sólo cumpliendo –de buena fe- frente al inscrito la sociedad tiene la seguridad de su liberación... la sociedad se libera cumpliendo frente al no inscrito si tiene pruebas líquidas de su condición de socio y no se libera cumpliendo frente al inscrito si tiene pruebas líquidas de que nunca lo fue o de que ha dejado de ser socio”; No obstante reconoce que, en el primer caso debe entenderse como solicitud de inscripción, y en el segundo procederá a la corrección del libro. En PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55 p. 206 aclara que al no inscrito no le puede permitir el ejercicio del derecho, pues debe proceder a inscribirlo si lo solicita, pues no cabe otra legitimación que la que resulta del libro registro. 57 También FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, 489. 58 ANGELICI, Riv. Dir. Comm, 1983, 53; PERDICES, Libro, 93 se refiere a la falsificación del endoso e inscripción en el libro, nulidad del negocio, el título constitutivo no puede determinar ese régimen, porque no existe, por lo que el verdadero titular tendrá derecho a lo que le pudiera corresponder por enriquecimiento sin causa o por gestión de negocios ajenos, aparte de las responsabilidades delictivas que cupiesen. 56 12 Borrador Andrés Recalde 3. Trataremos de justificarlo desde forma casuística, analizando la solución alcanzada en varios casos por la jurisprudencia 59. 4. Conviene seguir, ante todo, a los alemanes, quienes advierten que los efectos reconocidos a la inscripción en el libro registro de acciones nominativas presuponen una regular llevanza del mismo. En efecto la condición para la eficacia atribuida a la inscripción es que se hubiese realizado una anotación formalmente regular. Ello a su vez se basa en que se hubiera comunicado a la sociedad, también regularmente, el cambio de la persona que debe constar en el libro registro. La presunción de eficacia de los datos del libro registro no opera si la inscripción no se efectuó correctamente60. a. La llevanza del libro registro corresponde al órgano de administración, directamente o con la colaboración de terceros, de cuya gestión responde 61. La primera inscripción la efectúa la sociedad de oficio a favor del accionista que suscribe las acciones, sin que este pueda oponerse a ello. b. El adquirente sucesivo debe notificar a los administradores la realización de la transmisión y solicitar su inscripción. Será normalmente el adquirente quien comunique la transmisión, demostrando que adquirió las acciones de quien se encontraba inscrito con arreglo a los mecanismos formales de transmisión propios del Derecho de títulos o conforme al Derecho común (aunque en este caso deberá, también, presentar el título si quiere garantizarse el cumplimiento)62. c. La inscripción es un acto debido para los administradores a cuyo cumplimiento quedan obligados como manifestación del deber general de diligencia (art. 127). Una vez que se les comunica la transmisión, los administradores deben proceder a la inscripción “de inmediato” (art. 56.1 LSA)63. Cualquier violación de esa obligación de los administradores afecta a los datos del libro registro. i. En caso de una denegación maliciosa a la inscripción (incluso aunque ello se deba a la ausencia del libro registro de acciones nominativas) o de demoras o retrasos injustificados en la inscripción (p. e. a la espera de que tenga lugar la junta general en la que se pretende denegar al accionista su derecho a votar) se produce una conducta irregular de los administradores que afecta a la llevanza del libro, cuyas consecuencias se imputan a la sociedad. ii. Por ello, tiende a aceptarse que el accionista al que maliciosamente no se le hubiese inscrito o que hubiese sido borrado del libro-registro podría impugnar las juntas que se celebraron sin su presencia64. En 59 Hace unos años se proponía ya estudiar el tema de la legitimación del accionista desde una perspectiva operativa que se ocupase de la disciplina que se ocupa de la legitimación, más que de la fattispecie (ANGELICI, Riv. Dir. Comm, 1983, 35), propuesta que entendemos que es la correcta. 