Universidad Nacional de Rosario Facultad de Ciencias Médicas Cátedra de Dermatología Carrera de Postgrado en Dermatología Trabajo Final: "EPIDERMOLISIS AMPOLLAR DISTRÓFICA" Autora: Romina Inés Jankovic Tutor: Dr. Jorge Alberto Gregoris AÑO 2011 INDICE I.- Introducción 3 II.- Reseña histórica 5 III.-Epidemiología 8 IV.-Fisiopatogénia y genética 10 V.- Clasificación 15 VI.-Manifestaciones clínicas 18 VII.-Diagnóstico 21 a) Histología 22 b) Microscopia electrónica de transmisión 22 c) Inmunofluorescencia 22 d) Otros métodos 23 e) Algoritmo de diagnóstico de la Epidermólisis Ampollar 23 VIII.-Principales diagnósticos diferenciales 25 IX.-Complicaciones 30 X.- Asociación con neoplasias 31 XI.- Pronóstico 32 XII.-Tratamiento 33 a) Medidas Generales 33 b) Tratamiento sistémico 34 c) Otros tratamientos 35 XIII.-Monitoreo y educación 36 XIV.-Manejo de la EAD en la lactancia 38 XV.- Conclusiones 40 XVI.-Bibliografía 41 2 INTRODUCCION La epidermólisis ampollar congénita es una enfermedad que se observa rara vez. Dado el reducido número de casos, es un desafío médico poder avanzar más allá del diagnóstico sindrómico con el fin de orientar a los padres sobre la naturaleza y pronóstico de la enfermedad, establecer un manejo actualizado tanto para el período agudo como para la etapa ambulatoria posterior y, por último, advertir sobre la posibilidad de ocurrencia en gestaciones posteriores. (1) Las epidermólisis ampollares (EA) constituyen un grupo heterogéneo de entidades determinadas genéticamente, que comúnmente aparecen en la infancia temprana y se caracterizan por la formación de ampollas cutáneomucosas, espontáneas o secundarias a mínimos traumatismos. Las ampollas son lesiones elementales que aparecen en numerosas enfermedades dermatológicas incluyendo las epidermólisis ampollares hereditarias (EAH), porfirias, enfermedades ampollares autoinmunes, entre otras. (2) Se las puede clasificar según su expresión clínica, su evolución, localización de las ampollas y tipo de herencia. Surgen así tres grupos mayores: Simples o epidermolíticas (EAS): las ampollas se producen en el estrato de los queratinocitos basales. Junturales o lucidolíticas (EAJ): la separación se hace entre la epidermis y la dermis, a nivel de la lámina lúcida. Distróficas o dermolíticas (EAD): se desarrollan bajo la membrana basal, en la dermis papilar y a nivel de las fibrillas de anclaje. (3) Se han encontrado en relación a esta clasificación previa, patrones de herencia: autosómica dominante y autosómica recesiva. Las EAS se heredan con carácter autosómico dominante. En excepciones pueden aparecer con carácter recesivo; las EAJ se heredan con carácter recesivo, mientras que en las EAD, se pueden presentar tanto con carácter autosómico recesivo como autosómico dominante. (3) En la forma distrófica recesiva (EADR) las ampollas se producen por debajo de la lámina densa de la capa basal y esto se debe a una alteración en 3 el colágeno VII que constituye las fibrillas de anclaje, lo que ocurre como resultado de una mutación en el gen codificador del colágeno VII y/o excesiva degradación del mismo por colagenasas tisulares mutantes. Es comúnmente aceptado que las que se presentan con herencia autosómica recesiva tengan una afectación mucho más importante, pudiendo presentar alteraciones extracutáneas, como síntomas digestivos y retraso del crecimiento. En este grupo están los tipos Hallopeau-Siemens (con clínica extracutánea extensa) y no Hallopeau-Siemens (con menor afectación extracutánea). Con la edad suele aumentar la frecuencia de la afectación de piezas dentarias y la clínica de disfagia o estreñimiento. (3) Además, en estos pacientes existe un aumento del riesgo relativo de padecer carcinomas espinocelulares a edades precoces y en sitios no fotoexpuestos así como también de melanoma. Los epiteliomas espinocelulares son muy agresivos en el 90% de los casos. (4) Las epidermólisis ampollares distróficas con herencia dominante (EADD), por su parte, suelen presentar una afectación en áreas localizadas, y se ha descrito algún caso con antecedentes familiares que sólo presentaban distrofia ungueal. (5) La epidermólisis ampollar distrófica con herencia autosómica dominante tiende a mejorar gradualmente con los años, disminuyendo la frecuencia de aparición de nuevas ampollas. El diagnóstico específico se hace comúnmente con biopsia convencional y estudio histopatológico con microscopia electrónica de transmisión (MET) y/o Inmunofluorescencia directa (IFD) el cual puede ser completado con análisis histoquímico y estudio molecular de los genes de las proteínas involucradas. Los progresos de la biología molecular de la matriz extracelular permitieron obtener profundos conocimientos de la zona de la membrana basal de la piel, produciéndose grandes avances en el estudio de la genética molecular de las genodermatosis, favoreciendo el diagnóstico a partir del conocimiento de las mutaciones encontradas. (6,7) 4 RESEÑA HISTORICA Las enfermedades ampollares de carácter hereditario fueron descriptas a fines del siglo XIX, pero su diferenciación y por ende su clasificación dependió de avances tecnológicos que posibilitaron el reconocimiento del gen afectado vinculándolos a las consecuencias biológicas de tal afectación. La EADD fue mencionada por primera vez por Tilbury Fox en 1879. El término ‘‘epidermólisis ampollar hereditaria’’ (5) fue acuñado por primera vez por Köebner, en 1886, describe un grupo de enfermedades genéticas, clínicamente heterogéneas, caracterizadas por la aparición de ampollas, erosiones y úlceras, en piel y mucosas, secundarias a mínimo traumatismo o de aparición espontánea, por esta razón las consideró también “enfermedades mecano ampollosas”. (7) Hallopeau fue el primero en establecer la diferencia entre las formas simples (no cicatrizales) y distróficas (cicatrizales) de la enfermedad en 1989. (8) En 1921, Siemens describe a una forma recesiva, con un cuadro cicatrizal agresivo, clasificado como epidermólisis ampollosa distrófica recesiva Hallopeau-Siemens (EADR-HS). (9) En 1928, Pasini refiere la forma albopapuloide de la EA. Enfermedad que se presenta con pápulas depresibles en tórax y región sacrolumbar, de color blanquecino, con cicatrices redondeadas que semejan la piel herniada. (9) Weber en 1926 y Cockaine en 1933, retoman la problemática de estas enfermedades, describiendo la EAS de Weber-Cockaine (EAS-WC) -forma más común de EAS. (5) Herlizt en 1935 informa sobre una forma letal de EA, que aparece desde el nacimiento, con ampollas extensas y progresivas y se trasmite por patrón autosómico recesivo, que con posterioridad fue reconocida como epidermólisis ampollar de la unión. (8) 5 En 