Estrategias radicales para prevenir la obesidad y la diabetes

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Atención sanitaria
Estrategias radicales para prevenir
la obesidad y la diabetes
` Philip James y Neville Rigby
Sabemos que, tanto en adultos occidentales como asiáticos,
y dentro de los grupos vulnerables con sobrepeso y alteración
de la tolerancia a la glucosa, una pérdida modesta de peso
mediante unos cambios específicos de dieta y actividad física
puede reducir la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2.
Una pérdida notable de peso en personas gravemente obesas
con diabetes también puede reducir el riesgo de complicaciones
quizá para una década o más. Sin embargo, las intervenciones
clínicas que lo consiguen exigen de una supervisión personal
intensiva, la cual, al ser una estrategia de prevención y control
que implica a millones de niños y adultos, resulta difícil de
ofrecer. En este artículo Philip James y Neville Rigby hacen una
llamada para que se diseñen estrategias radicalmente nuevas
que combatan la obesidad y la diabetes en todo el mundo.
>>
La obesidad aumenta la susceptibilidad
de una persona de sufrir diabetes tipo
2. Además, los nuevos análisis sugieren
que incluso un ligero aumento de peso
tiene un poderoso impacto sobre el
riesgo de quienes son genética o
fisiológicamente vulnerables. Alrededor
del 90% de los casos de diabetes tipo 2
es atribuible al exceso de peso. Este
riesgo aumenta progresivamente a
partir de un índice de masa
corporal de 21 kg/m2; la falta de
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actividad física aumenta el impacto del
aumento de peso sobre la
insensibilidad de una persona a la
insulina (resistencia a la insulina).
Muchos grupos étnicos son
especialmente vulnerables ante los
efectos de la adiposidad. Esto podría
tener en parte una base genética. Sin
embargo, existen poderosos efectos
nutricionales sobre el desarrollo fetal
inicial y el desarrollo infantil que hacen
8
que un bebé relativamente malnutrido
sea susceptible, ante el subsiguiente
exceso de aumento de peso, de sufrir
un rápido aumento de la resistencia a
la insulina. Esto, sumado a una probable
reducción de la capacidad del páncreas
de secretar insulina, podría explicar la
notable prevalencia de diabetes tipo 2
en Asia, por ejemplo, en donde millones
de adultos tienen la afección a pesar
de tener unos niveles de obesidad
relativamente modestos (para más
sobre los factores genéticos frente
a los factores sociales que están tras
la diabetes tipo 2, ver artículo de
Claudia Chaufan en este número.)
Pruebas claras: la diabetes se
puede prevenir
En ensayos clínicos relizados en
Minnesota, EEUU, se demostró que el
enfoque de educación personalizada
para mejorar la dieta y la actividad física
mediante el asesoramiento individual no
afectaba en absoluto al aumento de peso.
Además, tan sólo una estrategia nacional
de intervención para tratar el sobrepeso
en niños (en Singapur, ver Diabetes Voice
2003; 48 (Prevención): 49-50) parece
haber obtenido algún beneficio. En
Finlandia, un tercio de la población
del país está participando en una
amplia estrategia en la cual la mejora
de la atención a la diabetes es sólo una
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parte; estas personas se están
realizando revisiones en las farmacias
y en otros establecimientos no
médicos para detectar una posible
intolerancia a la glucosa basándose
en la medida de la cintura, la edad
y el historial familiar de diabetes.
(
El enfoque de
educación personalizada
para mejorar la dieta y
la actividad física
mediante el
asesoramiento
individual mostró no
tener efecto alguno
sobre el aumento
de peso.
)
Realizar grandes ensayos controlados,
con sus consiguientes análisis, que
validasen algunos de los beneficios,
exigiría entre 10 y 15 años para
analizar los planes de acción más
sencillos; algunos países necesitarían
ponerse de acuerdo para ofrecer
poblaciones de "control" a las que se
les negaría el tratamiento, una opción
poco ética. Este cuidadoso enfoque
para el desarrollo de políticas, por lo
tanto, condena a varios millones más
de personas a sufrir diabetes, provocando
el aumento correspondiente de los
costes médicos y sociales.
No existe una cura milagrosa
A pesar del hecho de que muchas
políticas gubernamentales, así como
las innovaciones técnicas e industriales,
han contribuido a generar inactividad
y sobrealimentación, los médicos, los
políticos, los funcionarios y los ministros
de los gobiernos quieren una solución
rápida al aumento de peso y la
"diabesidad". Existen importantes
intereses económicos en las áreas del
transporte, la alimentación, la publicidad,
la ganadería y la agricultura. De manera
inevitable, existe un fuerte interés por
parte de las industrias afectadas. Éstas
suelen presionar a los gobiernos para
que se opongan a los desarrollos
relacionados con la salud.
La "sociedad ociosa", un entorno
dominado por los automóviles, los
ordenadoras y por mil tipos de
mecanismos que ahorran esfuerzos, ha
llevado a una reducción de la actividad
física equivalente a unas 500-750 calorías
diarias en comparación con hace 50 años.
Para equilibrar esto, la ingestión limitada
de alimentos necesita ser de una
calidad nutricional sin precedentes
en un momento en el que las grasas,
los azúcares y la sal, todos ellos
colaboradores del consumo excesivo
impulsado biológicamente, son más
baratos, más intensamente publicitados
y disponibles en todas partes de lo
que nunca fueron.
( )
Está casi garantizado
que la publicidad
de alimentos y refrescos
ricos en calorías dirigida
a los niños dañará
su salud.