60 STS 16 de febrero de 2007 (Embutidos Turón), comentado por FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 483 y ss.; STS 6 de junio de 2005 (Ponte. Almagro Nosete, Fotofilm): “la transmisión de las acciones no fue justificada en forma ante la sociedad, ni inscrita en el libro-registro de las acciones nominativas, omisiones que no cabe desdeñar, puesto que ... era necesario comunicar la transferencia de sus títulos a la entidad mercantil para gozar del derecho de asistencia a la Junta, comunicación que, en el caso, no pudor producirse”, que estimó la legitimación para impugnar la junta a los antes inscritos; CAHN, AktG § 67 Rdn. 31; HEFERMEHL/BUNGEROTH, en Aktiengesetz Kommentar, § 67 Rdn. 39 y s. 61 HAPP, “Vom Aktienbuch zum elektronischen Aktionärsregister”, en Festschrift Bezzenberger, Berlin-New York, 2000, 111, 117; CAHN, § 67 Rdn. 10. 62 CAHN, § 67 Rdn. 50. Contra PERDICES, Libro registro, 149, aunque reconoce al transmitente el derecho a resolver la transmisión si el adquirente no solicita la inscripción como supuesto de negativa a recibir la cosa (art. 1505 Cc y 332 Ccom, por analogía); a quien sigue FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS nº 30, 2008, 491. 63 FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, 492. STS 28 de febrero de 2008 RJ 2008\2931. 64 SÁNCHEZ CALERO, La junta general,212 y FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, citan tres sentencias: SSTS 19 de diciembre de 1990 (RJ 1990, 10318) (Pnte. Barcala Trillo-Figueroa) (aunque el inscrito se había venido 13 Borrador Andrés Recalde este caso, el no inscrito no necesita proceder a rectificar el libroregistro para, luego, impugnar65. Pero debe demostrar la conducta de la sociedad contraria a la buena fe que afectó a la correcta llevanza del libro-registro. c. No obstante, es necesario el consentimiento del anteriormente inscrito. En el caso de que los transmitentes o adquirentes (condominio de acciones) fuesen varios, todos deben consentir salvo que hubieran designado un representante común. Si quien o quieres estaba inscritos manifestaran su oposición a que se inscriba al pretendido adquirente, la sociedad sólo puede el libro registro por la vía judicial, sin que pueda proceder unilateralmente o a instancia del adquirente. Si procedió a inscribirle sin el consentimiento del anteriormente inscrito, habrá una inscripción irregular. Al que pretende alegar su condición de accionista no le cabe otra vía que el ejercicio jurisdiccional de una demanda dirigida a rectificar el libro-registro, pues en el conflicto sobre la titularidad, la sociedad debe protegerse estando a lo que resulta del libro. i. Si la sociedad inscribió al pretendido adquirente contra la voluntad del transmitente inscrito, que habría dejado de constar en el libro, este puede impugnar la junta66, ya que la inscripción habría sido irregular. Así resulta de la interpretación del art. 55.4 LSA en la STS 16.2.2007 (caso Embutidos Turón): si la inscripción del adquirente se realizó por los administradores contra la voluntad del anteriormente inscrito es irregular e ineficaz, de manera que quien ya no consta como inscrito, pero lo estaba, podrá impugnar la junta celebrada con la presencia del supuesto adquirente. ii. La sociedad, por tanto, no puede inscribir de oficio las transmisiones de que fuese conocedor sin una previa notificación por las partes67. Si la acción circuló sin que se hubiese solicitado la inscripción de la transmisión, aunque ello sea conocido por la sociedad, ésta no puede inscribir al adquirente. iii. No obstante, podría proceder a la inscripción, a falta de una solicitud expresa del adquirente, si la voluntad de inscribirse pudiera deducirse reconociendo como socio, y no pretendía impugnar acuerdos de una junta), 20 de marzo de 1999 (RJ 1999, 1712) (NO ENCUENTRO); STS 30 de abril de 1999 (RJ 1999/3425) (Construcciones y Edificaciones SA) (Pnte. Morales Morales): legitimación para impugnar la juta de quien se opuso a un acuerdo anterior de transformación de acciones al portador en nominativas que no se inscribió en el libro-registro; STS 24 de enero de 2002 (Ponente Villagómez Rodil): dos libros registros, uno legalizado en el que consta el antiguo titular y otro que lleva la sociedad en el que consta el adquirente, pero como quiera que en otra sentencia se constata la adquisición de las acciones por el adquirente, aunque este no estaba inscrito en el primer libro procede la impugnación de la junta ejercitada por este. Y antes STS 30 de septiembre de 1997 (RJ 1997, 6461) (caso Papelera de la Riba SA, Ponente O’Callaghan): “al