1942, Touraine efectúa nuevos aportes sobre los subtipos de la epidermólisis ampollar distrófica. Civatte, en 1943, al diferenciar los pénfigos verdaderos de los penfigoides, define al pénfigo como afección que presenta ampollas de origen acantolítico con evolución mortal de no ser tratado, quedando el resto de las enfermedades ampollares dentro del grupo denominado penfigoides, entre las que se incluyen las EAH. (9) Recién en 1954, se menciona otro patrón de EAS con ampollas agrupadas y compromiso acral inicial, la epidermólisis ampollar simple distrófica mutilante (EASDM), uno de los cuadros más severos, dadas las lesiones que produce y la forma de cicatrización de las mismas. (7) Bolgert (1956), Epstein y posteriormente Pierini y Abulafia citan casos de aparición tardía de EAD muy difíciles de diferenciar de una enfermedad de Duhring-Brocq. (9) Posteriormente Pearson retoma la descripción de Herlizt, de la forma letal, asociada con amiloidosis. Arwill y col. Refieren hemorragias y frágiles ampollas bucales, localizadas en paladar. Brain y Wigglesworth observan aspectos semejantes agregando la presencia de desmineralización del maxilar superior, en la forma letal. La utilización de la microscopia electrónica para el diagnóstico de la epidermólisis ampollar les permitió clasificar a los pacientes no solo sobre la base de los hallazgos clínicos sino también por la presencia de cambios ultraestructurales. (8,9) En 1981, Hintner y col., describen por primera vez el método de mapeo antigénico por inmunofluorescencia para la enfermedad, buscando determinar el sitio de clivaje y la localización de la ampolla indispensable para diagnóstico y clasificación. (10) Dharma, en el año 2001, observó que las formas leves de la enfermedad pueden presentar como única característica la distrofia ungueal. Fine y col., en el 2008, efectúan una excelente revisión clínica para el sistema de clasificación publicado después de la tercera reunión de consenso internacional sobre diagnóstico y clasificación de la enfermedad ampollar. (11) 6 Durante estos últimos años, se ha avanzado en la compresión de la biología de las células madres en la piel y como esto podría traducirse en nuevas terapias para los pacientes. (12) 7 EPIDEMIOLOGIA Estas afecciones de la piel se encuentran dentro del grupo de enfermedades de rara presentación. (13) Las lesiones aparecen al nacer o en la primera infancia, siendo muy reducido el número de casos en que permanece oculta para manifestarse en la adultez. Su prevalencia esta dada por la incidencia en el momento del nacimiento multiplicada por el cociente entre la esperanza de vida del paciente y la esperanza de vida de la población en general, oscilando dicho valor para la EAD entre 5 y 0,8 / 100.000 según datos reportados por la Fundación DEBRA de Chile. En ese país, los pacientes diagnosticados con Epidermólisis Ampollar se agrupan en la fundación mencionada, la cual reúne a 156 pacientes con distintos subtipos de la enfermedad: 79 pacientes presentan Epidermólisis Ampollar Simple (EAS), 8 Epidermólisis Ampollar de la Unión (EAJ) y 69 Epidermólisis Ampollar Distrófica (EAD). En 88 pacientes se ha confirmado este diagnóstico por microscopía electrónica de transmisión (MET). (77) En la población de EEUU, la incidencia de EAD (en todas sus variantes) es de 6,5 por millón / nacidos vivos, de acuerdo al Registro Nacional de Enfermedad Ampollar de ese país. Las formas leves de EADD se estiman en 2.900.000 en la población mundial. (78) La incidencia de las EADR es de 0,4 a 0,6 por millón / nacidos vivos. El portador de frecuencia de EADR se ha calculado como 1 en 370 en la población de EEUU, según Pfendner y colaboradores. (6) Hay que tener en cuenta que muchos de los casos más leves de EA no son notificados en la mayoría de los registros y centros incidiendo esta situación en los índices de frecuencia. Según los datos generados por el National Epidermolysis Bullosa Registry (NEBR) de Estados Unidos, se producen 50 casos por millón / nacidos vivos. De ellos, aproximadamente el 92% son casos de EA simple, el 5% tienen EA distrófica, el 1% EA de la unión (juntural), y el 2% no clasificados. 8 Los pacientes con la forma hemidesmosómica, probablemente representan mucho menos del 1% del total de casos con EA. (78) La frecuencia global, también según datos del NEBR, podría ascender hasta 54 casos por millón /nacidos vivos en Noruega, siendo inferiores las cifras registradas en Croacia (9,6 casos por millón / nacidos vivos) y Japón (7,8 casos por millón). Según DEBRA (Dystrophic Epidermolysis Bullosa Research Association), la prevalencia en Escocia sería de 31 casos por millón. En Irlanda, sin embargo, según Humphries y col., la estimación sería de 1/80.000. En el Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas (ECEMC), en el período comprendido entre Abril de 1976 y Diciembre de 2004, se registraron un total de 27 casos con EA entre un total de 2.204.264 recién nacidos vivos controlados, o lo que es lo mismo, 12 casos por millón / nacidos vivos, con un intervalo de confianza (al 95%) entre 8 y 18. Hay que tener en cuenta que el período de observación del ECEMC son las primeras 72 horas de vida, por lo que una cierta proporción de casos, en los que las primeras manifestaciones se produzcan después de dicho período, no van a ser registrados. Una dificultad importante, a la hora de analizar los casos con EA, proviene del hecho de que en muchos de ellos no se dispone del estudio histológico de microscopía electrónica y otros estudios complementarios (bien por no contar con dichos resultados, o por no haber sido realizados). De los 27 casos, 1 tenía EA simple (de tipo indeterminado), 4 tenían EA con atresia pilórica, 3 tenían EA juntural (de la unión) de tipo no determinado, 1 tenía EA distrófica de Hallopeau_Siemens, 4 EA distrófica recesiva, 1 EA distrófica de tipo indeterminado, y otros 13 EA de tipo no determinado (5 de los cuales eran compatibles con un patrón de herencia recesiva). (6,14,77, 78, 79) 9 FISIOPATOGENIA Y GENETICA “En las EAD las ampollas se forman en la dermis superficial por debajo de la lámina densa”, siendo posible su herencia con carácter recesivo o dominante. La característica ultraestructural consiste en ausencia o escasez de fibrillas de anclaje con separación bajo la lámina densa, siendo los genes candidatos COL7A1, gen del colágeno tipo VII, comprobándose mutaciones específicas o enlaces genéticos con los genes KRT5 y KRT14. Estos descubrimientos fueron los primeros que arrojaron información clave sobre los genes candidatos, al utilizar la microscopía electrónica. (1, 13, 15) Figura 1: Representación esquemática de la zona de la