INTRODUCCIÓN. Este análisis tiene como propósito aplicar el proceso semasiológico, que es, dentro del proceso de la comunicación, el correspondiente al receptor de un mensaje que en este caso será el primer capítulo de la novela Nada de la escritora española Carmen Laforet, y consistirá en desarrollar los cuatro niveles semasiológicos: ubicación del tema del que trata el texto; identificación de la materia narrativa; actualización, integración de los contenidos del texto a un corpus mayor y finalmente el nivel de la consolidación interpretativa del mensaje de la autora. Obviamente, la novela completa tiene mucho más material por analizar en los cuatro puntos antes mencionados, incluso en algunos aspectos debe irse más allá del primer capítulo rigurosamente delimitado, pero aún así este primer fragmento de gran riqueza literaria proporciona la tela suficiente para exponer el proceso de desentrañamiento, así como también es una excelente muestra de la literatura emergente después de la guerra civil española. Considero que es en este espacio oportuno que me da la introducción donde debo decir, que aunque pequeño, burdo e indigno de su categoría, este es mi homenaje a una gran escritora que, valga la redundancia, como los grandes incitó a más de un joven a mirar a su interior, estuviera o no dentro de este ambiente de posguerra, pues el caos, sería precisamente la transición de la adolescencia a la madurez. PRIMER NIVEL: UBICACIÓN. Se presenta en el texto una línea que nos conduce hacia un punto: el descubrimiento de la vida, la regeneración de una sociedad desintegrada física y moralmente que busca la esperanza entre los escombros que deja una lucha civil. En este contexto, se resuelve usar a la rebeldía como propiciadora de un cambio, de un traslado de un mundo rural a la modernidad de una Barcelona en sus primeros años de posguerra, una Barcelona, misteriosa, encantadora, que atrae a pesar de que en sus entrañas hay un ambiente que huele a locura, abandono, angustia, confusión, melancolía y congoja, restos de una guerra fraticida, pero que ofrece una esperanza de supervivencia, de desarrollo, de maduración. SEGUNDO NIVEL: IDENTIFICACIÓN. Andrea decide cambiar su vida al irse a Barcelona a vivir con sus familiares y comenzar sus estudios universitarios. Es la primera vez que viaja sola, pero esto no le causa miedo, por el contrario le asombra mirar la gran cantidad de personas que esperan el expreso en la estación de Francia Se encuentra ilusionada al llegar a la terminal de trenes a medianoche, donde nadie la espera, pues su llegada estaba programada para el mediodía. Barcelona le produce desde el primer momento grata impresión, principalmente por ser una gran ciudad y por ser lo que ansiaba conocer desde tiempo atrás. Para llegar a la casa de sus familiares toma un viejo coche de caballos de los que han vuelto a surgir después de la guerra. A través de las anchas calles de la urbe, descubre un espacio lleno de belleza. Le conmueve la plaza de la Universidad pues siente que le da la bienvenida a su nueva vida, a su nueva residencia. 1 Finalmente el cochero le indica donde es la dirección, y ella intenta recordar cual de todos los balcones de la calle Aribau corresponde al que en delante la sostendría. Llama a la puerta y es su abuela quien atiende, y la confunde con su nuera Gloria. Andrea le aclara quien es, y al momento aparece uno de sus tíos, Juan, quien le saluda; en este momento se siente sofocada en el ambiente angustioso de la casa. Aparecen nuevas figuras: la criada, que le produce la impresión más desagradable que haya tenido de alguien por su aspecto horrible y destrozado; Gloria, esposa de Juan, joven, de aspecto lánguido y demente y finalmente su tía Angustias, alta, poderosa, con actitud hasta cierto punto despreciativa. Juan hace un comentario que alerta a Andrea y la previene ante otro hecho que sucederá instantes después: − ¡Ya está la bruja de Angustias estropeándolo todo!. Seguido le