accionista demandante le fue privada la asistencia a la Junta General cuya nulidad de acuerdos es objeto de la acción ejercitada. Y le fue impedida por, no habiéndose impreso los títulos de una serie de acciones de que era titular y careciendo de los resguardos provisionales (no importa porque), no fue comprobada (porque no pudo o no quiso) su titularidad en el Libro-registro de acciones que debe llevar la sociedad (al aplicarse a aquellos resguardos el régimen de las acciones nominativas) y pese a que nunca se le negó su carácter de accionista). SAP Valencia 3 de noviembre de 2001 JUR\2002\40295: la condición o presupuesto para la aplicación del art. 55.2 LSA es que la falta de inscripción no sea achacable al socio por su pasividad en el ejercicio de sus derechos para promover la inscripción, como ocurre cuando no se ha inscrito tras un acuerdo válido de conversión de acciones al portador en nominativas. pero no cuando se produjo una conculcación por la sociedad de sus derechos, que supone una infracción del derecho de asistencia e información. 65 Como dice SÁNCHEZ CALERO, La Junta general en las sociedades de capital, 2007, 212. 66 STS 16 de febrero 2007 (“Embutidos Turón”); y para las mismas partes STS 17 de marzo de 2006 RJ 2006\1886 non vidi. 67 Ya GIRÓN, Derecho de sociedades anónimas, 249; FERNANDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008 491 nt. 19. 14 Borrador Andrés Recalde de los actos implícitos de las partes68, ya que no se requiere ningún tipo de formalidad para la comunicación69. d. Los administradores deben controlar la inscripción: i. en primer lugar, ese control afecta a la regularidad formal: 1. control de si la transmisión recogida en la acción nominativa se realizó conforme a la ley de circulación de ésta o a las previsiones de Derecho común (documento privado o escritura de cesión de créditos, o escritura de aceptación de la herencia en caso de sucesión mortis causa70). Una transmisión formalmente irregular (p. ej. cuando en el título se ha roto aparentemente la cadena regular de endosos) carece de aptitud para ser inscrita, incluso aunque la transmisión se correspondiera con la realidad. 2. Con ocasión del control de la regularidad de la notificación de la transmisión, la sociedad –a través de los administradoresdebe actuar de buena fe71. Aquí sí que son aplicables las previsiones generales del Derecho de títulos. Si los administradores conocen o debieran conocer, disponiendo de medios de prueba líquidos, que quien solicita la inscripción no es el accionista, debería rechazar la inscripción. Sin embargo, si la transmisión es consecuencia de un negocio fiduciario con fines representativos (cum amico) es cuestionable que pueda rechazar la inscripción, pues responde a una causa perfectamente lícita. ii. Pero también debe procederse a un control material, que, en primer lugar, afecta 1. a los requisitos para transmitir y adquirir (capacidad, poder de representación) 72: la transmisión que realice un representante sin poder, en caso de falsedad, de vis absoluta o ante cualquier supuesto que condujera a la inimputabilidad de la transmisión al transmitente, la transmisión no es imputable al transmitente y no debería tener efectos; 2. El control material afecta, igualmente, al cumplimiento de las previsiones estatutarias, entre las cuales se hallan las restricciones a la transmisión de las acciones. Si estas no se satisfacen, la sociedad no sólo puede no proceder a la inscripción del adquirente, sino que debería negarse a la inscripción73. En todo caso no serán oponibles al adquirente 68 RECALDE, Comentario, 570; PERDICES, El libro registro de socios, p. 155; FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, p. 483, p. 490. 69 Puede ser oral, escrita o electrónica o por hechos concluyentes (CAHN, § 67 Rdn. 57; para la GmbHG). 70 En este caso la prueba de la condición de socio y la modificación del libro debe realizarse de conformidad con las reglas del derecho común; pero si el heredero no se inscribe no puede ejercitar los derechos de socio (SAP Navarra15 de mayo 1992, AC 1992/795, exigiéndose la inscripción del heredero como requisito de legitimación). 71 FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008 499; RECALDE, Comentario, art. 55, 573, decía lo contrario, pero en realidad me refería a la irrelevancia de la buena o mala fe en momentos sucesivos a la inscripción, pero no con ocasión de la inscripción, donde juegan los principios del Derecho de títulos-valor. 