membrana basal cutánea mostrando las características morfológicas que pueden identificarse con MET (a la izquierda) y las proteínas específicas que componen esas estructuras. También se muestra el estrato en que se produce la separación tisular en las tres formas de EA. (13) Al efectuarse el análisis de enlaces genéticos, se comprueba que existe un fuerte enlace genético entre el locus COL7A1 y el fenotipo EADD, con un logaritmo de probabilidades (LOD) máximo (Z). (16) Esta puntuación indica la probabilidad de que un alelo COL7A1, se co-secrete con la enfermedad. (1) Se 10 considera que una puntuación por arriba de 3 tiene altísima posibilidad de presentación según el estudio mencionado, donde la puntuación LOD es 6,6 tales probabilidades de aparición estarían en el orden de cuatro millones a una. Trabajos posteriores, sobre enlaces genéticos permitieron verificar, que la mayor parte (casi todas), presentan mutaciones del gen mencionado. (13) En los casos de EADR las mutaciones son homocigóticas con una función alterada y o disminuida del colágeno y en las EADD, las mutaciones son heterocigóticas con sustituciones en las glicinas. (13, 17) El síndrome de Bart (ausencia de piel), es considerado como una variante de EADD, dada la afectación del gen COL7A1 que aparece en los estudios microscópicos. Sin embargo suelen aparecer rasgos de los tres tipos en individuos de una misma familia, lo que haría presumir que la clasificación en subtipos de las EADD, tienen escaso valor a la hora de predecir mutaciones genéticas y las consecuencias que esto implica a la hora de establecer indicadores pronósticos. (5, 18, 19) En el caso de las EADR, se investigó el enlace genético con el RFPL Pvull intragénico, descubriéndose consanguinidad en algunos de los casos, pudo suponerse la homocigocidad, en cuanto a las mutaciones del gen COL7A1, heredadas con carácter recesivo. La puntuación LOD en estos estudios fue de 3,9, sindicando una vez más al colágeno VII como gen candidato portador de la mutación que produce la EADR. (1, 20) Puede inferirse que las mutaciones de referencia constituyen distintos tipos de lesiones genéticas. La rotura de porción colagenosa de la molécula, puede alterar la formación de la triple hélice y retardar la secreción del colágeno tipo VII y si a ello agregamos la acumulación intracelular de epitopos de colágeno tipo VII en los queratinocitos basales que sugieren un defecto en la secreción, se ve fortalecida la hipótesis expresada en primer término. (16) Tal lo expresado, cada molécula de colágeno está constituida por tres cadenas polipeptídicas, que se ensamblan formando una triple hélice, que 11 viéndose alterada modifica la presencia de colágeno, generando incluso su ausencia. Las mutaciones pueden a su vez dar lugar a anormalidades en las fibrillas de anclaje o a su ausencia en los casos más graves de EADR. (5, 11, 13) Algunos autores, consideran el síndrome de Kindler como un subtipo más de las EADR, patología poco frecuente, de herencia autosómica recesiva, localizada en el brazo corto del gen 20, este gen codifica la proteína Kindlina-1, cuya alteración afecta la integridad de la piel. Esta enfermedad mecanoampollar, con lesiones ubicadas en diferentes planos de fragmentación fue considerada por el Consenso Internacional para el diagnóstico de EA (2008), como un cuarto grupo tipo mixto, diferenciándolo así de la EAD. (5, 7) Figura 2: Representación esquemática de las posibilidades de mutación que subyacen a cada una de las formas de EAD. En cada caso se indican el genotipo supuesto, la estructura de las moléculas de colágeno tipo VII y las consecuencia en cuanto al ensamblaje de las fibrillas de anclaje (parte superior), las consecuencias etiopatogénicas de las mutaciones, el modo genotípico aparente de la herencia y gravedad del fenotipo (parte inferior). (1, 22) 12 En síntesis: La epidermólisis ampollar distrófica, es una enfermedad de la piel de gravedad variable. Su causa es la alteración de un solo gen llamado COL7A1 que codifica la variedad de colágeno llamada colágeno VII. Recordemos que el colágeno es una proteína en general fibrosa, principal constituyente del tejido conectivo. La enfermedad no depende solamente de la mutación del gen sino también del sitio del gen en que esta tiene lugar. (23) Se heredará como dominante cuando la mutación del COL7A1 conduce a la sustitución del aminoácido glicina del colágeno VII por otro diferente. (24) La importancia de este cambio reside en que las moléculas del colágeno tienen a lo largo de su secuencia de aminoácidos el aminoácido glicina cada tres aminoácidos. Basta que una glicina esté ausente para que falle el ensamble de toda la molécula. La estructura que sirve de base a todos los colágenos es el tropocolágeno formado por tres cadenas polipeptídicas helicoidales enroscadas entre sí. Si una cadena es defectuosa se impide el adecuado armado de las otras. Por lo tanto cuando se afectan las glicinas la enfermedad es dominante negativa. Entre las epidermólisis recesivas, las más graves son las denominadas “heterocigotas compuestas”. Estas se deben a dos mutaciones diferentes. Una da lugar a una sustitución de las glicinas como en la variedad dominante. La otra es una mutación de terminación que determina un truncamiento del colágeno VII. La conjunción de las dos ocasiona que se pierdan las fibrillas de anclaje, estructuras en forma de arco que están debajo de los epitelios (piel y mucosas) lo que tiene resultados graves. En este tipo de enfermedad es más eficaz el diagnóstico mediante el examen con el microscopio electrónico que el estudio del ADN. (24, 25, 26, 27, 28) Si bien se sabe que en la epidermólisis ampollar distrófica se afecta el colágeno VII, para saber exactamente la mutación es necesario analizar la secuencia de bases en el ADN del gen que codifica este colágeno. De este análisis resulta que aquellas mutaciones que sustituyan la glicina por otros aminoácidos serán mutaciones que se transmiten como dominantes, tal como lo expresáramos anteriormente. (29) El Proyecto Genoma Humano, pone al acceso de todos los estudiosos la secuencia de bases del gen que codifica el colágeno VII. En ella los tres nucleótidos que codifican la glicina se repiten cada nueve bases. Este ejemplo muestra cómo los resultados del mencionado 13 proyecto permiten identificar exactamente la localización de una determinada falla genética. Se sabe que el 70% de todas las personas con EADD han heredado un gen alterado COL 7A1 de un padre afectado, pero el 30% de las personas afectadas tienen dicha condición como una nueva mutación en el gen COL 7A1, esto ocurre en personas sin antecedentes de la enfermedad en su