Estudios de la capacidad predadora de peces sobre larvas de Culex quinquefasciatus (Diptera: Culicidae) Borda , Carlos E. - Rea, María J. F. - Rosa, Juan R. Centro Nacional de Parasitología y Enfermedades Tropicales (CENPETROP) - Facultad de Medicina - UNNE. Santa Fe 1432 - (3400) Corrientes - Argentina. Telefax: +54 (03783) 425484 E-mail: cenpetrop@hotmail.com - cborda@med.unne.edu.ar • Este artículo ha sido publicado, con el mismo título en el libro de resúmenes de las II Jornadas Regionales sobre Mosquitos, realizado en Vaquerías, Córdoba entre el 8 y 9 de noviembre de 2001, S3-S2, págs 125-128 ANTECEDENTES En los países en vías de desarrollo las enfermedades transmitidas por vectores constituyen una de las principales causas de morbilidad y mortalidad. Las actividades de control basadas en el uso de insecticidas sintéticos, además de costosas han tenido también resultados indeseables. En consecuencia, la lucha antivectorial, a través de enemigos naturales, puede ser usada como una herramienta importante para controlar esas enfermedades (Dobrokhotov, 1991). Desde mediados de la década de 1980, la Argentina tiene otra vez extensas zonas de la región templada del centro del país, las tropicales y subtropicales del norte infestadas con Aedes aegypti . Desde 1995, en que fue detectada la reintroducción de ese insecto en la provincia de Corrientes (Borda et al.1999), su expansión se ha ido incrementando y, actualmente, en algunas áreas como la ciudad de Corrientes, es una de las principales especies de mosquitos en el ecosistema urbano. Tiene gran importancia desde el punto de vista médico-epidemiológico por ser vector de los virus del dengue y la fiebre amarilla. En varios países de las Américas, incluyendo la Argentina, ya se considera muy difícil conseguir la erradicación lograda alrededor de 1960, solamente se pretende alcanzar el control. Pero, esto será posible cuando se posea una sólida estructura de salud y saneamiento ambiental (World Health Organization, 1987). Entre los problemas complejos que enfrenta actualmente la lucha contra esos insectos y, específicamente el control de esa especie, es el empleo excesivo de insecticidas químicos, que además del riesgo de toxicidad que supone para el ser humano y los animales en general, ha llevado a la aparición de resistencia, a la contaminación del ambiente y al desequilibrio del ecosistema. En la búsqueda de soluciones apropiadas, durante los últimos años, se ha trabajado para encontrar nuevos métodos de control que no provoquen tales problemas. En la lucha contra los vectores una estrategia que está creciendo como alternativa es el empleo de agentes biológicos. Entre los varios agentes de lucha biológica ensayados están los peces insectívoros. La Mesopotamia Argentina tiene como parte integrante a la provincia de Corrientes que, por esa ubicación hidrogeográfica es muy abundante en aguas poco profundas como lagunas, esteros, cañadas, etc., en donde siendo rica la fauna íctica probablemente existan pequeños peces devoradores de larvas de mosquitos. Esta presunción fue comprobada, en 1999, al encontrarse en las aguas superficiales de la zona suburbana de la ciudad de Corrientes, poblaciones de peces como Astianax bimaculatus, Pirrhulina australis y Gymnogeophagus australis capaces de alimentarse de la fase acuática de los mosquitos (Gene et al., 1999). Estas experiencias motivaron la continuación de los estudios con el objetivo de evaluar, inicialmente en condiciones de laboratorio, la capacidad predadora de especies autóctonas sobre las larvas de la fauna urbana de mosquitos. MATERIALES Y METODOS En octubre de 2000 fueron pescados peces insectívoros, en la zona suburbana del sur de la ciudad de Corrientes, en colecciones hídricas de carácter permanente, restos de antiguas lagunas, como así también, cunetas que se formaron después de los movimientos de tierra ocasionados por la construcción de caminos. Se pescaron 16 peces utilizando una red. Los peces eran colocados en el interior de bolsas de polietileno de 2000ml de capacidad, inmersos en agua del hábitat. De esta forma, fueron transportados hasta los acuarios que previamente