Los productores de frutilla hacen hincapié en la prevención para evitar plagas y enfermedades Durante el fin de semana pasado, el Centro Regional TucumánSantiago del Estero del INTA organizó el "II Simposio de Frutas Finas" en el Club Almirante Brown, de Lules, en el ámbito de la Expo Lules Productivo, y bajo la coordinación del ingeniero Daniel Kirschbaum, experto e investigador del organismo. LA GACETA Rural dialogó con el especialista, quien hizo una evaluación. "El programa incluyó ponencias sobre manejo de plantaciones de arándano en California, perspectivas de mercado del arándano para industria producido en la Argentina, actualización en variedades y tecnología de producción de frambuesas y moras híbridas, Nuevas variedades de frutilla de la Universidad de California, producción de frutilla en macrotúneles en Coronda, etc, donde también expuso el Conglomerado (cluster) de Frutas Finas de Tucumán a través del Programa Norte Grande", explicó. - ¿Qué problemas preocupan a los productores? - Sanidad es uno de los temas que siempre coexiste con respetable significancia con el sistema productivo. Interesa porque, en general, la frutilla es atacada por una artillería de plagas y enfermedades y cada vez son menos los agroquímicos autorizados para su uso en este cultivo. En este sentido, los productores trabajan en la prevención de los problemas fitosanitarios, utilizando plantines de alto vigor y sanidad, manejando equilibradamente el ambiente del cultivo a través de la preparación adecuada del suelo, riegos, fertilizaciones y manejos racionales del forzado (mantas térmicas, micro y macrotúneles). El control de malezas en el predio y su perímetro, y la reducción del polvo en la caminería interna y circundante también son medidas de alto impacto en la prevención. La irrupción de alternativas no químicas como los bioinsecticidas -los microorganismos benéficos que activan el sistema de defensa y el crecimiento de la planta y la posibilidad de utilizar enemigos naturales para el control de plagas y enfermedades-, son herramientas que están a mano de los productores. El otro tema central es la búsqueda del aumento de los rendimientos tempranos, lo que trae a colación la combinación de nuevas variedades y tipos de plantas. La calidad no deja de ser un objetivo menor, ya que los mercados son cada vez más competitivos. Los demás problemas del sector productivo tienen que ver con la disponibilidad de mano de obra, las relaciones laborales, la suba de los costos de producción y, al ser la frutilla un producto de alto índice de exportación, también se sigue de cerca el valor del dólar. - En el simposio, el INTA Famaillá presentó sus ensayos. ¿Cuáles fueron los temas tratados? - En el INTA Famaillá se realizan ensayos para evaluar el efecto de diferentes tipos de cobertura del cultivo, se evalúan fertilizantes químicos y biológicos, impacto de hongos del suelo y de virus en el rendimiento, control de enfermedades con sustancias producidas por la propia planta, se evalúan variedades, tipos de plantas (con hojas, sin hojas, plugs), orígenes y vigor del material vegetal, calidad de fruta, biodiversidad de la entomofauna benéfica y fitófaga asociada con el cultivo. Los objetivos son lograr una producción más limpia, amigable con el medio ambiente, de alta calidad tanto para el mercado de fresco como industria, combinar variedades y tipos de plantas para mantener producciones de alta calidad y rendimiento, y brindar herramientas que contribuyan a las BPA. Todo esto se enmarca en lo que es producción integrada, interactuando, tanto en las instancias de investigación como en las de extensión, con todos los estratos de productores. - ¿Cuáles son los problemas comercial que tiene el productor? - Falta de organización del sector; falta de campaña para aumentar el consumo; falta de representatividad en ferias internacionales; falta de agregados agrícolas en embajadas que promuevan las exportaciones del producto e informen sobre posibilidades de negocios, y altos aranceles para exportar a los principales mercados del hemisferio Norte. Por ello, los productores necesitan apoyo del Estado (provincial, nacional). - ¿Cuáles son los números que representan al sector frutillero? Considerando la superficie plantada en Tucumán (400 ha) y el estado de las plantaciones, la producción no superaría las 15.000 toneladas. Si septiembre tiene mínimas bajas y si a lo largo de la primavera ocurren temperaturas máximas excesivamente elevadas, este pronóstico puede alejarse de la realidad. Un 6065% de la producción podría destinarse al congelado, y un 3540% al mercado del fresco.