familia. (30, 31) 14 CLASIFICACION Según Bernice Krafchik, en el texto de Pueyo de Casabé, se resume la clasificación de las epidermólisis ampollares de acuerdo al siguiente cuadro: Figura 3: Clasificación de las EA (5) Según Fine, las EAD se subdividen en dos grupos (Consenso internacional de Epidermólisis Ampollar 2008), división aceptada también por Begoña Gomar tal como figura en el texto de Margarita Larralde 2010. (3, 32) a. EADD b. EADR Las mismas se clasifican en: 15 EADD EADR Generalizada Generalizada severa Acral Generalizada mitis Pretibial Pretibial Pruriginosa Pruriginosa Con afectación sólo Inversa de uñas Dermolítica ampollar Centrípeta del recién nacido Figura 4: Clasificación de la EAD. (19, 32) Según el subtipo de EAD se encuentran afectadas diferentes áreas de piel. EADD: Generalizada: es el subtipo más común de EAD. Afecta todo el cuerpo, desde el nacimiento, sobre todo áreas de prominencias óseas o intensos traumatismos. Acral: afecta solo manos y pies, existe un subtipo que solo afecta uñas. Pretibial: cursa con ampollas, cicatrización y atrofia en cara anterior de piernas, de aparición tardía. Se relaciona con presencia excesiva de caries. Pruriginosa: forma muy infrecuente, de herencia dominante y recesiva, caracterizada por prurito intenso asociado a la formación de nódulos o placas liquenificadas en antebrazos y piernas. No se observa en período neonatal. Dermolítica ampollar del recién nacido: Muy infrecuente, se caracteriza por la presencia de extensas ampollas al nacimiento. En estos pacientes se observan inclusiones intracitoplasmáticas de colágeno tipo VII, por lo que se piensa que quizás se trate de un defecto transitorio en su incorporación a la unión dermoepidérmica. . (33, 34, 35, 36, 37, 38) 16 EADR: Generalizada grave: forma más grave de EA, se presenta desde el nacimiento, afecta toda la superficie corporal incluyendo mucosas, con gran afectación del desarrollo general. Es de muy mal pronóstico, los pacientes fallecen en la infancia temprana. Presentan mayor riesgo de desarrollar neoplasias cutáneas y la amiloidosis sistémica puede ser otra complicación mortal. Generalizada mitis o no mutilante: de evolución más benigna, con menor afectación de mucosas. No suele afectar la esperanza de vida. Inversa: caracterizada por la combinación de ampollas y erosiones en regiones flexurales y acrales, junto con lesiones en mucosas y dentarias graves. (33, 34, 35, 36, 37, 38) 17 MANIFESTACIONES CLINICAS La forma dominante presenta cuadros más leves con ampollas en áreas limitadas de la piel. Las EADD se manifiestan tempranamente y muy pocos casos aparecen en la adultez. Las lesiones pueden manifestarse en todo el cuerpo, en manos y pies o solamente en uñas. (13, 14, 22) En casi todos los casos hay compromiso en uñas o bien la pérdida total de las mismas, rara vez afecta pelo o dientes, la aparición excesiva de caries se da en las EADD pretibial y un 20% de los pacientes presenta lesiones en mucosas. Las ampollas se curan dejando cicatrices distróficas y quites de milium. El desarrollo físico es normal, no hay alteraciones en la alimentación que comprometan el crecimiento, no hay mayores riesgos de complicaciones malignas de piel (carcinomas espinocelulares ni melanomas) ni tampoco aumento en el índice de mortalidad. (13, 32) En las EADR, se ven afectados los tejidos extracutáneos, incluyendo las mucosas de tubo digestivo, ocular y aparato genitourinario. Las lesiones en la mucosa oral se caracterizan por ser altamente dolorosas limitando la capacidad de alimentación del paciente con sus consecuentes efectos en la salud general. La cicatrización de las mismas produce microstomía, anquiloglosia y pérdida de los vestíbulos. Es muy frecuente que se hallen afectados esófago e intestinos. Aparecen disfagias y alteraciones en la absorción de nutrientes, así como estreñimiento debido al dolor que producen las cicatrizaciones anales. (1) En el caso de la mucosa ocular tanto la córnea como la conjuntiva suelen verse afectadas y dadas las úlceras y abrasiones puede afectarse la agudeza visual. Las lesiones en el aparato genitourinario suelen generar disuria, hematuria, estenosis del meato e incluso sepsis, pudiendo presentarse obstrucción ureterovesical e hidronefrosis. (1, 22, 39) Dada la mal nutrición generada por las úlceras y cicatrizaciones, estos cuadros suelen complicarse con anemias e infecciones, comprometiéndose el crecimiento del niño. Existe una deficiencia de hierro así como una mala utilización de este debido a la inflamación crónica. (13, 19) 18 Los casos de EADR-HS son los más graves, están presentes desde el nacimiento con gran facilidad de formar ampollas espontáneas o inducidas, se afecta toda la superficie corporal, pero con mayor frecuencia manos, pies, glúteos, región escapular y occipital, cara, rodillas y codos. Las ampollas pueden ser hemorrágicas y al destecharse dejan una superficie muy dolorosa, el contenido de las mismas es estéril pero puede sobreinfectarse, las cicatrices son atróficas con diverso grado de hipo o hiperpigmentación y presencia de milia; las más deformantes aparecen en manos y pies con fusión de dedos, donde aparece seudosindactilia y contracturas articulares, en rodillas, tobillos, muñecas y codos. Por tal razón aparece inmovilidad articular secundaria a las contracturas. (37) Es de muy mal pronóstico, el paciente fallece durante el primer año de vida o en la infancia temprana. La muerte es secundaria a sepsis, neumonía, nefropatía o falla cardíaca. Estos pacientes presentan mayor riesgo de desarrollo de neoplasias cutáneas (Melanoma y Carcinoma espinocelular) sobre las cicatrices, las que son muy agresivas y por lo general llevan a la muerte. (4, 40) La EADR no mutilante o EADR no HS, es de evolución más benigna, con menor profusión de ampollas y sin formación de sinequias en dedos de manos y pies. La afectación de mucosa es menos seria y la esperanza de vida no suele verse afectada. (36) Existe una variante denominada inversa, en la cual las ampollas se confinan en los pliegues inguinales y axilares, cuello y zona lumbar, junto con lesiones mucosas y dentarias graves. (19) Enfermedad de Kindler: este síndrome se manifiesta con lesiones ampollares desde el período neonatal, fotosensibilidad, poiquilodermia generalizada y progresiva, atrofia cutánea, fragilidad de la piel, distrofia ungueal, lesiones en mucosas, seudosindactilia, hiperqueratosis palmoplantar, encías friables y enrojecidas, fimosis y en casos muy severos estenosis esofágica, uretral, anal y laríngea. Es poco frecuente ver en estos casos retardo mental o alteraciones óseas. Este cuadro era considerado como una forma mixta de la EAD