habían sido instalados en locales apropiados del CENPETROP. Se colocaron individualmente en recipientes de vidrio que contenían 5 litros de agua declorada, con un pH que oscilaba entre 5,0 a 6,5. La temperatura y humedad ambiental fue de 30°C y 82%, según el registro de un termohigrógrafo (SIAP). El local de las experiencias recibía, a través de una ventana, luz solar directa durante horas de la mañana. Para la alimentación de los peces, se utilizaron todos los estadios de larvas que por sus características morfológicas fueron identificadas como Culex quinquefasciatus , las que vivían en una cuneta con agua. Los distintos estadíos, se colectaban del mismo lugar, por medio de pequeñas redes de plástico adheridas a un aro de metal de 10cm de diámetro, transportándolas hasta el laboratorio en bolsas de plástico que contenían agua del hábitat. Posteriormente, utilizando pipetas goteros se las contaba depositándolas previamente en pequeños frascos de vidrio y después se las echaba en acuarios que tenían agua sin vegetación. De esta forma, durante 39 días a cada pez se le suministró un número creciente de larvas cada día. Con los peces de 20mm de largo se comenzó con 15 hasta totalizar 80 larvas y con los de 118mm de longitud se inició con 100 y concluyó con 2400. La evaluación se efectuó después de transcurridas las 24 horas. Para el recuento diario de larvas consumidas se utilizó una bandeja esmaltada de 180x130mm y una pipeta gotero, la longitud total se midió con una lupa estereoscópica Zeiss usando papel milimetrado y un taquímetro,. Finalmente, los resultados fueron tabulados y analizados, se determinó el tanto por ciento, la media del número de larvas consumidas y el consumo medio diario por pez. DISCUSION DE RESULTADOS En estos experimentos fue estudiada la capacidad larvívora de un total de 16 peces, de los cuales ocho, que tenían 117mm de longitud, se los clasificó como Gimnogeophagus brasiliensis, conocido vulgarmente como “chanchita”. De los ocho restantes, de menor tamaño, aproximadamente 20mm, uno fue identificado como Cheirodon piaba (los siete restantes probablemente correspondan a la misma especie). A estos pececillos se los denomina comúnmente “mojarritas”. Durante los 39 días que duró el ensayo, se pudo comprobar que los peces estudiados poseen capacidad para alimentarse de larvas de mosquitos. Asimismo, fue verificado que el consumo de larvas, (Tabla 1) fue mayor en los peces más grandes, tanto en el número como en el porcentaje (196.467 / 90%). Si bien uno de los ejemplares de G. brasiliensis llegó a alimentarse de 2.400 larvas en un día, la media diaria fue de 630 larvas. En cambio los peces pequeños, también voraces, consumieron durante la experiencia 8.281 larvas lo que representaba un 85% de larvas consumidas, habiendo llegado como máximo un ejemplar a comer 80 diarias. Tabla 1 - Consumo de larvas de Culex quinquefasciatus por peces de agua poco profundas, sin vegetación durante 39 días Peces Longitud Total de larvas Larvas consumidas Consumo medio Género y especie (mm) N° expuestas N° % diario por pez Gymnogeophagus brasiliensis 118 8 218.050 196.467 90 630 Cheirodon piaba 20 8 9.720 8.281 85 27 Estos ensayos experimentales están indicando que en las aguas superficiales poco profundas existentes en la provincia de Corrientes viven poblaciones de pequeños peces que se alimentan de larvas de mosquitos. Se pudo observar con claridad que los peces mostraron gran agresividad cuando las larvas cayeron al agua. Pero, esos peces, seguramente, también se alimentaron de detritus y algas que fueron apareciendo con el transcurrir del tiempo en el agua de los acuarios, ya que por sus hábitos alimenticios se los considera omnívoros. El norte de Argentina está situada en la región Neotrópica en donde Cx. quinquefasciatus se cría masivamente en reservorios con agua de albañales como las cunetas de calles en zonas urbanas, contaminadas con materia orgánica. Ese mosquito es vector, en países vecinos como el Brasil de la filaria humana (Wuchereria bancrofti) y de los virus de varios tipos de encefalitis. Además es una de las especies que causa mayor molestia al hombre por