Ese requisito no es exigible sino desde una interpretación de la ley

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Ese requisito no es exigible sino desde una interpretación de la ley que envía desde la disposición
transitoria de la L.O. 7/03 de 30 de Junio al artículo 72.5 de la L.O.G.P, y desde ésta reenvía al artículo 36
del Código Penal, como si el art. 72 de la L.O.G.P. fuera una disposición transitoria de segundo orden, y
ello desde la premisa de que el cumplimiento de la pena- esto es su más rotunda dimensión aflictiva- no
forma parte del núcleo del Derecho Penal y el legislador ha pretendido al tiempo ignorarlo y regularlo "ex
post". Interpretación sumamente rechazable en todos sus extremos, cuando cabe la contraria, esto es que el
artículo 72 de la L.O.G.P. remite al artículo 36 pero como norma de futuro y no de pasado, y que la omisión
del artículo 36 en la Disposición transitoria de la ley no es una habilidosa jugada del legislador para introducir
su aplicación por una disimulada vía oblicua sino el auténtico deseo del legislador de contribuir a la seguridad
jurídica a que se refiere la exposición de motivos de la ley cuando reconoce el derecho del ciudadano "a
saber, en definitiva, en que se va a traducir en la práctica la pena o sanción impuesta" conocimiento
imposible si cabe su mutación en cualquier momento con eficacia retroactiva.
Pero es que además en este caso la apelación al cumplimiento de la mitad de la pena carece de
sentido por otra razón. La propuesta de la Junta de Tratamiento era la de clasificación en tercer grado con el
fin de proponer la libertad condicional conforme al artículo 196 del reglamento penitenciario dada la
condición de septuagenario del condenado. Es evidente que un interpretación sistemática de la normas
permite afirmar que el llamado periodo de seguridad no rige cuando se trata de clasificación de grado de
personas mayores de 70 años o enfermos incurables. De lo contrario la inexigencia del plazo de
cumplimiento que prevé el artículo 92 no sería tal sino que en estos casos simplemente se excusaría del
cumplimiento de dos tercios o de tres cuartos de la pena, pero no de la mitad de la misma en las penas
superiores a cinco años (aunque estuviera agonizando el penado), y téngase en cuenta que el criterio para
enfermos y septuagenarios es el mismo por dicción literal de la ley en el párrafo segundo del artículo 92.
(...) En fin, por si eso fuera poco, el penado cumple condena por dos penas de siete y cinco años y si bien es
cierto que la mitad de la condena la cumple dentro de tres meses, la mitad de la única pena sometida a
periodo de seguridad -la de siete años- la ha cumplido hace más de dos (y es patente que el artículo 36 se
refiere a las penas impuestas y no a las condenas, como se deriva de la ubicación del precepto dedicado a la
duración de las penas, de las claras distinciones del Código entre pena y condena -Art.76.1, entre pena y
suma de penas -art.81- entre imposición de penas y cumplimiento simultáneo o sucesivo -Arts. 73 y 75entre pena a cumplir y penas impuestas -Art. 78-).
De todo ello se desprende el acierto en la propuesta de la Junta de Tratamiento y la cualidad de no ajustada
a Derecho de la resolución de la Dirección General de Instituciones penitenciarias, que debe por ello ser
revocada así como las resoluciones judiciales que la confirman.
Auto 1697/04, 15 de junio de 2004
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