hasta el 2008. Fine y col. determinan que la Enfermedad de Kindler respondía en los estudios ultraestructurales como una EAS y ante 19 los estudios genéticos de la familia como una verdadera EADD, el Consenso Internacional para el diagnóstico de las EA, reubicó esta afección por fuera de las EAD. (3, 5, 32, 74) En los casos de (EAT) se epidermólisis ampollar transitoria del recién nacido identificaron tres formas de mutaciones diferentes. Es una enfermedad infrecuente, que puede aparecer durante el período perinatal, similar a EADR, de gravedad media, con cicatrices y quistes de milium. Este cuadro suele remitir totalmente al año de vida. 20 DIAGNOSTICO Dado que en el período neonatal resulta dificultoso establecer el diagnóstico de certeza del tipo y subtipo de EA basándose en los hallazgos clínicos, son indispensables los estudios de laboratorio. Para efectuar el diagnóstico es necesario precisar la ubicación de la lesión, determinando con exactitud el nivel de fragmentación de la ampolla, ya sea intraépidérmico, intralámina lúcida o sublámina densa. (5) La mejor forma de realizar el diagnóstico es mediante biopsia cutánea y su análisis mediante una combinación de estudios con microscopia electrónica de transmisión (MET) e inmunofluorescencia (IF). Figura 5: Cuadro comparativo de los hallazgos característicos de los estudios de inmunofluorescencia y microscopia electrónica en los diferentes subtipos de Epidermólisis Ampollar. (13) 21 Histología: Obtiene resultados inespecíficos, aun así resulta muy útil porque permite diferenciar la EA de otros diagnósticos posibles. Es indistinguible de la EAU, para lo cual se requiere del estudio por IF o MET. Permite observar ampollas subepidérmicas con mínimo o ausente infiltrado inflamatorio y restos de membrana basal localizados en el techo de las ampollas. En las formas evolucionadas se ve fibrosis de la dermis superficial. Se deben obtener por lo menos dos biopsias, una para MET y otra para IF. Para algunos autores el estudio histopatológico debe efectuarse obteniendo una muestra de la zona perilesional sana de una ampolla reciente. Si no las hubiere se inducirá la formación de una ampolla mecánicamente. Se evita así la alteración de las proteínas estructurales, secundarias al proceso de cicatrización de la herida, otros sugieren que la muestra debe incluir una parte de la ampolla y otra parte de piel normal. (7) Microscopia electrónica de transmisión: El MET es la primera herramienta utilizada para el diagnóstico, permite visualizar organelas, citoplasma, tonos filamentos de citoqueratinas, hemidesmosomas y fibrillas de anclajes involucrados en esta patología así como sitio de separación o formación de la ampolla, en los queratinocitos basales y o membrana basal. Las muestras remitidas para MET deben almacenarse en glutaraldehído. Este método resulta costoso, insume tiempo y requiere una específica capacitación del técnico. Se requiere para efectuar un buen diagnóstico realizar una microscopía electrónica completando este estudio con la técnica de inmunohistoquímica o IF. (7) 22 Inmunofluorescencia: La inmunofluorescencia posibilita la confirmación diagnóstica. Este método, se basa en la detección de proteínas estructurales de la epidermis y o unión dermoepidérmica, usando anticuerpos policlonales y monoclonales. Puede establecerse así sitio de clivaje y localización de la ampolla, al exhibir un antígeno determinado en una ampolla, ya sea natural o inducida. La muestra para IF debe ser colocada en medios como Zeus o Michel. En solución de Michel puede permanecer bien conservada durante veintiocho días a temperatura ambiente, posibilitando así su traslado para su evaluación en un centro especializado. (7) Asthon y col. aplicaron estos estudios a pacientes con síndrome de Kindler, obteniendo una fluorescencia muy leve o ausente, permitiendo un diagnóstico inequívoco de la enfermedad. (32) Otros métodos diagnósticos: El diagnóstico molecular es siempre recomendable, pero es imprescindible para el diagnóstico prenatal en familias afectadas y evaluar la planificación familiar. Permite prevenir las lesiones que se generan por traumatismos en un parto vaginal. La determinación de polimorfismo genético permite detectar los sujetos afectados y facilita el desarrollo de métodos de diagnóstico prenatal a partir de muestras de ADN, obtenidas mediante biopsia corial, muestras de sangre del cordón o células fetales extraídas por amniocentesis, estrategias de estudios que reemplazarán a la biopsia de piel por fetoscopía, la cual presenta riesgos mucho mayores. (19, 41) Pfender y col. (Nov. 2010) consideran que una biopsia de la piel por MET y/o IF/ antígeno anticuerpo asignación es la mejor manera de establecer de forma fiable el diagnóstico de la enfermedad. (6) En síntesis: Algoritmo diagnóstico de la Epidermólisis ampollar: 23 Biopsia: - Histología - Inmunofluorescencia - Microscopia electrónica Determinar estrato en que se produce la separación tisular. Identificar variantes y subtipos según la clínica. Figura 6: Algoritmo diagnóstico (21,58,75) 24 PRINCIPALES DIAGNOSTICOS DIFERENCIALES Edad Morfología de la piel Distribución CAUSAS EXTERNAS Otras características clínicas Dermatitis de No se Eritema, Depende del Contacto contacto precisa erosiones, contacto con un ampollas irritante o con antígeno al necrosis y que está ulceración. sensibilizado el paciente Injuria perinatalquemaduras Al nacer o período neonatal Ampollas por Al succión nacer Erosiones, ulceraciones, ampollas Diagnóstico Clínica. Interrogatorio. Test Parche del Depende de Historia de Historia la causa del monitoriza- hallazgos traumatismo ción, parto clínicos prolongado , ventosas o fórceps, frecuentes en prematuros Ampollas Dedos, flácidas o muñecas erosiones pies. lineales, ocasionalmente dos lesiones simétricas y Succiona el Clínico o área afectada INFECCIOSAS Impétigo neonatal 2-14 días Vesículas y pústulas sobre zona eritematosa Zona del pañal, periumbilical y cuello Gram cocos + en racimos KOH: negativo, W&G: bacteria, neutrófilos. Cultivo: S.aureus Piodermia estafilocóccica Pocos Pústulas, Principalmen- Los niños Tinción de días o ampollas y te zona del más que Gram, cocos sema- en pañal y las niñas. gram + PMN 25 nas ocasiones vesículas periumbilical Streptococus B Al nacer o a los pocos días Ampollas Cualquier vesiculosas área , erosiones, áreas con costras melicéricas Pseudomona aeruginosa Días a Eritema, sema- pústulas, nas ampollas hemorrágicas, ulceraciones necróticas Sífilis Cualquier área, especialmente la del pañal , periorificial Puede en grupos. presentarCultivos de se en bacterias. situaciones de epidemias. Neumonía , Tinción de bacteremia