Buenos Aires prehistórica Estamos acostumbrados a ver el paisaje de nuestra ciudad dominado por altísimos edificios de acero, cemento y hormigón con calles tapizadas de adoquines o asfalto, que dejan muy poco lugar para el desarrollo de la flora y fauna originarias de la región, y relegan los ríos y arroyos naturales a conductos subterráneos. Este paisaje no fue siempre así, y si nos remontamos solo a 10.000 años atrás en el tiempo –Período Pleistoceno– lo que hoy conocemos como Buenos Aires era una llanura poblada por una fauna única en el mundo: los megamamíferos, bestias que llegaron a pesar más de mil kilos y convivieron con los primeros humanos de la zona. Los terrenos almacenan restos de huesos fósiles de esta extinta fauna pampeana. Tenemos acceso a información sobre esa época “porteña” gracias a las distintas excavaciones realizadas tanto para erigir grandes edificaciones como también para construir sistemas de transporte subterráneos, en las que se removió y se pudo acceder al subsuelo bonaerense. Los primeros hallazgos de fósiles quizás se hayan producido cuando los porteños del siglo XIX construyeron cisternas, aljibes y pozos ciegos en sus viviendas. En esa época estos huesos se consideraban algo extraño y no se los relacionaba con la fauna a la que pertenecieron. El área de Arqueología y Paleontología de la Dirección General Patrimonio e Instituto Histórico posee una vitrina para la exhibición permanente de restos de algunos exponentes de esta monumental fauna. Estos fósiles se encuentran registrados según los requerimientos de la Ley Nº 25743 (Ley de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico) y se encuentran en préstamo por parte de un coleccionista privado. Podemos observar restos de los siguientes ejemplares: Megaterio • Megatherium americanum Perezoso que llegaba a los 6 metros de alto alzado sobre sus miembros posteriores En exhibición: Fragmento de molar. Vértebra caudal (de la cola). Falange (hueso del miembro anterior). Falange ungueal (garra). Gliptodonte. • Glyptodon munizi Gliptodonte, edentado acorazado emparentado con los actuales armadillos y mulitas. En exhibición: Fragmentos de coraza y placas de coraza sueltas. Cuatro fragmentos de esternón. Glosoterio. • Glosoterium sp. Gran perezoso sudamericano En exhibición: Fragmento de cráneo. Toxodonte. • Toxodon platenses Particular herbívoro que no se encuentra cercanamente emparentado con ningún mamífero actual, aunque se asemejaría al hipopótamo, por sus hábitos anfibios y al rinoceronte, por su apariencia En exhibición: Fémur. Vértebra caudal (de la cola). La importancia de conocer el pasado Nos parece muy importante que esta información se haya rescatado y conservado a través del tiempo para el conocimiento del pasado porteño. Y sobre todo, que en futuros hallazgos pueda preservarse este material paleontológico. Por esta razón es que desde hace 10 años existe una ley nacional que protege a los restos fósiles obligando a las empresas privadas que realicen excavaciones a declarar ante el Museo Argentino de Ciencias Naturales o a la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cualquier hallazgo paleontológico que pueda rescatarse cuando se está removiendo el subsuelo. De esta manera estos tesoros ocultos bajo la tierra no se perderán y podremos disfrutar de ellos tanto nosotros como las generaciones futuras. Vitrina de Paleontología