Historia y leyenda de la china poblana La legendaria "china poblana" fue un personaje histórico que vivió en la época colonial y cuya vida se pierde entre la realidad y la fantasía de una época en donde los milagros y las visiones estaban a la orden del día. La historia de la "china poblana" comienza cuando hacia 1621, el virrey marqués de Gélves expresó su deseo de tener a su servicio una joven chinita que fuese tan exótica en palacio como un papagayo en su jardín. Un mercader que trajinaba entre Acapulco y Manila, enterado de este capricho trajo en el barco llamado “la Nao de China” a una niña hindú de unos doce o catorce años. Sin embargo el mercader no entregó la joven al virrey sino que la vendió como esclava al rico capitán Miguel de Sosa, que vivía en Puebla de los Ángeles casado con Margarita de Chávez, y quien pagó diez veces más de lo que pagaría el marqués de Gélves. Gracias a la pareja Sosa llegó a conocerse el pasado de la muchacha. La "chinita" se llamaba Mirra y había nacido princesa en las remotas tierras del Gran Mogol o Mogor, o sea la India. Así que aunque todos le decían "china" cariñosamente, porque así se usaba entonces decirle a la servidumbre femenina y joven, Mirra no era china sino indostana o hindú. En su tierra natal, cuando Mirra tenía diez años de edad, sus padres tuvieron que abandonar su ciudad y se fueron a vivir a un puerto cerca de los portugueses. Un día arribaron los piratas y la niña fue raptada y despojada de sus ricos vestidos y joyas y encerrada en una bodega. Así, de princesa pasó a ser esclava. Al llegar a Cochín, un estado al sur de la India, evangelizado por Francisco Javier, Mirra logró escapar y refugiarse en una misión de padres jesuitas que la cristianizaron y bautizaron con el nombre de Catarina de San Juan. Años más tarde, regresaron los piratas al subcontinente indostánico y, al reconocerla, volvieron a capturarla y la vendieron en Manila como esclava donde la entregaron al mercader que la llevó a la Nueva España. El matrimonio poblano no tenía hijos y compraron a la chinita para adoptarla como hija, aunque siguió siendo esclava. Así, quedó en casa de los Sosa entre ahijada y sierva. Mirra (o Catarina) era bellísima, aprendió con sus padres adoptivos a hablar el español, a cocinar y a hacer primorosas labores de aguja, pero se negó a aprender a leer y a escribir. Catarina se hizo muy popular por su belleza y manera muy peculiar de vestir, a la usanza hindú. Cuando salía a la calle siempre llevaba un manto que le cubría la cabeza y parte de la cara y doblándolo de mil formas distintas, como el sari de las mujeres en la India. Desde esta época, Catarina gozó de la estimación de buena parte de la sociedad poblana y contó con el apoyo de la prestigiada Compañía de Jesús así como con la de otros clérigos. Don Miguel Sosa murió en diciembre de 1624 y en su testamento dio la libertad a Catarina quien se quedó, en la calle. La recogió el clérigo Pedro Suárez y vivió en la pobreza haciendo vida ascética y siempre vestida con su indumentaria de saya, manto y toca. Desde ese momento, comenzó a revelarse una nueva faceta de la "china" Catarina, empezó a tener visiones místicas. Decía que jugaba al escondite con el niño Jesús, que veía a ángeles y a la Virgen, que una escultura de Jesús Nazareno le hablaba largamente y que los demonios la acosaban. Si al principio la consideraban loca, con el tiempo fue respetada y hasta llegó a ser venerada. Cientos, miles de personas veían en Catarina a una profetisa y entre esos miles se contaban desde el obispo de Puebla hasta los sacristanes de la Compañía de Jesús, pasando por todos los jesuitas de la época. Catarina vivió 82 años y murió el 5 de enero de 1688. La gente que fue a su velorio la besaba y arrancaba pedazos de su mortaja para conservarlos como reliquia. Tal fue la veneración que inspiró Catarina, que desde 1691 el tribunal de la Santa Inquisición tuvo que prohibir la reproducción de sus retratos para que no se le adorara como santa. El sepulcro de Catarina de San Juan se conserva en la sacristía de la iglesia de la Compañía de Jesús en Puebla bajo una lápida de azulejos. Historia y leyenda de la china poblana Preguntas de comprensión 1. ¿En qué época histórica vivió la legendaria “China poblana”? 2. ¿Cómo se llamaba el barco que trajo de Manila a Acapulco a una niña hindú? 3. ¿Cómo se llamaba la “chinita” y dónde nació? 4. ¿Por qué llamaban a la niña “chinita”? 5. ¿Quiénes raptaron a la niña? 6. ¿Dónde se refugió Mirra después de escapar de sus captores? 7. ¿Con qué nombre bautizaron los jesuitas a Mirra? 8. ¿A dónde llevaron los piratas a la ahora muchacha cuando la capturaron otra vez? 9. ¿A quién vendieron a la muchacha que la llevó finalmente a la Nueva España? 10. ¿Cómo se llamaba el rico capitán que finalmente compró a Catarina y la adoptó con su esposa como hija? 11. ¿Aunque aprendió a hacer varias cosas, qué se negó a aprender la chinita poblana? 12. Además de gozar de la estimación de la sociedad poblana, ¿con el apoyo de quién contó la china poblana? 13. ¿Cuándo dejó de ser esclava Catarina? ¿Con quién decía la chinita que jugaba al escondite? 14. Aunque al principio la consideraban loca, ¿qué opinión le merecieron con el tiempo a la china poblana? 15. ¿Dónde se encuentra el sepulcro de la China poblana? Vocabulario 1. legendaria 2. expresó 3. exótica 4. trajinaba 5. capricho 6. remotas 7. servidumbre 8. natal 9. arribaron 10. despojada 11. evangelizado 12. refugiarse 13. misión 14. capturarla 15. sierva 16. labores 17. usanza 18. sari 19. prestigiada 20. clérigos 21. ascética 22. indumentaria 23. saya 24. manto 25. toca 26. revelarse 27. faceta 28. místicas 29. acosaban 30. venerada 31. profetisa 32. mortaja