Gram: , meningitis cocos, gram + en cadena, cultivos de bacterias Antecedentes de enfermedad en el período prenatal Tinción de Gram de la piel o los tejidos, bacilos gram -, cultivos de piel o hemocultivos . Al nacer Ampollas o Manos, pies y Falta de erosiones periorificial cuidado prenatal, organomegalia, lesiones óseas en RX Examen de piel en campo oscuro, AF, serologías para sífilis, biopsia cutánea Herpes simples intrauterino Nacimiento Vesículas, Cualquier pústulas, sitio cicatrices, erosiones diseminadas, área sin piel Bajo peso al nacer, microcefalia, coriorretinitis Tzanck, AF o portas con inmunoperoxidaza, PCR, cultivos de virus. Herpes simples neonatal Entre los 514 días de nacido Vesículas, costras, pústulas y erosiones Signos de sepsis, obnubilación, irritabilidad Tzanck, AF o muestras para tinción con inmunoperoxidaza, PCR, cultivos de virus. Cualquier área, especialemen -te cuero cabelludo, torso y a veces mucosas GENETICAS 26 Epidermólisis ampollar (otros tipos) Porfiria Al nacer o primeros días Ampollas y fragilidad cutánea, dependiendo del tipo, erosiones en boca, aplasia cutánea de la parte anterior de la pierna, acné miliar, distrofia ungueal. Días o Ampollas sema- fotosensinas bles Acrodermati- Sema- Placas tis nas o costrosas enteropáticas meses bien delimitadas, ocasionalmente: vesículas, ampollas, erosiones Diseminada o generalizada, según el tipo. Mayor frecuencia en extremidades . Dolor, irritabilidad, dificultad para alimentarse Anemia. Atresia pilórica. Dificultades de visión y respiratorias. Biopsia de piel de una ampolla, diagnóstico por MET o mapeo con IFD Puede aparecer en zonas expuestas al sol o bien generalizado si se expone a terapia lumínica por hiperbilirrubinemia. Suele ser una enfermedad hemolítica , la forma más rara : porfiria eritropoyética Transitorio: aumento de las porfirinas en plasma, orina y heces, Periorificial y pliegues de cuello, manos y pies. Prematuros Niveles , lactancia séricos de materna zinc bajos con niveles bajos de zinc en la madre, hiperalimentación parenteral prolongada . INMUNOLO GICAS Pénfigo vulgar foliáceo Al y nacer Ampollas, Las lesiones vesículas y tienden a erosiones desaparecer en piel antes de la tercera semana. El foliáceo es Paso de anticuerpos IgG transplacen -tarios. IFD muestra depósitos de IgG y en algunas ocasiones C3. 27 muy poco frecuente. Otros penfigoides Dos meses o más Ampollas tensas Acentuados Generalen manos y mente pies si bien ausente puede se generalizado Biopsia cutánea, ampollas subepidérmicas con necrosis epidérmica diseminada. Dermatosis ampollar crónica benigna de la infancia Lactan tes mayores y en la infancia Ampollas tensas con frecuencia con forma de roseta o salchicha Generalizada Generalpero con mente frecuencia ausente concentrada, crece en nalgas y caderas, no afecta mucosas salvo en algunos casos. Biopsia cutánea, IFD, patrón de depósitos IgA lineal en unión dermoepidérmica. Nacimi ento, semanas o meses Forma localizada, área nodular infiltrada con habones o ampollas superpuestos en forma intermitente ; en los casos generalizados ampollas generalmen te superpuestas a la piel infiltrada Cualquier zona preferentemente torso La biopsia muestra aumento de mastocitos en la dermis. Forma ampollar Cuero cabelludo MISCELANEAS Mastocitos ampollar Aplasia cutis Nacicongénita Urticaria, enrojecimiento, irritabilidad, palidez súbita, diarrea Depende Generalmeno de la te clínico, 28 membranosa miento bien rostro. Otros etiología: determinasitios según alteracioda, con etiología nes del membrana SNC, superpuestrisomía 13 ta, otros alteraciotipos con nes por piel cruenta reducción y defecto de las completo extremidade piel des evaluación de huesos con estudios por imágenes, SNC W&G: Wright y Giemsa KOH: hidróxido de potasio IFD: inmunofluorescia MET: microscopia electrónica de transferencia (5, 13, 19, 42) 29 COMPLICACIONES Según diversos autores son múltiples las complicaciones que pueden aparecer en los diferentes casos de EAD. (5, 9, 13, 32, 40, 43) Entre ellas se destacan las siguientes: Malnutrición crónica: Que favorece el desarrollo de anemia y deficiencia de minerales y oligoelementos. Es sabido que la cura de heridas crónicas, la pérdida de sangre y proteínas y las infecciones aumentan las necesidades calóricas de estos sujetos, que no pueden ser satisfechas por las lesiones que presentan a nivel de la mucosa oral afectando la alimentación. Estenosis esofágica que produce disfagia y limita la adecuada ingesta calórica. Trastornos oculares: incluso ceguera generada por las abrasiones y úlceras cuyas cicatrices afectan la visión. Infecciones: incluyendo sepsis, es la complicación más preocupante, ya que puede llevar a la muerte. Pérdida del funcionamiento de extremidades: originadas por la pseudosindactilia, las contracturas y rigidez articular que llevan en algunos casos a la postración en silla de ruedas. Distrofia muscular Alteraciones de la cavidad oral: anquiloglosia, microstomía, caries rampante y quistes de milium con amplio compromiso de toda la mucosa Retraso en el desarrollo: Siendo la complicación más frecuente, originada por desnutrición grave debida a la dificultad para alimentarse. Asociación con neoplasias (ver apartado) Mortalidad: la tasa de mortalidad de la EADR generalizada grave es alta, pero es posible que otras formas más leves no disminuyan en absoluto la expectativa de vida. 30 ASOCIACION CON NEOPLASIAS Los pacientes que padecen EAD pueden desarrollar melanomas, epiteliomas basocelulares y espinocelulares. Los epiteliomas espinocelulares son altamente agresivos y debe sospecharse su aparición ante la presencia de una ampolla que no cicatriza en un período mayor a seis semanas de evolución. Se producen frecuentemente varios tumores primarios con recurrencia local y a veces metástasis, teniendo mala respuesta a los tratamientos. Las enfermedades malignas cutáneas, en los pacientes con EADR, aparecen a menudo a edades tempranas, siendo frecuentemente fatales. (44, 45, 47) Según el NREB de EEUU, el riesgo acumulativo de desarrollar carcinoma espinocelular, en estos pacientes, a los treinta años, es de 39,6% mientras que el registro acumulativo de melanoma arroja un riesgo de 2,5% a la edad de 12 años. (5) El melanoma representa un riesgo significativo en la infancia en pacientes con EADR; en cambio el carcinoma basocelular puede aparecer a partir de los cuarenta años en otras formas de la EA. Observándose con mayor frecuencia en la EAS. (4, 48) En la EADD está aumentada la incidencia de la enfermedad maligna cutánea, en la edad adulta, respecto de la población en general. Esto incluye tanto a los carcinomas basocelulares como melanomas. Los