sus picaduras durante las horas nocturnas. Sin embargo, en la Argentina desde el punto de vista de la salud pública Cx. quinquefasciatus, en los tiempos actuales, no tiene la importancia que posee Ae. aegypti que demanda con urgencia medidas de control. No obstante, nosotros estimamos apropiado comenzar estos trabajos averiguando si existía una fauna de peces capaces de depredar las fases acuáticas de los mosquitos que, sabíamos abundaban en aguas servidas de la ciudad. Después de estas primeras experiencias, se estima pertinente investigar la capacidad predadora sobre Ae. aegypti. Además, se deben llevar a cabo otras que nos permitan conocer la posibilidad de la cría artificial de esos y otros peces, más aún, cuando se ha verificado que las dos especies estudiadas ya han vivido más de 12 meses en el laboratorio, alimentadas con alimento balanceado (Shulet, Carassiaus). Tales investigaciones tendrían que estar orientadas a conocer el ciclo biológico, la importancia de los sexos, como también el rol que puedan tener las plantas acuáticas en la depredación. De la misma forma, en la voracidad alimentaria de esos peces, que estadío acuático del insecto prefieren. El uso de los peces como control biológico de mosquitos se conoce desde hace muchos años, sin embargo, el empleo dirigido de los mismos como control comenzó a principios del siglo XX. Igualmente, se ha observado por experiencias de laboratorio como de campo, que una de las especies más prometedoras es Poecilia (Lebistes) reticulata, principalmente para cuerpos de agua con alto contenido en residuos, lugares de intensa contaminación y de vegetación abundante en donde también habita Cx. quinquefasciatus. Garcés Fonseca (1988) comprobó que en condiciones de laboratorio, en acuarios sin vegetación, ese pez durante 30 días llegó a consumir el 63,31% de las 4.500 larvas de Cx. quinquefasciatus, con una ingesta diaria por pez de 95 larvas. En este trabajo, realizado en condiciones experimentales similares, G. brasiliensis aparece como un eficiente depredador de larvas de Cx. quiquefasciatus pues el rendimiento del consumo de ocho peces alcanzó el 90% de las 196.467 larvas expuestas durante 39 días, exhibiendo una capacidad predadora promedio de 630 larvas por pez, llegando un ejemplar a consumir 2400 larvas diarias. CONCLUSIONES Se ha encontrado que en aguas superficiales poco profundas de los alrededores de la ciudad de Corrientes, Argentina, existen peces depredadores de larvas de Culex quinquefasciatus. El mayor consumo promedio diario se presentó en los peces de mayor tamaño como en Gymnogeophagus brasiliensis y el menor consumo en los más pequeños como Cheirodon piaba. BIBLIOGRAFIA BORDA C.E., M.J.F. REA, J.R.ROSA, L.A. MOSQUEDA & H.R. SARIO. 1999. Vector de la fiebre amarilla urbana y el dengue en la ciudad de Corrientes, Argentina. En: EUDENE (ed.), Comunicaciones Científicas y Tecnológicas, Universidad Nacional del Nordeste, Ciencias Médicas, Tomo II:127-129. DOBROKOTHOV B. 1991. Alternatives to chermical methods for vector control. Ann. Soc. Belg. Med. Trop. 71 (Supl.1):27-33. GARCES FONSECA, J., R. GONZALEZ BRODIE & L. KOLDENKOVA. 1988. Capacidad depredadora de Poecilia (Lebistes) reticulata Peters, l895 Cyprinodontiformes: Poecillidae) sobre larvas de Culex quinquefasciatus Say, 1823 y Aedes aegypti Linneo, l762 (Diptera) Culicidae en condiciones de laboratorio en Cuba. Rev. Cubana Med. Trop. Vol. 40 (1):54-60. GENE C.M., J.R. ROSA, M.J.F. REA & C.E. BORDA. 1999. Control Biológico de mosquitos I. Ensayos preliminares con peces autóctonos. En: EUDENE (ed.), Comunicaciones Científicas y Tecnológicas, Universidad Nacional del Nordeste, Ciencias Médicas, Corrientes, Tomo III:122-125. WORLD HEALTH ORGANIZATION. 1987. Report of an informal consultation on the detection, identification and ecology of biocontrol agents of diseases vectors. Geneva: WHO; (Document TDR/BVC/GE/873). AGRADECIMIENTOS Este trabajo fue realizado en parte con el apoyo económico de la Secretaría General de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Nordeste (PI.496D). Por la ayuda técnica de los Sres Luis Armando Mosqueda y Osvaldo D. Benitez.