presenta a Gloria quien después de saludarla le susurra al oído − ¿Tienes miedo?. Andrea busca lavarse y aunque le advierten la falta de agua caliente prefiere quitarse de encima el cansancio del viaje y las profundas impresiones que le han producido los personajes de la casa, pero de nuevo se topa con un lugar sucio, deprimente que es el cuarto de baño. Se queda dormida temblando de terror después de ser despedida por su cariñosa abuela y su dura tía Angustias en el cuarto que le asignaron, el salón donde la aguarda un piano, muebles amontonados y en el centro una cama turca donde se meterá con miedo pues es parecida a un ataúd. TERCER NIVEL: ACTUALIZACIÓN. Esta novela, la primera escrita por Carmen Laforet (1921−2004) con la que gana el premio Nadal en 1944 en su primer convocatoria, obtiene un gran éxito en la sociedad española que después de la guerra civil está ávida de literatura, pues sufre una escasez de nuevos materiales, propiamente del género novela realista, pues existe un retraimiento cultural, censura y las obras pobres literariamente abundan, así como las traducciones de obras extranjeras. Quedan rotas las tendencias promocionadas por Unamuno, Valle− Inclán o Baroja y casi nadie se anima a escribir, ante la dificultad de encontrar editorial. Escrita en 1944, Nada se desarrolla en medio de una sociedad decadente, gris, desdibujada, infeliz; ilustra el ambiente posguerra reflejado en el caos que viven los personajes de la casa de Aribau, en sus muebles amontonados, en sus luces pardas, en su hedor, en el horror que impresiona a la protagonista. La narrativa de los 40's se distingue por estar impregnada de un sentimiento de angustia, de desarraigo, de inquietud, se da un curioso contraste con las notas evasivas, que buscan superar las consecuencias de la guerra. Los autores de esta época, de los cuales destaca Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte obra que inaugura lo que será llamado tremendismo, no evaden la situación que se vive, si no la muestran agriamente, seleccionan los aspectos más duros de la vida, y a pesar del gran dolor que aun se vive, esta particularidad tuvo un gran lucimiento. Así, Laforet, sin llevar a los extremos de esta tendencia en Nada también refleja la vida cotidiana desde el crecimiento existencial de su protagonista, en esta primera parte, pues no es propiamente el tratar los malestares sociales, sino las consecuencias de estos en las esferas de lo personal. Así mismo, Nada, es una novela esperanzadora, en su primer capitulo, a pesar del terror que le ha causado a Andrea los momentos que ha pasado, Barcelona le da la bienvenida con sus calles, con sus noches y estrellas que le recuerdan las ilusiones por las que está ahí, y al igual que la sociedad española de entonces, logrará deshacerse de ese exilio, de esa censura, hambre, escasez e incomunicación. CUARTO NIVEL: INTERPRETACIÓN. 2 A pesar de que esta primera novela de Carmen Laforet no es la obra más destacada de la época de posguerra (pues lo es La familia de Pascual Duarte de Cela) y que su protagonista Andrea no se pronuncia abiertamente sobre ningún tema político en este primer capítulo motivo del estudio, nos acerca imaginativamente a la belleza de Barcelona, a las formas de expresión de las personas (a través de Andrea y los demás personajes) , a sus ambiciones (Andrea quiere estudiar filosofía y letras según nos enteramos más adelante en la novela), y carencias. El texto, nos trasmite una sensación de tristeza, (aunque como decía anteriormente también de esperanza), así como la intención de luchar por salvarse de esa atmósfera que la rodea, de esos personajes que no comparten sus ilusiones. Un capitulo totalmente individualista donde podemos identificar plenamente el deseo de evolución de cualquier ser humano, en medio de un mundo lleno de obstáculos. BIBLIOGRAFÍA. Laforet, Carmen, Nada en Gran colección de la literatura universal. Gallimard/ Promexa, México, 1982, pp. 647 − 807, t. II. 3