carcinomas espinocelulares se presentan en individuos mayores con esta enfermedad. (46, 49, 50, 51, 70) 31 .PRONOSTICO No hay cura para ninguna forma de EA. El pronóstico depende de la gravedad de la enfermedad. En la EADD la erupción ampollar mejora con la edad. Las ampollas orales no son infrecuentes y se asocian a caries dentales. El compromiso del aparato gastrointestinal ocurre cerca del 10-25% de los casos e incluye disfagia, microstomía, estreñimiento y fisuras anales. En la edad adulta está aumentado el riesgo de neoplasias cutáneas. Aunque, en la mayoría de los pacientes, los problemas en la EADD no son significativos siendo las consecuencias cicatrizales las más molestas. (4, 13, 52) Las formas recesivas de las EAD son generalmente de mal pronóstico. En éstas la cicatrización de las ampollas puede causar: Dificultades para deglutir y alimentarse si la boca y el esófago están comprometidos. Dedos de manos y pies fusionados. Deformidades por contracturas (por ejemplo, a nivel de los dedos, los codos, las rodillas) y otras deformidades. Restricción de la movilidad a raíz de la cicatrización. En estos casos pueden requerir injertos y cirugías reparadoras, así como de dilatación esofágica. Es inusual que los pacientes lleguen a la edad adulta. La muerte sobreviene generalmente por desnutrición, anemia, sepsis, complicaciones renales y tumores. (5, 19, 52) 32 TRATAMIENTO El objetivo del tratamiento es evitar la formación de ampollas y sus complicaciones. La magnitud del tratamiento que se necesita depende de la gravedad de la enfermedad. Las recomendaciones a menudo incluyen medidas para evitar el daño (traumatismo) cutáneo, controlar el dolor y brindarle al paciente un ambiente confortable. (5, 53, 54, 55) Medidas Generales: Deberá realizarse: Drenaje de las ampollas para impedir el mayor desprendimiento por la presión del fluido sérico. Hay consenso general respecto a pinchar las ampollas con una aguja estéril para evitar que se agranden y causen malestar; el techo debe dejarse intacto para que actúe como cobertura biológica natural. Actualmente el método más popular para tapar las ampollas rotas es el apósito de fibra hidrocoloide no oclusivo con una base de silicona de baja adherencia al cual se le coloca una gasa plana por encima y se asegura con un vendaje. El apósito primario se debe cambiar cada 4 a 7 días pero la cobertura secundaria (gasa y vendaje) se puede cambiar diariamente. Vendajes: los mismos se efectuarán en tres capas. La primera no adherente, con gasa embebida en un emoliente como petrolatum tópico, vaselina u otro producto antiadherente o bien productos a base de silicona sin pegamento. La segunda capa de estabilización de la primera, compuesta por rollos de gasa. Proporciona efecto de acolchado. La tercera asegura la integridad del vendaje, resultando efectivos tubos elastizados de diversos diámetros. La suplementación con zinc mejorará la cicatrización de las lesiones ampollares. Dada la frecuencia de infecciones se impondrá en estos casos el tratamiento con ATB. Este tratamiento constituye un verdadero 33 desafío ya que las bacterias halladas en la mayor parte de los casos son el Estafilococo aureus meticilino resistente y las Pseudomonas aeruginosa. La resistencia de tales agentes pone a prueba la intervención farmacológica.(56) Apoyo alimenticio: incluye desde alimentación blanda hasta la administración de alimentos por gastrostomía. Puede requerir suplementación del hierro y glóbulos rojos para combatir las anemias. Son necesarios aportes de calcio y suplemento de vitamina D, a fin de evitar la osteopenia y la osteosporosis. Las alteraciones hidroelectrolíticas requerirán, dada su importancia y gravedad, un seguimiento y atención cuidadosa. Será conveniente la administración de selenio para ayudar o prevenir las cardiomiopatías. Se realizará vigilancia con ecocardiograma frecuente. Tratamiento del dolor, es sumamente importante a la hora de realizar las curaciones. Pueden emplearse diversos fármacos según la gravedad del caso.(32) Se pueden necesitar injertos de piel para las áreas cutáneas ulceradas o desnudas, los injertos de queratinocitos alogénicos no son de ayuda y los resultados obtenidos con bioequivalentes de piel no han sido alentadores. (57) De igual manera, se podrían recomendar otros procedimientos quirúrgicos para complicaciones de la epidermólisis ampollar. Dichas cirugías abarcan: Dilatación del esófago si se presenta estenosis (estrechamiento). Reparación de las deformidades en las diversas partes afectadas. Extirpación de cualquier tipo de lesiones neoplásicas. Están bajo investigación, entre otros, la terapia de proteínas del colágeno VII, la terapia genética y la terapia con células madres. Se está intentando el cultivo de queratinocitos del `paciente a los que se les introduce 34 una copia normal del gen COL 7A1 para después reinjertarlos en la piel, abordaje que está en vía experimental. (12, 59, 60, 61) En el momento actual el tratamiento de las EAD se dirige a los cuidados paliativos y la prevención de complicaciones. (62, 63, 64, 65) Tratamiento sistémico: No existe una droga que pueda resolver la alteración genética molecular, problemática de esta afección. Se han utilizado tetraciclina y fenitoína, (en desuso), también se han empleado antipalúdicos y retinoides, cuya utilidad no ha sido establecida de manera definitiva. Los glucorticorticoides sistémicos tampoco han resultado muy útiles para esta enfermedad, algunos autores contraindican totalmente su uso a largo plazo, debido a los efectos adversos secundarios. (8) Otros tratamientos: La terapia kinesiológica es otro de los tratamientos imprescindible en los casos en que la cicatrización de las ampollas ha generado deformación y o rigidez articular, motivando con ello la imposibilidad o dificultad de movimiento. Colaboran con estas acciones las específicas del terapeuta ocupacional quien aportará para mejorar la motricidad fina y autovalimiento en la medida de lo posible. (66) Se descuenta el asesoramiento familiar a partir de los estudios genéticos, para poder planificar adecuadamente la familia y brindar la asistencia que la problemática del hijo por nacer o ya nacido plantea a quienes han de encargarse de él. Completará el tratamiento la intervención de profesionales de la psicología, quienes asistirán a la familia ante la difícil experiencia que le toca vivir. (41, 52, 66, 67) 35 MONITOREO Y EDUCACION Dadas las características de la enfermedad y el requerimiento de tratamientos de muy larga duración y cuidados específicos, la educación a padres y familiares a cargo del paciente resulta imprescindible, así como la capacitación del personal de