72 Por ello, falta la imputabilidad de la comunicación si alguna de las partes era incapaz para intervenir en el negocio jurídico o tuviesen la capacidad limitada y a través de la inscripción no hubiese obtenido obtuviese sólo ventajas (§ 107 BGB) (HEFERMEHL/BUNGEROTH, en Aktiengesetz Kommentar, § 67 Rdn. 45). 73 FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS nº 30, 2008, 494 y s.; STS 2 de diciembre de 1999 (Pnte. Vázquea Sande, Termas Pallarés 1” (“la denegación de la inscripción de su adquisición de acciones, inscripción a la que el recurrente cree tener derecho, constituye un acto posiblemente impeditivo de ese derecho contra el que no cabe otra solución ... que el ejercicio de la correspondiente acción por la vía jurisdiccional legalmente establecida quedando entre tanto, por pasividad en este caso de la única parte interesada en el remedio, incompletas las consecuencias del acto al no haberse consolidado el mismo, respecto a la sociedad, a falta del registro que aquel precepto establece”) , y STS 22 15 Borrador Andrés Recalde las restricciones a la transmisión introducidas después de la adquisición de las acciones74. 3. Ahora bien, si la sociedad inscribió al adquirente, habiendo estimado que la transmisión procedía, los que la impugnan alegando una violación de las normas estatutarias deben solicitar la rectificación del libro registro, que mientras tanto será eficaz75. 4. El TS no ha reconocido la legitimación para impugnar la junta si el pretendido adquirente no solicitó la inscripción ejercitando una acción “tendente a obtener la plenitud de su invocada condición de accionista, también ante la sociedad”76. En estos casos de litigio sobre la realización de la transmisión, la sociedad puede estar a lo que resulta del libro registro de acciones nominativas y liberarse en consecuencia. e. En fin, a pesar del valor que puede y debe otorgarse a los datos del libro registro, la sociedad está vinculada por sus propios actos. Si venía admitiendo la asistencia de un socio no inscrito, no pueden impugnarse los acuerdos de la junta celebrados con él77 ni oponerse el libro a una lista de asistentes que se venía otorgando conforme a una realidad ajena al libro de socios. i. Sin necesidad de acudir a una interpretación “laxa” de la presunción del art. 55.2 LSA, la buena fe permite llegar a esta interpretación incluso en la RDGRN 26.11.2007 RJ 2007/8241: la “negativa a inscribir el documento presentado (lista de asistentes) implica una visible contradicción con otras calificaciones anteriores practicadas sobre la base de la misma realidad” pues ello supondría ir contra los propios actos y por tanto sería una conducta contraria a la buena fe. En estos casos debe prevalecer la realidad extrarregistral sobre el libro de socios. Si la legitimación derivada del libro registro se establece en favor de la sociedad y ésta ha prescindido de la de febrero 2000 (Termas Pallarés2). SAP Madrid 29 de abril de 2002: “si la sociedad no ha reaccionado frente al a transmisión antiestatutaria llegando a reconocer a los adquirentes su condición de socios y a inscribir en el Libro de Registro de acciones nominativas a favor de los terceros adquirentes las acciones transmitidas con vulneración de la norma estatutaria, podría debatirse la responsabilidad del administrador e incluso, la legitimación de los socios, cuyo derecho de adquisición preferente se ha impedido para instar la nulidad o ineficacia de la enajenación, pero no por ello se subsana la nulidad o ineficacia de que adolece la transmisión que incumple la comunicación estatutariamente prevista al órgano de administración de la intención de transmitir, para que a su vez lo comunique a los socios a fin de que puedan ejercitar el derecho de tanteo en el plazo estipulado, de modo que no puede aceptarse la alegación de la actora apelante de que la transmisión es válida con el fin de transformar el derecho de tanteo cuyo ejercicio se ha impedido en un derecho de retracto, y la nulidad o ineficacia, que sería su consecuencia necesaria, no puede dar lugar a un derecho de retracto a favor de los socios, pues dicho derecho de retracto no está contemplado en la norma estatutaria...”. 