RELACIONES LABORALES Permiso de maternidad y vacaciones anuales JOSÉ LUIS GIL La sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas de 18 de marzo de 2004, asunto C-342/01, María Paz Merino Gómez c. Continental Industrias del Caucho, S.A., que ha despertado un gran interés, ha declarado que una trabajadora deberá poder disfrutar de sus vacaciones anuales en un periodo distinto del de su permiso de maternidad, aun cuando este último coincida con el fijado con carácter general, mediante un acuerdo colectivo, para las vacaciones anuales del conjunto de la plantilla. Subraya así el tribunal que la finalidad de las vacaciones anuales es el descanso efectivo del trabajador, mientras que el permiso de maternidad tiene por objeto la protección de la mujer y de las particulares relaciones entre ella y su hijo. La Sr. Merino Gómez, empleada de Continental Industrias del Caucho, de Coslada (Madrid), estuvo de baja por maternidad desde el 5 de mayo al 24 de agosto de 2001, en un tiempo que coincidía con uno de los periodos de vacaciones anuales de su centro de trabajo, según lo dispuesto en un acuerdo colectivo. Cuando pidió el disfrute de sus vacaciones anuales a continuación del término del periodo de su baja por maternidad, Continental Industrias no aceptó su solicitud. La trabajadora reclamó ante la jurisdicción social. El órgano jurisdiccional competente, el Juzgado de lo Social núm. 33 de Madrid, presentó al TJCE varias cuestiones sobre la interpretación de las Directivas sobre la ordenación del tiempo de trabajo, la protección de las trabajadoras embarazadas y la igualdad de trato en- Capital Humano 138 Y GIL, Profesor Titular de Derecho del Trabajo de la Universidad de Alcalá y miembro del Consejo Asesor de Sagardoy Abogados. tre hombres y mujeres. Muy comentada, la sentencia del TJCE llega a una conclusión distinta a la que habían sostenido los tribunales españoles. COMPATIBILIDAD DEL PERMISO DE MATERNIDAD CON EL DISFRUTE DE LAS VACACIONES ANUALES Conforme al artículo 40.2 de la Constitución española, los poderes públicos habrán de fomentar una política que garantice “el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados”. El derecho a las vacaciones retribuidas lo han desarrollado el artículo 38 del Estatuto de los Trabajadores (ET) y el Convenio de la OIT nº 132, sobre vacaciones anuales pagadas, ratificado por España el 16 de junio de 1972 y publicado en el BOE de 5 de julio de 1974. Al ser muy escueto el precepto estatutario, posee una gran importancia el Convenio de la OIT, que los tribunales no dudan en aplicar, como “norma genérica que en nuestro ordenamiento jurídico reglamenta y estructura la materia retributiva del periodo vacacional” (STS de 25 de junio de 1996, Ar. 5332). En lo que ahora interesa, el Convenio nº 132 de la OIT contiene importantes reglas, para los casos en que se produzca una suspensión del contrato, como consecuencia de un motivo independiente de la voluntad del trabajador. En primer lugar, precisa que el tiempo de enfermedad, accidente o maternidad y, en general, el de ausencia del trabajo por motivos inde- pendientes de la voluntad del trabajador, ha de computarse como de servicios para acumular derecho a vacaciones (art. 5.2). La doctrina judicial ha precisado que las normas del Convenio no son de derecho necesario e indisponible, por lo que puede alterarlas el convenio colectivo (SSTCT de 22 de febrero de 1985, Ar. 1449, y 9 de abril de 1986, Ar. 2315). En segundo término, el tiempo de enfermedad o accidente, que computa para acumular derecho a las vacaciones, no lo hace como parte de las vacaciones mismas, aunque esta regla general admite la muy importante excepción de que se hayan fijado fechas generales de disfrute para todo el personal, en cuyo caso es irrelevante la enfermedad o accidente padecido durante ellas (art. 6.2). Invocando la regla general, la jurisprudencia ha señalado que nos hallamos ante un caso fortuito, y que el empresario no garantiza que las vacaciones se disfruten con buena salud. La jurisprudencia distingue según que la enfermedad ocurra antes o durante las vacaciones, y aplica la excepción sin más al segundo supuesto y matizadamente, caso por caso, al primero. Como ha advertido la doctrina, la regla general rige también respecto al periodo de suspensión del contrato por maternidad, riesgo durante el embarazo y adopción o acogimiento preadoptivo o permanente [arts. 45.1 d) y 48.4 ET]. Así pues, el trabajador tiene derecho a disfrutar de estos permisos más el periodo de vacaciones (SSTCT de13 de enero y 2 de julio de 1987, Ar. 455 y 14986). Dudoso es, sin embargo, que pueda aplicarse la excepción de Nº 179 • Julio-Agosto • 2004 la pérdida del derecho de vacaciones, cuando la