salud que orientará a los mismos. (68, 69) En general, en el paciente con EAD se debe procurar: Protección frente a traumas mecánicos que pudieran producirse por el roce de la pinza del cordón umbilical (que debe atarse con nudos), con la banda de identificación del recién nacido, cintas adhesivas, ropas inadecuadas, chupetes o pendientes. Extremar las precauciones en caso de que sea necesario intubar al paciente o al introducir sondas, y hacerlo sólo en caso de extrema necesidad. Protección frente a altas temperaturas Drenaje de ampollas y protección frente a infecciones. Uso de ropas de tejidos adecuados, procurando que el bebé no permanezca desnudo, para evitar las lesiones por roce. Evitar el contacto con juguetes o estructuras que pudieran precipitar la formación de ampollas. Paliar el dolor y prevenir la inflamación. Identificar precozmente las complicaciones esofágicas, traqueolaríngeas y musculoesqueléticas, con el correspondiente tratamiento quirúrgico si aparecen y fuera preciso. Vigilar la aparición de déficit de hierro y anemia. Corregir deficiencias nutricionales. Resolver el problema de la ingestión de alimentos en casos con dificultad para la deglución o con lesiones esofágicas. Prevenir o resolver situaciones de estreñimiento. Proporcionar asesoramiento genético e información a la familia en lo que respecta a los cuidados que precisará el paciente y el pronóstico posible de la enfermedad.(8, 14) 36 Vigilar aparición de tumores y, en su caso, establecer el tratamiento más adecuado (quirúrgico, quimioterapia/radioterapia). Instaurar la fisioterapia más adecuada a cada caso, si es preciso. Vigilar la buena salud bucodental. Establecer contacto con asociaciones y grupos de apoyo.(4,77, 78, 79) 37 MANEJO DE LA EAD EN LA LACTANCIA Ante la sospecha de un feto con EAD se elegirá una intervención cesárea evitando así las lesiones traumáticas que se generarían con un nacimiento por vía vaginal. No existe aún un tratamiento para la EAD, de forma que éste se conforma buscando mantener la salud del lactante y procurando el bienestar psicosocial de la familia. Los recién nacidos deben ser atendidos en unidades de cuidados intensivos neonatales, con la intervención del dermatólogo, quien vigilará las heridas y sugerirá los estudios necesarios para un diagnóstico acertado de la enfermedad. Se buscará: 1. Minimizar la aparición de nuevas ampollas o erosiones: con un manejo cuidadoso, disminuyendo la fricción y evitando la utilización de adhesivos sobre la piel. 2. Promover la curación de las heridas: higiene adecuada de las manos del personal que asiste al niño antes y después de curar las heridas, usando alcohol. Baños y cuidado diario de las lesiones, vigilando e inspeccionando permanentemente las mismas. El baño puede requerir el trabajo de dos personas, insumiendo a veces más de dos horas reloj, para llevarlo a cabo con el cuidado necesario. El baño se hará con jabones suaves y se procederá a secar con toalla mullida y sin fricción. Puede realizarse el baño con una solución de lejía, usando dos cucharadas de té por cada cuatro litros de agua para evitar la carga bacteriana de la piel. 3. Evitar las infecciones: se usarán ATB tópicos o sistémicos solamente si son necesarios. 4. Aumentar la comodidad: con el cuidado de las heridas, el uso de vendajes no adherentes y sacarosa oral con los cambios de vendaje. 5. Disminuir los procedimientos dolorosos: En situaciones de malestar usar paracetamol o agonistas de los opiáceos. 38 6. Optimizar la ingesta calórica: fortificar la leche materna o las fórmulas. Utilizar tetinas suaves o las que se usan para niños con labio leporino. La mamá deberá aplicar ungüento en sus pezones aunque a veces conviene la extracción y fortificación de la leche materna. Aplicar sucralfato en las úlceras orales para evitar el dolor. Tratar el reflujo gastroesofágico. 7. Las prendas de vestir deben ponerse al revés. Los pañales de tela son menos traumáticos alrededor de cintura y muslos. 8. El ambiente no debe ser demasiado cálido para evitar la nueva aparición de ampollas. 9. El lactante debe sostenerse desde su cabeza y muslos, nunca debe levantárselo por debajo de sus brazos. Tener un recién nacido con EAD es una experiencia aterradora y el equipo médico debe ser capaz de dar apoyo psicológico a la familia. Esto es importante tanto durante el período de incertidumbre cuando no se conoce el diagnóstico como en las posteriores orientaciones sobre pronóstico y expectativas. La fundación DEBRA es un interesante recurso. Para ser dado de alta un bebé no debe tener más del 10% de su piel afectada y es preciso el trabajo permanente de monitoreo con un equipo interdisciplinario. (32, 52, 66) 39 CONCLUSIONES La epidermólisis ampollar distrófica es una enfermedad dermolítica, con formación de ampollas subepidérmicas cuya curación se acompaña de cicatrices y quistes de milium. Es una afección hereditaria, con mutación de las fibrillas de colágeno VII, de rara presentación y difícil clasificación, que requiere de un diagnóstico preciso, y cuyo pronóstico es en muchos casos desfavorable dependiendo de la formación y extensión de las lesiones ampollares. Esta enfermedad implica múltiples tratamientos complejos, con asistencia permanente y cuidadosa y afecta a la familia en su totalidad, en el momento de recibir a un nuevo hijo. No tiene aún una droga o una intervención médica que aporte su solución, si en cambio está abierto el panorama para que desde las nuevas investigaciones que se están efectuando se halle la forma de aliviarla, mejorando así el sombrío panorama que se presenta ante la confirmación diagnóstica de EAD. Quizás la complicación más severa surge con la aparición de carcinomas espinocelulares, altamente agresivos en las zonas de erosión crónica, que llevan al paciente, en muchos casos, a la muerte por enfermedad metastásica. 40 BIBLIOGRAFIA 1. Crosby D. y Díaz L. Clínicas Dermatológicas - Enfermedades bullosas: Epidermólisis ampollosa hereditaria 1ª ed. Madrid. Interamericana Mc Graw-Hill 1993; III: 569-584. 2. Torrelo A. y Zambrano A. Dermatología en Pediatría General: Enfermedades ampollosas infantiles 1ª ed. Madrid. Grupo Aula Médica 2007; I: 341-364. 3. Fine JD, Eady RA, Bauer EA, Bauer JW, Bruckner-Tuderman L, Heagerty A, et al. The classification of inherited epidermolysis bullosa: Report of the Third International Consensus Meeting on Diagnosis and Classification of EB. J Am Acad Dermatol. 2008; 58: 931–950. 4. Weston W, Lane A, Morelli J. Dermatología Pediátrica: Epidermólisis ampollosa 4ª ed. Barcelona Elsevier Masson 2008; I: 348-354 5. Pueyo de Casabé S., Valdeverde R. 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