74 Laudo de Abriani; FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, 496. 75 STS 19 de diciembre de 1990, (Pnte. Barcala Trillo-Figueroa), en la que, sin embargo, no se anuló la transmsión. También STS 30 de abril de 1999 (RJ 1999/3425) (Construcciones y Edificaciones SA) (Pnte. Morales Morales): ineficacia de una transmisión en violación de las normas sobre restricciones, lo que da lugar a la ineficacia de la junta y de los acuerdos adoptados en ella. 76 STS 22 de febrero de 2000, “2ªTermas Pallarés SA”. 77 recordar la cita de Pérez Millán Supuestos en que se reconoce al accionista el derecho a ejercitar los derechos de socio, a pesar de no estar inscrito en el libro registro de socios: PÉREZ MILLÁN, Documenti di legittimazione e titoli impropri, Padova 2005, 79, NT. 154, cita el caso de los accionistas no inscrito en el ibro, cuando la sociedad les hubiera reconocido en el pasado dicho ejercicio y, consiguientemente, la cualidad de socio (con cita de GALGANO, “Mancata esecuzione del “transfert” ed essercizio dei diritti sociali nel trasferimento per girata delle azioni nominative”, en Riv. Dir. Civ., 1962, II, 400, 420 y ss.). PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 196; 16 Borrador Andrés Recalde misma, no puede alegarse con posterioridad. En particular cuando la sociedad78 y su secretario (que es el que alega la falta de coincidencia con el libro registro) y el registrador mercantil -con reflejo en la hoja abierta a la sociedad el Registro Mercantil- habían venido admitiendo una realidad de la sociedad ajena al libro de socios, no podría estarse a la nueva realidad derivada de un libro de socios (que antes no existía). Máxime cuando se ofrecen elementos suficientes de prueba de que una irregular llevanza del libro de socios, cuyos datos no serían compatibles con la titularidad material de las acciones tal como resulta de otros documentos. 1. Cualquier ejercicio por un no legitimado por el libro (a riesgo de la sociedad) o cualquier denegación de ejercicio al inscrito (a riesgo de la sociedad) pasa por la apertura del procedimiento de modificación del libro registro. Si no es así, no cabe un ejercicio de los derechos sino es por el inscrito (p. ej. el de impugnar los acuerdos sociales STS 6.6.2005 79). ii. De la misma manera que es abusiva la actitud de la sociedad que infringiendo las normas sobre regular llevanza del libro registro, se niega a la inscripción de quien sabe que es socio, porque así lo ha reconocido en alguna ocasión, y sin embargo, no le inscribe 80. 3. Consecuencias o efectos de la irregularidad de los administradores en la llevanza del libro registro: a. A la “comunicación” o “notificación” deben aplicarse las reglas generales de las declaraciones de voluntad negociales (ya los sean estrictamente, o se trate, más bien, de actos con efectos jurídico-negociales, pues en ambos casos, se aplican las normas de las declaraciones de voluntad). i. Si se cuestiona la validez de la transmisión debe solicitarse que se declare la ineficacia de lo que resulta del libro registro mediante la correspondiente demanda contra la sociedad y el inscrito. ii. Si el conflicto se da entre el pretendido enajenante y el adquirente, la sociedad debe esperar a la decisión judicial81. Cualquier decisión unilateral de la sociedad a favor del segundo, podrá impugnarse por el primero. En efecto, en caso de discrepancia, a los efectos de la legítima constitución de la junta, la sociedad puede y debe depositar 78 La lista de asistentes elaborada por el presidente y reflejada en el acta de la junta levantada en la junta constó con la aquiescencia de todos los accionistas asistentes, por lo que estos no pueden oponerse ahora a sus indicaciones y la condición de accionista de los asistentes a la junta que constan en la lista no sólo no fue negada sino que fue reconocida expresamente en distintas ocasiones, (RDGRN 26.11.2007 RJ 2007\8241, resolución en la que se alega, también, que en la LSA existen casos de legitimación ajena al libro registro como el de la copropiedad (art. 66 LSA) o el de prenda de acciones (artículo 2???). 