maternidad, el riesgo durante el embarazo o la adopción o acogimiento coinciden con la fecha general de disfrute para todo el personal. Con todo, siguieron ese criterio las SSTS de 30 de noviembre de 1995 (Ar. 8771) y de 27 de junio de 1996 (Ar. 5389), las cuales dejaron sin respuesta si la retribución de las vacaciones era compatible con la prestación económica por maternidad o riesgo durante el embarazo (arts. 113 quarter y 135 LGSS). DOCTRINA DE LA STJCE DE 18 2004 DE MARZO DE El derecho social comunitario protege a las trabajadoras embarazadas. Varias directivas desarrollan este derecho, que la jurisprudencia del TJCE ha afirmado en numerosas ocasiones. Además, el artículo 33 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, de 2000, garantiza la protección de la familia en los planos jurídico, económico y social, y dispone que, con el fin de poder conciliar la vida familiar y profesional, toda persona tiene derecho a ser protegida contra cualquier despido por una causa relacionada con la maternidad, así como el derecho a un permiso pagado por maternidad y a un permiso parental con motivo del nacimiento o de la adopción de un niño. Resumamos ahora los argumentos de la STJCE de 18 de marzo de 2004. En primer lugar, el TJCE recuerda que el periodo de al menos cuatro semanas de vacaciones anuales retribuidas, consagrado por la Directiva 93/104/CE del Consejo, de 23 de noviembre de 1993, relativa a determinados aspectos de la ordenación del tiempo de trabajo –recientemente sustituida por la Directiva 2003/88/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 4 el TJCE corrobora la práctica de algunos convenios colectivos, según los cuales el periodo de vacaciones ha de disfrutarse en una fecha posterior, fijada de común acuerdo entre la trabajadora y el empresario, cuando el permiso por maternidad coincide con el periodo de vacaciones anuales de noviembre de 2003–, constituye un principio del derecho social comunitario de especial importancia, que tiene por finalidad el descanso efectivo del trabajador. El objeto del permiso de maternidad es diferente: la protección de la condición biológica de la mujer durante dicho periodo y la protección de las particulares relaciones entre la mujer y su hijo durante el periodo que sigue al parto. En segundo lugar, la Directiva 92/85/CEE del Consejo, de 19 de octubre de 1992, por la que se establecen medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud en el trabajo de la trabajadora embarazada, que haya dado a luz o en periodo de lactancia, dispone que, en principio, los derechos inherentes al contrato de trabajo deberán garantizarse también en el caso de un permiso de maternidad, incluido el derecho a disfrutar de vacaciones anuales retribuidas. Por último, la fijación del periodo de las vacaciones anuales retribuidas se rige por lo dispuesto en la Directiva 76/207/CEE del Consejo, de 9 de febrero de 1976, relativa a la aplicación del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a la formación y a la formación profesionales, y a las condiciones de trabajo, modificada por la Directiva 2002/73/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de septiembre de 2002. Al mismo tiempo, esa Directiva permite la adopción de disposiciones relativas a la protección Información elaborada por Nº 179 • Julio-Agosto • 2004 de las mujeres durante el embarazo y la maternidad. Sin embargo, estas disposiciones no pueden dar lugar a un trato desfavorable en lo que respecta a sus condiciones de trabajo. En consecuencia, el derecho comunitario exige que la trabajadora pueda disfrutar de sus vacaciones anuales en un periodo distinto del de su permiso de maternidad, también en caso de coincidencia entre el periodo de permiso de maternidad y el fijado con carácter general, mediante un acuerdo colectivo, para las vacaciones anuales del conjunto de la plantilla. Así pues, el TJCE adopta un criterio diferente al de nuestro Tribunal Supremo. No puede aplicarse al periodo de suspensión del contrato de trabajo por maternidad la excepción del artículo 6.2 del Convenio nº 132 de la OIT, en cuya virtud la trabajadora pierde el derecho a las vacaciones anuales retribuidas, si el convenio colectivo fija una fecha general de disfrute para todo el personal de la empresa. Con esta doctrina, el TJCE corrobora la práctica de algunos convenios colectivos, según los cuales el periodo de vacaciones ha de disfrutarse en una fecha posterior, fijada de común acuerdo entre la trabajadora y el empresario, cuando el permiso por maternidad coincide con el periodo de vacaciones anuales. Protege así los derechos de la madre trabajadora, y facilita la conciliación de la vida familiar y laboral.! SAGARDOY ABOGADOS 139 Capital Humano