ARTE BIZANTINO ARQUITECTURA: Ya formada en el s. VI (Justiniano). Caract. princ.: empleo de la cúpula sobre pechinas, uso del ladrillo, columna con capital cúbico -en forma de pirámide truncada invertida, con decoración vegetal tallada a bisel- y decoración rica y suntuosa a base de pinturas murales o mosaicos. Se distinguen tres períodos: 1º. Siglo VI: A él pertenece la obra cumbre del arte bizantino, la iglesia de Santa Sofía de Constantinopla, obra de Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto (532-537) ! planta cuadrada con gran cúpula sobre pechinas horadada en la parte inferior por una sucesión de ventanas en torno. Esta cúpula se contrarresta por la parte del ábside y del atrio con dos grandes exedras, que a su vez lo hacen en otras más pequeñas, y a los lados por dos grandes estribos. Otros ejs.: Santos Sergio y Baco, con cúpula gallonada sobre cuerpo octogonal central; Santa Irene, de planta rectangular con dos cúpulas en el mismo eje; y, los Santos Apóstoles, desaparecida, de cruz griega con cinco cúpulas. En Rávena (Italia): San Vital, octogonal con cúpula sobre pechinas sobre ocho pilares enlazados por arquerías; y, San Apolinar in Classe y San Apolinar el Nuevo, con plantas rectangulares. 2º. Siglos IX-XII: Se caract. por la colocación de cúpula sobre tambor. Ej.: I. de Agia-Theotocos, cruz griega y cinco cúpulas, con pórtico también con cúpulas; I. del monasterio de Dafni, planta basilical con cúpula sobre trompas. En Venecia: I. de San Marcos (ídem Santos Apóstoles + pórtico con cúpulas). Ej. imp. es Sta. Sofía de Kiev, rectangular con ábsides al final de las naves. 3º. Siglos XIV-XV: Cambia principalmente la decoración, especialmente la pintura. Se acentúan las diferencias locales, mezclándose los tipos bizantinos con las formas del resto de Europa. ESCULTURA: Su importancia está en la influencia que ejerció en el occidente europeo. Las obras son escasas debido a las luchas iconoclastas. Del primer período es imp. la cátedra de Maximiano, en marfil con gran cantidad de relieves. A partir del s. IX la iconografía se enriquece con nuevas composiciones como las del ciclo evangélico, la vida de la Virgen, la consagración del Emperador y el ciclo de las Doce Fiestas -Placa de esteatita de la Catedral de Toledo-. MOSAICOS Y PINTURA: La pobreza de los materiales constructivos (ladrillo), hace necesaria la ayuda decorativa del mosaico, sustituido posteriormente, en las iglesias pobres, por la pintura mural. Mosaico: Del 1er. período destacan los de Sta. Sofía de Constantinopla y los del grupo de Rávena (S. Apolinar el Nuevo y San Vital) ! Mosaico de Justiniano, Teodora, el clero y los nobles. Durante el 2º período, de más riqueza iconográfica, cada tema ocupa un lugar fijo en el templo: cúpula = Pantocrátor, pechinas = símbolos de los evangelistas, ábside = la Virgen y la Eucaristía, nave = santos y representaciones evangélicas, cerca del ingreso = Pentecostés, y en el muro occidental = Juicio Final. Ej.: Sta. Sofía de Kiev, S. Marcos de Venecia y el monasterio de Dafni. En el 3er. período el paisaje tiene más importancia, y las figuras se hacen más humanas y expresivas. Pintura: Su evolución se ve en los manuscritos ilustrados, en los que inicialmente se desarrollan dos tradiciones, que perdurarán en todo el arte bizantino. Una, alejandrina-helenística, con fondos de paisajes -Ej.: Génesis de Viena, Josué del Vaticano-; y otra, de tradición siriaca y neo-ática, con fondos de oro, casi sin paisajes -Ej.: Evangeliarios de Rossano y de Florencia-. La pintura mural es escasa antes del s. XIV: en la 1ª ½ del siglo se desarrolla la escuela de Macedonia, de carácter realista y dramático, con pinturas dispuestas en largos frisos. En la 2ª ½ del siglo se impone la escuela de Creta, más refinada, con sus iconos icono de la Trinidad de Moscú- y frescos -los de la Peribleptos y la Pamtanassa de Mistra-. 1