79 RECALDE, Comentario, 572; PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 197. Creo que es diferente el caso de SAP Valencia 3 de noviembre de 2001 JUR 2002\40295 en que se condiciona el valor presuntivo absoluto a un aquietamiento del accionista que no ejercita su derecho a acceder al libro registro, pero no cuando su condición de socio no ha sido negada y se ha opuesto a la conversión de acciones al portador en nominativas; por lo que en el caso se admite la legitimación para la impugnación de los acuerdos sociales (yo: realmente es diferente cuando se le deniega el acceso al libro, que cuando se opone a un acuerdo de conversión de acciones y transformación del régimen de legitimación, que, mientras no se haya suspendido es eficaz y hay que atenerse al mismo). 80 En este sentido STS 30 de septiembre de 1997 (caso “Papelera de la Riba, SA”, Ponente O’Callaghan) SAP Valencia 3 de noviembre de 2001 JUR 2002\40295 se condiciona el valor presuntivo absoluto a un aquietamiento del accionista que no ejercita su derecho a acceder al libro registro, pero no cuando su condición de socio no ha sido negada y se ha opuesto a la conversión de acciones al portador en nominativas. Aunque la decisión es discutible porque la litis proviene de la falta de aquiescencia del socio a la conversión de sus acciones al portador en nominativas y, como consecuencia de la falta de canje, la sociedad no le inscribió. 81 HUECK/FASTRICH, §16 GmbHG Rdn. 4. 17 Borrador Andrés Recalde su confianza en lo que resultaba del libro-registro, reconociendo sólo la legitimación al que constaba como inscrito antes de la pretendida transmisión. Únicamente se liberará si obra de conformidad con lo que de él resulta. El pretendido adquirente al que se le ha denegado la inscripción no puede impugnar los acuerdos de la junta82 (salvo que se demuestre la conducta maliciosa de la sociedad denegando o demorando la inscripción). b. La inscripción que se declara irregular por el incumplimiento de las normas sobre llevanza del libro registro por los administradores será ineficaz y no producirá efecto alguno la modificación ulterior del libro registro (efectos ex tunc)83. i. La modificación unilateral del libro registro realizada por la sociedad no es eficaz si no consintieron los interesados, por lo que quien antes estaba inscrito puede impugnar los acuerdos adoptados por los inscritos y sin su participación84. ii. El adquirente no inscrito como consecuencia de una conducta maliciosa de la sociedad (rechazo o demora injustificados) puede impugnar los acuerdos sociales adoptados en la junta sin su participación, como consecuencia de la irregular llevanza del libro-registro85. iii. El accionista cuya inscripción se rechazado podrá, también, plantear acción individual de responsabilidad contra los administradores por los daños que estos le causen por violación de su derecho a legitimarse. E incluso, puede plantearse el ejercicio de acciones penales por infracción de un delito societario como consecuencia de la infracción al derecho del accionista a legitimarse mediante la inscripción en el libro registro de acciones nominativas (art. 293 Cp)86 c. En cambio, los defectos en el negocio de transmisión afectan a la validez de la adquisición, pero la apariencia de titularidad derivada del libro registro es eficaz y la sociedad puede depositar en ella su confianza. La pérdida sobrevenida de la condición de socios obliga a una modificación de los datos del libro registro, pues la sociedad podía y debía confiar en la apariencia del libro. i. La irregularidad que se alega ante el previo ejercicio de derechos por el inscrito o la corrección de la irregularidad sólo es eficaz desde el momento en que se proceda a esa corrección del libro registro, que tendrá efectos ex nunc. Por tanto, inscrito el adquirente sin que la sociedad pudiera demostrar su falta de titularidad, no deberá procederse a la mera rectificación sino a una 82 STS 22 de febrero de 2000 RJ 2000\1186 (Ponente Vázquez Sande) “Termas Pallarés, SA”: la negativa de la sociedad a inscribir al adquirente exige que se inste la rectificación en la vía jurisdiccional pero no procede reconocer la legitimación para impugnar la junta y los acuerdos adoptados en ella, ya que no se puede resolver sobre un supuesto en el que late, como fondo, un litigio sobre la adquisición de las acciones; también STS 2 de diciembre de 1999 RJ 1999/9749; en contra RDGRN 26 de noviembre de 2007, RJ 2007/2841. 