Los precios de los alimentos, manipulados
en la actualidad por enormes subsidios de
la Unión Europea (UE), los EEUU y Japón,
tienen un importante efecto sobre los
hábitos de compra, ya que las grasas
y los azúcares están fuertemente
subvencionados. Estos alimentos cargados
de calorías se han convertido en los más
baratos y atractivos para los compradores
menos pudientes. Está prácticamente
garantizado que la publicidad de estos
alimentos y refrescos de alto contenido >>
Una persona tiene alteración de la tolerancia a la glucosa (ATG) cuando su nivel
de glucosa en sangre (azúcar) es superior a lo normal sin llegar a ser el de una
persona con diabetes. La mayoría de las personas con ATG tienen un mayor riesgo
de desarrollar diabetes tipo 2.
El índice de masa corporal (IMC) se utiliza para medir el peso corporal con relación
a la altura de una persona. El IMC se puede calcular dividiendo el peso de una persona
en kilogramos (kg) por el cuadrado de su altura en metros (m2). Existe sobrepeso
cuando el IMC es superior a los 25 kg/m2, obesidad si supera los 30 kg/m2, y obesidad
grave cuando está por encima de los 35 kg/m2. En Asia, los IMCs correspondientes
recientemente recomendados son de 23, 25 y 30 kg/m2 respectivamente.
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© mauritius
Podrá encontrar una definición del término resistencia a la insulina en la página 25
de este mismo número.
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Atención sanitaria
energético dirigida a los niños manipulará
su dieta y dañará su salud.
Proteger a nuestros hijos y a los
más vulnerables
Todos los esfuerzos por educar al
consumidor han fracasado claramente a
la hora de reducir nuestra ingesta de
calorías. Cada país necesita un grupo
nacional de estrategias para desarrollar
estrategias a corto, medio y largo plazo
para conseguir intervenciones radicales.
Este grupo debería ser independiente
de los ministros del gobierno y
presentar sus informes directamente
al parlamento. El grupo de estrategia
debería tener acceso tanto a los medios
de comunicación como a análisis de
las dimensiones y las limitaciones de
cualquier medida propuesta por el
gobierno. Dichos organismos existen
en Noruega, Francia, Dinamarca, RU
y potencialmente en la UE.
Es necesario que estas políticas:
Š reajusten los sistemas de gravamen
para contrarrestar el pasado
altamente desventajoso y los actuales
subsidios a las granjas
Š limiten la publicidad de alimentos
y bebidas potencialmente dañinos
dirigida a nuestros hijos, actualmente
vulnerables y desprotegidos
Š limiten la expansión de
establecimientos de comida rápida
Š ofrezcan un etiquetado inteligible
y sencillo en todos los productos
alimentarios, en donde se indique
qué alimentos tienen un alto
contenido en grasas, azúcares y sal.
La actividad física de los niños a
menudo se ve limitada debido a la falta
de áreas seguras de juego y de rutas
para caminar y montar en bicicleta
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cercanas a los hogares. Los deportes y
otras actividades en la escuela se han
reducido o se han diseñado pensando
tan sólo en deportes competitivos, sin
tener apenas en cuenta las preferencias
según género o las sensibilidades de la
adolescencia. Podrían ayudar el uso de
podómetros, facilitar el acceso público
a los gimnasios, los parques y otras
instalaciones. Pero tanto si se trata
de nuestro futuro entorno físico
como del entorno alimentario,
debemos reconocer que hoy es
necesario adoptar medidas serias,
radicales y progresivas.
( )
Debemos reconocer que
hoy es necesario
adoptar medidas serias,
radicales y progresivas.
Por supuesto, los cambios serán
graduales, ya que los individuos y
las comunidades deberán cambiar
de idea sobre qué comportamiento
es "aceptable". Esto sucedió en muchos
países con el tabaquismo, el uso del
cinturón de seguridad, y otros
patrones de comportamiento.
Debemos reconocer la necesidad
de realizar importantes cambios en
nuestro suministro de alimentos, a la
vez que seguimos cubriendo el deseo
de tener una comida de calidad, llena
de opciones y que no resulte aburrida.
De no ser así, estaremos condenando
a los miembros desaventajados y de
menor educación de nuestra sociedad
a las terribles discapacidades que van
asociadas a una mal controlada
"diabesidad" y sus problemas
concomitantes.
El principal desafío es convencer a los
líderes y promotores de la sociedad
10
para que atajen el peculiar conjunto
de circunstancias que afronta en la
actualidad la humanidad: nunca antes
tantos billones de seres humanos
habían necesitado hacer tan poco
esfuerzo físico, a la vez que se les
ofrece una cornucopia de alimentos
cargados de calorías, diseñados
específicamente para explotar nuestros
impulsos primitivos en una situación en
la que las comodidades, la grasa, la sal
y el azúcar eran raros. Resolver este
problema es el mayor desafío sanitario
de todos. Es aquí en donde los líderes
sociales y los grupos de pacientes
deben sobresalir como líderes y
promotores de los políticos.
` Philip James y Neville Rigby
Philip James es presidente del Grupo de
Trabajo Internacional sobre Obesidad.
Neville Rigby es director de Políticas y
Asuntos Públicos del Grupo de Trabajo
Internacional sobre Obesidad.
Philip James y Neville Rigby son los
autores de una sección de la nueva
publicación Diabetes and Obesity:
Time to Act (Diabetes y obesidad: es
hora de actuar), que ha sido editada
conjuntamente por la IASO y la FID.
La publicación refleja la preocupación
por la amenaza que representan la
obesidad y la diabetes tipo 2 para la
salud, el bienestar y la prosperidad
económica de prácticamente todos
los países del mundo.
Para solicitar una copia de Diabetes
and Obesity: Time to Act, rellene el
formulario que aparece en la página 23
de este mismo número.
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