83 Por ello se equivoca la RDGRN 26.11.2007 RJ2007\8241, cuando advierte que la admisión de la validez de la realidad derivada del libro registro supondría “predicar retroactivamente la invalidez e inexactitud de los acuerdos que sí causaron inscripción” a partir de una realidad ajena al libro cuando, ahora, con las indicaciones del libro, conducen a la modificación de esa realidad. 84 Embutidos Turón y Fotofilm. 85 RDGRN 9 de diciembre de 1997, RJ 1997/9.197. 86 FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, p. 508 y s. 18 Borrador Andrés Recalde nueva inscripción de la titularidad, mediante la acreditación de la falta de titularidad de quien estaba inscrito. Pero los actos realizados por la sociedad para con el inscrito (pagos, reconocimiento del derecho de asistencia o voto) serán válidos, sin perjuicio de las relaciones internas. ii. La rectificación posterior sólo puede producirse cuando la sociedad compruebe la irregularidad de la inscripción. iii. Se dice por algunos que si se le aportan medios de prueba líquidos, la sociedad podría y debería rectificar 87. Yo tengo mis dudas. En mi opinión, si se respetó la regularidad del procedimiento, aunque disponga de pruebas líquidas de la falta de concordancia entre los datos del registro y la titularidad real de las acciones, no puede proceder a modificar unilateralmente el libro si a ello se opone quien constaba como titular. 4. Eficacia del libro registro a los efectos de las reclamaciones por la sociedad de las obligaciones (dividendos pasivos, prestaciones accesorias) y otras cargas. a. Junto a la simplificación de la prueba para el accionista, el libro opera una función especialmente relevante desde el punto de vista del ejercicio por la sociedad de sus derechos pendientes de satisfacer frente a los accionistas (lado pasivo de la legitimación)88. El sentido del libro registro es aquí facilitarle a la sociedad la reclamación de sus derechos, en defensa de intereses que se consideran prevalentes, como es el de la integridad del capital. b. Como se presupone la existencia de obligaciones de los socios para con la sociedad, el libro registro sólo se prevé cuando se emitieron acciones nominativas, pues las acciones no enteramente desembolsadas o con prestaciones accesorias a cargo de los socios sólo pueden representarse en acciones nominativas (art. 52.1 LSA)89. c. Los intereses que se ven afectados en relación con el ejercicio de estos derechos (y, señaladamente, los de los acreedores en la integridad del capital) justifican que a la sociedad i. Se le ofrezcan mecanismos de autotutela para reclamar el pago de los dividendos pasivos: la venta de la acción (ex art. 45.2 LSA90) y la solidaridad de quienes constaban como inscritos en el libro registro de acciones nominativas durante los últimos tres años (art. 46 LSA). ii. Pero también que se cree un instrumento para facilitarle la prueba de la condición de socio y acreditar con suficiente garantía quién es el obligado es el libro registro. Ello permite a la sociedad individualizar al deudor (el socio), dispensándole de una costosa prueba. iii. La obligación de pago de dividendos pasivos o la de cumplimiento de prestaciones accesorias es una obligación propter rem, que sigue a la titularidad de la condición de socio. Pero al ser la relación de socio un derecho subjetivo naturalmente transmisible que se realiza sin necesidad del consentimiento del acreedor, es imprescindible facilitar 87 PERDICES, Libro registro, 184; FERNÁNDEZ PÉREZ, 504. Según PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 171, es aquí donde se “justifica en mayor medida la existencia del libro registro”. Esto es correcto, pero parece suponer un cambio radical sobre la posición de PERDICES en Libro registro, 107 y ss. 88 89 90 PERDICES/VEIGA, Comentario, art. 55, 170 y s. PERDICES Libro, 115. 19 Borrador Andrés Recalde al acreedor –la sociedad- mecanismos que le permitan conocer quiénes son las personas obligadas. d. De ahí que la responsabilidad de quien estaba inscrito en el libro registro constituya, también, doctrina dominante en Alemania91, Italia92. i. También en España93 es doctrina general la de que la sociedad anónima puede tener por accionista al socio inscrito en el libro de acciones nominativas (legitimación suficiente). Incluso los que propugnaban una interpretación más laxa, conceden últimamente que el alcance constitutivo de la inscripción deriva de su carácter de declaración de voluntad en que el inscrito reconoce la deuda. De ahí que la sociedad le es dado exigir el pago al que reconoció esa deuda inscribiéndose94. Contra el inscrito puede reclamar “a pesar de tener pruebas líquidas de otra titularidad”95 y el inscrito no puede oponerse negando su condición de accionista. ii. Al no tener que probar su derecho, se le facilita enormemente el ejercicio a través de la responsabilidad del inscrito, lo que asegura la individualización de un sujeto legitimado pasivamente. En las relaciones del socio con la sociedad el instrumento de legitimación activa y pasiva «sólo» lo constituye la inscripción en el libro registro de acciones nominativas. Por ello, 1. Si las acciones se transmitieron sin procederse a la inscripción, el transmitente seguirá obligado, aunque haya dejado de ser socio y hayan transcurrido más de tres años desde la transmisión. La transmisión no reflejada en el libro registro de acciones nominativas no será oponible a la sociedad porque el adquirente no constaba como socio. 2. Como la inscripción es suficiente, el transmitente no puede oponerse a ella sin modificar el libro. iii. Pero la inscripción en el libro registro también es necesaria para poder reclamar el pago de los dividendos pasivos, pues también el principio de que la sociedad sólo reputará accionista al inscrito, también le perjudica a ella. iv. Y, por esta razón, sólo podría reclamar el pago de los dividendos pasivos al accionista que no estuviera inscrito, si procediese previamente a una modificación de la inscripción, peor no puede reclamar el pago a quien no está inscrito 96. En realidad, la posibilidad 91 KRAFT, Kölner Kommentar z. Aktiengesetz, 2.ª ed., Colonia/Berlín/Nueva York, 1988, § 10, Rdn. 19. Para que proceda al pago o desembolso de los dividendos pasivos pendientes o al cumplimiento de prestaciones accesorias vinculadas a la condición de accionista (CAHN Rdn. 26). En Alemania se dice que este efecto opera incluso aunque la sociedad sepa que el que está inscrito no es realmente el accionista (CAHN Rdn. 26; BAYER § 67 Rdn. 39; NOACK CB 1999, 1306 y s.) 92 ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, p. 43, 65, que dice que no se discute la responsabilidad del inscrito, aunque luego se adentra en la posibilidad de reclamar el pago del accionista no inscrito. 93 PERDICES, Libro registro, 111. 94 PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 218 creo que en el libro originario Perdices no mantenía lo mismo. 95 PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 220, aunque luego dice que en este caso puede proceder por propia iniciativa a instar la rectificación del libro de socios oponiendo la falta de titularidad (pero no reclamar directamente al verdadero socios sobre la base de la prueba de su titularidad, p. 221). 96 RECALDE, Comentario, art. 52, 550; GIRÓN, Derecho de sociedades anónimas, 250, recoge la posición de la doctrina tradicional alemana y advierte que no existiendo un derecho de la sociedad a obligar a inscribir y si la elusión de la responsabilidad por el adquirente se considera legítima, debe primar el interés en el tráfico sobre el interés de la sociedad en conocer al accionista. Contra, LÓPEZ ORTEGA, op. cit., 152, entendiendo que el deudor de los dividendos pasivos lo es el accionista real y no el accionista aparente inscrito, salvo que hayan transcurrido tres años desde la transmisión ex art. 46.2; PERDICES, El libro registro de socios, 111 ss.; MUÑOZ MARTÍN, “La 20 Borrador Andrés Recalde que tiene el accionista de acciones no liberadas de evitar las consecuencias de la norma que establece la responsabilidad resulta tanto del endoso en blanco, que conduciría a una circulación de las acciones nominativas como si de títulos al portador se tratasen. v. Ahora bien, la pretensión de la sociedad de reclamar el pago al accionista actual no inscrito puede resolverse si se le reconoce a aquella la legitimación para rectificar el libro registro (art. 55.4 LSA), demostrando un interés legítimo. Eso sí, como ya se indicó, en caso de oposición del no inscrito, deberá hacerlo judicialmente, pues en cualquier otro caso la persona frente a la que se reclame el dividendo podría oponer la falta de legitimación pasiva. obligación de pago de los dividendos pasivos”, Derecho de sociedades Libro homenaje a Sánchez Calero, I, Madrid 2002, pp. 681 y ss., p. 685 y s.). 21